31 de mayo de 2009

Pentecostés



Hoy es el domingo de Pentecostés; para los cristianos esta fiesta conmemora el día en el que Dios, tras la Ascensión al cielo de Jesucristo, envía al Espíritu Santo a los hombres para que les asista, para que sea el Consolador. La llegada del Espíritu Santo da el pistoletazo de salida a la Iglesia y su presencia es la que garantiza precisamente que Dios no abandona nunca su barca.

Habrá mil tratados teológicos y ascéticos sobre esta fiesta y sobre la acción del Espíritu Santo en las almas, pero ni es el lugar para grandes sermones ni estoy para ello; simplemente me parece importante tener presente que en estos tiempos difíciles y en esta vida complicada, en la que muchas veces caminamos solos, el Espíritu Santo desempeña el papel de consolador, de amigo que nos acompaña.

Dicen que Dios es infinitamente justo e infinitamente misericordioso: seguro que sí, aunque yo tiendo a agarrarme que si en su día dijo que la caridad es la virtud más importante esa misericordia prevalecerá siempre: más nos vale. Por eso, me sirve su compañía y me anima saber que pese a todo uno no está nunca solo del todo.

A veces convertimos nuestra vida en algo demasiado complicado, de la misma manera que también podemos complicar nuestra visión de como vivir el cristianismo. Yo me conformo con pedirle al Espíritu Santo con que me ayude a tres cosas; en primer lugar a saber ir por la vida de manera que no haga daño a nadie; que mi comportamiento no haga sufrir a ninguna persona, que aprenda a no criticar y a tratar bien al contrario, que se me meta de una vez en la cabeza que detrás de los asuntos, detrás de los papeles hay alguien que, frecuentemente, lo está pasando mal.

En segundo lugar, me gustaría que me ayude a aportar un mínimo de alegría y sosiego en el mundo, o dicho en "román paladino", a no ser un cardo, una figura hierática, distante o arisca. Cuando unimos a la fe la distancia, la rigidez, la trascendencia formal, podemos convertir el ejercicio de la misma en algo de lo que huir, de lo que salir corriendo.

Finalmente le pido la paz interior, la serenidad necesaria, la gracia de ir cumpliendo años, los que Dios quiera, asumiendo lo que soy, lo que son los demás y lo que se me venga encima; y, por supuesto, a saber calibrar lo realmente importante, que ni pierda la calma por formalismos ni sea incapaz de percibir detalles que a lo mejor son más importantes.

Ya se que no pido poco.

Foto: www.pastoraladolescente.com



30 de mayo de 2009

Ya queda menos











Real Zaragoza 3 Albacete Balompié 0






Tras una semana protagonizada por las excesivas e injustificadas acusaciones de primas a terceros y apaños de partidos llegadas desde Vallecas y Alicante, tal vez causadas por la frustración del momentáneo fracaso, se tenía miedo al partido frente al Albacete, pues se decía que los manchegos podían traer también estímulos económicos de terceros y se aseguraba que el Alba jugaba mucho mejor fuera de casa que dentro, amen de tener dos atacantes de lujo con el ex-león Merino y el brasileño Diego Costa, un fenomenal atacante, cedido por el Atlético de Madrid y con fama de polémico. A la hora de la verdad el Albacete no ha sido tan fiero y no ha chutado entre los tres palos en todo el partido.

El encuentro se ha jugado bajo un sol de justicia y con un Zaragoza enchufadísimo; además de los tres puntos y la mayor cercanía del final esperado, la mejor noticia de s¡esta tarde sabatina ha sido ver a un Zaragoza fortísimo, convencido de sus posibilidades y dando muestras de que va a ser muy difícil bajarlo de donde está. A pesar de ello, los goles han tardado en llegar y Arizmendi, Ewerthon y Jorge López han fallado varias ocasiones hasta que la "flecha", en los últimos diez minutos de esta primera fase, consiguiera batir por partida doble al aragonés Cabrero.

En el segundo tiempo Marcelino ha vuelto al 4-2-3-1, dejando en la caseta a Ewerthon, quien ya había cumplido su misión, sacando a un Caffa que había ido a más en los últimos partidos, confirmando esta mejoría con un gol de bandera que ha puesto colofón a una segunda parte aburrida y a un partido de pleno dominio aragonés. La afición está entregada y los jugadores en plena forma, una combinación que debe de conducir al equipo al lugar de donde nunca debió salir.

