31 de agosto de 2009

Cine e intriga













Por las razones que sean en el merado de la novela negra han aparecido recientemente dos títulos en los que se mezcla la intriga con el cine, pero no tan sólo por tener un argumento relacionado con este ámbito, sino porque en ellos aparecen como protagonistas personajes reales del mundo del cine. Aprovechando mi largo viaje a Andalucía y la gentileza de mi amigo Tommy he tenido la ocasión de leer ambos recientemente.

Una novela original y entretenida









"Trago Amargo"
F. G. Haghenbeck
Roca Editorial. Barcelona (2009)
140 páginas



Cuando a Sunny Pascal le encargan que haga de niñera de un grupo de estrellas de Hollywood durante el rodaje de La noche de la iguana, parece que se trata de un trabajo fácil: una playa paradisíaca en México, muchos bares en el camino y olas para practicar surf. Claro que la cosa se complica si las estrellas en cuestión son Ava Gardner y sus piernas eternas, Sue Lyon con su inocencia fingida, y Richard Burton, borracho y violento, y que además llega a Puerto Vallarta acompañado de Elizabeth Taylor. Muchos ingrendientes para que el cocktail no resulte explosivo. Las cosas no se quedan, por desgracia, en una titánica lucha de egos sino que para aderezar al director de la película, John Huston, no se le ocurre otra cosa que regalarles a los actores una pistola de oro con cinco balas de plata a cada uno, para que se maten entre ellos, si quieren. Como tenía que suceder, alguien muere. Sunny Pascal, el primer detective beatnik de la historia, mitad en todo --mitad mexicano, mitad gringo; mitad alcohólico, mitad surfer; mitad vivo, mitad muerto; alguien con half español, mitad english-- será el encargado de mantener a raya a chantajistas, ladrones, asesinos, actores, director y equipo técnico. Y todo ello, mientras mantiene el cool, bebe cócteles y procura que no lo maten a él también.

"Trago amargo" es pura novela negra; ambientada en la frontera de los Estados Unidos con Méjico, la trama se desarrolla en el transcurso del rodaje de "La noche de la iguana": ahí es nada, una novela en la que aparecen como personajes de carne y hueso Elizabeth Taylor, Richard Burton, Ava Gadner, Deborah Kerr y el mismísimo John Huston. Aunque el auténtico personaje dellibro es el detective Sunny Pascual, un auténtico prototipo del detective de las grandes novelas del género.

Tal vez una de las razones por las que "Trago amargo" se lee tan bien son sus pocas páginas, y es que las novelas cortas tienen sus ventajas; pero además está bien construida y relata a la perfección os ambientes, tanto el que se vive durante el rodaje de una película con un reparto cargado de divos como el de la zona del sur de USA donde ocurren los hechos, que ya adelanto son lo de menos en este caso. Leí más de dos tercios del libro en el tren que me conducía a Jaén y puedo asegurar que se me hizo muy corto el viaje.

Pero el libro tiene más peculiaridades, pues cada uno de los casi 20 capítulos de los que consta tiene como título el nombre de un cóctel y va encabezado por los ingredientes de dicho combinado, la forma de elaborarlo y alguna que otra anécdota relacionada con el mismo; esta original introducción de las partes que dividen la novela supone un aliciente añadido, a la vez que te familiariza con el "daiquiri", los "mojitos", el "blody mary", etc, etc.

En definitiva, una novela entretenida, que mantiene la atención y tiene, para más inri, recetas de propina.

Trama complicada en una época interesante











"Sombras y luces"
Jonathan Rabb
Ediciones B. Barcelona (2009)
393 páginas



Un apasionante y cinematográfico misterio en el Berlín de entreguerras. A finales de los años veinte, el cine alemán supera en calidad a cualquier otro. Los actores y los directores reciben el apoyo incondicional del Estado, que financia los mejores estudios del mundo: los de la UFA. Berlín vive una época dominada por el esplendor del expresionismo y una agitada vida nocturna, mientras el nazismo asciende al amparo de una durísima crisis económica. En este apasionante contexto, un importante productor de cine perteneciente a la familia Thyssen aparece muerto. Con la ayuda del mítico director de cine Fritz Lang (que se recupera del fracaso de Metrópolis) y del líder del mayor sindicato del crimen berlinés, el detective Nikolai Hoffner se sumergirá en las cloacas de la decadente República de Weimar. En la investigación hallará misteriosas actrices que aspiran a convertirse en las nuevas Greta Garbo, productores con oscuros intereses y un desenlace inesperado, que influirá decisivamente en el futuro de Europa.La trama incluye una fascinante «batalla» histórica: la lucha por conseguir el cine sonoro, y sus implicaciones propagandísticas.

El argumento del libro consigue que te apetezca leerlo, pero he de confesar que me ha costado mucho seguir la trama, hacerme una idea de lo que estaba pasando y tener claro donde estaban las claves de la novela. En mi opinión, a lo mejor he leído el libro con precipitación, me ha faltado paciencia o, sencillamente, no estaba inspirado, "Sombras y luces" es una novela enrevesada en la que uno no se acaba de aclarar.

Eso sí, el ambiente está descrito estupendamente; por un lado, el autor recoge todos los elementos propios de la novela negra: personajes oscuros, tugurios, ambientes sórdidos, relaciones complicadas, ...., mientras que el libro se convierte en una imponente descripción de la Alemania de entreguerras, con todo lo que conlleva la depresión económica, el trauma de la derrota, la decadencia del país, con todas las frustraciones y la corrupción de la República de Weimar y la aparición con toda su fuerza y su drama del nazismo, clave en el desarrollo y desenlace de la novela.

También presenta el interés de incluir personajes reales, de manera que a lo largo del desarrollo de la trama aparecen el director de cine Fritz Lang y un todavía joven y desconocido Joseph Goebbels, sin olvidar que el muerto que inicia la investigación de los hechos pertenece a la familia Thyssen.

