La OMS parece advertir que esto de la gripe porcina va en serio; según lo que he entendido tras leer los titulares de la prensa de hoy, estamos a un paso de la pandemia.
El vocablo pandemia procede del griego pandêmon nosêma (enfermedad), παν (pan = todo) + dêm (demos pueblo), es decir, enfermedad de todo el pueblo) y define la afectación de una enfermedad a varias personas a lo largo de un área geográficamente extensa. Se dice que una epidemia se convierte en pandemia cuando afecta al mundo entero, y da la impresión de que en eso estamos. De cualquier manera tengo la impresión de que existe un despiste generalizado acerca de la importancia de la enfermedad y del peligro real que trae consigo.
Uno tiene la impresión de que las autoridades sanitarias, empezando por la Organización Mundial de la Salud y acabando por nuestro Ministerio de Sanidad -menuda papeleta le ha tocado como debut a la pobre Trinidad- tienden a curarse en salud y a no escatimar advertencias acerca del peligro de la enfermedad, haciendo una especie de pirueta argumental para compaginar esta seriedad con el deseo de no causar alarma; al final lo que ocurre es que casi nadie sabemos bien a que atenernos.
No me cabe la menor duda de que hoy más que nunca el mundo está preparado para afrontar este tipo de sucedidos: la ciencia ha avanzado muchísimo y hay muchos medios para investigar, intercambiar opiniones, experiencias y criterios y colaborar unos con otros, pero no es menos cierto que la facilidad de comunicarse y la rutina viajera de media humanidad facilitan una teórica difusión de la enfermedad que no sería planteable en siglos anteriores.
La existencia de un peligro de infección generalizada, cuya gravedad y alcance no sabemos muy bien en estos momentos, nos enfrenta con una realidad que como nos asusta tendemos a obviar, la cual consiste en eso cierto desamparo con el que nos encontramos ante las fuerzas de la naturaleza y los peligros desconocidos. Todos conocemos a personas que tienen que encarar un cáncer, una enfermedad cardiovascular o cualquier otra afección grave y, dentro del drama que suele suponer, es habitual que lo acaben haciendo con fortaleza y hasta con naturalidad, pero ante un peligro generalizado e incierto, se nos presenta la tensión ante lo indeterminado, el miedo a lo desconocido, la incapacidad frente a aquello de lo que desconocemos si tenemos armas para vencerlo.
Por esta razón, en momentos como éste, uno agradece más que nunca la fe en Dios, aunque ésta sea frágil y uno no se libre ni de temores ni de incertidumbres. Pero al menos está seguro de que aunque no siempre lo entiendas, todo es para bien. Y que conste que,al menos por ahora, tengo la impresión de que es mayor la alarma que el peligro.
Todos recibimos diariamente un buen número de "forward"; vídeos, power-points, frases profundas, chistes, anuncios y más de una tontería recorren la red vía e-mail con una velocidad y una extensión asombrosas. Hoy me ha llegado uno que me ha parecido francamente interesante y lo reproduzco a continuación, sabiendo que a la vista de la habitual difusión de estas cosas es más que probable que ya haya llegado al buzón de correo de cada cual. La historia nos refiere unos pensamientos de Sócrates:
"Se dice que un día se le acercó un conocido y le dijo: —Sócrates, ¿sabes lo que escuché ayer acerca de uno de tus amigos?
—No, desde luego, pero espera un minuto —le interrumpió el filósofo—. Antes de contarme nada, quisiera que pasaras una pequeña prueba. Yo la llamo el triple filtro.
—¿Triple filtro?…
—Eso es —continuó Sócrates—. Puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decirme de mi amigo. Verás —prosiguió el filósofo—, el primer filtro es el de la verdad. Sólo dime: ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a contarme es cierto?
—No —reconoció el hombre—; sólo escuché hablar sobre ello y…
—De acuerdo —dijo Sócrates—. Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el de la bondad: ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?
—Me temo que no. Al contrario…
—Entonces, deseas contarme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto… Y, sin embargo, podría querer escucharlo, porque queda un tercer filtro: el de la utilidad. La pregunta pues es ésta: ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?
—No, tampoco. Tengo que reconocerlo.
—Pues bien —concluyó Sócrates—, si lo que deseas contarme de él no es cierto, ni bueno e incluso no es útil… ¿para qué crees que querría saberlo?
Hoy quiero que reflexiones sobre el poder que ejercen los rumores sobre nuestra conducta… "
A mí me ha hecho pensar mucho, me ha hecho ver que el comentario tiene un sentido común aplastante y me ha puesto colorado recordando las veces que he hablado en demasía.
Hay lecturas que uno las hace porque la primera vez que vio la portada y el argumento del libro éste le entró por los ojos. Es lo que me pasó con "La casa de Riverton" y he de confesar que hasta la llegada de la parte final estaba encantado con mi elección ... la pena es que la australiana Kate Norton no atina, en mi opinión, con el enfoque final de la novela.