Cómodo partido de una defensa que ha encajado 5 goles en los últimos 11 encuentros, algo que dice mucho de Toni Doblas y de la mejoría de unos defensas que han estado casi todo el año cuestionados. En mi opinión el mejor ha sido Jorge López, que está creciendo mucho en este final de Liga y que ha dado la asistencia del primer gol; buena nota también para Alberto Zapater, que provocó el penalty y el propio Ewerthon, quien ha entrado en la historia zaragocista al superar los 24 goles conseguidos por Seminario hace más de 45 años. El resto de los que salieron al campo cumplieron sobradamente.

La derrota del Rayo Vallecano deja a los madrileños prácticamente deshauciados, mientras que los esperados y abultados triunfos de Xerez y Tenerife deja a los andaluces casi en primera y a los canarios muy cerca; la próxima jornada hay un Tenerife-Xerez cuyo resultado puede ser de oro para el Zaragoza si consigue vencer en su difícil visita a Salamanca. Mañana por la mañana hay un Hércules-Celta en el que los alicantinos se pueden jugar el ser o no ser, pues si no ganan el ascenso puede quedar próximo al cierre. De cualquier manera, el Zaragoza ha hecho los deberes.






"Piano man", Billy Joel (1973)


William Martín (Billy) Joel nació el 9 de mayo de 1949 en Hicksville, Long Island, en el estado de Nueva York. Ganador del Premio Grammy en seis ocasiones, ha vendido más de 100 millones de disco en el mundo y es el sexto artista con más ventas en Estados Unidos, de acuerdo con la RIAA. Está reconocido como el más fino pianista de rock and roll en la historia de la música.

Su tema "Piano man", "El hombre del piano", en una nueva demostración de que musicalmente soy un "chusmeta", lo escuché por vez primera a Ana Belén, que lo lanzó al mercado casi diez años después. Sin desmerecer la versión de nuestra cantante, a mí me gusta más la de este intérprete americano; tiempo habrá de traer alguna canción de la mujer de Víctor Manuel, pues unas cuantas se encuentran entre mis favoritas ("Agapimú", "España camisa blanca", "No volverán", "Desde mi libertad", "Sólo le pido a Dios", ...).

El sencillo "Piano Man" es una ficción de los días de Joel como cantante de salón en Los Ángeles, alcanzó el 25 en la lista de sencillos Pop "Billboard" y el 4 en la lista de sencillos "Adulto Contemporáneo".

Este tema tiene una enorme fuerza y al escucharlo uno se imagina la barra de una bar abarrotado de gente, llena de bebidas a medio tomar, todas ellas alcohólicas, por supuesto, con el humo a modo de niebla permanente y un ruido ensordecedor de humanos que desahogan sus penas y frustraciones, a pesar del cual se impone en un rincón la música que toca desgarradamente un pianista desastrado, con la corbata medio torcida, el pelo desmadejado y un cigarro consumiéndose en su boca.

Hay una magnífica versión en la que aparece Billy Joel con Elton John, pero he preferido en esta ocasión dejar sólo al primero y reservar al cantante londinense para otra ocasión.


28 de mayo de 2009

La escalofriante cogida de Israel Lancho



La 20ª corrida de la Feria de San Isidro celebrada el miércoles 27 estuvo a punto de terminar en tragedia; el diestro extremeño Israel Lancho fue cogido cuando entraba a matar el último de los toros de la ganadería portuguesa de Palha, que le empitonó a la altura de su costado derecho, manteniéndole enganchado unos dramáticos segundos en los que muchos espectadores pensaron lo peor. La sombra de las terribles cornadas que costaron la vida a JoséCubero "Yiyo" en la plaza de Colmenar Viejo en 1985 y a Manolo Montoliú cuando formaba parte de la cuadrilla de José María Manzanares en la Plaza de la Maestranza de Sevilla en 1992 corrió por el Coso de Las Ventas. Afortunadamente el diestro fue operado con éxito en la misma plaza y, aunque sigue grave, parece que salvará la vida.

Aunque mis ancestros más inmediatos eran unos taurinos impenitentes, auténticos expertos en el tema y de pequeño desarrollé una precoz afición a la fiesta nacional -entre mis fotos familiares se conservan unas cuantas brindando la muerte de un toro a la Madre Superiora del Colegio al que acudí hasta los seis años- no he llegado a alcanzar grandes conocimientos taurinos. A pesar de ello el mundo de los toros me atrae bastante y me resultan deliciosas las escenas castizas de los expertos valorando las condiciones de toros y toreros en gradas y tendidos, de las peinetas y mantillas, los capotes de paseo, los "haigas" de los toreros -hoy sustituidos por prácticas furgonetas-, los monosabios, las mulillas, los alguacilillos, los brindis al público, los entresijos del callejón y las "peloteras" con la presidencia.

