Me gusta de vez en cuando leer alguno de los autores españoles de ahora; España ha sido siempre cuna de excelentes escritores y es bueno poder ir descubriendo a aquéllos que pueden ofrecer algo, que tienen ese punto de calidad que hace que valga la pena leer uno de sus libros. Del panorama nacional actual me han gustado bastante autores como Javier Cercás, Ignacio Martínez de Pisón, Marta Rivera de la Cruz y Domingo Vilar, entre otros, y en las últimas semanas han pasado or mis manos dos novelas de escritores de aquí: "Sombras del pasado" de Jordi Sierra i Fabra, un autor con unos cuantas novelas escritas que ha ganado el Premio Ciudad de Torrevieja y "El verano de los juguetes muertos", el debut literario de un pormetedor autor de novela policiaca, Toni Hill. Se trata de dos géneros y estilos de narrativa bien distintos, pero ambos con notas de interés, aunque como se verá una de las novelas me ha gustado más que la otra.
"Sombras en el tiempo"Jordi Sierra i FabraPlaza & Janés. Barcelona (2011)512 páginasResumen. La épica historia de una familia que emigró a Barcelona en busca de un sueño. Carmen y sus hijos llegan a la Barcelona de 1949 para reunirse con Antonio, el padre de familia, que les espera después de trabajar varios años en la ciudad. Animados por la promesa de una vida mejor, alejada de las penurias del campo en Murcia, su tierra natal, se enfrentan a la dureza de un mundo desconocido para ellos donde las heridas entre vencedores y vencidos están todavía demasiado abiertas. El deseo de Úrsula por triunfar en los escenarios como cantante, las dificultades de Fuensanta para incorporarse al mundo laboral, los devaneos amorosos del galán Ginés, la lucha de Salvador contra la intolerancia y la brecha que empezará a crearse entre Carmen y Antonio por los secretos de un matrimonio oscuro marcarán sus destinos en un país que camina con esfuerzo en pos del futuro. Con las cartillas de racionamiento, la represión ideológica, la amenaza de las cárceles franquistas o la tenaz rebeldía de los maquis como telón de fondo, Sombras en el tiempo es una historia minuciosamente ambientada que atrapará al lector por sus personajes emotivamente trazados, sus tramas apasionantes y la sensacional recreación de los años más emblemáticos y turbulentos de la posguerra, un tiempo donde la subsistencia del día a día era el único recurso frente a la adversidad. Se trata de un libro que me entró por los ojos en cuanto lo vi en las librerías; el hecho de haber sido el ganador del último Premio de novela Ciudad de Torrevieja era un buen aval, especialmente si comprobamos que entre los vencedores de otros años figuran nombres como Juan José Armas Marcelo, Javier Reverter, César Vidal. Gustavo Martín Garzo, ... además de estar ambientada en la Barcelona de la posguerra -como "Nada", "La gangrena", "La noria", ...- y ser obra de un autor, Jordi Sierra i Fabra, tremendamente prolífico y capaz de tratar diversos géneros y temas. Por eso no dudé en cogerla cuando la vi en la Biblioteca Municipal y la leí en unos pocos días navideños.
En mi opinión, el libro posee unos cuantos aspectos positivos: está bien escrito, el autor consigue desarrollar bien la trama utilizando el método de ir alternando las vivencias de los distintos protagonistas, en este caso los miembros de la familia Cerón, unos personajes que crea magníficamente, consiguiendo incluso que alguno de ellos, en concreto la joven Úrsula, acabe convirtiéndose en alguien entrañable con el que te identificas inmediatamente.
Pero el "debe" de la novela me temo que es más amplio; ya he dicho que está correctamente escrita, pero sin el más mínimo alarde, con ausencia total de descripciones, pues Sierra i Fabra se limita a los diálogos. En un país en cuya historia de la narrativa han brillado nombres tan ilustres como Pío Baroja, Miguel Delibes, Ana María Matute o Antonio Muñoz Molina la lectura de "Sombras en el tiempo" tiene que parecer necesariamente insuficiente. Se trata de una novela entretenida, escrita con pulcritud, pero que dudo llegue a perdurar en el tiempo.
