29 de junio de 2015

Las últimas lecturas del curso



En el mes de junio no he leído tanto como en los anteriores; la cercanía de mis vacaciones y las premuras del tiempo me han impedido leer todo lo previsto. En este mes que da inicio al verano -los calores este año comenzaron antes- he disfrutado de dos lecturas de primer nivel: un antiguo premio Pulitzer -"Así de grande" y un interesantísimo diario de un escritor genial, Josep Pla. Del resto he reflejado mis pegas, como se puede comnprobar.


La escritora norteamericana Edna Ferber obtuvo en 1925 el premio Pulitzer por su novela "Así de grande"; tras leerla no me cabe ninguna duda de que el galardón fue completamente merecido, es más, al terminarla quedé con esa sensación que se da tan pocas veces de haber leído una obra excelente. No es Ferber una autora conocida en España, hay quien lo atribuye a que al realismo propio de tantos autores y autoras allí nacidos, esta mujer añade un toque de sentimientos que a algunos no gusta ... a mí este plus es el que ha conseguido maravillarme. El libro ha sido publicado por "Nórdica", una editorial que como "Península", "Impedimenta", "Libros del Asteroide", "Acantilado", ... ha tenido el acierto de desempolvar los escritos de viejos autores, algo que habrá que agradecerles.  "Así de grande" es ante todo la historia de una mujer fuerte, de Selina de Jong, una madre que lucha por vencer las dificultades y salir adelante en una comunidad agrícola cercana a Chicago en el primer cuarto del siglo XX.  Un relato que tiene mucho de épico, y de tierno, que refleja con gran acierto el ambiente y las tensiones sociales de la época y el paisaje natural y humano del Medio Oeste. Está muy bien escrito, y sin que pase nunca nada especial -la gente vive, se relaciona, tiene problemas y muere como en la vida normal- mantiene siempre el interés y nunca te hace ver nada de postizo, de artificial. Una lectura que no puede decepcionar.

"Queda inaugurado este seto" es un librito publicado por tres jóvenes estudiantes aragoneses de periodismo, Berta Comas, Alba Giner y Javier Lafuente; en la contraportada definen el contenido del libro como "un recorrido ameno y desenfadado por las mejores anécdotas electorales en Aragón desde los lejanos comicios municipales de 1979", un reclamo atractivo que invita a comprarlo para pasar una tarde de fin de semana entretenida y relajada, y con esa idea lo compré. A la hora de la verdad, más que un conjunto de acasos divertidos, el trabajo me ha parecido una sucinta historia de las elecciones autonómicas y municipales en Aragón, poco profundo y caracterizado por haber sido escrito por quienes han nacido mucho después de la transición y desde un punto de vista que me ha parecido escorado hacia una posición concreta. Los autores lo redactan con un escrupuloso y loable respeto a las personas, citando sus fuentes, que me han parecido prestigiosas y de fiar, aunque poco plurales y sin que aportaran excesivas novedades a la historia local de la democracia moderna.

Con "Ofrenda a la tormenta" concluí la "Trilogía del Baztán" de Dolores Redondo, una colección que es aconsejable leer seguida, pues las tres novelas se relacionan entre ellas, de manera que si pasa demasiado tiempo entre una y otra corres el riesgo de perderte ... siempre que uno quiera leer estos libros, por supuesto. Se trata sin duda de un proyecto ambicioso, una trilogía bien preparada, con una proyección mediática y una cobertura publicitaria previa y paralela llamativa. Esta tercera entrega, como las anteriores, está bien escrita y contiene una historia atrayente y lograda, aunque, al igual que aquéllas, me ha parecido que en su conjunto resulta un relato "excesivo", y como tal entiendo la elaboración de un drama tremendo, casi desmedido, la presencia constante de elementos mitológicos, sobrenaturales que le da un tinte distinto a la intriga y que a mí no me convence en exceso y la pasión con la que se mueven la inmensa mayoría de los personajes. De cualquier manera, en tiempos donde existe una auténtica eclosión de la novela negra y de intriga en España, donde parece que algunos las escriben prácticamente "en serie", se agradece encontrarse con novelas trabajadas y en las que también se ha tenido en cuenta la calidad literaria.