Escenas estremecedoras como la que ya casi todos hemos visto nos pueden mover a rechazar este espectáculo, pero al menos por mi parte, no se si arrastrado por la fuerza de la sangre, la del sentimiento propio español o cualquier otra razón, pienso que vale la pena conservar lo que los de siempre llaman, con el orgullo de quien siente la afición como propia, "la fiesta". A lo mejor sometido a ciertos topicazos y a la pasión por las tradiciones, entiendo que la escena del hombre audaz jugándose la vida con un astado y la de éste sacrificando noblemente la suya siguen teniendo valor y vigencia en los inicios del siglo XXI.

Me gustaría saber más, entender porqué José Tomás es distinto, calibrar si opto por la técnica de Enrique Ponce, el duende de "Morante de la Puebla", el poderío de "El Juli" o la juventud de Perera y Talavante o estremecerme cuando los toros son de Victorino o de Celestino Cuadri; pero por ahora me conformo con mirar de reojo la supervivencia contra viento y marea de una tradición y disfrutar con un ambiente que muchas veces intuyo más que contemplo.


Foto: www.as.com


Una invitación a la esperanza


"Lo que embellece al desierto es que en alguna parte esconde un pozo de agua."
(Antoine de Saint-Exupery )


Antoine de Saint-Exupéry fue uno de los pioneros de los vuelos postales internacionales, un aviador en los días en que la aviación poseía pocos instrumentos y volar era una tarea extremadamente difícil y peligrosa. Pero Saint-Exupery fue también un escritor lleno de sensibilidad; creo que, al menos en mi generación, todos leímos de niños "El principito", una auténtica joya que es mucho más que un libro para niños, entre otras razones porque nos sigue conviniendo su lectura cuando ya nos hemos hecho mayores.

A mí la frase citada me invita a pensar en la esperanza, en que siempre hay algo más allá del tiempo, de la ciudad, del momento, ... por lo que vale la pena seguir bregando. Un desierto puede convertirse en la gran metáfora de la desazón, de un mal momento, de una temporada llena de contrariedades; por esta razón no podemos olvidar que en un momento determinado llegará el oasis, que al final está la tierra prometida.

Hay muchas razones que pueden justificar que veamos nuestra vida como un desierto: un fracaso matrimonial o profesional, la falta de salud, la incomprensión familiar, el estar a disgusto en el trabajo, la soledad , ... y el problema se agrava cuando somos incapaces de avistar la existencia de ese pozo. Un pozo que a veces está lejos, pero en ocasiones nuestro drama estriba en que pasamos a su lado y no nos damos cuenta, tal es nuestro estado de agotamiento, de insolación. Son momentos en los que solamente somos capaces de ver arena, de sentir el calor pegajoso e implacable sobre nuestros cuerpos agotados y frente a nosotros solamente contemplamos kilómetros y kilómetros de desierto inacabable.

Ese pozo de agua solamente aparecerá cuando seamos capaces de enfrentarnos a la vida con fortaleza; es esencial encontrar quien nos acompañe en ese desierto, descubrir un incentivo para seguir caminando y hacerlo cada vez con más firmeza y buscar con afán y con la brújula adecuada el oasis, es decir, saber lo que queremos.

Y no perdamos de vista la sutileza del escritor francés: "... lo que embellece al desierto ...", no nos habla de atenuar el dolor, de hacer el camino más llevadero, sino que a la dureza, al calor, a la aridez del desierto las convierte en algo bello precisamente por esa esperanza.