"La casa de Riverton" tiene, en mi opinión, dos aciertos fundamentales, por un lado, describe a la perfección cual era el ambiente de la aristocracia inglesa de principios del siglo XX, un mundo más bien decadente y lleno de apariencias. La familia que habita la mansión que da título al libro aparece formidablemente descrita. Por otra parte, la autora intenta, y creo que consigue, reflejar la enorme influencia de la primera gran guerra en las personas de la época: esta primera Guerra Mundial (1914-1917) se convierte en el eje temporal en torno al cual se producen los acontecimientos principales de la trama y en el factor desencadenante de actitudes y conductas.
El relato lo narra una antigua sirvienta de la casa, Grace Bradley, quien entró como criada a los 14 años y llegó a ser la doncella de Hannah Hartford, posiblemente la protagonista principal del libro. Esta situación nos permite entrar no sólo en el mundo de los amos, esos aristócratas ociosos y superficiales que sobreviven en su mundo de lujos y privilegios, sino en el de los criados, que también tienen alma, sentimientos y problemas. Todo el entramado de mayordomos, cocineros, doncellas, criadas, etc te llevan a otro mundo igual de apasionante.
Estamos ante una novela de ambiente, de época, centrada en una gran mansión que recuerda a esas viejas novelas adecuadas para leer al calor de la chimenea un día de lluvia: "Jane Eyre", "Rebeca", ... aunque pienso que no consigue llegar a la altura de éstos. La trama viene aderezada por un toque de intriga; desde el principio se conoce el desenlace trágico de la historia, pero poco a poco la autora va desgranando las causas que desencadenan drama y las personas que en mayor o menor medida tienen que ver con el mismo.
A la novela, sin embargo, la encuentro un pero: en su última parte el desarrollo del relato se embarulla, es posible que la culpa fuera mía, que no haya sabido enfrentar la lectura como es debido, pero a partir de la narración de los avatares amorosos de Hannah Hatford el libro acentúa en exceso su carácter de novela romántica, por encima de las notas de época e intriga que dominaban hasta entonces. Uno empieza a sentirse como en una especie de serial, incluso encuentra matices folletinescos. Además en el desenlace final, cuando salen a la luz las incógnitas que han mantenido la atención a lo largo de la lectura, uno encuentra puntos oscuros, cabos sueltos, aspectos que entiendo no se han resuelto adecuadamente.
"La casa de Riverton" es una novela entretenida, que se lee fácilmente y que mantiene el interés, una lástima que Kate Norton no haya conseguido una novela redonda.
Susan Boyle se ha convertido por méritos propios en el último fenómeno mediático mundial; la verdad es que en medio de tanta basura televisiva, agotado de personajes necios que ganan audiencia con sal gorda y tripas como único argumento para tapar su mediocridad, la aparición de esta cuarentona escocesa es como un soplo de aire fresco; y es que Susan ha triunfado, en primer lugar, porque canta como los ángeles y, además, porque es natural y simpática.
Cuentan que hace años quiso lanzarse a la carrera de cantante, pero acabó haciéndose cargo de su madre enferma, que murió en 2007. Por esta razón tuvo que limitar su actividad musical al coro de su parroquia católica en Escocia, donde además forma parte de un grupo de voluntarios que atienden a ancianos enfermos. Susan es la más pequeña de nueve hermanos y nació con un pequeño problema de salud que le afectó al cerebro. Ya en la época de la "madurez fecunda" le ha llegado el éxito tras su participación en la última edición del programa “Britain’s Got Talent”, de la ITV.
Es posible que buena parte del entusiasmo se deba a que se trata de una historia que nos recuerda la del patito feo: el inesperado triunfo de una mujer de 48 años, en paro, de nula atracción física y con ningún glamour. No hay más que ver las caras del jurado para hacernos cargo de lo que pasaba por su cabeza cuando la vieron delante de ellos, ... lo que hubiéramos pensado todos: la típica “maruja” que se presenta a un concurso de televisión ... Pero cuando Susan comenzó a cantar, el panorama cambió, todos quedaron fascinados. Muchos de los que la escuchaban no pudieron reprimir las lágrimas; es posible que la modesta historia de Susan rompa con el paradigma habitual de lo que es la belleza y el éxito.
Por supuesto que está también el ingrediente del marketing, pero los datos son irrefutables: Susan Boyle no es físicamente nada agraciada, pero canta como las mejores. Este episodio tiene moraleja: no juzgues a nadie simplemente por sus apariencias, algo a lo que estamos desgraciadamente muy acostumbrados, pues vivimos en una sociedad con exceso de condenas anticipadas.
Los clips que recogen su actuación durante la penúltima fase del programa, disponibles en YouTube, han sido vistos unas 27 millones de veces; y la página creada en Facebook está a punto de llegar al millón de “fans”.
No se si sería bueno que todos nos dedicaramos a buscar las Susan Boyle que funcionan por nuestro entorno, tal vez infravaloradas o ignoradas, aún estamos a tiempo.