El personaje protagonista es el detective Nikolai Hoffner, un personaje muy rico, con su particular drama personal y familiar. Un libro interesante que no he acabado de digerir del todo.


30 de agosto de 2009

Victoria en el regreso














Real Zaragoza 1 C.D. Tenerife 0





El partido que suponía el reencuentro del Real Zaragoza con su lugar natural, la 1ª División, debí ser una ocasión de fiesta y esperanza para la afición aragonesa, pero las enormes dudas que había generado el equipo en la pretemporada y la larga lista de pifias negociadoras en materia de fichajes que dejaban una plantilla coja y limitada en defensa, hicieron que los seguidores blanquillos no las tuvieran todas consigo ante la visita del Tenerife que, si bien también es equipo nuevo en la plaza, mantenía el esquema que le había convertido en un equipo compacto y difícil.

A la hora de la verdad las cosas salieron mucho mejor de lo previsto y, aunque el Tenerife dio guerra y tuvo bastantes ocasiones, el Zaragoza ofreció buenas sensaciones y, sobre todo, consiguió los tres puntos, algo que muchos veíamos francamente difícil. Existen muchos puntos a pulir, el equipo es blandito arriba y frágil en defensa y, más que nada, son imprescindibles 3 o 4 fichajes, pero ayer los de Marcelino dejaron claro que tienen capacidad para pasear con dignidad por la Liga BBVA.

Lo que más me gustó del Zaragoza de ayer fue la sensación de seriedad, afán de lucha y saber lo que se tiene entre manos que dio el equipo .... vamos, todo lo contrario de lo que sucedía hace dos temporadas con una plantilla de muchas mejores apariencias que la actual. El Zaragoza jugó ordenado, con disciplina y buena disposición, lo que fue imprescindible para suplir las evidentes carencias que aún presenta el equipo. Y tuvo suerte, no hay que negarlo, pues el Tenerife tuco unas cuantas oportunidades muy claras, sobre todo por parte de Alfaro, un gran jugador que ayer tenía el punto de mira desviado; Nino, a su vez, demostró que trabaja tanto como lo hacía en 2ª, pero al menos por ahora no tiene el acierto de antes.

En el capítulo de destacados tengo que citar a cuatro nuevos y uno de siempre; Jermaine Pennant, el primer inglés en la historia del Zaragoza, demostró que es un jugador diferente: un extremo de los de antes, con un dominio excepcional de la pelota y una gran capacidad de desborde, si no hace bobadas puede ser la estrella del equipo; muy bien Carrizzo, ya he dicho en otra ocasión que no me agradan los metas argentinos, pero ayer el ex de River estuvo sobrio y seguro; nota alta para Pablo Amo, un fichaje criticado por un sector ignorante de la afición, tal vez ignorante de que estamos ante un jugador que fue puntero en su equipo de origen, el Sporting, y al que solamente le han oscurecido su presencia en la división de plata y una serie excesiva de lesiones, el madrileño ayer estuvo impecable y, además, sabe salir con el balón controlado; ayer debutó Víctor Laguardia, un canterano que cumplió en un puesto que era el suyo y que está llamado a ser el central titular del equipo en breve plazo. Aunque ayer el mejor fue Leonardo Ponzio, quien a pesar de jugar más de dos tercios del encuentro en una posición que no es la suya, subió, bajó, robó balones y disparó a puerta: todo un festival. En nivel inferior, buena nota para Ayala, Arizmendi y Jorge López. Y accesit para Ander Herrera, que al minuto de salir se inventó una genialidad que terminó en gol.



En el lado negativo hay que citar, en primer lugar, a dos nuevos fichajes que aún no han cogido el tono: Abel Aguilar está pesado y es demasiado lento; tiene una planta espectacular y sus temporadas pasadas en Xerez y Hércules hacen presumir que irá a más, aunque ayer fue el más flojo. Uche tiene mucha movilidad, pero ayer estuvo desacertado en el control y romo en ataque. Gabi fue otro jugador al que le queda por mejorar.

La victoria es importantísima, pues supone empezar con buen pie y adquirir una moral y un ánimo que se hacían necesarios con urgencia. Ahora tocan dos días decisivos, pues quedan menos de 48 horas para el cierre del mercado y el Zaragoza, como suele ser habitual, no tiene todos los deberes hechos. marcelino ya ha dejado claro que necesita un lateral derecho, un central y un delantero, si se consigue traerlos habrá motivos para la esperanza, si al final, como ha pasado en años anteriores, quedan huecos, la victoria de ayer se puede empañar demasiado pronto.





29 de agosto de 2009

Murieron en Independencia



Me apetecía dar hoy un garbeo por la nostalgia y he puesto en marcha la máquina del recuerdo. Si regreso a los años de mi infancia y a mi primera juventud, una parada lógica está en el Paseo de la Independencia, una vía hoy modernizada y dinámica, aunque el paseo ande tal vez menos humanizado que aquél que conocí hace tantos años. Un lugar con sus cines y bares,  los limpiabotas sentados junto a los porches, los ciudadanos moderando el ritmo de sus andares y tantos establecimientos que han ido desapareciendo con los años.

No se si es el último caído, pero ha sido reciente y lo he sentido muy especialmente: la Librería "Lepanto", ubicada en la esquina con la calle Cádiz y que tenía el aire inigualable de librería pequeña y entrañable, de esas de las que cada vez quedan menos, ...  librerías de "libreros", de "entendidos". La atendía el dueño, un hombre que lo sabía todo de los libros y cuyo fallecimiento supuso el fin del negocio. Creo recordar que el último libro que compré allí, sería por el año 1972, fue "La vida sale al encuentro", de José Luis Martín Vigil, un libro que pienso nos hicieron leer a todos los adolescentes de mi generación. He encontrado dos bonitos artículos publicados a raíz del cierre del establecimiento:

http://www.centrodellibrodearagon.es/asp/articulos_detalle.asp?cod=10
http://www.clubkirico.com/cierra-la-libreria-lepanto-de-zaragoza-tras-58-anos-de-historia-mariano-garcia-el-heraldo

En la otra acera, cerca de k lo que ahora es "Corte Inglés", se ubicaba  otra librería pequeña llamada "Gacela",  que cerró muy pronto, mientras que la "Librería General", que hoy domina el Paseo, se encontraba en un viejo local de la Calle San Miguel".