26 de mayo de 2009

El "fair play" de Peru Zaballa

Pedro Zaballa Barquín fue un jugador cántabro (nació en Castro Urdiales en 1938) que pasó sus mejores años como futbolista en el F.C. Barcelona; era un extremo que podía jugar en ambas bandas y tenía cierta facilidad goleadora. Tras jugar en dos clásicos de la zona de Santander, Rayo Cantabria y Gimnástica de Torrelavega, debutó en el primer equipo de su tierra, el Racing, donde mostró cualidades suficientes para ser fichado por el Barça, donde estuvo de 1961 a 1967. Eran tiempos donde no se admitía en nuestra Liga a jugadores extranjeros y el equipo catalán lo formaban un buena mezcla de gente de la tierra (Sadurní, Olivella, Fusté, Eladio, Torres, Rifé, Vergés, Gensana, ...) y unos cuantos jugadores traídos de diversas partes de España, como el central sevillano Gallego, el meta cordobés Miguel Reina, el burgalés Pereda y dos navarros: el volante Zabalza y el ariete Zaldúa. Zabala llegó a debutar con la selección nacional en un encuentro frente a Irlanda en el que marcó los dos goles que dieron la victoria a la que hoy llaman "roja".

Cuando acabó su contrato con los azulgrana Zaballa fichó por el Sabadell, que por aquel entonces era con el Pontevedra y el Elche el núcleo fijo de modestos de Primera División; en el equipo del Vallés, llamado "arlequinado" por el diseño de sus camisetas, solían ir a parar jugadores desechados por los blaugrana como Camps, Seminario, Montesinos, Palau, Vall y el propio Zaballa. Sus últimas temporadas las jugó en 2ª con el Oviedo, falleciendo en la capital del principado víctima de un cáncer a los 58 años.

Zaballa no hubiera pasado de ser un buen jugador del que casi nadie se acuerda si no llega a ser por haber protagonizado un momento inolvidable en la historia del fútbol español: corría el 2 de Noviembre de 1969, y se enfrentaban en el Estadio Santiago Bernabeu, el C.D. Sabadell y el Real Madrid; en el minuto 13 de la primera mitad y en una falta lanzada por Zaballa, el meta madridista Junquera, un asturiano que luego jugaría en el Real Zaragoza, y su compañero Espíldora chocan, cayendo lesionados ambos jugadores, Es en este momento cuando le llega el balón a Zaballa, quien encuentra expédito el camino de la portería, que se encontraba vacía, y en lugar de conseguir el tanto envía el balón fuera de banda para que fueran atendidos los dos jugadores lesionados. El partido lo acabó ganando el equipo merengue por 1-0. Este bello gesto le valió para ser premiado por la Unesco en París con el "Fair play" (juego limpio) en reconocimiento a la deportividad.

Cuando estamos acostumbrados a jugadores que fingen lesiones, a codazos y empujones en los saques de esquina, a piscinazos en el área, a futbolistas que parecen agonizar mientras mieran de "reojillo" al árbitro a ver si ha picado, a resurrecciones sorprendentes y a todo tipo de truculencias, trampas y concursos de antideportividad, es de agradecer recordar a alguien a quien le importó menos ganar que ser elegante y respetuoso con el contrario.




"Al alba"


"Al alba" es una canción compuesta por Luis Eduardo Aute, uno auténtico icono entre los cantautores españoles. Nacido en Manila, Aute comenzó a brillar mediados los años sesenta con composiciones que Massiel lanzó a la fama como "Rosas en el mar" y "Aleluya nº 1". Aute, cuya otra vocación artística es la de pintor, ha desarrollado una carrera fecundísima como compositor y cantante. Él mismo nos explica el nacimiento de "Al alba": "Escribí "Al alba" los días previos a los fusilamientos de septiembre de 1975 y con mucha urgencia. Debe haber sido una de las canciones que más rápidamente me surgieron, pero quería que la gente la cantara. La verdad es que no tuve que pensar mucho, salió del dolor." ; "Quería que pasara rápido la censura. Por eso la estructuré como una canción de amor, de despedida para siempre y como un alegato a la muerte. Pero hay dos elementos en la canción muy vinculados a las ejecuciones. Una vez pasó la censura, Rosa León la grabó."



Efectivamente, Aute no interpretó la canción hasta varios años después y fue Rosa León, cantante aparecida en los últimos años del franquismo con un toque comprometido y reivindicador, quien grabó por vez primera el tema. Rosa León destaca por su carácter polifacético, habiendo estado `relacionada con programas televisivos infantiles, producción de cantantes (María Dolores Pradera, El Consorcio, ...) y la activa militancia política, pues tras estar en el PCE, fue posteriormente concejal de Madrid por el PSOE y ahora es directora del Instituto Cervantes de Casablanca.