Ayer sábado hice con mi grupo de siempre la ruta que va desde Humo de Muro hasta Escanilla; pasear por el Sobrarbe siempre es grato y el paisaje facilita la contemplación de la belleza. Ya en las anteriores etapas que recorrieron Lafortunada, Laspuña, Ainsa hasta las célebres Bodegas "Clavería" dejaron todo un repertorio de "postales" formidables. Comenzó la mañana con chubascos y nubes, incluso un momentáneo ramalazo de granizo, pero poco a poco el sol se impuso, aunque a la tarde comenzaron de nuevo las tormentas; ya desde lejos se observaba el Pirineo cubierto de auténticas cortinas amenazantes.
La primera parte del recorrido te va introduciendo, tras pasar por Palo, en torno al Río Cinca y ya contemplas unas vistas francamente bonitas. Poco a poco va apareciendo el Pantano de Mediano y la belleza existente es todavía mayor. Una vez que pasas la presa del pantano uno va entrando, tras bajar de nuevo al río y continuar con una corta subida en un desfiladero francamente precioso que te conduce en torno al embalse y te lleva de éste al del El Grado. Tal desfiladero tiene unos pasos en los que uno contempla horrorizado a su derecha unos cortados enormes, aunque ya pareció quedar claro que se debían más a mis vértigos y mi inexperiencia que a un peligro real. No obstante, no me cabe duda de que pasé algún rato de apuro. A pesar de ello, el paisaje que se contemplaba era dificilmente mejorable y hay que admitir que valió la pena. El embalse de Mediano y su entorno constituyen una estampa francamente inolvidable.
Tras pasar por las inmediaciones del Castillo de Samitier y las cercanías de Liguerre de Cinca, pueblo reconstruido por la UGT, llegamos a Escanilla, lugar de destino y ocasión para reponer fuerzas. Así lo hicimos en el Restaurante "A Chaminera", donde encontramos amabilidad y buena comida. En estos casos lo mejor es una buena ensalada, con abundancia de tomate y cebolla, pues la lechuga sola da para poco y unas costillas de buen ternasco, siempre con más de una de las de palo. Allí comprobamos la amabilidad de los pocos habitantes permanentes de la localidad, dispuestos a abrirnos la iglesia del pueblo y a explicarnos lo que hiciera falta.
Hoy el Zaragoza jugaba de nuevo una final; tengo la sospecha que de aquí al que termine la temporada todos los encuentros van a tener esa característica. El Eibar estaba en situación angustiada y llevaba una racha pésima, pero las dificultades propias de Ipurúa y las miserias propias de nuestro Zaragoza nos hacían temer por la suerte del partido.
El Zaragoza ha hecho lo que viene haciendo últimamente: ha mostrado hechuras de equipo, se ha mostrado como un bloque sólido y ha luchado de principio a fin, ... y también lo que lleva haciendo desde que comenzó la liga: ha tenido fallos defensivos lamentables que han estado a punto de costarnos un disgusto monumental.
El primer tiempo ha sido del Zaragoza, que ha jugado como debe de hacerlo un equipo infinitamente superior a su rival, imponiéndose de principio a fin y marcando dos auténticos golazos por medio de Gabi y Arizmendi. El 0-2 con el que se llegaba al descanso hacían confiar en una cómoda victoria blanquilla, pero una vez más el Real Zaragoza se complicó la vida.
Marcelino realizó un cambio excesivamente conservador, quitando a Ander Herrera -admitamos que no era este el partido adecuado para que se luciera- y sacando a Chus Herrero: Zapater adelantó su posición y Chus se quedó en el lateral. Por otra parte Ayala tuvo que ser atendido en la banda al hacerse una brecha en la cabeza. El Zaragoza se echó atrás y el Eibar aprovechó la inferioridad numérica para recortar distancias; después vino el desconcierto, los nervios y los fantasmas de otros partidos y los eibarreses empataron el partido. Desilusión enorme para la afición blanquilla, aunque en esta ocasión, demostración de que están fuertes física y mentalmente, los jugadores supieron deshacer el entuerto y Arizmendi aprovechó una formidable servicio de Gabi para volver a adelantar a su equipo. De aquí al final sufrimiento, más porque los aficionados estamos curados de espanto que por la propia peligrosidad del rival, y victoria importantísima.
El partido de hoy tiene para mí tres nombres propios: el de Gabi, que estuvo hecho un coloso en medio campo, marcó un gol y dio otro, el de Arizmendi, autor de dos goles y fundamental, como durante toda la segunda vuelta, en la vanguardia maña y Ayala, que está mayor pero aporta un saber estar, un amor propio y un liderazgo que están siendo imprescindibles. Buena nota también para Toni Doblas, Leo Ponzio y Jorge López.
Y tan importante como la victoria del Zaragoza ha sido el tropezón del Hércules: ya era hora de que algún rival pinchara; el empate de los alicantinos en Castellón nos asegura el cuarto puesto al final de la jornada y si el Rayo no ganara al Alicante en el Rico Pérez, lo haríamos en puesto de ascenso: me temo que es soñar demasiado.
Creo que no podemos olvidarnos de que hemos solventado con dos victorias los encuentros jugados con todos los atacantes menos uno lesionados, algo que no cabe duda es importantísimo. El próximo sábado se juega un partido trascendental: recibimos al Tenerife; los chicharreros son posiblemente el mejor equipo de la Liga Adelante y están jugando un fútbol de muchísimos quilates, pero con el previsible regreso de Ewerthon y Braulio Nóbrega el Zaragoza tiene en su mano una victoria que sería importantísima. No se que pasará, pero estoy seguro que va a haber fútbol de nivel, emoción y sufrimiento: que sean para bien.
