La satisfacción de mis lecturas del mes de septiembre ha ido de menos a más. Pensaba que el balance no iba a ser muy brillante, pero al final, sin despreciar nada de lo leído, he disfrutado de un clásico del siglo XX europeo formidable, una magnífica obra danesa bastante anterior, una novela policíaca de las mejores con las que me he topado y unas memorias bélicas muy ilustrativas.
En diversos medios leí referencias a Luisa Carnés, escritora madrileña nacida en 1905 y fallecida prematuramente en el exilio mejicano en 1964. Se hablaba de ella como una autora olvidada, una mujer que había debido de luchar en su día contra la precariedad económica -era autodidacta- primero y contra la represión política después. Ahora se están reeditando sus obras, destacando "Tea rooms", relato que tiene por tema el de las mujeres obreras, cuestión de evidente interés, máxime si comprobamos que fue publicado en 1934. En la biblioteca pública de Zaragoza encontré una colección de cuentos, primer volumen de dos publicados, titulada "Rojo y gris" y decidí que fuera mi primera lectura post-vacacional. Carnés ha sido definida como una representante de la literatura social, y sin duda sus breves relatos así lo acreditan. Divide el libro en dos partes, una con unos pocos cuentos infantiles y una segunda con relatos para adultos. La verdad es que no me ha entusiasmado esta escritora, me ha gustado algún relato, como el que da título a la recopilación, y sus argumentos son interesantes, pero pienso que no resiste la comparación con los grandes autores de la novela social española del siglo pasado -no exactamente contemporáneos a Carnés, es cierto- como Aldecoa, Delibes, ... Además, en mucho de lo que escribe me ha parecido excesivamente "militante", algo que no necesitaron los citados para destacar ... aunque estas cosas pueden ser fijaciones mías.
Hay libros que tienen una unánime valoración positiva por parte de la crítica; es el caso de "Aguas de Manhattan", novela de la que leí unas cuantas opiniones bastante positivas, viéndola incluso incluida en varios de esos resúmenes de lecturas recomendadas para vacaciones que funcionan por la red. No se trata de un relato actual, pues fue escrito en 1930 por Charles Reznikoff, un judío de origen ucraniano nacido en Nueva York. La novela se divide en dos partes, la primera en la que destaca el personaje de Sarah Yetta, joven de una familia que vive en Rusia en la última época de los zares y emigra a Norteamérica y la segunda, desarrollada en su totalidad en Nueva York, en la que aquélla cede el protagonismo a su hijo Ezekiel, quien trata de salir adelante en la vida montando una librería. El libro contrasta muy bien el mundo de miseria e injusticias de la Rusia de principios del siglo XX con los avatares de los inmigrantes que han llegado a USA, una existencia no exenta de dificultades pero siempre con un toque de esperanza. Reznikoff trata temas de importancia como la pobreza, las diferencias sociales, los primeros ecos de la revolución rusa, la inmigración, el afán por salir adelante, ... No nos encontramos un relato en el que pasen grandes cosas, está exento de dramas, ... pero se trata de una novela amena, positiva y con una serie de personajes francamente atractivos. El estilo literario del autor me ha parecido especial, con frases cortas y no excesiva tensión narrativa.
Franz Werfel, nacido en Praga, es uno de esos magníficos escritores centroeuropeos que florecieron en el panorama literario europeo a mediados del siglo XX, como Stefan Zweig y Joseph Roth, todos ellos marcados por la guerra y protagonistas casi siempre de existencias atormentadas y breves. Pero, por encima de todo, destacaron por la enorme brillantez de su prosa, por una calidad literaria excepcional. De Werfel descubrí la reedición por "Mármara" de una novelita que prometía mucho y ha respondido a todas las expectativas, "La escalera del hotel" es la descripción certera y trágica de la subida por una escalera de mármol hasta la planta 5 de un lujoso hotel por parte de una joven austriaca sumida en dramas interiores y dilemas amorosos. Creo que el relato constituye una auténtica y hermosa obra de arte. Eso sí, dicho relato ocupa las últimas y escasas 30 páginas del libro, que viene encabezado por un ensayo acerca del final del Imperio Austro-húngaro sencillamente magistral que está compuesto por casi el doble de páginas. Dicho ensayo se centra fundamentalmente en la personalidad del emperador Francisco José, que rigió el Imperio cerca de 70 años, y cuya vida quedó marcada por el drama de las muertes violentas de su hermano Maximiliano en Méjico, su hijo Rodolfo y su esposa, la mítica emperatriz Sisí. El escrito de Werfel supone además una exhibición del más culto y ejemplar patriotismo. Una joya literaria, no tengo duda.