Buceando por youtube he encontrado una versión personalísima de José Mercé, el gran cantaor flamenco que toma su nombre de artístico de su infancia, cuando cantó en el coro de la Escolanía de la Basílica de la Merced en Jerez de la Frontera, su lugar de nacimiento. Se dice que junto a su guitarrista Moraito Chico forman la mejor pareja artística del mundo flamenco. Mercé, que comenzó trabajando con Antonio Gades, con quien estuvo 14 años, y que ha intervenido en películas de Saura del nivel de "Bodas de sangre" y "Flamencos", ha dado al flamenco un aire renovado y su disco "Del amanecer" (1998) supuso un giro en su propia carrera artística y en el enfoque del flamenco.




Recuerdo perfectamente cuando salió esta canción, yo acababa de empezar la carrera de Derecho y en España corrían tiempos difíciles, con la transición recién comenzada y una incertidumbre tremenda acerca de como se iba a resolver el destino político del país. Sinceramente, cuando escuchaba a Rosa León cantar "Al alba" no tenía ni idea del significado de la letra, en buena parte por esa ingenuidad que protagonizaba mi vida en aquel momento, esa tendencia a no enterarme de las cosas ... algo que vete a saber si sigo conservando en buena parte. Luego, cuando el propio Aute se lanzó a cantarla, creo recordar que al cabo de bastantes años, vino otra vez a mi recuerdo y una año los Reyes Magos me trajeron un recopilatorio de canciones de la época en que salía esta versión de Aute.

25 de mayo de 2009

Amenabar en Cannes

El lunes de la semana pasada, como ya quedó constancia en este mismo lugar, viajé a Madrid en el AVE; en dicho medio de locomoción tuve ocasión de leer el periódico del día a la ida y a la vuelta: por la mañana eché un vistazo al "Heraldo de Aragón" y por la tarde lo hice con "El Mundo"; en ambos aparecía como noticia destacada la exitosa presentación de la película "Agora", la última creación de Alejandro Amenábar. Tratándose de un film del cineasta de origen chileno, no cabe duda de que será un trabajo excelente, dotado de las dosis de genialidad y perfección que caracterizan la obra de este joven genio del cine español.

Al parecer la película, rodada en Malta, está ambientada en la ciudad de Alejandría en el siglo IV después de Cristo y plantea la tesis de que los cristianos, aún en pleno Imperio romano, habían pasado de ser perseguidos a perseguidores; Amenabar nos dice que "la película es, en muchos sentidos, una historia del pasado sobre lo que está pasando ahora, un espejo para que el público mire y observe desde la distancia del tiempo y del espacio, y descubra, sorprendentemente, que el mundo no ha cambiado tanto", , con lo que si casamos lo uno con lo otro, parece que de nuevo se atiza el fuego de la crítica a la Iglesia.

Parece que no han servido de nada veinte siglos de estudios, de profundizaciones, de magisterio y de revelaciones; ahora de golpe y porrazo nos descubren que las cosas sucedieron de otra manera. Es como si tuvieramos que andar por la vida agradecidos a quienes nos abrenb los ojos; el problema está en que para abrirnoslos no sabemos si el fundamento es la sabiduría, la elucubración o la mala uva.

No dudo de la calidad del trabajo de Amenábar: ha demostrado sobradamente que es posiblemente el mejor cineasta español de los últimos tiempos, pero me llama la atención que siempre parezca caminar en la misma dirección. Con las películas "históricas" puede estar pasando como con la novela histórica, un género atrayente e interesante que corre el peligro de convertirse en ocasión para que cada cual suelte su tesis sin encomendarse a Dios ni al diablo. Y de esta manera, miles de lectores y cinéfilos acaban sus lecturas o visionados convencidos de que se les han abierto los ojos y han aprendido verdades históricas hasta ahora ocultadas. La veracidad de las fuentes, la credibilidad de los planteamientos, el rigor de lo que se cuenta parece que tiene menos importancia.

Si se trata de elaborar películas cargadas de imaginación, calidad artística y profesionalidad a prueba de bomba, todos nos tenemos que congratular, pero tendría que evitarse esconder detrás de ellas determinadas visceralidades anticlericales excesivamente en boga.

Porque puestos a elucubrar también cabria proponer el rodaje de películas que nos cuenten que Abraham Lincoln tenía un esclavo negro a quien castigaba con azotes cuando cumplía mal sus funciones, que Charles de Gaulle abusaba de su nieta o que Pablo Iglesias era ludópata; quien lo hiciera podría ser un fenómeno como director y alegar inquietudes históricas, aunque no podríamos evitar sospechar que, a la vez, no le gustaba el partido republicano de los Estados Unidos, era antifrancés o se la tenía jurada a los socialistas españoles.