Josep Pla es sin duda uno de los escritores que se lee con más gusto; tras leer su ensayo sobre la proclamación en Madrid de la II República hice el propósito de insistir con este autor y he cumplido mi idea aprovechando la salida al mercado de un diario inédito que hace referencia a su vida en los años 1956, 1957 y 1964 y que ha publicado la editorial "Destino" con el título de "La vida lenta". No se trata de una apuesta fácil, pues lo que se ha hecho es publicar unos apuntes realizados por el escritor de Palafrugell que están redactados de manera telegráfica y sin más orden ni concierto que su mera relación temporal. A pesar de ello resulta de gran interés y lo he leído con agrado, pues en este diario el autor se muestra con una sinceridad abrumadora, contándonos sus estados anímicos, condicionados pos su salud, su visión negativa del régimen vigente entonces en España, sus excesos con la bebida, la frágil salud de su madre y su correspondencia con alguien a quien llama "A" y que todo hace pensar que es una especie de amor imposible. Pla incide mucho en sus comidas y acredita ser un sibarita irredento así como en sus lecturas y viajes, refiriendo andanzas por Francia, Alemania, Grecia, Italia, ...  y en sus escritos, resaltando su "Cuaderno gris", que redactaba en aquella época y sus colaboraciones con la revista Destino y el Correo Catalán. También aparecen personalidades notables del mundo de la cultura, la oposición política y la sociedad civil en general de la Cataluña de entonces: Manuel Ortínez, Frederic Rahola, Armand Carabén, Josp Vicent Foix, Gaziel, Vergés, Raimon, Ibáñez Escofet, Fabián Estapé, Duran Farrell, ... Un libro interesante, que aún lo será más para quien conozca con mayor profundidad que yo la figura de Josep Plá y el ambiente de la Cataluña de los años 50 y 60.

El escritor alemán Dietrich Schwanitz publicó una especie de "biblia" cultural con el fin de enriquecer los conocimientos de una juventud  cuya solidez cultural le preocupaba notablemente. Dicha obra, titulada "La cultura. Todo lo que hay que saber"  contiene un pequeño volumen dedicado a la literatura europea, un librito de unas 180 páginas que he leído con interés y, a ratos, con deleite en la segunda quincena de junio. Schwanitz divide en una introducción y tres partes; la primera está dedicada a las mejores novelas de la literatura europea, desde "La divina comedia" hasta el "Ulises" de Joyce, pasando por el "Quijote", "Fausto", "Los hermanos Karamazov", "Guerra y paz", ... un maravilloso recorrido por los mejores autores europeos que sirve de acertadísima guía de lecturas. La segunda parte está dedicada al teatro y el autor elabora una especie de conversación con un psiquiatra en la que intervienen Ionescu, Bernard Shaw, Bertold Brecht, Pirandello y Samuel Becket, ... sin duda cinco genios, aunque he de reconocer que no conseguí hacerme una idea de lo que se intentaba reflejar con aquélla. Finalmente Schwanitz elabora una larga lista, ordenada cronológicamente, de libros que afirma "cambiaron el mundo", libros de filosofía, ciencia, ensayo, ... y están escritos por personajes de la altura de San Agustín, Santo Tomás de Aquino, Galileo, Tomás Moro, Rousseau, Voltaire, Darwin, Adan Smith, Freud, .... entre muchos otros. Un libro ameno que da buenas ideas para leer, aunque algo irregular de contenido.

Anna Katherine Green fue una novelista estadounidense que  vivió entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX; escribió fundamentalmente novelas de misterio protagonizadas por personaje femenino, la señorita Butterworth, que para algunos es el antecedente inmediato de la inolvidable Miss Marple de Agatha Christie. Butterworth es una solterona cotilla y con aficiones investigadoras, aunque desde mi punto de vista se aleja de la Marple, pues además de la notable diferencia de épocas y nacionalidad, carece del encanto y los aires provincianos del personaje surgido de la imaginación d ela dama del crimen. La editorial "d'Época" ha tenido la brillante idea de  "desempolvar" una serie de novelas de intriga antiguas, entre otras "El misterio de Gramerscy Park", de la citada autora y con la protagonista referida; cogí el relato con ilusión, aunque no ha respondido a las expectativas: me ha parecido una narración en exceso embrollada, con largos capítulos que, desde mi punto de vista, adolecen de unas frases excesivamente extensas y una redacción complicada. El personaje de Amelia Butterworth no tiene la fuerza de otras figuras similares surgidas a lo largo de la historia de la literatura de misterio. Eso sí, consigue cerrar la novela adecuadamente y el final no carece de la sorpresa y la habilidad de las mejores novelas del género. La novela tiene la presentación propia de los dramas y misterios victorianos ... pero no cabe mover a confusión: se desarrolla en Nueva York.

25 de junio de 2015

Soplo de aire fresco


No son tiempos fáciles, aunque tendemos a quejarnos de vicio y basta con pensar en lo que está pasando en Siria, Mali o Sudán para desdramatizar preocupaciones, quejas y males. No obstante estamos viviendo en una sociedad con dosis ciertas de crispación, ya no son tiempos de euforias y alegrías de la huerta e incluso el paso de los años nos vuelve -si no espabilamos- más negativos y caducos de lo necesario.