Fotos: As, Marca, El Periódico de Aragón, Heraldo, Diario Equipo.
El polémico partido que disputaron el pasado martes Real Madrid y Getafe ha hecho correr ríos de tinta por la tremenda agresión del central brasileño del equipo merengue Pepe al getafense Casquero, pero no fue menos importante la tremenda pifia de éste cuando con el partido empatado y a falta de cinco minutos para el final se le ocurrió lanzar el la pena máxima "a lo Panenka". Los zaragocistas ya recordamos que en la final de la última edición del trofeo "Ciudad de Zaragoza", Javier Casquero, un pedazo de jugador por cierto, ya había hecho lo mismo en la tanda que dio finalmente el título a su equipo, esta vez con acierto. A lo mejor, las jóvenes generaciones de aficionados al deporte rey ignoran que quiere decir eso de un "penalty a lo Panenka".
Antonin Panenka fue un futbolista checo que jugó al fútbol en la década de los 70; jugaba en la media y se trataba de un hombre técnico y algo lento. Su equipo de siempre fue el Bohemians de Praga, del que por cierto es ahora el presidente. Pasó a la historia por formar parte de la selección checoslovaca que ganó, contra todo pronóstico, la Final de la Eurocopa de selecciones del año 1976. La citada final, entre Alemania y Checoslovaquia había acabado con empare a dos y en la prórroga no se había movido el marcador. En la tanda de penaltis, tras haber marcado cuatro los checos y fallado el último Uli Hoenness, Panenka se acercó a la pelota y un instante antes de golpear el balón se dio cuenta de que Maier, el mítico portero alemán, se estiraba hacia el lado izquierdo. El centrocampista checo conectó con la punta de la bota la parte inferior de la pelota que se levantó un par de metros haciendo una vaselina. El balón acabó entrando lentamente por el centro de la portería, sin que el meta alemán, que ya estaba en el suelo, pudiera hacer nada para reaccionar.
El triunfo de la selección checa fue toda una hazaña en una época en la que parecía que todo lo ganaban los equipos de la Europa occidental, especialmente los alemanes. La fase final, a la que llegaron los citados finalistas más Holanda y la selección anfitriona, se celebró en Yugoslavia y la final en el Crvena Zvezda Stadium de Belgrado. Alemania se presentaba como la gran favorita y había vencido a los yugoslavos en semifinales por 4-2, tras remontar un 0-2 e imponerse en la prórroga; la alineación que presentó ante los checos tenía a casi todos los que habían ganado el Mundial hacía dos años (Beckenbauer, Vogts, Bonhof, Maier, ..) con los cambios del lateral zurdo Dietz en lugar de Paul Breitner, el veterano Wimmer por Overath, el zurdo Beer, su nueva estrella, en el puesto de Grabowski y el goleador del Colonia Dieter Muller ocupando la plaza del Torpedo Muller. Ya entonces valía eso de que el fútbol consistía en un juego en el que siempre ganaba Alemania.
El juego Checoslovaquia sorprendió desde el inicio del Campeonato; con un conjunto que practicaba un fútbol serio y ordenado, su juego poseía una imaginación y una técnica que superaban a la mayor potencia y fortaleza germana. Por encima de todos destacaba el bloque, pero cabe citar como estrellas del equipo, en primer lugar, al mítico portero Viktor que ya había defendido la meta de su país en el Mundial de Méjico-1970 y siempre defendió al Dukla de Praga y al defensa Ondrus, un central poderoso que militaba en el Slovan de Bratislava; pero las grandes estrellas de los centroeuropeos jugaban mucho más adelantados y junto al héroe Panenka hicieron un campeonato excepcional el interior izquierdo Marian Masny, un 10 clásico que jugaba en el Slovan de Bratislava y Zdenek Nehoda, un delantero que jugaba por la izquierda, compañero de Viktor en el Dukla y que fue considerado el mejor jugador checo de la época, un auténtico lujo de futbolista.
Los checos salieron enchufados en el encuentro final y barrieron a sus rivales en los primeros 25 minutos, marcando dos tantos por medio de Svehlik (8') y Dobias (25'), pero cualquiera que sepa algo de este deporte es consciente de que históricamente la selección de Alemania "nunca se rinde", algo que volvió a demostrar en esta ocasión. Así, Dieter Muller, un panzer que ya había marcado tres tantos a los yugoslavos, acortó distancias antes de llegar al descanso (28') y, a pesar del excelente juego checo, el extremo del Eintracht de Franckfort Bernd Holzenbein acabó empatando el partido cuando se cumplía el minuto 90: una vez más los teutones apelaban a la épica. Algunos pensamos que con el golpe del empate final los checoslovacos se iban a hundir y los germanos impondrían su experiencia y fortaleza y volverían a llevarse el trofeo, como habían hecho en la Eurocopa del 72 ante la URSS y en el Mundial del 74 frente a la "Naranja Mecánica" holandesa, pero aquéllos aguantaron el chaparrón y consiguieron llegar a la tanda de penaltis con pocos sustos. En los penaltis apareció la magia de Panenka; después de que marcaran Masny, Nehoda, Ondrus y Júrkemik para los checos y Bonhof, Flohe y Bongartz para los alemanes, Uli Hoeness, una de las estrellas teutonas, lanzó el balón a las nubes, mientras que Panenka tuvo la sangre fría de hacer lo que hizo, dejar a toda Europa con la boca abierta y darle el título por vez primera a su país.