24 de mayo de 2009

La Torre de Londres



Continúo leyendo "Héroes", de Paul Johnson y acabo de terminar un capítulo titulado " y el hacha", en el que se habla de una época de la historia de Inglaterra tan convulsa como apasionante: el siglo XVI, un tiempo en el que la guerra contra Francia, el cisma ocasionado por Enrique VIII al negar la autoridad del Papa que no quiso anular su matrimonio con Catalina de Aragón y asumió la máxima autoridad de la iglesia británica o el largo reinado de Isabel I, la reina virgen, dieron lugar a momentos que han quedado grabados en la Historia, algunos verdaderamente estelares, otros sorprendentes, más de uno francamente estremecedor.

He titulado mi entrada con la mención de un edificio tan representativo como La Torre de Londres porque buena parte del relato de Johnson gira en torno a unos personajes cuya condición de héroes, según la amplia y en mi opinión brillante, consideración del autor inglés tiene mucho que ver con el hecho de haber caído en desgracia y terminado sus días bajo el hacha del verdugo. En esa torre los condenados esperaban su momento, a veces durante largo tiempo, y era lugar de tensa espera, con riesgo de desesperación y ocasión de recapacitar. Eran tiempos distintos, de esos que no podemos juzgar con mentalidad actual sin riesgo de ser precipitados e injustos. Casi siempre se nos habla de unas personas que se enfrentaron con su final de modo ejemplar, sereno y valiente, que asumieron noblemente las consecuencias de haber caído en desgracia, a veces de manera injusta. No deja de ser un buen tema de reflexión el de la serenidad y fortaleza ante una realidad tan inevitable como nuestra propia muerte.

Comienza Johnson hablando de Sir Thomas Moro, que pasó de ser Lord Canciller, una de las máximas autoridades del reino, a quedar sometido a prisión y juicio por mantenerse fiel a lo que su conciencia le indicaba. E Moro uno de los personajes más íntegros, coherentes y ejemplares que nos podemos encontrar a lo largo de la historia del mundo;no es fácil mantener el criterio, las convicciones contra viento y marea y sabiendo que te juegas la cabeza. De Moro queda su obra (magníficas "Utopía" y el "Tratado sobre la pasión") y su ejemplo, así como una inolvidable película, "Un hombre para la eternidad", dirigida por Fred Zinnemann y que le valió a su protagonista Paul Scofield el Oscar de Hóllywood. Una vida radicalmente distinta e igual de apasionante es la de Sir Walter Raleigh, de quien Paul Johnson realiza una tan brillante como sucinta disección; Raleigh fue político, asesor de la reina, marino y pirata; participó en la victoria sobre la armada invencible, luchó contra los irlandeses, fue miembro del Parlamento, gobernador de Nueva Jersey y fundador de la colonia de Virginia; pero por encima de todo Johnson nos habla de una personalidad fascinante, de un hombre lleno de ambiciones y con una imaginación y una fantasía notables, que exploró el Orinoco en busca de El Dorado y a quien se presenta como una especie de embaucador tan gentil como atrevido. Raleigh también acabó cayendo en desgracia y tras un primer indulto acabó poniendo su cabeza en el patíbulo.

También unas cuantas mujeres acabaron sus días de este trágico modo; especialmente dramática es la historia de Lady Jane Grey, alguien de cuya vida el propio Johnson reconoce que se sabe muy poco, pero sí lo suficiente como para comprender que fue víctima de la maldad y la ambición de su padre y del hombre a quien le eligieron como esposo, un personaje quien no quería y que se limitó a utilizarla como catapulta de sus aspiraciones políticas y su propia incuria. Grey fue ejecutada a los 17 años, casi sin saber porqué, implicada en una conspiración en la que le habían metido si comerlo ni beberlo. Otro ejemplo más injusticia histórica, una nueva muestra de lo lejos de la realidad que está aquello de "cualquier tiempo pasado fue mejor". Mucho más conocida es la historia de María Estuardo, reina de Escocia y que si bien no estuvo cautiva en la Torre de Londres sino en el castillo de Sheffield, también es incluida por Paul Johnson; María Estuardo era apasionada, valiente y tenía, según uno deduce, bastante de inconsciente. Todos sus maridos y amantes acabaron mal y lucho con convencimiento y tenacidad por la Corona de Inglaterra, de quien se consideraba legítima heredera, algo que no debía estar excesivamente descaminado pues su hijo Jacobo acabó siendo Rey de Inglatera y Escocia. María Estuardo era ferviente católica y vivió 18 años en cautiverio, lo que no deja de dejar bien claro tanto su fortaleza como la forma en que se las gastaban por aquellos tiempos. Fue ejecutada en el en el castillo de Fotheringhay el 8 de febrero de 1587.

