Lauren Bacall falleció el pasado martes en Nueva York, ciudad donde había nacido hace 89 años. El haber estado casada con un monstruo del séptimo arte como Humphrey Bogart es posiblemente lo primero que nos viene a la cabeza al pensar en esta bellisima mujer, pero como muy bien dice Astrid Meseguer en su magnífico obituario de "El País", Bacall era, afortunadamente para los aficionados al cine, algo más que la viuda de Bogart. Pienso en Lauren Bacall y veo reflejados en una sóla persona la belleza indudable de Grace Kelly e Ingrid Bergman, los aires de "femme fatale" de Ava Gadner y Rita Hayworth y la genialidad interpretativa de Katherine Hepburn y Bette Davis. No me resisto a copiar cómo describe a Bacall la citada periodista:
"Nacida Betty Joan Weinstein Perske el 16 de septiembre de 1924 en Nueva York, por sus
venas corría sangre polaca, germana y rumana, una mezcla explosiva que
contribuyó a crear una personalidad arrolladora, dotada de una belleza
enigmática, coronada con unos labios carnosos y una mirada felina que logró
derretir al tipo más duro de la pantalla, Humphrey Bogart. Ambos vivieron una de las relacionas más envidiadas
de Hollywood, comprometidos especialmente contra la caza de brujas del senador McCarthy.
Con Bogart Lauren Bacallcoincidió en cuatro películas, tres de las cuales incluyo entre los productos de cine negro con los que más he disfrutado: "El sueño eterno" (1946), de Howard Hacks, en el papel de hermana mayor de la pretendida descarriada hija del general Sternwood que encandila al mismísimo Philippe Marlowe, "La senda tenebrosa" (1947), de Delmer Daves, con un papel de mujer misteriosa que le iba como anillo al dedo y "Cayo Largo" (1948), de John Huston en el que da una réplica formidable a Bogart y Edward G. Robinson como dueña de un hotel tomado por unos gangsters. El cuarto film referido es el primero de todos, "Tener y no tener" (1944), una película dirigida por Howard Hacks que gusta menos a los entendidos.
La carrera de Bacall es larguísima, y entre sus trabajos se puden nombrar: "El trompetista" (1950), de Michael Curtiz, junto a Kirk Douglas, "Como casarse con un millonario" (1953), de Jean Negulesco, compartiendo protagonismo con Marilyn Monroe, "La tela de araña" (1955), con Richard Widmark y "Mi desconfiada esposa" (1957), junto a Gregory Peck, ambas de Vicente Minelli, "Callejón sangriento" (1955) de William A. Wellamn, con Jonh Wayne de "partenaire", "Escrito sobre el viento" (1956), un drama de Douglas Sirk con Rock Hudson a su lado, "Sombra enamorada" (1958), de Jean Negulesco, "La India en llamas" (1959), de J. Lee Thompson, "Shock treatmen" (1964), de Denis Sanders, con Stuart Whitman, "La pícara soltera" (1964), de Richard Quine, una comedia con reparto estelar: Tony Curtis, Nathalie Wood, Henry Fonda, Mel Ferrer, ... y "Harper, investigador privado", de Jack Smight, con Paul Newman al lado. Con este film podríamos decir que termina la primera parte de la carrera cinematográfica de la actriz fallecida, a partir de ahí hay un parón de varios años y la Bacall pasa a desempeñar papeles secundarios en películas importantes donde sigue luciendo a primer nivel.
En la década de los 70 su primer film relevante fue la versión del "Asesinato en el Orient Express" de Agatha Christie que en 1974 realizó Sidney Lumet, para lo que se sirvió de actores del nivel de Richard Widmark, Albert Finney, Ingrid Bergman, Sean Cónnery, Anthony Perkins, Vanessa Redgrave, Jacqueline Bisset, Jean Pierre Casel, Michael York o Martin Balsam, un elenco en el que Lauren estuvo, por supuesto a la altura. En esos años también destaca "El último pistolero" (1976), de Don Siegel, con otros dos veteranos de lujo: John Wayne y James Stewart. En ,os 80 tuvo su papel en "Salud" (1980), de Robert Altmann, con Carol Burnett y Glenda Jackson, "El admirador" (1981), de Ed Bianchi, con el recientemente fallecido James Garner, "Mr. North", (1988), de Danny Huston, con Robert Mitchum en el cartel y "Cita con la muerte" (1988), otra aventura de Hércules Poirot, dirigida por Michael Winner, rodada en petra y con Peter Ustinov poniendo cara al detective belga.
En los 90 Lauren Bacall, camino de los 70 años, tuvo interpretaciones amgistrales, comenzando por su papel en la inolvidable "Mísery" (1990), la formidable versión de la novela de Stephen King que a las órdenes de Rob Reineir protagonizaron Kate Bates y James Caan y en la que borda el papel de la agente comercial de un célebre escritor de novelas. Tras "A start for two" (1991), deJim Kaufman y con Anthony Quinn, Bacall volvió a brillar en "Pret a porter" (1994), de Robert Altman, una comedia destacada que protagonizaban Marcelo Mastroianni, Sofía Loren, Jean pierre Casel y Kim Bassinger, en la que la veteranía de la Bacall dio de nuevo el nivel. No obstante, su gran trabajo de la época fue "El amor tiene dos caras" (1966), dirigida por Barbra Streissand y en la que interpreta a la bella madre de la fea Barbra, un trabajo que le valió su primera nominación a un Oscar, el de mejor actriz de reparto, un galardón que se terminó llevando Juliette Binoche ante la no disimulada decepción de Lauren que vio recompensada su paciencia trece años después con uno de esos Oscar honorarios que da la impresión se dan para contentar frustraciones o, como es el caso, reparar injusticias. "Le jour et la nuit" (1997), de Bernard Henry-Levy, junto a Alain Delon, "The Venice project" (199), de Robert Dornhel, junto a Denis Hooper y "Diamonds" (1999), de John Mallory Asher, con Kirk Douglas, fueron sus últimos trabajos llamativos del pasado siglo.
Lauren Bacall comenzó el siglo XXI con 76 años, lo que no le impidió seguir estando en la cresta de la ola y trabajando a destajo: "Dogville" (2003), de Lars Von Trier, junto a Nicole Kidman, "Reencarnación" (2004), de Jonathan Blazer, también compartiendo cartel con la australiana, "Llegando hasta el límite" (2004), de Lewin Webb y como primera actriz, "Manderlay" (2005), de Lars Von Trier, "The Walker" (2007), de Paul Schrader y "The forget" (2012), de Lawrence Roeck.
Dicen que ante la tumba de Humphrey, Lauren Bacall pronunció la mítica frase "fue bonito mientras duró", seguro que también es aplicable a ella, una mujer que "duró" mucho, y que además de guapa, inteligente y ocurrente -todo queda acreditado- parece que fue también muy trabajadora. descanse en paz.