A partir de entonces Antonin Panenka dio nombre a un modo de lanzar el penalty, al igual que Belauste bautizó la furia española o Dick Fósbury una nueva forma de saltar la altura. Zinedine Zidane, treinta años después, hizo lo mismo cuando tuvo que asumir la responsabilidad de lanzar el penalty con el que el árbitro de la Final del Mundial de 2006 había castigado a Italia: el balón dio en el larguero y acabó entrando por un palmo; al final no serviría para nada, pero la estrella de la selección gala también demostró tanta maestría como audacia.
El nombramiento de la Alcaldesa de Córdoba como Consejera de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía ha sido una de las bombas políticas de la semana. No tengo grandes comentarios que hacer al respecto y si IU ha decidido, como parece, suspenderla de militancia solamente puedo decir que desaparece de un plumazo una de las pocas cosas que no me gustaban de esta política andaluza.
No comparto precisamente el posicionamiento político de Rosa Aguilar, pero ya cuando ella tenía una participación activa en la política nacional me parecía una mujer con mucha fuerza, alguien que aportaba un tono de moderación y cierto sentido común al espectro más radical del Parlamento español. Con Rosa Aguilar comparto el ser de la misma generación (nació en 1957) y haber estudiado la carrera de leyes, pero, por encima de todo, comparto su hechizo por la ciudad de Córdoba.
Y es que Córdoba es la causa de que haya decidido darle a su hasta hoy alcaldesa protagonismo en mi blog. Corría el mes de octubre del año 2003 y yo asistía al Congreso de mi asociación profesional que se celebraba en Córdoba. Ya me había quedado prendado del curioso encanto del Hotel "Maimónides", donde me hospedaba, así como de la belleza de las cordobesas, mientras que en viajes anteriores ya estaba completamente conquistado por la Mezquita, el barrio judío y el de los toreros. Pero la clausura de ese Congreso tuvo un colofón maravilloso en dos dimensiones: una protagonizada por un espléndido concierto de un Coro en el interior de la propia Mezquita, sencillamente inolvidable; la otra tuvo la firma de Rosa Aguilar.
El acto de clausura del congreso estuvo presidido por diversas autoridades, entre las que se encontraba, lógicamente, la alcaldesa de la ciudad. Como el resto de sus compañeros de mesa presidencial, Rosa pronunció unas palabras, y aquí quedé hechizado por el fondo y la forma de sus palabras. No se si habló de más cosas, imagino que sí y se extendería en torno al mundo de la Justicia, pero lo que me cautivó fueron sus palabras sobre Córdoba: dificilmente se podrá encontrar alguien que supere una manifestación así de amor a los orígenes; Rosa Aguilar, con una voz preciosa, adornada por ese acento andaluz que, cuando se emplea con elegancia, engrandece la oratoria, realzó los encantos de su ciudad y nos invitó, con una persuasión admirable, a visitar sus rincones, hablando de las noches cordobesas en el sentido más elevado del concepto y señalando, lo recuerdo perfectamente, la magia de los silencios nocturnos cuando uno callejea por la ciudad, el arte de descubrir los rincones más bellos bajo la luz tenue de las farolas, enamorándonos de esos momentos de recogimiento y soledad que magnifica en Córdoba el silencio de la noche.
En un tiempo en el que el perfil de los políticos es, en mi opinión, más bajo que nunca, en el que la desconfianza hacia ellos ha subido hasta límites excesivos, es grato poder proclamar estar orgulloso de un alcalde o alcaldesa, algo que hasta ahora podían hacer los cordobeses.
San Jorge es el patrón de Aragón y, desde hace ya unos cuantos años, el día de la Comunidad aragonesa. Aunque no se dio una disposición canónica al respecto puede afirmarse que San Jorge ha sido formalmente patrono de Aragón desde la Edad Media. Desde principios del siglo XV, al menos, la catedral y el Concejo de Huesca vienen celebrando su fiesta con solemnidad litúrgica y procesión a la ermita del santo, sita en El Pueyo de Sancho.
Rebuscando entre los expertos uno encuentra esta referencia:
Los reyes aragoneses de los siglos XIII y XIV fueron muy devotos de este santo épico, real o imaginario, declarado patrono de los guerreros y caballeros cristianos. La figura épica del santo se relacionó con la batalla de Alcoraz (Huesca) de 1096, en el curso de la cual, montado a caballo, habría ayudado al ejército del rey Pedro I frente a las tropas del Islam del reino de Zaragoza, que ocupaban la ciudad desde el inicio de la dominación musulmana. A partir de ahí San Jorge adquiere un gran valor simbólico: el poderoso jinete armado era un ser celestial que apoyaba la causa aragonesa y daba sentido trascendente a la lucha armada, incardinándose persistentemente en las creencias y devociones de aquellas gentes, formando parte de su incipiente identidad cultural.