Hubo otros que pasarón por la Torre de Londres como antesala de su ejecución: el Obispo Juan Fischer, quien como Moro no se quiso someter al capricho de Enrique VIII, el Duque de Norfolk, Thomas Cronwell, dos de las seis mujeres de Enrique, Ana Bolena y Catalina Howard, ..... incluso otros pasaron su vida allí sin llegar al patíbulo, como queda reflejado en la vida de Carlos de Orleans, cautivo tras la histórica batalla de Agincourt, relatada en el formidable libro de Hella S. Haase "El bosque de la larga espera"

Pienso que la Historia, además de interesante, elocuente y apasionante, nos da lecciones y ejemplos constantes; a mí me resulta mucho más frructífero leerla como una novela, no por frívola manera de prescindir de que esalgo que realmente pasó, sino porque así resulta más fácil quitar pasión y parcialidad y hacerlo con serenidad, sin juzgar y sin más pretensión que aprender y disfrutar.


23 de mayo de 2009

Superioridad total










Alicante C.F. 0 Real Zaragoza 3




A lo largo de una semana en la que el partido de hoy ha quedado eclipsado por la "bomba Matuzalem", se ha hablado bastante de la maldición que perseguía al Zaragoza en la Comunidad Valenciana, donde no ganaba desde hacía 18 años. Era fundamental acabar con ella en la tarde de este lluvioso sábado y a fe que se ha conseguido, y se ha hecho con rotundidad y demostrando durante los 90 minutos quien era el equipo con historia y aspiraciones de primera división y quien el advenedizo que regresará la próxima temporada a la 2ª B.

Se temía mucho este partido: porque el Alicante se jugaba sus últimas posibilidades de salvarse del descenso, porque se intuían primas de terceros, porque se jugaba en Alicante, donde quieren ver al Hércules el año próximo en 1ª y porque la experiencia hace tiempo que nos ha enseñado a los maños a no fiarnos de nuestro equipo. A la hora de la verdad todo ha sido mucho más sencillo; en el primer tiempo el Zaragoza ha barrido a su rival, ha mandado dos balones al poste, ha marcado su tercer gol fantasma en un mes y ha tenido ocasiones para dejar resuelto el encuentro en el descanso, aunque a la hora de la verdad solamente ha marcado al final y de penalty por medio de Gabi.

En el segundo periodo ha habido un conato de reacción de los alicantinos, pero pronto se ha visto que la cosa no pasaba a mayores; la expulsión de Torrecilla y la salida de Ewerthon han acabado con esa débil resistencia y el brasileño ha marcado dos goles que han puesto punto final al encuentro cuando aún quedaban 25 minutos. En el minuto 75 la televisión aragonesa ha puesto lo datos de tiros a puerta: 26 del Zaragoza por 0 del Alicante, rotundo y significativo.

El Zaragoza ha dado sensación de llegar al final de la Liga en plenitud de condiciones: seguros de sí mismos, comprometidos y en na forma física envidiable; la defensa ha disputado hoy un partido cómodo, sin tener casi que ocuparse del peligro rival, algo que tiene bastante que ver con el dominio del centro del campo y el trabajo impagable de Gabi y Ponzio a la hora de presionar y recuperar balones; cuando el madrileño se ha lesionado, Generelo lo ha suplido perfectamente. Buen partido de Caffa y Ander y digno de admiración el trabajo de Arizmendi, aunque hoy el espigado atacante ha fallado demasiados goles casi hechos. Ewerthon ha demostrado que es una pieza indispensable y ha aumentado sus opciones al "Pichichi".

El Zaragoza dormirá hoy en segunda posición y pasa a sus rivales la presión para sus encuentros de mañana; todos ellos parten como favoritos, pero un tropezón podría ser fatal para sus intereses y una joya para los del equipo aragonés. Destaca en encuentro del Alcoraz en el que el Huesca recibe al Hércules; sinceramente, pensamos que las bajas de Helguera, Sastre y Roberto son demasiadas para los oscenses, pero hay que confiar en que sean capaces de retornar a los buenos resultados en casa, incluso un empate le vendría de perlas al Real Zaragoza.