No muy lejos de "Lepanto" estaba la Cafetería "Ceres". Ya se sabe que bares, restaurantes, ... siempre ha habido muchos en Zaragoza, pero cafeterías en la tradicional extensión de la palabra no había excesivas, al menos de esas señoriales, a las que acudían para disfrutar de largas conversaciones las señoras elegantes, peinadas de peluquería y vestidas con pieles y joyas, donde  servían chocolates con churros en su punto y café que era café, con  camareros  ya mayorcitos y con la experiencia que da el humo de cien batallas. Al otro lado del Paseo, ya casi en la Plaza España, estaba "Las Vegas", un nombre que de pequeño lo escuchaba como si fuera una especie de lugar mítico y de superlujo, aunque ya no tengo claro si era más cafetería de encuentro o lugar de aperitivo. La otra cafetería señera de la ciudad, también desaparecida, estaba en Mola (hoy Sagasta) y se llamaba "Imperia", teniendo fama de hacer los mejores croissants de la ciudad. En Imperia trabajaban jovencísimos repartidores que los fines de semana gastaban suelas repartiendo tartas y pasteles a domicilio.

Había otro tipo de establecimientos hosteleros y entre todos destacaban "Los Espumosos". Hoy día siguen vivos en el Paseo Sagasta, cerca del "Corte Ingles", pero los tradicionales, los históricos siempre serán los que se ubicaban más o menos donde hoy están los Helados Italianos, con sus cañas con limón, sus zarzaparrillas y, antes que nada, esos camareros que cantaban los pedidos con ese tonillo peculiar que los hacía únicos. Y al lado de "Las Vegas" estaba "La Maravilla", un bar-restaurante con sabor más castizo que su vecino, donde intuyo abundaban las tertulias taurinas, las peñas de quinielistas y los encuentros de jubilados. Aunque para tradición la del "Café Gambrinus", donde nunca entré, aunque no hacía falta para intuir todo el señorío, la tradición y el estilo de quienes lo frecuentaban. El Restaurante "Bienvenido", la Granja "Kelito", el "Stork club" y las Cafeterías "Roma" y "Avenida" son otros de los establecimientos caídos al cabo del tiempo.

De cines ya hablé en otra ocasión; hoy en día tan sólo subsisten las múltiples salas del Palafox, pero hace 25 años podías encontrar bajando a la derecha el "Dorado", el "Avenida" y el "Actualidades", mientras que a la izquierda aparecían el "Coliseo Equitativa" y el "Argensola", por no citar los cercanos como el "Goya", el "Rex" y el "Aragón".

Ha habido más defunciones, como el Banco Rural y Mediterráneo, "Marín Chivite" y "Octavio y Félez"; otros aguantan el tiempo manteniendo el estilo de siempre como la Bombonería "Soconusco", la Farmacia "Castejón" o Comercial "Millán" o habiendo modernizado instalaciones como los "Helados Italianos", que se han cambiado de acera, la Farmacia "Zatorre" que ahora se llama de otra manera o la tienda de moda del ilustre "magnífico" Severino Reija.Hoy en día todo es más moderno; hay grandes comercios, bares sin excesivo glamour, franquicias y alguna tienda de diseño, pero a mí todo me parece mucho más frío e impersonal. Somos así de nostálgicos y rancios ...


28 de agosto de 2009

Gárate, el ingeniero del area



En el Atlético de Madrid de los años 60 y 70 militaba un ariete espigado y discreto que se llamaba José Eulogio Gárate. Había nacido en Argentina en 1944, aunque por pura casualidad, pues los padres del chico vivían en Eibar, a Gárate se le ocurrió venir al mundo durante una visita que éstos realizaron a sus abuelos, exiliados en la guerra civil y que vivían en el país sudamericano.

Gárate jugó sus primeros años en el equipo eibarrés, de donde pasó al Indauchu, un conjunto de Bilbao que llegó a militar en 2ª División. Cuentan los entendidos que Gárate no llegó a jugar en el primer equipo del Athletic porque por aquel entonces la interpretación de la exigencia del origen vasco de los jugadores que podían formar parte de la plantilla de los leones no solamente no era lo amplia que es ahora, sino que resultaba enormemente restrictiva: por la misma razón Chus Pereda acabó en el Barça y Miguel Jones, un rápido extremo de color, en el Atlético de Madrid, al igual que Gárate. El ariete fichó por el equipo colchonero en 1966 y jugó once temporadas allí. En ese periodo conquistó tres campeonatos de Liga (temporadas 69-70, 72-73 y 76-77), dos de Copa (1972 y 1976) y una Copa Intercontinental (1974), consiguiendo en tres ocasiones el trofeo Pichichi al máximo goleador de la Liga, aunque siempre compartiéndolo con otros jugadores  (con Amancio en la temporada 1968-69 -14 goles-, otra vez con el gallego y con su compañero Luis en la siguiente -16 goles- y con Carlos Rexach en la 1970-71 -17 goles-).