En 1201 Pedro II fundó la Orden militar de San Jorge de Alfama en un castillo cercano a Tortosa. Jaime I apoyó la fundación de cofradías bajo la advocación del santo, como las erigidas en Huesca y Teruel en la primera mitad del siglo XIII. El mismo rey conquistador, en su Crónica, asegura que San Jorge, «caballero blanco con armas blancas», ayudando a los ejércitos aragoneses, había sido visto por cristianos y moros en varias batallas. La crónica de Pedro IV el Ceremonioso cita que san Jorge «fue siempre y es abogado de las batallas de la casa de Aragón».
Leyendas aparte, San Jorge me ha dado la ocasión, desde que vivo en Huesca y ostento caro representativo, de asistir a algunos de los actos que con motivo de la fiesta se organizan. El martes, 21, tuvo lugar en el Museo de Huesca la celebración oficial de la fiesta en la capital del Alto-Aragón. El programa fue el propio de estas ocasiones: discurso de quien preside el evento, en este caso el Vicepresidente del Gobierno aragonés Jose Angel Biel, canto del himno de Aragón por un coro y aperitivo, tan generoso como siempre. El Sr. Biel hablo, como era de esperar, de Aragón, de su historia, su Estatuto y su presente en un tono mas aragonesista que reivindicativo. Capitulo aparte la cuestión del himno de Aragón, pues no hay manera de que la gente se lo aprenda y me temo que no provoca excesivos sentimientos en los ciudadanos. Coincidimos los de siempre, cuyas caras nos sabemos recíprocamente de memoria y que estamos ya acostumbrados a compartir discursos, vinos y croquetas.
En la tarde de ayer tuvo lugar la recepción organizada por las Cortes en su propia sede, el Palacio de la Aljafería, lo que ya da al acto una prestancia especial: nunca dejare de admirar la belleza de esta vieja fortaleza maravillosamente restaurada. El acto tuvo el mismo desarrollo, con palabras en esta ocasión del presidente de las Cortes, Francisco Pina y entrega de la medalla de esta institución a un astrónomo eminente, Mariano Moles, que nos dijo un breve y muy bien elaborado discurso, bastante mas brillante que el del político por cierto. Se toco el himno aragonés y se paso al coctel, amplio y lleno de toques originales; ... no deja de ser llamativo cuando te pasan unos pequeñisimos recipientes con un liquido marrón que te aseguran es "paella de marisco".
Dicho coctel te da la ocasión de saludar a la gente, de encontrarte con viejos conocidos o de hacer nuevas relaciones. Eso si, a uno no le va esa búsqueda de influencias de todo tipo que intuye en determinados saludos y algún que otro acecho. También puedes ver, y si eres algo audaz incluso saludar, a algún habitual de los medios de comunicación, como Luis del Val, que escribe unas formidables columnas en el "Diario del Altoaragón" o el primer Justicia de Aragón de la democracia, Emilio Gaston.
Tuve ocasión de conocer los problemas que pasa la Hermandad del Santo Refugio, a quien se le cicatean subvenciones en un momento en el que no da abasto para repartir comida entre los mas necesitados: al parecer la actual coyuntura económica ha dado lugar a un aumento tremendo de las familias que acuden al comedor, sin que puedan atender a todas. Además de lamentar que se regatee el dinero a quien realiza una labro de asistencia tan necesaria como desinteresada, volví a comprobar que al final siempre acaban siendo la Iglesia y sus miembros los que van por delante cuando de atender a los que sufren se trata.
El día de San Jorge es en Aragón, como en Cataluña, el día del libro, una buena ocasión que tenemos los psicópatas de la lectura para ponernos al día en las recientes novedades.
Tengo que empezar diciendo que se muy poco del tema, que imagino que esto del tunning tiene sus ventajas, sus valores y, a la vista está, sus partidarios. Todo el respeto del mundo para las aficiones y los gustos de cada cual. Pero quien suscribe no puede evitar sacar conclusiones y, cuando ve alterada su paz ciudadana por los ruidos de un coche, generalmente pequeño, que circula a notable velocidad, habitualmente con un joven al volante que parece conducir muy seguro de si mismo y que obliga a escuchar a quien quiere y a quien no una especie de música máquina que invade la calle por la que paseas, asumir una opinión poco favorable de quien ejercita estas costumbres.
Y es que puede ser que las formas de actuar de quienes así actúan no sean más que una manifestación externa de los derroteros por los que camina nuestra sociedad y de lo poco que se cultivan las mentes de un sector de jóvenes de hoy día. A mí, con toda sinceridad, el espectáculo de un individuo mostrando bíceps y tatuajes y con más patillas que pelo al volante de un vehículo ruidoso me suena, así de primeras, a horterada notable. Y, junto a ésto, me parece toda una muestra de exhibicionismo, porque en un país libre uno, con los límites que la ley y el respeto al prójimo exige, puede hacer lo que quiera, pero no deja de suponer cierta torpeza -vamos a llamarlo así- obligar a todo ser humano a fijarse en las propias "miserias".
