El sábado nos enterábamos de la noticia del fallecimiento de Paco Valladares, uno de los más significados representantes de la magnífica generación de actores que fueron creciendo profesionalmente a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. El actor sevillano llevaba cuatro años luchando contra una leucemia que al final le ha llevado a la tumba.
La vida profesional de Paco Valladares ha sido muy larga y en ella se pueden resaltar papeles muy importantes: clásicos, obras mantenidas en cartel durante varios años, ... pero en mi recuerdo y en mi memoria siempre quedará identificado como Diego de Acevedo. Fue ésta la primera serie grabada por Televisión Española y en ella Valladares daba vida a un personaje de ficción, un joven limeño que llegaba a España y se convertía en uno de esos militares que defendieron nuestra nación contra el invasor francés en los inicios del siglo XIX. Al ritmo de las aventuras de Diego de Acevedo tuve mis primeros conocimientos infantiles de personajes históricos como Carlos IV, Fernando VII, la Duquesa de Alba, Daoíz y Velarde, Manuela Malasaña, Godoy y Joaquín Murat, entre muchos otros. La serie la dirigió Ricardo Blasco y contó con un reparto que agrupaba lo más granado del momento: Luis Prendes, Fernando Guillén, Elisa Ramírez, Francisco Piquer, María José Goyanes, Paloma Valdés, Emilio Gutiérrez Caba, Sancho Gracia, Agustín González, Pablo Sanz, Carlos Laŕañaga, Andres Mejuto, Carlos Lemos, ... Hace pocos meses me "tragué" de nuevo la serie gracias a la habilidad informática de unos buenos amigos. Fue el primer papel relevante del actor fallecido del que tuve conocimiento. Francisco Valladares comenzó jovencísimo a trabajar en televisión y, como contaba en una entrevista realizada no hace demasiado tiempo, se inició en los míticos estudios del Paseo de la Habana como locutor de continuidad, es decir, aquellos que anunciaban programación, interrupciones y pequeños contratiempos. El otro papel representado por Valladares que, desde mi punto de vista, le marcó caracter fue el de "David Copperfield", una de las más grandiosas obras de Charles Dickens llevada magistralmente a la pequeña pantalla por Juan Guerrero Zamora en el espacio "Novela". Paco Valladares borda a un genuino Copperfield y junto a él recuerdo muy especialmente al resto del cartel: un secundario habitual, Víctor Valverde, como Steefoth, Gabi Álvarez como Peggoty, Elisa Ramírez, como Agnes, Mercedes Prendes, como la tía Betsey y Miguel Ángel, como Urías Heep, a los que cabe añadir nombres como Blanca Sendino, Manuel Dicenta, Lola Herrera, Ana María Noé, Luis Morris, Gloria Cámara, José María Escuer, Josefina de la Torre, Antonio Puga y unos cuantos más. Era la época en que estuvieron de moda las series larguísimas y en poco tiempo vimos tres obras tan significativas como "El Conde de Montecristo", "Los tres mosqueteros" y la citada.
Del espacio "Novela" son también dignas de recordar sus interpretaciones en "El escándalo", la excepcional obra de Pedro Antonio de Alarcón en la que el papel protagonista le correspondió al actor argentino Alfredo Alcón y donde junto a éste y Valladares trabajaron Carmen Bernardos, Agustín González, Silvia Tortosa y Guillermo Marín; en "La esfinge maragata", uno de los más célebres dramones de Concha Espina, con Carmen de la Maza, Luisa Sala, Pablo Sanz e Inma de Santis y nada menos que en "Anna Karennina", donde le tocó el papel de Conde Vronski y compartió escena, entre otros, con Amparo Baró, Daniel Dicenta, María Massip, Carlos Casaravilla, Luisa Sala, Pablo Sanz, María Silva y Mercedes Sampietro. No obstante, tengo un recuerdo muy especial de la versión televisiva, en el añorado "Estudio-1", de una de las mejores piezas de Buero Vallejo, "La fundación", en el que le corresponde el papel del enajenado Tomás y donde también trabajaban Jesús Puente, Manuel Gallardo, José María Guillén, José Caride y Luisa García Ortega. En la red he encontrado 17 intervenciones más en dicho programa, destacando un "Don Juan Tenorio" de cartel excepcional: Paco Rabal, Conchita Velasco, Maruchi Fresno, Fernando Guillén, Juanjo Menéndez, Tota Alba, Irene Daina, José María Escuer, José Sepúlveda, ..., "La dama del mar", trabajando con Nuria Carresi, María Massip y Concha Goyanes, la excelente obra teatral de Oscar Wilde "La importancia de llamarse Ernesto", con Lola Herrera y Margot Cottens, y otra versión de Buero: "Historia de una escalera", junto a Nuria Carresi, Fernando Cebrián y Valentín Tornos.