A mí me encantaba Gárate: no era un delantero centro estático, sino que sabía moverse por todo el área y caer a las bandas, tenía buen disparo y un remate de cabeza certero. Pienso que fue el delantero centro más completo de su época, aunque es posible que Santillana fuera más espectacular, habiendo de competir con otros buenos arietes como Quino, Ansola, Arieta y Quini. Pero por encima de todo, Garate era un jugador elegante, conducía el balón con un saber estar y una armonía notable y dentro del campo era todo un caballero. En un mundo donde imperaba el mal estilo, la trampa traicionera, la provocación rastrera y el recurso al insulto y la agresividad, llamaba la atención observar a un hombre como Gárate, al que los grandes centrales de la época repartían estopa por doquier, levantarse sin decir una palabra de mas ni tener un sólo mal gesto tras recibir una tarascada detrás de otra. Eran tiempos donde había defensas verdaderamente temibles, como los madridistas Pedro De Felipe y Goyo Benito, los realistas Martínez y Gorriti o la célebre dupla sudamericana que formaban en el Granada Fernández y Aguirre Suárez. Gárate estudio la carrera de ingeniero industrial y no cabe duda de que se comportaba como un autentico "ingeniero del área". También llamaba la atención su facilidad de palabra en una época donde los futbolistas representaban con frecuencia el papel de "desertor del arado". Me viene a la memoria una anécdota que se cuenta del gran Carlos Lapetra, perteneciente a una importante familia oscense, quien había estudiado Derecho y comido siempre caliente; el extremo zurdo de los magníficos contaba que en una ocasión acudió a la concentración de la selección nacional B y al llegar a la habitación del hotel se encontró con un gitano de casi dos metros que tendiéndole la mano le dijo "hola, zoy Mingorance".

José Eulogio Gárate formó parte de esa delantera mítica del Atlético: Ufarte, Luis Gárate, Adelardo y Collar, ataque al que con los años se fueron sumando jugadores del nivel de Irureta, Alberto, Salcedo y, con la llegada de extranjeros al fútbol español, el argentino Ratón Ayala y el brasileño Leivinha. El Atlético se caracterizaba por tener una defensa infranqueable (Ovejero, Panadero Díaz, Capón, Eusebio, Benegas, ..) y un centro del campo creador donde destacaban el gran Luis Aragonés y Jabo Irureta, un interior zurdo de nivel. Recuerdo un sensacional partido de Gárate y todo el Atlético frente al Dinamo de Bucarest en Copa de Europa y la desdichada final de dicho Torneo que los colchoneros tenían ganada frente al Bayern de Munich en 1974 hasta que en el último minuto de la prórroga un afortunado gol de Schwazenberg provocó un partido de desempate en el que los bávaros acabaron imponiéndose.

Pero, por encima de todo, quede el homenaje a un jugador de fútbol que se paseó por los campos de España y Europa demostrando señorío y fair play.



Arriba: Rodri, Martínez Jayo, Ovejero, Calleja, Iglesias y Adelardo.
Abajo: Ufarte, Luis, Gárate, Irureta y Salcedo.

27 de agosto de 2009

Forges sobre la crisis

Hay ocasiones en que estás espeso y no sabes que poner en el blog; en ocasiones lo que pasa es que no quieres ser reiterativo y repetir el recurso a la canción, al libro o al personaje. Así en noche de desvelo he tenido la ocurrencia de abrir un nuevo espacio dedicado al humor; no se como lo voy a enfocar y que tipo de entradas lo van a conformar, aunque para empezar no tengo ninguna duda de que Antonio Fraguas "Forges" es una garantía.

Y en los tiempos que corren no cabe duda de que un tema interesante es el de la crisis económica, con lo que, sin afán de frivolizar, he recogido cuatro genialidades del humorista madrileño sobre la cuestión.

















Nota: A mí me parecen especialmente geniales el primero y el último; el recurso a algo tan castizo como el jugarse algo a los chinos y el planteamiento de una pelea en tre un arquitecto y un notario por una crioqueta perdida rebasan la genialidad; por otra parte, veasé la cara de codicia del vendedro de pisos, así como la mirada perdida y el aire apocado del joven buscador de trabajo.

26 de agosto de 2009

El último del clan



Ayer, a la edad de 77 años, falleció Edward Kénnedy; al senador demócrata se le había diagnosticado hace poco tiempo un tumor cerebral contra el que al parecer ha luchado de manera ejemplar. Basta darse un garbeo por la red para encontrar todo tipo de datos, valoraciones, anécdotas y, sobre todo, alabanzas, por lo que me remito a la prensa, escrita y digital, por lo que se refiere a loa biografía del menor de los Kénnedy.

El apellido Kénnedy es marca cualificada en la historia reciente de los Estados Unidos; la carrera política de los hermanos Kénnedy la viví siendo un niño, con lo que difícilmente puedo tener unan opinión seria y formada sobre la misma; sí que recuerdo perfectamente el momento en que me enteré de los asesinatos de John y Robert Kénnedy; el primero se produjo el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, un día antes de cumplir yo 5 años y tengo grabado el momento en que estando yo cenando en la cocina de casa entró mi padre comentando que habían matado a quien era entonces presidente de los Estados Unidos; su hermano Robert fue asesinado el 6 de junio de 1968 en el Hotel Ambassador de Los Ángeles cuando había consolidado su carrera para conseguir la presidencia de USA, también me acuerdo que ese día estaba de excursión con el colegio al Castillo de Loarre y escuché a un profesor comentarle a otro desde lejos el trágico suceso.

En aquellos momentos, para un niño ingenuo y poco maleado, los Kénnedy no eran más que unos políticos que caían simpáticos porque sonreían, tenían aspecto juvenil y encima eran católicos. La huella de la muerte de John no pasó de ese recuerdo puntual que he referido; al cabo del tiempo lo único que quedaba era la presencia en la prensa de su viuda, Jacqueline, una mujer con mucha personalidad que aparecía con frecuencia en el Hola. La muerte de Robert me pilló con más capacidad de racionamiento; creo recordar que sucedió poco tiempo después del asesinato de Martin Luther King, y ambos hechos me llevaron a comprobar la existencia evidente del mal, a tener conciencia de cómo se podía frustrar de un plumazo toda la ilusión, y también la ambición, de una vida.