Pero cuando sientes el peso de las contradicciones, las dificultades o la soledad, cuando, en ocasiones el camino se oscurece, el horizonte se nubla, el futuro lo observas exageradamente negro, aparece alguien que cumple el papel de soplo de aire fresco. Puede ser una sonrisa, una forma de dialogar, el amor a la música, la atención amable, la paciencia, la dulzura, la belleza, ... la generosidad del amigo, la ausencia de cálculo, una palmada en el hombro ... tantas cosas que no pueden ser más que avisos de la Providencia de que a pesar de los pesares, miserias propias incluidas, hay algo en lo humano que también es divino, que no estás sólo, que somos capaces de superar enfrentamientos, odios, revanchismo ... Existen personas que son eso, soplos de aire fresco, y agradezco que poco a poco sea capaz de descubrirlas.

22 de junio de 2015

Las manos discretas


La semana pasada me compré un despertador; la misión no fue fácil, pues hoy en día parece que se trata de un objeto desfasado: el personal utiliza el móvil para despertarse y hay relojerías que han prescindido de los despertadores en sus stocks. No obstante, no me desanimé tras varias intentonas y terminé encontrando una oferta bastante amplia y plural en un establecimiento de la "Correría" de Huesca. Tras calibrar las diferentes posibilidades, opté por un "Casio" digital que estaba bien de precio y desde entonces amanezco con su alarma, que no suena poco precisamente.

Me atendió una señora toda elegancia y delicadeza, y observando como trabajaba mi cabeza regresó a teimpos pasados, los de esos comerciantes profesionales que sabían combinar el saber hacer, el conocimiento cierto de lo que vendían y la discrección y el respeto en el trato al cliente. Me llamó la atención como una vez escogida mi opción, desarrolló una actividad que plasmó su absoluto dominio del arte de vender y atender al público; con unas manos finas y delicadas fue preparando el despertador, limpiándolo con un pañito, frotando con un líquido alguna zona necesitada de ser frotada, los guardó en un plástico e introdujo en su caja y lo envolvió con un arte tan sorprendente como admirable. Ver sus manos doblando el papel con habilidad y soltura fue,m no exagero, un espectáculo.

Y con la misma discreción que fui recibido, abandoné la tienda, valorando que había presenciado a una persona que dominaba su trabajo, que lo desempeñaba con estilo y servicio, que al cabo de los años seguía manejando sus manos discretas con un estilo que llevaba arte y ciencia.

17 de junio de 2015

Despedida en el Sobrarbe


El pasado viernes asistí a una comida organizada para despedir a una persona relacionada con mi trabajo; el lugar no podía ser más atractivo: el Restaurante "Ara" ubicado en la localidad de Boltaña. Toda la provincia de Huesca está cargada de lugares preciosos, pero es posiblemente en el Sobrarbe donde se reúne la belleza inmensa del paisaje, ese ambiente entre mágico y espiritual que inunda el aire, la tierra, las aguas, ... y la especial idiosincrasia de sus gentes. Por eso, aunque solamente fueran unas horas, una tarde en el Sobrarbe rodeado de gente buena y apreciada se convierte, necesariamente, en uno de esos momentos especiales que, sin haber pasado nada relevante, quedan para siempre guardados en las entretelas de cada cual.

El menú fue espectacular, aunque mejor era la compañía en una comida en la que hubo emociones, diversión, más de una lágrima, nostalgia, palabras bonitas, y por encima de todo el encanto del cariño y de la amistad que no fueron consecuencia de libaciones espirituosas sino de sentimientos sinceros, porque lo que allí pasó tenía la fuerza, el aval de la verdad. Hay tiempos y ocasiones más trascendentes, por supuesto, pero es de agradecer que te permitan compartir, aunque vivas y trabajes lejos, ocasiones como ésta.

Mi compañero de viaje y yo aguantamos con firmeza hasta última hora, emprendiendo el camino de regreso cuando daban las 12 campanadas: ni el traje se volvió harapiento ni el coche se convirtió en calabaza, porque no había lugar para cenicientas ni hermanas malvadas, y quedó claro todo lo que nos costaba marcharnos. Atrás quedaron unas cuantas horas inolvidables, una "homenajeada" que se lo merecía, unos anfitriones formidables, la dulce sonrisa y los bonitos ojos de la joven camarera cordobesa, unos huevos estrellados con trufa inmejorables, un restaurante que lo había organizado todo al detalle, ... sin duda habrá que recordar el lema que adoptaron para la ocasión: "la vida es una llave que abre las puertas del mundo".


16 de junio de 2015

Umberto Eco y las redes sociales



"El escritor y semiólogo italiano Umberto Eco, autor del best seller "El nombre de la rosa", entre otras novelas y varios ensayos, ha vuelto a desatar la polémica con motivo de unos comentarios suyos sobre Internet y las redes sociales. "El drama de Internet es que ha promovido al tonto del pueblo al nivel de portador de la verdad", dijo durante una conferencia de prensa en el Gran Palacio de la Real Escuela de Equitación en Turín, donde le otorgaron el diploma honoris causa en Comunicación y Cultura de los Medios de Comunicación de la Universidad de Turín, la misma donde se graduó en Filosofía en 1954.