Virginia Cowles fue una intrépida periodista norteamericana que ejerció de corresponsal en la guerra civil española y en la segunda guerra mundial. Fruto de estas vivencias escribió en 1941 unas memorias de guerra con el significativo título de "Complicarse la vida", un libro publicado en 1981 y cuya edición española sacó a primeros de año la editorial Tusquets. El volumen ha sido difundido a bombo y platillo y, por una vez, pienso que comprarlo y leerlo ha valido la pena, que la fama estaba justificada. La primera parte -un cuarto del total- trata de las experiencias vividas en 1937 en España, donde Cowles pasó un tiempo en el Madrid republicano, así como en Valencia, Barcelona y también en determinadas zonas del norte de España que estaban bajo el mando de los "nacionales". El resto -unas 400 páginas- la periodista se centra en relatar su recorrido por distintos puntos de Europa entre 1938 y 1941, con una exposición, incompleta pero interesantísima, de lo sucedido entre los prolegómenos del conflicto y los primeros bombardeos sobre Londres. Gracias a la audacia, a la perspicacia y el buen nivel literario de la autora, salen a la luz episodios de las negociaciones previas a la guerra, un viaje a la Rusia soviética, conflictos claves como la crisis de los sudetes en Checoslovaquia y la invasión de Polonia, la invasión de Finlandia por el ejército ruso, la caida de Francia y los inicios de la guerra en Londres. Es posible que en algún momento la extensión de la obra pueda hacerla pesada, pero por encima de todo me ha parecido un testimonio interesante y ameno.
Una de las editoriales españolas que suelen ser un seguro de calidad es "Salamandra", y en esta valoración cabe incluir, sin duda, su colección "Salamandra Negra", que desde su inicio hace unos pocos años me ha permitido descubrir nuevos autores de calidad como la canadiense Louisse Penny o el italiano Antonio Manzini. Por eso tuve claro que no me iba a decepcionar "Años de sequía", una intriga escrita por la australiana Jane Harper, máxime si se añadía el aval de un par de lectores de experiencia. La trama está ubicada en la localidad de Kiewarra, al sureste del país, ubicada en una zona destrozada por la sequía, con una ambientación que a lo largo de toda la lectura me recordaba, tanto por el paisaje como por la idiosincrasia de los personajes, a esas novelas ásperas y duras centradas en el sur de los Estados Unidos. Me ha parecido una novela policíaca magnífica, con personajes de carne y hueso, con mención especial al protagonista, el inspector Aaron Falk, que regresa al pueblo de su infancia, de donde hubo de salir tras un episodio dramático. El relato gira en torno a ese pasado y a un tremendo y trágico suceso que provoca su regreso. La tensión se mantiene y la autora acierta al entrecalar en la narración principal diversos "flash back" en cursiva que consiguen centrar perfectamente el argumento. Buen planteamiento, excelente desarrollo y acertada conclusión cierran una novela de intriga redonda.
Recién regresado de mis vacaciones descubrí la publicación de un pequeño libro que enseguida intuí me iba a gustar. Se trataba de "El párroco de Vejlby", un auténtico clásico de la literatura danesa, escrito en 1829 por Steen Steensen Blicher, un pastor protestante padre de once hijos que cuentan tuvo una vida atormentada por las deudas y las infidelidades de su mujer. El libro, que consta de escasas 70 páginas, es considerado el primer relato policiaco de la literatura universal, al haberse escrito con más de una década de antelación respecto al mítico "Los crímenes de la calle Morgue" de Edgar Alan Poe, con una influencia que al parecer alcanzó al mismísimo Mark Twain. El relato consta de dos partes escritas a modo de diario, la primera por el Juez que juzgó al párroco que da título a la novela y el segundo por quien le sucedió al frente de la parroquia. El escritor y poeta danés nos cuenta una historia dramática de violencia, odio y maldad, y lo hace, en mi opinión, de una forma magnífica. Se trata de una narración sencilla, en la que se nota el estilo y la filosofía propia del protestantismo imperante en esa zona de Europa, y que se lee con enorme gusto en una tarde. Otro acierto.
Reconozco que no se si llegaría a saber explicar la razón última por la que me dio por leer sobre la vida del emperador romano Teodosio; quizá fue el hecho de que se tratara de uno de los emperadores de origen hispánico, el que influyera el la imposición del cristianismo como religión oficial, o las vicisitudes propias de una época próxima al final del Imperio Romano, con los bárbaros acechando sus fronteras. La cosa es que encontré en la biblioteca de Doctor Cerrada un trabajo del historiador y profesor de la Complutense Gonzalo Bravo con el título de "Teodosio: último emperador de Roma, primer emperador católico". No dudo de que se trata de un buen trabajo, pero yo buscaba una biografía y me encontré un estudio sobre la época, incluidos los tiempos anteriores y posteriores a su gobierno, del emperador en cuestión. El libro viene con una serie de apéndices en forma de cuadros, listados de nombres, mapas, ... que he omitido, si bien me he hecho una idea general de lo que ocurrió en Roma cuando gobernó Teodosio, con las referidas amenazas de Alarico y compañía, la influencia en su mandato de la floreciente Iglesia católica, la fractura entre el oriente y el occidente del Imperio, la división del gobierno a su muerte, etc . de cualquier modo, debo reconocer que mi lectura conforme pasaba las páginas iba siendo más diagonal. Pienso que es un libro para expertos.