Desde mi regreso de vacaciones, unos diez días antes de terminar julio, han pasado por mis manos unos cuantos libros; la mayoría de ellos me ha dejado un buen regusto literario. Por encima de todos he de destacar la primera entrega de la trilogía sobre París escrita por Maurice Druón, un nuevo acierto de los "Libros del Asteroide", así como "Defender a Jacob", una impactante novela judicial que al final resulta ser algo más que eso. De Biescas ya traía comenzado "Tres noches", un relato duro y en ocasiones inquietante y una de las aventuras de la Comisaría 87 de Ed McBain, todo un clásico. He recomenzado la serie del Inspector Pitt y su esposa Charlotte de Anne Perry después de bastantes años, he leído una grata y elegante novela de una autora inglesa de posguerra, mientras que en esta ocasión la oveja negra vino del norte, en concreto de una escritora danesa que no me ha convencido nada.
Uno de los libros que llevaba tiempo esperando su turno era "Tres noches", la única novela traducida al castellano del norteamericano Austin Wright; se trata de una novela publicada en 1993 con el nombre de "Tony and Susan" y que Salamandra publicó el año pasado con título nuevo, casi diez años después del fallecimiento del autor. Se trata de un libro complejo, pues su argumento se centra en el original manuscrito de una novela que Susan Morrow, profesora de literatura, recibe de su ex-marido, Edward Sheffield, de quien hace diecinueve años que no sabe nada; el paquete trae el encargo de que la destinataria realice una valoración sobre la novela. A partir de ahí nos encontramos con el fenómeno de una novela dentro de otra novela y aunque los primeros capítulos se centran en la trama de Edward, auténticamente dramática e inquietante, poco a poco Susan va tomando protagonismo y nos enfrentamos a dos argumentos que cohabitan entrelazados. Se trata de lo que hoy en día se llamaría un thriller psicológico en el que los dos personajes principales son precisamente los protagonistas de la lectura y de lo leído: Susan y Tony Hastings, un inseguro profesor universitario de matemáticas que tiene un casual y trágico incidente de carretera en un viaje nocturno con su mujer y su hija. Wright se centra en el drama de Hastings para divagar sobre la conciencia, la venganza, la inseguridad, el amor, la fidelidad, el perdón, ... Un libro que se va haciendo más interesante conforme avanzas en su lectura, la cual conviene sea pausada, pues el escritor no da puntada sin hilo. En las críticas que he leído en internet alguien definía el estilo de Austin Wright como "austeriano", a la vista de la importancia y trascendencia que da éste a los sucesos causales ... no soy capaz de opinar sobre este calificativo, vete a saber si contribuye a darle categoría a la literatura de Wrighy o a ponerle un listón inalcanzable.
Ed McBain es probablemente uno de los "clásicos" de la novela policíaca norteamericana; ya había leido alguna de sus novelas y ahora le he "hincado el diente" a "Relámpago", uno de esos relatos en los que no existe un único detective que asume el protagonismo, sino que éste se lo reparten los miembros de la Comisaría 87, un distrito policial ubicado en la imaginaria población de Imola: Steve Carella, su esposa, Teddy, el detective Meyer Meyer, Bert Kling, el policía novato, y Fat Ollie Weeks, entre otros. McBain nos relata los distintos casos que van surgiendo en el devenir diario de la Comisaría en cuestión; en "Relámpago" se investiga el asesinato de varias jóvenes atletas que han aparecido colgadas de una farola y una extraña cadena de violaciones de la que son víctimas varias mujeres, cada una de ellas en varias ocasiones. Así como el protagonismo policial lo comparten varios miembros de la Comisaría 87, en las novelas de este autor existe un villano común, alguien conocido como "El sordo", pues su sordera es el único dato que tienen de este hombre que les lleva por la calle de la amargura; en este libro el gran misterio está en averiguar si el tal "sordo" está detrás de lo mencionados crímenes. Ed McBain es simplemente el apodo más popular de Evan Hunter, un polifacético personaje que además de novelas policíacas escribía otro tipo de géneros, así como guiones de cine, como los correspondientes a "El turbulento distrito 87", (1972), protagonizada por Burt Reynolds, y "Un extraño en mi vida" (1960), con Kirk Douglas y Kim Novak en el reparto, aunque sin duda su gran aportación a la pantalla fue el guión de "los pájaros" (1963), uno de los films más emblemáticos de Alfred Hitchcock. Un respeto, por lo tanto para este autor. Añadiría que el desenlace de los casos que ella narración plantea es original y curioso.