Eco acusa a las redes sociales de haber generado una “invasión de imbéciles”, frase que se ha vuelto viral en Twitter. “Las redes sociales le dan derecho de palabra a legiones de imbéciles que antes hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la colectividad”, ha dicho añadiendo que “enseguida (a éstos) los callaban, mientras que ahora tienen el mismo derecho de palabra de un premio Nobel. Es una invasión de imbéciles”.

Para el escritor, si “la televisión había aprobado al tonto del pueblo, ante el cual el espectador se sentía superior”, el “drama de Internet es que ha aprobado al tonto del pueblo como el portador de la verdad”. El semiólogo ha invitado a los diarios de papel a filtrar, con un equipo de periodistas especializados, las informaciones de Internet, “porque nadie hoy está capacitado para entender si un sitio es confiable o no”. Y a dedicarle al menos dos páginas a un análisis crítico de los sitios."

Con ésto, ni más ni menos, se ha descolgado Umberto Eco recientemente. Son palabras que han provocado polémica, es posible que en algún momento haya podido faltar a la caridad, haya utilizado algún término excesivo y hasta injusto, pero pienso que por encima de todo, son frases para que todos meditemos. A veces pienso que hemos elevado a las redes sociales a una categoría máxima que no les corresponde ... me da miedo que sea cierto eso de que nos creemos todo lo que leemos en la red ...o al menos lo que nos queremos creer.

15 de junio de 2015

Gracias Estela


Los zaragocistas andamos entusiasmados; hay que remontarse a eventos como el gol de Nayim, la Copa frente a loas "galácticos" o el 6-1 en La Romareda al Madrid de Casillas, Zidane y compañía para rememorar momentos como el de ayer, cuando contra todo pronóstico y con la toalla arrojada por buena parte de la afición -ese sector "cenizo" entre el que me encuentro- los blanquillos fueron capaces de remontar el 0-3 que el Girona había obtenido el miércoles y pasar adelante en la eliminatoria del play-off con un 1-4 que no se si suena más a milagro que a una hazaña. No se como se cerrará la eliminatoria final y decisiva frente a Las Palmas, pero aún en el doloroso caso de perderla, siempre quedará el éxito de Montilivi como uno de esos días mágicos que tantos años hace que no vivimos los sufridos seguidores del equipo del león.

En las imágenes de la victoria zaragocista que ya he visto hasta saciarme las cámaras han insistido bastante en el rincón donde se ubicaban los heroicos y escasos seguidores que viajaron hasta Girona, y muy especialmente en una joven de larga y lacia melena castaña y aspecto de muy buena gente que no paraba de animar, festejar, rezar y sufrir cada vez que la enfocaban, lo que evidentemente significa que no dejó de hacerlo en los 97 largos minutos que duró el encuentro. En "La Sexta" Pedrerol nos ha mostrado un reportaje en el que iban apareciendo las reacciones de la chica, que nos han contado que se llama Estela, ante cada acontecimiento del encuentro: goles zaragocistas, tanto y ocasiones rivales y angustioso final del partido. He disfrutado como un tonto ... y me emocionado como un adolescente inmaduro al ver a esta cría -que podría ser mi hija ... pequeña- gozar y sufrir a partes iguales con un equipo que hace ya mucho tiempo que viene dando más disgustos que alegrías.

Y desde este modesto rincón de internet, quiero rendir mi homenaje particular a Estela Soler, porque en ella, además de verme reflejado en los gestos y tics que le provocaban los aconteceres del match, he visto reflejado el sentimiento de los sufridos aficionados, esa gente normal y corriente dispuesta a hacer kilómetros, sufrir fríos, calores, lluvias y hasta granizos para apoyar a su equipo, muchas veces sin el premio de la victoria. Gracias Estela, verte por la tele ha sido como un soplo de aire fresco.

11 de junio de 2015

El asunto de la difteria


La difteria es una de esas enfermedades de las que ya no se hablaba; en mi caso, solamente su mención trae inmediatamente a mi cabeza la historia de un hermano pequeño de mi madre que murió de esa enfermedad a los 3 años; mi madre nos  contaba de pequeños como de la noche a la mañana el referido mal se lo llevó a la tumba; siempre he tenido en mi cabeza a mi tío Fernando, de vida breve y a quien no conocí, que no dudo velará por mí en el cielo, así como por toda su familia. También recuerdo un anuncio de la televisión en blanco y negro que animaba a vacunar a los niños contra el tétanos, la difteria y la tosferina.

Desgraciadamente, la enfermedad ha vuelto a ser actualidad por el caso del niño de Olot que no fue vacunado y se encuentra en grave estado en la UCI del Hospital Vall d'Hebrón de Barcelona. Al parecer los padres del menor no quisieron vacunarle, pues según se dice atendieron al criterio de quienes son partidarios de rechazar estos tratamientos preventivos y seguir las pautas de la medicina natural. Creo que me corresponde ser prudente y no hacer afirmaciones demasiado rotundas sobre un tema donde muchos saben bastante más que yo, aunque considero que este triste suceso debería llevar aparejada alguna lección.