Edward Kénnedy era el tercero en discordia, y en mi simplísima cabeza infantil no cabía ninguna duda de que este hombre podría alcanzar lo que tan poco le duró a su hermano mayor y lo que nunca llegó a ser su hermano Robert. Seguro que estos días van a ser tiempo de grandes análisis, de esta manera todos podremos conocer un poco más los entresijos de la carrera política de un hombre que parecía llamado a las máximas instancias de poder y al final solamente aspiró a ser senador.

En la historia de Ted Kénnedy también existe un punto oscuro; el 18 de julio de 1969 el entonces joven senador regresaba de una fiesta junto a su secretaria, Mary Jo Kopechne, y su vehículo se precipitó a un canal en la isla de Chappaquiddick, en Massachusetts; Ted pudo salir pero no su acompañante, quien murió asfixiada. Kennedy abandonó el lugar y no dio parte a la Policía hasta el día siguiente, en un episodio que aún hoy está rodeado de misterio y cuya sombra le ha acompañado desde entonces. Muchos aseguran que aquí está el porqué de que su aspiración a ocupar la Casa Blanca quedara frustrada. En 1980 realizó su única intentona para ser elegido candidato por el Partido Demócrata, perdiendo las primarias con el entonces presidente Jimmy Carter, quien luego caería derrotado en noviembre frente a Ronald Reagan.

Al parecer Ted Kénnedy era un auténtico "animal político", un hombre apasionado por su trabajo como Senador y que intervino en múltiples decisiones y proyectos. Su vida familiar no fue tampoco fácil, con un matrimonio complicado con su primera esposa, Joan, y con la batalla contra el cáncer que le costó la pierna a su hijo primogénito. Cuentan los expertos que la gran pasión del senador Edward Kénnedy siempre fue la reforma sanitaria y que la sanidad USA le debe muchísimas cosas; al parecer también fue muy importante su papel en la elección como candidato a la presidencia por el Partido Demócrata del actual presidente Obama.

Con el fallecimiento de Edward Kénnedy un apellido ilustre, importante, llamativo, ... también polémico, entra en la historia definitivamente.



25 de agosto de 2009

"Un beso y una flor", Nino Bravo (1972)



La muerte de Nino Bravo fue uno de esos sucesos trágicos que causan una conmoción general en un tiempo y en un lugar determinado; el 16 de abril de 1973 el Cantante valenciano fallecía inesperadamente a consecuencia de un accidente de tráfico a pocos kilómetros de la localidad conquense de Villarrubio. El BMW que acababa de adquirir el cantante se salió de la carretera en una curva y éste sufrió heridas que le ocasionaron la muerte. Recuerdo perfectamente que me enteré al llegar del colegio -hacía por entonces 5º de bachillerato- cuando la portera de casa comentaba con unos vecinos la portada del "Aragón Express", un diario vespertino zaragozano de la época.

Cuando murió Nino Bravo tenía 28 años y estaba en la cresta de la ola; era posiblemente en aquel momento el cantante español con mejores números en las listas de éxitos. Le había costado llegar a la cima y, aunque siempre se había valorado su tremenda voz, no acababa de "romper". Su primer gran éxito fue "Te quiero te quiero" (1969), una canción de Augusto Algueró que aunque estaba preparada para Raphael y Lola Flores -dos auténticos iconos del momento, acabó consagrando al valenciano. Tras ella aparecieron otras como "Noelia", "Mi tierra", "cartas amarillas", "Mi gran amor", "Nuestro hogar será el mundo", ... Nino Bravo intentó en dos ocasiones ser elegido para acudir al Festival de Eurovisión, que en aquella época no era el cachondeo actual, primero en 1970 con la canción "Esa será mi casa" y en 1971 a través del programa de Lazarov "Pasaporte a Dublín", Julio Iglesias y Karina impidieron que cumpliera su sueño.

Al tener el accidente Nino, que se llamaba en realidad Luis Manuel Ferri Llopis, triunfaba por toda España con el tema "Libre", que hablaba de un joven que huía de un campo de concentración en busca de la libertad y, como el Cid Campeador, llegó a triunfar tras su muerte con "América América". Las canciones de Nino Bravo siguen sonando al cabo de casi 40 años y se han realizado miles de versiones de las mismas.

De entre todas me quedo con "Un beso y una flor", una canción que escuché por vez primera un 1 de junio de 1972 en el autobús que nos llevaba de excursión a los de mi clase al Castillo de Javier un día después de que el Zaragoza consumara su ascenso a 1ª división, algo que ha vuelto a pasar varias veces más; tal vez por eso me hace especial gracia este tema.


24 de agosto de 2009

Actores de doblaje

Ayer oía comentar con alguien que entre las ventajas de saber inglés se encuentra el poder escuchar la mayoría de las películas con la voz original de los actores; y es cierto, estoy seguro que las grandes películas aún te hacen disfrutar más si escuchas la auténtica voz de Humphrey Bogart, Bette Davis, Katherine Hepburn, Paul Newman, Kate Winslet o Tom Cruise. Así el sentimentalismo de Ingrid Bergman en "Casablanca", el drama de Jack Lemon en "Días de vino y rosas", la fría dureza de George C. Scott en "Patton", la locura de Jack Nicholson en "Alguien voló sobre el nido del cuco" o el dominio patriarcal de Marlon Brando en "El Padrino" es posible que se contemplaran de otra manera.

Pero, afortunadamente para los que no somos precisamente un hacha en cuestión de idiomas, existen personas con la profesionalidad suficiente para suplir este tipo de limitaciones y el arte adecuado para poner la voz en castellano a todos estos grandes actores de tal manera que regalan cada uno de ellos una voz determinada. Hoy en día España es un país con un elenco de actores de doblaje de primerísima calidad; todavía recuerdo los infumables doblajes de algunas series de televisión de mi infancia, del tipo del "Show de Lucile Ball" o "Mis hombres y yo", con risas artificiales y acentos hispano-mejicanos: "vete a tu recámara y ponte la piyama", "!cielos!, se atoró", ... Ahora ya no pasa ésto y nos encontramos con un trabajo serio y profesional, de manera que cada estrella de la pantalla tiene una voz acreditada que no obstaculiza la brillantez de su trabajo en escena.