La editorial Siruela, una de las más cuidadosas en la edición de novelas de intriga, ha iniciado la publicación de la serie escrita por la danesa Sara Blaedel y protagonizada por la inspectora Louise Rick con el primer título de la misma titulado "Nieve verde"; la noticia que recogía este evento hizo que desempolvara "Sin salida", si mis datos no fallan, la cuarta entrega de la misma que hace un par o tres de años publicó en España la editorial Mosaico. La intriga se centra en el asesinato en Copenhague de una prostituta de un país del Este de Europa y junto a la inspectora Rick comparte protagonismo una periodista llamada Camilla Lind. El hecho de que Siruela se lanzara a dar circulación en España a las novelas de Blaedel me hizo concebir una esperanza que la lectura del libro no ha confirmado. Se trata de una trama correctamente planteada, desarrollada con pulcritud, pero a la que le falta fuerza y cuyos personajes carecen de profundidad. Yo no se si es problema de la traducción de la edición de "Mosaico" o un problema de la forma de redactar de la propia autora, pero en ocasiones la lectura se hace "engorrosa" y las frases no parecen bien elaboradas. En definitiva, una novela de intriga escandinava más, literatura policíaca del montón que no invita a volver a intentarlo ... aunque uno tenga curiosidad por ver si Siruela es capaz de ofrecernos una traducción que mejore lo leído ahora.
Maurice Druon es uno de los personajes relevantes de la cultura francesa del siglo pasado, llegó a ocupar cargos de cierta relevancia socio política y su prestigio como escritor es tan llamativo como merecido. Ya leí no hace mucho, y aquí quedó reflejado, la primera entrega de la serie de los Reyes malditos, "El rey de hierro", y hace tiempo que tenía entre ceja y ceja comenzar su célebre trilogía sobre la Francia de la primera mitad del siglo XX que hace unos años reeditó "Libros del Asteroide". Así, a lo largo de agosto he disfrutado con el primer libro de la misma, "Las grandes familias", escrito en 1948 y que fue recompensada en su día con el prestigioso premio "Goncourt". Me ha parecido una novela formidable, una auténtica exhibición de buena literatura: narrativa brillante, unos personajes muy bien construidos, con personalidad y tratados con sumo cuidado y una forma de escribir caracterizada por la agilidad, una dura -a veces cruel y sangrienta- crítica social y esa ironía que solamente los grandes saben manejar con soltura. A lo largo de las poco más de 400 páginas de la novela, Druon no da puntada sin hilo, entretiene a la vez que hace pensar y refleja con precisión un lugar y una época y se muestra demoledor con la clase alta parisina de la época. En las otras dos entregas, "La caída de los cuerpos" y "Cita en el infierno" el escritor continúa con la serie y con las vicisitudes de los supervivientes de esta primera novela, no tardaré en ir a por ellas; mientras tanto solamente me queda decir que quien no haya leído "Las grandes familias" tiene una asignatura pendiente: no le va a decepcionar.