Tanta red social, tanta información recibida desde los lugares más variados, puede llevar aparejado el peligro de creérnoslo todo, y considerar que sabemos prácticamente de todo ... y no debería ser así. En ocasiones tengo la sensación de que siguen existiendo los viejos vendedores de ungüentos de las películas del oeste, de que aún hay tahures, iluminados y charlatanes que postulan tesis carentes de sentido sin más fundamento que su palabrería frívola y locuaz. Son personajes que antes recorrían carreteras polvorientas de pueblo en pueblo, de pensión en pensión y ahora pululan por los platós televisivos, los foros y las redes sociales engatusando a  torpes e ingenuos y cuestionándolo todo a cambio de soluciones sin ningún calado.

La vida de un niño pende ahora de un hilo, aparecen noticias de otros que andan en peligro ... no estaría de más un ejercicio de serenidad, de sensatez y de moderación, que asimiláramos lo necesario para aprender a distinguir el grano de la paja, para saber en quien confiar. Me parece que andamos en una sociedad donde todos hemos de ser más humildes, no pretender saber más que nadie de todo ... y asumir que prosperar no tiene que significar cambiarlo todo ni renegar de lo hecho, sino encontrar el equilibrio de lo bueno, lo malo y lo mejorable.



9 de junio de 2015

Agresividad en las redes


En los foros, en las redes sociales observo cada vez mayor agresividad, así como cierta incapacidad para dialogar y discrepar con respeto y una mínima actitud pluralista.

Tal vez nos falte:

1.- Humildad para aceptar que existen temas que otros dominan más que nosotros, o asuntos de los que tienen más información ... y en cualquier caso que no tenemos que tener la verdad absoluta y que del intercambio de opiniones y experiencias hasta se puede aprender y enriquecerse.

2.- Elegancia para dialogar sin agobiar al otro, dejándole siempre una vía de salida, sin humillar ni poner en solfa. Y ¿por qué no?, capacidad de comprender.

3.- Educación para prescindir de determinados términos, no emplear ciertos tonos y abandonar ciertos estilos.

Nota: esto lo publiqué en mi muro de Facebook la semana pasada ... Cada día leo y oigo cosas que me mueven a reiterarlo.

8 de junio de 2015

La buena herencia


No seré yo quien caiga en el error de despreciar el pasado, de infravalorar la historia, y por encima de todo, de aparcar las palabras, las ideas, los logros y el buen ejemplo de tantos que vivieron antes que yo, de aquéllos que lucharon por sus convicciones, ejercieron sus profesiones y asumieron sus responsabilidades en tiempos remotos, muchos de ellos sin esperar mucho a cambio y todos sin las comodidades y avances de los que disfrutamos ahora.

Por mucho que hayan prosperado la tecnología y los conocimientos de todo tipo, dudo bastante que en muchos aspectos andemos a la altura de nuestros ancestros. No deja de sorprenderme escuchar la facilidad de algunos a la hora de lanzar afirmaciones sin reflexión previa alguna, de tachar de un plumazo doctrinas y pensamientos que durante siglos se han considerado enriquecedores sin más motivación que posturas y visceralidades, de proyectar nuevas interpretaciones de hechos históricos no se sabe si por profundas investigaciones o sectarias adecuaciones a intereses personales. No reniego de la educación recibida, y sigo aferrándome a una Europa que nació bajo el manto del Derecho Romano, los filósofos griegos y el humanismo cristiano. 

Los grandes "avanzados" de la humanidad no han sido reservados por el destino al siglo XXI, ni mucho menos al anterior. A la hora de buscar las fuentes, de enriquecer ese cerebro que me temo pierde neuronas conforme cumples años, no termino de fiarme de cineastas sofisticados,  de literatos más bien ácratas, de pensadores que nos cuentan lo que nos gusta oír ni de cualquier predicador que asoma con más oportunismo que reflexión. Me sigo fiando más de Aristóteles o San Agustín, de lo que se puede extraer leyendo a los clásicos españoles o los dramas de Shakespeare, de las enseñanzas que ofrece una lectura equilibrada de la historia, errores de los gobernantes incluidos, y, sin duda, de los Evangelios, que eso si que es palabra de Dios.

3 de junio de 2015

El adios de Joseph Blatter


El suizo Joseph Blatter, quien hasta ayer parecía omnipotente e intocable, ha dimitido como presidente de la FIFA. Tal vez haya que felicitarle por ejercer esa costumbre tan poco habitual en los poderosos como es la de irse cuando se dan circunstancias que los ponen en entredicho, aunque en este caso intuyo que la razón de su marcha se resume, simplemente, en que no le ha quedado otro remedio: la situación era tan insostenible que se ha visto obligado a coger la puerta y largarse a su casa.