Muchos de los grandes actores de doblaje españoles tuvieron protagonismo en su día en el cine y la televisión, nombres como el ya fallecido Ernesto Aura, que dio la voz a estrellas del nivel de Warren Beatty, Dirk Bogarde, James Coburn, Alan Rickman, Arnold Schwarzenegger, Clint Eastwood y Robert de Niro entre muchos otros, Gloria Cámara (Anne Baxter, Jacquelinne Bisset, Rita Hayworth, Jean Harlow, Jessica Lange, ...), Ricardo Tundidor (Maurice Chevalier, Kirk Douglas, José Ferrer, Rock Hudson, ...), Manuel Tejada (Jeff Bridges, William Holden, ...) o María Massip (Anouk Aymeè, Lauren Bacall, Joan Fontaine, Olivia de Havilland, Marlene Dietrich, ...) son caras que todos vimos un día en la pequeña pantalla y cuya voz nos es hoy familiar por habérsela prestado a otros.

Es posible, a mi me pasa, que no estemos sabiendo valorar el trabajo de estas personas, que tras asistir a la proyección de un buen estreno o tras ver por enésima vez un film mítico no ahorremos elogios al director, a determinados actores, a la dirección de escena o a la banda sonora, y pasemos absolutamente de lo bien doblada que estaba la cinta, y no nos quepa duda que sin ese doblaje no hubiera habido éxito, al menos redondo. Es posible que los actores de doblaje sean los grandes desconocidos del panorama cinematográfico, pero tienen un trabajo difícil, que exige preparación, concentración y autoexigencia y, sobre todo, una profesionalidad realmente especial.

Puede que en la vida nos toque en ocasiones hacer el papel de "dobladores", es decir, estar en segunda fila, en la recámara, tras los brillos y las burbujas del éxito; hacer una labor oscura, ser ignorados y que nadie agradezca lo que hemos hecho. Puede que la madurez estribe en ser consciente de que el valor no está en el éxito exterior, estar más preocupados de lo que pensamos de nosotros mismos que de la opinión de los demás, tratar de hacer las cosas bien aunque nadie se entere. Seguro que cada día nos topamos con muchos "actores de doblaje" cuya labor a lo mejor no sabemos apreciar como se merece.






23 de agosto de 2009

"Manolete"



Tenía ganas de hablar algo de toros en este rincón; no soy un entendido, aunque es un tema que he vivido desde pequeñito porque mi padre sí lo era y, además, he conocido a más de uno con muchas horas de vuelo en el tema. De cualquier manera no pretendo propiamente entrar en detalles técnicos, sino realizar unos comentarios "a vuela pluma".

Hay muchos toreros que, por una u otra han entrado por la puerta grande de la historia del toreo; desde Joselito y Belmonte hasta José Tomás, Enrique Ponce y Morante de la Puebla, pasando por Marcial Lalanda, Domingo Ortega, Ordóñez, Bienvenida, "El Viti", "El Cordobés","Paquirri" o Manzanares. Pero tal vez en "Manolete" encontramos todos los elementos propios de la leyenda.

Se habla de distintas escuelas taurinas; hay dos grandes tierras de toros: Salamanca, cuyos toreros, los castellanos en general, hombres serios, recios, sin un gesto cara a al galería más allá del permitido, cuyo máximo exponente ha sido siempre Santiago Martín "El Viti", un hombre adusto y serio que marcó toda una época y Andalucía, con mención para Sevilla, tierra de arte, con diestros de aire pinturero y faenas alegres; tal vez Curro Romero, el "Faraón de Camas" sea el torero que defina mejor este estilo.

Pero ya sabemos que en el sur Córdoba es distinta, allí la gente es seria, tendente al ensimismamiento y a la filosofía, perfil al que responde muy bien Manuel Rodríguez "Manolete". Todos conocemos la imagen seria, distante y austera del matador cordobés. Manolete era hijo de torero, pues su padre no pasó del pelotón de los discretos con su mismo apodo y su madre, con nombre absolutamente apropiado a las circunstancias: Doña Angustias, estuvo casada con "Lagartijo Chico".

Joselito y Juan Belmonte, sobre todo este último, sentaron las bases del torero moderno; a partir de Belmonte se impuso el temple, la serenidad, el dominio del hombre sobre el animal. Manolete, una década después, llevó a su máxima expresión la estética de Belmonte con su estilo, elegante y vertical que evolucionó el arte de la muleta, toreando de frente y citando de perfil. Mantenía la postura de perfil, no exagerado, pero casi al hilo del pitón, manteniendo con la muleta retrasada, lo que obligaba al toro a pasar previamente ante el cuerpo del torero para dar con aquélla. Y donde el torero se esmeraba del todo era al entrar a matar; Manolete es uno de los grandes "matadores" que ha habido nunca, quizás el que con mayor precisión ha realizado a lo largo de la historia la suerte del volapié, en el ejercicio de la cual encontraría la muerte al ser cogido en Linares (Jaen) por el toro "Islero" de la ganadería de Miura.

En Córdoba existe el nombramiento de "Califa del toreo", un título honorífico que se le da a los grandes matadores de la provincia que fue creado por el escritor Mariano de Cavia (bajo el curioso seudónimo de "Sobaquillo"); Manolete fue nombrado el cuarto de ellos, el primero fue Rafael Molina "Lagartijo", que mantuvo una célebre rivalidad primero con "Frascuelo" y luego con quien sería el segundo califa: Rafael Guerra "Guerrita", de quien se cuentan mil anécdotas derivadas de su "creatividad" en el lenguaje: "ca uno es ca uno", "Lo que no pue sé no pue sé y ademá es imposible"o "Hay gente pa tó". El tercer Califa del toreo fue Rafael González Madrid, "Machaquito", quien compitió con "Bombita" por la primacía del toreo durante la primera década del siglo XX. El último Califa ha sido Manuel Benítez "El Córdobés".