Hacía tiempo que no leía a Anne Perry, hacerlo ha sido como reencontrarte con una vieja amiga, ... o dicho de otra manera, volver a relacionarte con dos de sus personajes favoritos, el inspector Thomas Pitt y su encantadora esposa Charlotte, una joven de buena familia que renunció al boato y a las fiestas para unir su vida a un simple policía. Perry nos introduce en el Londres de la época victoriana y recrea una serie de intrigas que nos enseñan a ver que no es oro todo lo que reluce, pues también en las grandes familias inglesas de la época existe el crimen, la traición y el odio. Las novelas protagonizadas por Pitt nos muestran los contrastes de la época: unos cuantos ricos y auténticos pozos de miseria, muy en la línea dickensiana. "Chantaje en Belgrave Square" es la decimosegunda entrega de la serie, y centra la intriga en el asesinato de un repulsivo prestamista que al parecer chantajeaba a importantes personajes de la alta sociedad de Londres. Como todas las novelas de Perry, la narración es amena, el misterio propio de la trama es desarrollado hábilmente y resuelto con originalidad y sin evitar esa sorpresa que siempre nos reservaba Agatha Christie, precursora en la vida real de Anne Perry, aunque sus tramas las establecía en época posterior, en este caso hay giro final en las dos últimas páginas. Las novelas de esta autora no regatean un toque de crítica social y una afición por detenerse en describir decoraciones, edificios y vestidos femeninos. Por cierto, Perry crea también un personaje formidable, Lady Vespasia Cumming-Gould, una vieja e inteligente aristócrata londinense, pariente política de Emily, hermana de Charlotte Pitt, y dotada de un sentido común y una inteligencia proverbiales, aunque en este libro hay que decir que sale poco.
"La señorita Dashwood", de Elizabeth Taylor -nada que ver con la famosa actriz- me llamó la atención en cuanto vi el argumento; a priori me pareció una de esas deliciosas novelitas de amor, un género que hacía tiempo no tocaba. Pronto comprobé que no se trataba precisamente de eso, por mucho que los protagonistas, un viudo y la nueva institutriz de su única hija, se prestaran a ello; leyendo diversas críticas del libro se le compara con títulos tan importantes como "Jane Eyre", de Charlotte Bronte y "Sentido y sensibilidad", de Jane Austen, incluso con "Cumbres borrascosas", de Emily Bronte y "Rebeca", de Daphne du Marier. Puestos a elucubrar yo la veo más cerca de las novelas de la Austen, aunque aquí la trama se desarrolla en los años 40: de hecho la novela es publicada en 1946; mucho más lejos la veo del drama de "Cumbres Borrascosas" y el toque de terror psicológico de "Rebeca". Es una novela de cierto aires teatral, que se desarrolla casi íntegramente en una vieja casa habitada por gente curiosa y complicada y que algunos califican como gótica. Un libro entretenido, con cierto tono amargo, con toques de humor casi negro, su parte de drama y bien escrita. El final es magnífico, con su toque trágico importante, sus misterios desvelados y un tono romántico y tierno que no SE pierde, a pesar de todo.
Leí "Defender a Jacob", de William Landay por recomendación de una compañera de trabajo; fue una de los grandes éxitos de ventas en USA en 2012, aunque por las razones que fueran el título me había pasado desapercibido. Lo he leído casi de un tirón y me ha parecido una novela totalmente recomendable. La historia no suena a nueva: Jacob, de 14 años e hijo del primer ayudante del Fiscal del Distrito de Newton, una pequeña localidad del condado de Middlesex en el estado de Massachusetts, es acusado de asesinar a un compañero de curso. A priori se puede pensar que estamos ante el típico thriller judicial en el que tras un complicado juicio la verdad resplandece y aparece el verdadero asesino; Landay va mucho más allá y convierte el duro suceso en un auténtico drama familiar; aunque el juicio es desarrollado con profusión de detalles, el autor da la misma importancia a la crisis que explota en la familia de Jacob, con secretos escondidos, reproches mutuos, hundimientos personales, confianzas perdidas, ... William Landay no se pierde en descripciones y detalles, y utiliza un lenguaje directo, con diálogos vivos y en el que te encuentras los hechos de repente y sin rodeos. Es además un libro para pensar, un análisis valiente y duro de las relaciones familiares, las costumbres y secretos de los adolescentes de hoy día, la crudeza e irreversibilidad de los hechos cuando las cosas se tuercen. Y, además, un interesante relato sobre como funciona la Justicia en los Estados Unidos.