El fútbol mundial, como el español, hace ya mucho tiempo que se ha salido de madre, lo convirtieron en negocio y al final tanto dinero y tanta manipulación ha terminado, me temo, cargándoselo. No estoy demasiado al día de la trayectoria como presidente y demás andanzas de Blatter, elegido hace nada menos que 18 años, pero si nos atenemos a la imagen mercantilista y megalómana del fútbol actual, es posible que poco de bueno pueda hablarse de él si recordamos eso de "por sus frutos los conoceréis", además de que considero puede ser una buena noticia cualquier cambio de caras tras los mandatos excesivamente largos.

No se intuye que haya alternativas esperanzadoras, pero vamos a ver si el fútbol puede volver a ser un deporte, un espectáculo de masas, pero de una envergadura asequible, sin tanta parafernalia que termina mosqueando y oliendo mal.

2 de junio de 2015

Aligerando mochilas


Hace muchos años tuve un jefe, un personaje peculiar, culto, inteligente y más bien desmitificador, que decía que cuando traspasabas la barrera de los 50 comenzaban los años de la "madurez fecunda"; vete a saber qué entendía el hombre por semejante concepto, y desde que perspectiva hablaba de madurez ... y de fecundidad, además de que cuando uno andaba en los comienzos de la treintena, el planteamiento de cumplir medio siglo le parecía muy lejano.

El tiempo pasa muy deprisa: cada década lo hace más rápido; cumplidos  los 56, prefiriendo no plantearme si he llegado a madurar y  hasta donde llega la fecundidad de lo realizado, las cosas ya no se ven como a los 20, los 30, ... ni siquiera como a esos míticos 40; ahora se trata de aprovechar la experiencia, perder ingenuidad y, a pesar de todo,  intentar no caer en el escepticismo. Siempre es tiempo de aprender y, por supuesto, siempre quedan cosas por hacer.

Lo que ocurre es que ahora tengo la impresión de aprender más de los propios errores que de enseñanzas ajenas,  situación no me parece mala del todo. A lo mejor la madurez está en eso, en la conciencia de los propios errores, de las propias limitaciones, en saber que ni tienes la verdad absoluta, ni tus soluciones son las únicas, puede que ni las mejores y que has llegado hasta donde has llegado con la mochila de tus desaciertos, no se si a pesar de ellos o con su influencia. No pretendo caer en el conformismo, entre otras cosas para que ni se altere ni se escandalice algún "purista", pero ando menos desazonado cuando acepto y asumo que tengo defectos y cometo errores, algunos de éstos casi con el carácter de crónicos, cuando sin renunciar -¡para nada!- a esforzarme por mejorar, pierdo la preocupación por perfecciones y minucias. Y como la conciencia de los límites facilita la capacidad de pedir perdón, algo que no siempre es fácil: buena costumbre ejercer el "lo siento". Así acabas dando gracias a Dios por ser como eres, con el límite, eso sí, de que aquí andamos para hacer el bien al resto y aceptarte y quererte no puede convertirse en obstáculo para ello.


1 de junio de 2015

Libros de mayo


El mes de mayo ha venido condicionado por el fallecimiento de dos grandes de la novela policíaca, Francisco González Ledesma y Ruth Rendell; por otra parte me he lanzado por fin con Javier Marías, he dusfrutado de un clasico como Ross Macdonald y de una escritor polémico como de Prada, completando el mes con una de las nuevas plumas de la literatura española y un escritor mítico como Scott Fitzgerald.


Toni Aparicio es un escritor manchego cuya primera novela, "El secreto de Elisa Leclerc", tuvo en su momento una buena acogida. En febrero de este año publicó "Buenaventura", un relato entre el drama y la intriga que me llamó la atención cuando lo vi expuesto en las seciiones de novedades de varias librerías; ya he dicho en otras ocasiones que una carátula atrayente puede hacer mucho a la hora de animar a leer un libro. "Buenaventura" tiene muchos de los elementos de  esas novelas de autores como Dickens o las hermanas Bronté, o en nuestro país Alarcón o Galdós: grandes caserones con familias pudientes, secretos sin revelar, amores incomprendidos y personajes oscuros, hasta hay quien le ha encontrado similitudes con "Rebeca" o "Jane Eyre", aunque me temo que la comparación puede acabar perjudicando la valoración de un libro que literariamente no pasa de aceptable. La novela se lee bien, la prueba es que lo hice casi de corrido a lo largo de la primera semana del mes, y, desde mi punto de vista,  reune una serie de virtudes: Aparicio consigue ambientar muy bien el relato en Asturias, reflejando con acierto los paisajes y habitantes de esa zona del norte de España, atina al  plantear la intriga y contiene una serie de capítulos que se desarrollan en el bosque y están cargados de magia y fantasía, además de ciertos toques de terror. Por el contrario, pienso que esa intriga bien iniciada no se desarrolla luego tan acertadamente ni el autor la consigue cerrar de modo satisfactorio, los personajes podrían ser más sólidos y  el recurso de alternar los tiempos lo utiliza de un modo que a veces puede mover a confusión. El libro se divide en tres partes; me encantó la primera, donde se plantea la trama y se consigue una magnífica ambientación que anima a continuar la lectura; las otras dos partes, con desarrollo de la intriga y resolución final, creo que son mejorables. La novela está ambientada en la Asturias de 1933, aunque vete a saber porqué razón durante su lectura me parecía estar más en los finales del siglo XIX.