Manolete también tiene en su vida el punto romántico; su novia se llamaba Lupe Sino, una actriz que en realidad se llamaba Antoñita Bronchalo Lopesino. El torero la conoció en el Bar "Chicote" de Madrid y se la presentó la gran Pastora Imperio. A Lupe, una mujer guapísima, se le puso, no se si justificadamente o no, el sambenito de despilfarradora y "buscona" y nunca gustó en el entorno de Manolete, en especial de su madre que al parecer desarrollaba una influencia enorme en Manuel Rodríguez. Se cuenta que Doña Angustias y Alvaro Domecq, gran amigo de la familia, fueron los que impidieron que el torero se pudiera casar con Lupe en el lecho de muerte como habría sido su deseo.

Se ha publicado todo tipo de literatura sobre "Manolete", su arte, su vida y su época y recientemente, se estrenó una película.


21 de agosto de 2009

"El príncipe de las mareas" (1991)

"El príncipe de las mareas" fue una de las mejores películas del año 1991; fue nominada para siete Oscars, entre ellos el estelar a la mejor película y el del mejor actor principal en la persona de su protagonista, Nick Nolte, aunque al final no consiguió ninguno; lo tenía bien difícil, pues tenía que luchar contra "El silencio de los corderos", la gran película de Jonathan Demme que supuso la tardía y merecida consagración de Anthony Hopkins.

La película fue dirigida por una de sus protagonistas, Barbra Streissand en el papel de la psiquiatra Susan Lowenstein, aunque quien está magistral es Nick Nolte, de quien supe su existencia por vez primera cuando protagonizó con Peter Strauss la serie "Hombre rico, hombre pobre", adaptación televisiva de una novela de Irwin Shaw. Nolte borda el papel de Tom Wingo, un rudo entrenador deportivo del sur que acude a Nueva York a ver a la psiquiatra de su hermana tras el enésimo suicidio de ésta. Los papeles de hombre duro y más bien chulesco le van que ni pintados al actor de Nebraska.

De las más de dos horas de cinta recuerdo muy especialmente las escenas primeras, que reflejan la durísima niñez del protagonista, con un padre maltratador y una madre amargada por tal circunstancia, con especial relevancia a la escena de la violación, una de las más duras que recuerdo en una película. La relación de Wingo con Lowenstein es también relevante, con el contraste de las formas rudimentarias del primero y el estilo de la psiquiatra, una mujer brillante marcada por su matrimonio con un músico estúpido y ególatra. Inolvidable la escena final, con la despedida entre Streissand y Nolte, quien decide volver con su mujer y sus tres hijas, y el monólogo final de éste último, magníficamente logrado.

Destacado el papel de Kate Nelligan, que interpreta a la madre de Wingo y que fue nominada como candidata al Oscar a la mejor actriz de reparto; Nelligan no había tenido una carrera cinematográfica excesivamente señalada, aunque había intervenido en películas de cierta fama como "Una inglesa romántica" (1975), de JosephLosey, compartiendo reparto con Glenda Jackson y Michael Caine o "Drácula" (1979), junto a Lawrence Olivier, posteriormente destacarán sus papeles en "Lobo" (1994), "Donde reside el amor" (1995) y "Las normas de la casa de la sidra" (1999).

Me he encontrado con personas a quienes no entusiasmó la película, respeto todas las opiniones, por supuesto, pero en una época en la que seguí bastante más que ahora el cine, ésta es una de las cintas de las que guardo mejor recuerdo. Además, "El principe de las mareas" es de esas películas que hacen pensar, que ofrece posibilidad al "Cine Forum" y que te fomenta ideas positivas.




Dos de detectives norteamericanos



En el amplísimo muestrario de las novelas policíacas ha de haber un hueco para las que están protagonizadas por los típicos detectives americanos; suele tratarse de personajes con una acusada personalidad, con tendencia a pasarse la ley por el arco de triunfo, frecuentemente de vidas agitadas y pasado oscuro. Son novelas que sirven para desoxigenar y que se pueden leer de un tirón. En la Biblioteca de Zaragoza encontré al poco de regresar de mis vacaciones dos a las que hacía tiempo tenía puesto el ojo y, tras su lectura, hoy mismo he acudido a devolverlas.














"La promesa"

Harlan Coben
RBA. Barcelona (2007)
379 páginas


Han pasado seis años desde que Myron Bolitar dejó de jugar a los superhéroes. En seis años no ha tocado un arma, ni mucho menos la ha disparado. No ha llamado a su amigo Win, el hombre más peligroso que conoce, para que le ayude a salir de algún lío. Pero esta situación está a punto de cambiar...debido a una promesa. Termina el curso escolar y algunos chicos se desahogan, beben y conducen tras meses de presión en el instituto. En una fiesta, Myron tiene una conversación con dos adolescentes hijas de unos amigos y les hace prometer que si algún día están en problemas y no se atreven a llamar a sus padres, le llamaran a él antes de meterse en un coche con un conductor bebido. Noches después Myron recibe una llamada a las dos de la madrugada y, fiel a su palabra, recoge a una de las chicas y la lleva a un callejón sin salida de New Jersey, donde ella dice que vive su amiga. Al día siguiente, los padres de la chica descubren que su hija ha desaparecido. Y Myron fue la última persona que la vio....