Por otra parte el relato de la vida de una familia de emigrantes en Barcelona en plena posguerra está hecho con demasiado recurso a los tópicos y ofreciendo, desde mi punto de vista, una visión más bien sesgada de la historia reciente de nuestro país. Sierra nos cuenta cosas que indudablemente son ciertas y habla del estraperlo, de la reprensión franquista, de la intolerancia hacia la homosexualidad, de la hipocresía social, ... pero cae en un maniqueísmo que acaba rechinando. Volviendo a las comparaciones -que no tienen porque ser odiosas- nos gustó en su momento mucho más la crítica social contenida en libros como "Los bravos" de Fernández Santos, "Los santos inocentes" de Delibes, "Tiempo de silencio", de Martín Santos o los formidables cuentos de Ignacio Aldecoa.
"El verano de los juguetes muertos"Toni HillRandom House. Barcelona (2011)371 páginasResumen:
El inspector Héctor Salgado lleva semanas apartado del servicio cuando le asignan de manera extraoficial un caso delicado. El aparente suicidio de un joven va complicándose a medida que Salgado se adentra en un mundo de privilegios y abusos de poder. Héctor no solamente deberá enfrentarse a ello sino también a su pasado más turbio, que en el peor momento y de modo inesperado vuelve para ajustar cuentas. Los sueños, el trabajo, la familia, la justicia o los ideales tienen un precio muy alto… pero siempre hay gente dispuesta a pagarlo.Los buenos informes sobre esta novela venían de diversas fuentes, razón por la que la puse en lugar preferente dentro de mis lecturas en materia de novela policíaca; y una vez terminada, he de comenzar confirmando que efectivamente estamos ante una excelente novela del género. Dentro de mi limitado campo de conocimiento y, sobre todo, de volumen de libros leídos, pienso que Toni Hill es, junto a Domingo Vilar y Rosa Ribas, la mejor aparición española de los últimos años en este tipo de literatura. El libro de Hill invita a esperar con ilusión la próxima entrega y, además, me parece que puede ser una buen punto de partida para el guión de una futura película.
La novela tiene todos los elementos para ser un éxito, en primer lugar porque tiene una excelente estructura argumental: posiblemente la principal virtud del autor es saber establecer un ritmo unívoco desde el principio, sin alteraciones y llevando poco a poco al lector hacia donde quiere llegar. Toni Hill va encadenando las sucesivas intrigas, todas ellas relacionadas, de manera que a la vez que van apareciendo va incoándose paulatinamente la solución de las mismas. El autor consigue así mantener la atención, pues van planteándose incógnitas que nunca acaba de resolver, ya que utiliza el sistema de ir pasando de personaje a personaje, dejando abierto un problema al final de cada capítulo que en su momento acaba resolviendo con maestría.
Estamos también ante una novela de personajes, con dos figuras principales que, sin ningún género de duda, van a continuar apareciendo en futuras narraciones: el inspector de los Mossos de Esquadra Héctor Salgado y la agente de dicho cuerpo Leire Castro, lo que no deja de ser algo sorprendente, pues el primero es argentino y el apellido de la segunda no es precisamente catalán, aunque ya están los secundarios Comisario Lluis Savall e inspectora Martina Andreu para aportar credibilidad a unos Mossos dÈsquadra que posiblemente hayan encontrado en todos los citados la alternativa adecuada a Bevilacqua, Chamorro, Petra Delicado y demás. Tanto Salgado como Castro tienen la entidad suficiente para dar peso a la narración, además de que el autor sabe introducirnos en su particulares peripecias vitales al margen de la trama central.
La ambientación es también excelente; ya suena a reiterada mi debilidad por las novelas cuyo argumento se desarrolla en Barcelona, pero aquí cabe añadir la perfecta disección de la clase alta de la ciudad condal -Sarriá, Bonanova, Pedralbes, ...-, puesta magníficamente en contraste con las zonas más populares como Gracia, la Barceloneta o el Barrio Antiguo. El libro de Toni Hill contiene un notorio toque de crítica social, y desde luego cabe decir que no deja títere con cabeza.
Puestos a poner algún inconveniente a la novela, pienso que el final, teniendo el acierto de esa sorpresa necesaria en una obra de este tipo, no está del todo conseguido: creo que es forzado y poco creíble. Y, siendo tal vez en exceso suspicaz, he notado un toque de anticlericalismo en la narración,aunque a lo mejor estoy con ello especulando demasiado. De cualquier manera, creo que es una de las mejores novelas de intriga españolas que he leído, algo meritorio si tenemos en cuenta que estamos ante el debut literario de Toni Hill. Dejo un par de críticas que he encontrado por la red.