Como ya he escrito otras veces, en materia de novela negra clásica Ross Macdonald es el tercero de a bordo tras Chandler y Hammet, pero un tercero que no anda lejos de estos dos de siempre, un escritor de calidad capaz de estar a la altura de éstos. "El caso Galton" es la tercera novela que leo de este autor tras "El martillo azul" y "La costa bárbara", y habiendo dado buena nota a estas dos, es sin duda la que más me ha gustado hasta ahora. El autor sitúa la trama entre California y Canadá y crea muy bien sus personajes de manera que enseguida consigues conectar con ese ambiente tan propio del género negro; porque "El caso Galton" es novela propiamente negra, donde no hay solamente una intriga -muy conseguida por cierto-, sino una ambientación que lleva añadida la descripción social y familiar que da carta de naturaleza a este tipo de literatura. El protagonista es el detective de siempre de Macdonald, Lew Archer, un tipo que reúne todos los caracteres esperados, al nivel de los inmortales Sam Spade y Philip Marlowe. El autor consigue además mantener la tensión y el misterio hasta el final. Este tipo de novelas nunca pasa de moda.

El pasado 2 de marzo falleció Francisco González Ledesma, uno de los indiscutibles "históricos" del género negro español; por esta razón decidí leer alguna novela suya en señal  modesto homenaje a un autor fecundísimo: no olvidemos que además de su obra en materia policíaca, escribió muchas otras novelas, algunas con diversos seudónimos como Silver Krane, Rosa Alcázar y Enrique Moriel. En su día leí "Expediente Barcelona" y "Una novela de barrio", optando para esta ocasión por "Crónica sentimental en rojo", relato con el que obtuvo el "Premio Planeta" en 1984. González Ledesma escribía muy bien, algo que se refleja en este libro: vocabulario rico, agilidad narrativa, maravillosos toques de ironía y cierto cinismo, ... sin duda de lo mejor del género en España durante las últimas décadas. En mi opinión, González Ledesma se centra mucho más en los personajes y el ambiente de la Barcelona profunda que en el argumento y la intriga en sí mismos, y de hecho buena parte de la narración se la pasa presentándonos a los protagonistas. Sin duda, el personaje más llamativo es el fijo: el inspector Méndez, un "legendario" de entre los héroes policíacos de ficción, uno de los más logrados. El escritor desaparecido describe magistralmente tanto el mundo de la burguesía catalana como el de las zonas más destartaladas de la Barcelona de los años 80. La novela es a ratos complicada de leer, y no está exenta de ciertos tono soez en bastantes de los capítulos, aunque hasta en ésto González Ledesma sabe escribir con buen estilo.El desenlace me ha parecido muy conseguido.

También falleció Ruth Rendell y con tal motivo he aprovechado para leer su última novela publicada en castellano, "El club de Hexam Place", un relato cuyo argumento, las vivencias de los servidores de diversas casas de un barrio aristocrático londinense, me pareció francamente interesante y atractivo. Ya había leído "Las llaves de la calle" y "Trece escalones", dos de las llamadas novelas independientes de la autora inglesa que me gustaron bastante y en las que Rendell crea un ambiente que definiría como inquietante y que le otorga cierta originalidad dentro del género. "El club de Hexam Place" no es una novela policíaca tradicional, lo de menos es la resolución de un caso criminal, pues la escritora pone el acento en la psicología de unos personajes que tienen mucho que decir: cada protagonista tiene su propia historia y su propia personalidad, a la vez que nos describe un panorama muy bien reflejado por Rendell sobre la actual sociedad  británica,  en concreto acerca de la tradicional dicotomía pobres/ricos, o dicho de otra manera señores/criados, algo que hoy en día no tiene nada que ver con lo que sucedía, por ejemplo, en la era victoriana. He leído que se compara a Ruth Rendell con Agatha Christie, pero no lo comparto, aunque tal vez tenga la limitación de no haber leído aún ninguna de las novelas protagonizadas por el inspector Wexford, que al parecer son más "lineales" y "convencionales", ... queda pendiente. Por el momento,  creo estamos ante una novela  para recomendar, sin  ningún género de duda.