Como tantas veces he puesto de manifiesto, el teatro ha sido el gran banco de pruebas de los actores y actrices más admirados, y si observamos los trabajos de Paco Valladares en sus primeros años comprobaremos el nivel de las obras en las que intervenía, siempre en papeles principales: "Macbeth" (1957), "Medida por medida" (1955), "La fierecilla domada" (1954) y "El sueño de una noche de verano" de William Shakespeare, "El mejor alcalde, el Rey" (1955) de Lope de Vega, "El Hijo Pródigo" (1955) de José de Valdivieso, "La Celestina" (1956) de Fernando de Rojas, "Al fin mujer" y "La Malquerida" de Jacinto Benavente, "El río se entró en Sevilla" de José María Pemán, "Un 30 de febrero" de Alfonso Paso, "Un tranvía llamado deseo" de Tennesee Williams, "El amor es un potro desbocado" de Luis Escobar, "Yerma" (1960) y "La zapatera prodigiosa", de Federico García Lorca, ..., habiendo trabajado en las compañías de Lola Membrives, Fernando Fernán Gómez, Guillermo Marín y el Teatro Eslava, entre otras. Entre finales de los 60 y principios de los 70, Valladares protagonizó dos obras de éxito extraordinario: en primer lugar,"La casa de las Chivas", de Jaime Salom, estrenada en el Teatro Marquina, dirigida por José María Loperena, junto a Terele Pavez, María José Alfonso, Erasmo Pascual, Lorenzo Ramírez, Juan Lizarraga y Manuel Torremocha, con un argumento situado en la guerra civil española y que estuvo en cartel más de tres años. La otra fue "Las mariposas son libres", dirigida por José Luis Alonso, en la que sus compañeras de reparto fueron Elena María Tejeiro y Milagros Leal, donde interpretaba una canción compuesta por Julio Iglesias y que permaneció en cartelera más de cuatro años; el libteto se basaba en una obra de Leonard Gershe y la trama giraba en torno a un joven ciego cuya madre desaprueba la relación que aquel mantiene con una joven hippie. También cabe destacar su participación en el Festival de Teatro Clásico de Mérida con "La Orestíada" (1975) de Esquilo y "Las bacantes" (1978) de Eurípides, su papel en "Los hijos de Kennedy", dirigido por Ángel García Moreno, con Gemma Cuervo, María Luisa Merlo, Marisa de Leza y Pedro Civera, y "El gran teatro del mundo", de Pedro Calderón de la Barca, con la Compañía Lope de Vega dirigida por José Tamayo Rivas que se representó en numerosas iglesias y catedrales españolas, en el Vaticano y en el Teatro de Bellas Artes de Madrid, sin olvidar "Historia de un caballo" (1979), adaptación de un cuento de Tolstoi, dirigida por Manuel Collado Sillero, con José María Rodero y María José Alfonso y "Llama un inspector" (2007), de J. B. Priestley, junto a José Luis Pellicena y Concha Cuetos.
En el cine, los trabajos de Paco Valladares son más bien escasos, pudiendo citar "Dos chicas de revista" (1972), de Mariano Ozores, "Hay que deshacer la casa" (1986), de José Luis García Sánchez y "Manolito Gafotas" (1999), de Luis Miguel Albaladejo. Más importante fue su trabajo en varias comedias musicales: "Yo quiero a mi mujer", de Michel Steward con música de Cy Coleman, junto a Alfredo Landa, María Luisa Merlo y Josele Román, bajo la dirección de Jaime Azpilicueta; "Por la Calle de Alcalá" (1983), musical de Ángel Fernández Montesinos y Arteche con coreografía de Alberto Portillo, junto a Esperanza Roy, y el musical de Ángel Fernández Montesinos y Arteche "Mamá quiero ser artista" (1986) junto a Concha Velasco. También protagoniza junto a Paloma San Basilio el musical "Víctor & Victoria", de Blake Edwards con música de Henry Mancini, adaptado y dirigido por Jaime Azpilicueta e interviene en la opereta bufa "Calipso", versión moderna y adaptación de "El joven Telémaco", realizada por Pedro Víllora, obra que inaugura el Festival de Teatro de Mérida de 2006.
Paco Valladares destacaba por su dicción; es posible que su voz sea una de las más perfectas y bonitas de la escena española de los últimos tiempos, Había cursado estudios de Arte Dramático en el Conservatorio de Madrid (hoy Real Escuela de Arte Dramático de Madrid), teniendo como profesores a Mercedes Prendes y Manuel Dicenta, habiendo recibido también clases particulares de otro viejo conocido de la tele, José Franco; tenía formación musical, recibiendo lecciones de canto de Marimí del Pozo. Todo ello facilitó que tuviera una gran capacidad para cantar y recitar, habiendo realizado con frecuencia recitales de poesía entre los que destacaron los dedicados a Becquer, Lorca, Machado, Miguel Hernández, Quevedo, y Santa Teresa de Jesús, que realizaba con música de Bach, Boccherini, Manuel de Falla, Sabicas y Sors. Su estupenda dicción le permitió también dedicarse al doblaje, habiendo puesto la voz a verdaderos primeros espadas como Richard Burton, Alain Delon, Clint Eastwood, Michael Caine y Robert Redford. Un curriculum que deja sin aliento y que, posiblemente no ha sido suficientemente reconocido con premios oficiales. Respecto a esto último "El País" nos cuenta que la ausencia de este tipo de galardones podía explicarse porque Paco Valladares
"no era ‘habitual’ de los que se dedicaban a ‘alta cultura”, quizá porque la versatilidad de Valladares le llevaba por territorios a los que la cultura más elitista da la espalda habitualmente, olvidando, o simplemente ignorando, que este grandísimo profesional era capaz de anonadar con un Calderón, o convertido en Príncipe Serpujovskoi (Equus), o sobrecoger cuando a través de su voz se escuchaba a Miguel Hernández, García Lorca o Machado." y termina con una anécdota estremecedora:
"interpretó maravillosamente su papel en El gran teatro del mundo, bajo las órdenes de José Tamayo y junto a María Jesús Valdés, mientras aguantaba el dolor y el malestar que le producía el infarto de miocardio que estaba sufriendo (10 de junio de 1998), y ello sin que ni sus compañeros ni el público notaran nada."
Un pedazo de actor que ya ha entrado en la historia. Descanse en paz.