La primera vez que supe de la existencia de Coben fue precisamente leyendo la crónica de este libro que realizaba "La Gangsterera", una revista digital sobre novela negra cuya edición creo no se actualiza desde hace más de un año. Tras apuntar al autor en mi lista de pendientes y antes de ésta ya devoré dos de sus obras: "Motivo de ruptura" y "El inocente". Algunas de las novelas de Coben, es el caso de la comentada, es protagonizada por Myron Bolitar, quien no es propiamente un detective, sinouna antigua estrella de la NBA, malograda por una lesión, que trabaja, más o menos, de agente deportivo, aunque en realidad lo que hace es deshacer entuertos. Bolitar es todo un personaje, un héroe de ficción francamente logrado y junto a él aparece su compañero Win, una especie de ejecutor y toda una serie de personajes siniestros, muy del "lumpen", francamente originales y que colaboran con él.

"La promesa", como las otras obras que he leído de Harlan Coben es una novela muy bien elaborada, con ritmo y un perfecta estructura. El autor sabe desarrollar el argumento y mantiene hasta el final la atención y la intriga. Bolitar trabaja en Nueva York y salta a la vista que Coben conoce a la perfección todos y cada uno de los ambientes de la gran manzana.

Una excelente novela, con un tema tan original como real y un autor a tener muy en cuenta.














"El desconocido"
Robert Crais
Ediciones B. Barcelona (2008)
398 páginas

Una llamada de la policía interrumpe el sueño del detective Cole: alertados por un disparo, han encontrado a un hombre herido en un callejón. Poco antes de morir, el desconocido afirma buscar a su hijo: Elvis Cole. Obsesionado desde la infancia por no haber conocido a su padre, Cole decide investigar con la ayuda de su compañero Joe Pike. Pero cada nueva pista que desvelan se adentra en un terreno plagado de espantosos asesinatos que pudo haber cometido un hombre sin identidad. Un desconocido. Cole no sabe que la investigación está despertando la atención de otro monstruo: un sanguinario asesino que guarda relación con el pasado del desconocido. Un psicópata que pronto se lanzará al ataque.


Pienso que Robert Crais está un pequeño escalón por debajo de Coben, aunque se trata de un buen escritor que previamente había triunfado como guionista de series de televisión como "Hill Street Blues", por la que ganó un premio Emmy, "Cagney & Lacey", "Quincy", "Miami Vice" y "L.A. Law", llegando a redatar el guión de una película, "Hostage" (2005) protagonizada por Bruce Willis. Como escritor Crais ha creado un personaje interesante: Elvis Cole, un ex-policía convertido en detective privado; también tiene un aliado: Joe Pike, otro personaje francamente interesante. Cole, que trabaja en Los Ángeles, es un hombre duro, que viene del arroyo, ha combatido en Vietnam y tiene que salir adelante contra viento y marea y, en ocasiones, por caminos poco ortodoxos.

En "El desconocido", una novela que me llamó la atención desde que vi su portada y leí su argumento, Crais demuestra que sabe escribir y consigue un libro ágil, que interesa y que cuenta una historia con toques de humanidad. El autor juega continuamente con lo ocurrido en el pasado, pues el drama que explota en la actualidad viene dado por las desgracias y los crímenes del pasado.

Se trata de una novela que se lee muy a gusto y que invita acompletar la colección protagonizada por Elvis Cole.


19 de agosto de 2009

El síndrome del mohicano



"El último mohicano" es el título de una novela de James Fenimore Cooper ambientada en un momento histórico: las guerras entre Francia e Inglaterra por el dominio de los territorios del Nuevo Mundo. En plena lucha entre ingleses y franceses por la posesión del Canadá, el último descendiente de los indios mohicanos se ve implicado en la contienda, los terribles indios hurones acechan constantemente la vida del protagonista, que sólo quiere sobrevivir en su tierra. Las hijas del Coronel Munroe, Cora y Alice, se ven implicadas en un peligroso viaje, en compañía de un músico; el joven mohicano les ayudará a sobrevivir, hasta que los indios enemigos le tienden una trampa y son capturados.

Esta magnífica novela de aventuras, a la altura de los grandes clásicos del género que con tanto acierto nos hacían leer en nuestra infancia ("La isla del tesoro", de Robert L. Stevenson, "El corsario negro", de Emilio Salgari, "Ivanhoe", de Walter Scott o "La vuelta al mundo en 80 días", de Julio Verne, entre muchas otras), fue llevada al cine en varias ocasiones; cuando era niño recuerdo haber visto la versión de Harald Rein, una coproducción hispano-alemana-italiana realizada en 1965 y protagonizada por actores que al menos a mí me suenan tan poco como Joachim Füchsberger, Karin Dor, Daniel Martín, Anthony Steffen y Carl Lange. Mucho mejor y más famosa es la última versión, dirigida en 1992 por Michael Mann y protagonizada por uno de los grandes: Danny Day-Lewis, quien comparte cartel con Madeleine Stowe, Russell Means, Eric Schweig, Jodhi May y Steven Waddington, entre otros. En esta película destaca la formidable escenografía y, sobre todo, una excepcional banda sonora de Trevor Jones y Randy Edelman.

Me he referido a "los terribles indios hurones", unos aguerridos y crueles indígenas que aparecen en ambas películas con aspecto feroz y con una especie de crestas en sus cabezas rapadas. Yo en los últimos tiempos no se si sentirme también como el último ejemplar de mi raza cuando voy por la calle y veo crestas, rastas, tornillos y clavos entre éstas, pelos de todos los colores, escalones diversos en el cabello y la más variada gama de originalidades capilares. A lo mejor es que me estoy haciendo mayor, pero no puedo evitar la sorpresa y, en ocasiones, hasta cierto estremecimiento cuando a la salida de un colegio o instituto, en algún bar o en la propia calle me cruzo con individuos e individuas que si uno se pone a darle a la imaginación puede acabar pensando que se encuentra en 1757 a orillas del río Hudson.

Soy consciente de que los tiempos cambian y evolucionan, que hace tres siglos los hombres llevaban peluca y las mujeres "miriñaque" y, por supuesto, se distinguir la ética de la estética, que conozco a gente estupenda con pelos muy "desmadrados", pero a mí hay aspectos que me siguen pareciendo siniestros.