Es indiscutible que Javier Marías es uno de los mejores escritores españoles, tanto que su nombre ha llegado a estar en las quinielas del Nobel de literatura; a pesar de ello solamente había leído "Los dominios del lobo", su primera novela, escrita antes de cumplir 20 años y que no terminé de entender del todo. Una conversación con alguien relacionado con mi trabajo me animó a leer su última obra, "Así empieza lo malo", libro que comencé con el temor de acabar hecho un lío con la lectura; pero fue un miedo injustificado, pues la novela me gustó desde el principio, la he leído de un tirón y he terminado animado a leer algo más de Marías. Sin duda  se trata de una excelente apuesta literaria, Javier Marías escribe muy bien, con un castellano magnífico y con una habilidad para ir narrando poco a poco lo que pasa, sin prisas pero con orden. Otra virtud que he encontrado en el escritor ha sido su excelente conocimiento de la condición humana, de manera que cuando relata las actitudes de los protagonistas no es infrecuente que uno se vea reflejado en sus emociones, sus reacciones y sus "trampas". "Así empieza lo malo" me ha parecido una exposición brillante de la psicología de las personas, un drama en el que se ponen de manifiesto las grandezas y miseria de hombres y mujeres. No pasan excesivas cosas, y Marías, como ya había sido advertido, describe muy lentamente cada escena, cada ocurrencia, pero sin que nunca pierdas el hilo a pesar de tanta elaboración. Hay una visión dura de las cosas, ajena a toda trascendencia, y algunas reseñas ven cierta crítica social que no he terminado de observar.

Francis Scott Fitzgerald es sin duda uno de los autores de culto de la literatura norteamericana del siglo pasado; hasta ahora no había leído nada de él, a pesar de tener novelas a priori tan atractivas como "A este lado del paraíso", "El gran Gatsby" o "Suave es la noche". Recientemente se ha publicado por "Navona", según aseguran por vez primera en castellano, su última obra, "El último magnate", que no pudo acabar por encontrar repentinamente la muerte en Hollywood el 21 de diciembre de 1940 cuando llevaba escritos dos tercios de la novela. A pesar de que el hecho de ser inacabada no dejaba de ser un hándicap, opté por aprovechar la ocasión y leer el libro. Scott Fitzgerald tiene ese estilo tan yankee de escribir como sin pasión, con unos relatos en los que parece que no pasa nada especial, un modo de redactar que no me termina de entusiasmar. Me ha costado entrar en la novela, aunque en su última parte creo haberle cogido por fin el truco. Se trata de un relato cuyo protagonista es Monroe Stahr, el típico "self made man" que desarrolla sus negocios en Hollywood. La intención del autor era según cuentan escribir la gran novela sobre la llamada Meca del cine, y lo cierto es que poco a poco parece ir consiguiéndolo, a pesar del inconveniente de estar incompleta, obstáculo que soluciona en parte la edición con un buen epílogo. En 1976 Elia Kazan dirigió un film basado en el libro con un reparto que impresiona: Robert de Niro, Tony Curtis, Robert Mitchum, Jeanne Moreau, Jack Nicholson, Ray Milland, ...

Recuerdo que uno de mis primeros post tenía como personaje central a Juan Manuel de Prada, comprobé que se trata de un hombre que no goza de excesivas simpatías: se le acusa de pedante y barroco, de creerse poco menos que el ombligo del mundo, ... además de ser encasillado en un extremismo que me parece anda lejos de profesar. Estoy de acuerdo en que su forma de escribir es demasiado recargada, casi empalagos, y de hecho aún no había leído nada suyo, incluso que su talante no se presta a excesivas simpatías, pero también tengo la impresión de que no se le perdona su firmeza a la hora de defender temas como el derecho a la vida y otros en los que se ha instalado una especie de dictadura que determina lo que es y lo que no es políticamente correcto. Paseando por Madrid la última vez que estuve allí me entro el capricho de comprar su último ensayo, que entonces -mes de abril- andaba calentito de la imprenta: "Dinero, demogresca y otros podemonios". Pensé que se trataba de una exposición crítica de los nuevos movimientos de tono populista que actualmente andan boyantes por nuestro país, pero nada más lejos de la realidad. El libro es una auténtica y demoledora crítica de la sociedad occidental, y en primer lugar, la española. De Prada no deja títere con cabeza -aunque no cita apenas nombres- y no evita ningún tema para delaborar un diagnóstico desolador de la situación de nuestra civilización. El escritor castellano habla del capitalismo exarcerbado,  la corrupción, el engaño político, el aborto, el abandono de Dios y la deshumanización, ... y muchos otros temas en los que crítica y lamenta la aparición de un nuevo orden mundial absolutamente destructivo. La lectura impresiona, de Prada lo narra además con acierto literario y una fuerza tremenda, incluso en ocasiones su relato adquiere tintes apocalípticos. Evidentemente, no estamos más que ante la opinión subjetiva de un escritor y periodista, se pueden hacer muchas valoraciones sobre el mayor o menor acierto de éste y también sobre algunas formas de contar las cosas, pero pienso que se trata de un ensayo muy trabajado, digno de ser leído y un excelente origen de interesantísimos debates.