Pero hay cuestiones más graves; es habitual, de manera especial en los viernes y sábados, que las noches de las ciudades españolas se vean "amenizadas" por el ruido de estos vehículos que atraviesan las calles a velocidades notables y con la música a toda pastilla; quien actúa así no solamente pone de manifiesto que una notoria falta de civismo, sino que, lo que es peor, les importa un pimiento que con su conducta altera la paz de quienes descansan en sus casas, entre los que se encuentran enfermos que sufren, niños pequeños que se despiertan, ciudadanos que entran a trabajar con el alba y están gozando de su merecido descanso, personas con el sueño alterado, .... ese desprecio al resto de las personas se convierte, desde mi punto de vista, en la mayor agravante de esta manera de hacer. El problema no es tan sólo el ruido o la velocidad, sino también lo que su conducta da a entender, la indiferencia y el pasotismo ante los perjuicios ajenos.
Reitero que estamos en un país libre y cada cual puede hacer de su capa un sayo con su tiempo libre, fomentar las aficiones que le plazcan y manipular su vehículo como se le antoje, pero me parece mal síntoma la proliferación de situaciones como las descritas; aunque tampoco nos tiene que extrañar si nos paramos a pensar que en ocasiones la opinión pública viene orientada por Jordi González, Patricia Conde, Boris Izaguirre o el Gran Wyoming.
Gordon Lightfoot es un cantante canadiense nacido en 1938; se trata por lo tanto de un auténtico veterano, un histórico del folk, el country y, en general, de la música popular. Sus canciones han estado en el repertorio de cantantes de la talla de Elvis Presley, Johnny Cash, Bob Dylan, Judy Collins, Barbra Streisand y Johnny Mathis, entre otros. Ha conseguido 6 discos de oro, 5 nominaciones Grammy y 17 Premios Juno.
No obstante, yo no conocí la música de Lightfoot hasta los inicios de los años 80, esos tiempos de preparación de oposiciones en los que uno se agarraba a cualquier novedad para salir del encierro y la monotonía de los temas de Derecho. Un día aparecieron por casa dos LP del citado cuya audición supuso todo un descubrimiento.
Creo que hay que valorar esos cantantes cuyo mayor capital son su guitarra y su voz, que son capaces de imponer su calidad, su saber hacer, su buen gusto por encima de grandes acompañamientos orquestales. Gordon Lightfoot tiene además la cualidad de ser un superviviente, un auténtico veterano en el mundo de la música: no ha perdido ni un ápice de fuerza.
Su canción más conocida es "If You Could Read My Mind" (1970), una auténtica revolución de fama y ventas en su momento; se trata de una canción que habla de un amor no correspondido: "Si pudieras leer mi mente, amor, menuda historia te contarían mis pensamientos ....". Otro tema enorme del canadiense es "Sundown" (1974). Dejo uno y otro.
Gordon Lightfoot compuso También Early mornin", una canción de la que corren versiones de Bob Dylan, Pater Paul and Mary, The Bule riders, Bukka White y Britney Spears.
Encaraba el Zaragoza su partido frente al Nastic de Tarragona bajo mínimos; las lesiones de Braulio y Ewerthon dejaban a Arizmendi como único delantero nato, poniendo en evidencia la horrible gestión de directiva y tecnicos en el mercado de invierno y en su prorroga, mientras que jugadores como Pavón, Ayala y Jorge Lopez habían pasado la semana entre algodones. Para mas inri, en La Romareda se presentaba un Nastic con un buen elenco de excelentes jugadores, que había bailado a la Real en Anoeta quince días antes y que si no fuera por su tremenda irregularidad sería ahora un rival mas en la lucha por el ascenso.
En la primera parte el equipo catalán confirmo los temores y con un excelente trabajo de Bauza y Diop domino buena parte del mismo, teniendo a pies de su rapidísimo delantero Ngal dos ocasiones de oro que salvo un inspirado Doblas; por contra al Zaragoza se le notaba en exceso la responsabilidad y las ausencias y, aunque ponía toda la carne en el asador, creaba poco peligro. Cerca ya del descanso hubo gol fantasma: Pavón cabeceo un centro y se reclamo que la pelota había entrado.
En la segunda mitad el Nastic retrocedió varios pasos, posiblemente a causa del empuje zaragocista, comenzando a llegar las ocasiones mañas: el arbitro anulo un tanto a Caffa por un fuera de juego inexistente, Ayala cabeceo al poste y se reclamo un penalti por mano de un defensa del Nastic tras tiro del propio Caffa. Por fin, cuando faltaban once minutos, Ayala remato un corner sacado por Jorge Lopez y consiguió un gol que vale muchísimo.
Si valoramos la entrega, el esfuerzo, el compromiso, ...ayer todos los hermanos fueron valientes; pero si se trata de destacar a los mejores, hay dos nombres propios: Toni Doblas, quien desde que debuto frente al Sevilla Atlético solamente ha recibido dos goles -uno de penalti- y que aporta una seguridad tremenda, salvando ayer a su equipo de tener que ir a remolque en el marcador y Javier Arizmendi, un jugador que tenia en contra a media Romareda y que ha sabido darle la vuelta a la situación y convertirse en uno de los mejores en esta segunda vuelta, frente al Nastic asumio el liderazgo del ataque local y fue uno de los destacados.Buen partido de Caffa -aunque en esto hay expertos que discrepan- y de Jorge Lopez, que aporta una calidad que no sobra precisamente en la actual plantilla aragonesa. Gabi se entrego del todo, aunque a veces parece que a este jugador se le aparecen demasiadas cosas en la cabeza cuando coge la cabeza y no sabe realizarlas armónicamente; Ponzio trabajo mucho, aunque falla demasiados pases. También hay que destacar al ratón Ayala: en cada partido crea un par o tres de ocasiones de gol en las jugadas de estrategia, ayer marco el gol de la victoria y se ha convertido en uno de los lideres del equipo, virtudes que compensan las muestras que da de sus años cuando llega tarde a algunos balones en defensa. Ander Herrera no tuvo su día, mientras que los laterales y Pavón volvieron a estar demasiado inseguros.
Hay que valorar en primer lugar la importancia del triunfo; era imprescindible no perder comba con la cabeza y ya quedan menos victorias para el ascenso. Eso si, la cosa sigue complicada: el Tenerife sigue intratable y el Rayo se merendó al Celta en un cuarto de hora; no se que harán hoy Xerez y Hércules, pero parece claro que el ascenso va a estar mas caro que nunca.
Quiero destacar también la enorme mejoría que esta temporada ha mostrado el equipo en las jugadas de estrategia; la potencia por alto de sus centrales ha convertido los corners y faltas laterales en un autentico peligro para la portería rival. Ayala ya lleva tres goles y Pavón dos, a los que hay que sumar las múltiples ocasiones que se están creando en los últimos partidos, por citar solamente tres, podemos recordar tres remates de Ayala y dos de Pavón frente al Girona, uno de Pulido en Castalia y, además del gol, otros dos del argentino y el gol fantasma del ex-madridista. Además del poderío por alto de los jugadores citados, hay que reconocer el merito de Marcelino y la existencia de jugadores como Jorge Lopez y Caffa que saben centrar adecuadamente, algo que hacia años no ocurría en nuestro equipo.
Otra cuestión relevante es el compromiso de la afición; como siempre ha hecho, el zaragocismo ha respondido a la urgente necesidad de apoyo al equipo y ayer en el estadio municipal se vio claramente la gran implicación de los aficionados en la lucha por recuperarla categoría perdida, siendo tangible el sufrimiento de los seguidores zaragocistas a lo largo del encuentro. A la excelente respuesta de la masa social blanquilla hay que sumar la entrega de los jugadores, a quienes ensalzo públicamente el mister en su rueda de prensa posterior al encuentro y que están luchando hasta la extenuación en cada encuentro.
El arbitraje fue sencillamente calamitoso; el remate de Pavón ya he dicho que me pareció había entrado, mientras que la anulación del gol de Juan Pablo Caffa fue, sencillamente escandalosa; el graderío reclamo también un par de penaltis, uno a Ayala en la jugada que acabo en remate al poste que creo que no fue y una mano en el área que pienso que si. También los visitantes se quejaron de otros dos penaltis, en especial uno al final del encuentro que parecía iba a pitar Perez Montero y el linier evitó.
Ayer Chus Herrero volvió a jugar tras varios partidos sin hacerlo; el publico la tomo con el y le silbo cada vez que tocaba el balón, algo que se reprodujo en los pocos minutos que estuvo en el césped David Generelo; me parece injusta esta reacción, se trata de jugadores que se caracterizan por su entrega y su seriedad en el campo, con unas limitaciones técnicas evidentes, pero que ponen lo mejor de si mismos en beneficio del equipo; abuchearles ni les ayuda a mejorar sus prestaciones ni ayuda al conjunto. Llevo muchos años siguiendo al Zaragoza y es algo que ha pasado siempre, buenos futbolistas como Nando Molinos, Duñabeitia, Victor Muñoz, Oñaederra, Camus, Santi Aragón, Martín Vellisca y otros han sufrido en sus carnes, por motivos bien diversos, las iras de la afición, ... Pienso que se debería dejar trabajar al entrenador, que saca a los que mejor están en cada momento.
Quedan nueve partidos y la Liga Adelante se ha convertido en una batalla no apta para cardiacos; EL Zaragoza llega al momento de la verdad con sus posibilidades intactas, con el inconveniente de haber tardado en ponerse las pilas, con una plantilla recortada y desgastada y con unos rivales que están fortísimos; confiemos en que a diferencia del año pasado tanto sufrimiento no sea en vano. El sábado próximo el equipo viaja a Eibar, un rival que deberia ser propicio pare una nueva victoria, pero un campo de esos que no van con la idiosincrasia del Zaragoza ... pero no queda otra: vencer o morir.