El Zaragoza ya tiene 71 puntos, con esta cifra otros años ya tendría el ascenso en el bolsillo, pero en esta Liga va a estar muy caro subir a primera. Quedan cuatro partidos y es posible que haya que ganarlos todos, de momento el próximo sábado visita La Romareda un Albacete que ya está salvado, parece un rival sencillo pero no olvidemos que hace tres semanas le amargó la tarde al Rayo en el mísmísimo Vallecas. De cualquier manera, hoy sábado solamente queda disfrutar de una racha que ya supone tres meses sin perder, pues el Zaragoza no cae derrotado desde el sábado de Carnaval.

Foto: www.heraldo.es



"Vencedores o vencidos"

Si hay una película que no me importaría ver cien veces es ésta; el film dirigido por Stanley Kramer en 1961 me parece sencillamente magistral. El argumento se desarrolla en 1948, cuando se están celebrando en la ciudad alemana de Nuremberg los juicios penales contra quienes estuvieron implicados en las atrocidades cometidas por los nazis; en esta ocasión les toca el turno a una serie de jueces acusados de dictar sentencias injustas que consintieron o favorecieron aquéllas. Kramer realiza un despliegue formidable, cuidando los escenarios y aportando credibilidad, verosimilitud y una tremenda seriedad al film.


Lo primero que hay que agradecer al film de Kramer es que a lo largo de las casi tres horas que dura la cinta no se ve ni un asomo de parcialidad, todo lo contrario: se narra el desarrollo del juicio, con los hechos tremendos que contiene el mismo, sin pasión ni sal gorda, dejando al espectador que valore todo lo que se le va relatando. El tema, evidentemente, es lo suficientemente interesante de por sí como para asegurar el éxito del film, pero el resultado final supera si cabe cualquier previsión. La película se presentó a los Oscar de 1961 con 11 nominaciones, si bien al final no pudo resistir al encanto de "West side story" y se quedó con el del mejor actor (Maximiliam Schell) y el del mejor guión adaptado (Abby Mann).









En el capítulo de la interpretación hay que hablar de un reparto grandioso, si bien en mi opinión destaca el duelo de gigantes que desarrollan Spencer Tracy y Burt Lancaster; el primero encarna a Dan Haywood, un viejo juez de distrito norteamericano, ya próximo a la jubilación a quien la presidencia de uno de los juicios de Nuremberg puede entenderse como un colofón a su carrera, aunque a la hora de la verdad parece ser el endosamiento de lo que ya no quiere nadie; Lancaster es otro juez, Ernst Janning, que en este caso ocupa el banquillo de los acusados por por su complicidad en la aplicación de las políticas de esterilización y eugenesia del Tercer Reich. Inolvidable la entrevista final entre ambos cuando ya acabado el juicio y cuando Janning trata de encontrar consuelo y autojustificación, el veterano juez yankee le recuerda que cuando dictó la primera sentencia conscientemente de su injusticia ya empezó a poner su grano de arena en el genocidio nazi; también quedan en los anales las consideraciones sinceras de Tracy sobre la pantomima en que entiende se han acabado convirtiendo los procesos, su conversación posterior al juicio con el defensor de Janning y la tremenda intervención de este último cortando los excesos de su propio letrado.

Pero si hablamos de actores, junto al duelo antes citado hay que destacar los dos breves papeles que bordan Montgomery Clift y Judy Garland; Monty interpreta a Rudolph Petersen, un panadero a quien los nazis esterilizaron por su limitación intelectual, mientras Judy Garland representa a Irene Hoffman Wallner, una enfermera. Ambos actores realizan una magistral actuación; las declaraciones testificales de ambos configuran las escenas más estremecedoras de la película y vienen a aportar a la misma la personalidad atormentada que de hecho tenían los dos en la vida real y que les llevó a un fallecimiento prematuro. Rita Moreno y George Chakiris impidieron, con sus grandes trabajos en "West Side Story" que Clift y Garland pudieran engrosar su brillante currículum con una estatuilla de Hóllywood.










Quien si logró ganar la estatuilla fue Maximilian Schell, que cerró una formidable interpretación de Hans Rolfe, el letrado defensor de Ernst Janning; cuentan que Schell tiene el récord de ser el actor principal peor pagado de la historia de los Oscar y que en el reparto de esta película, pues su sueldo fue inferior al de Tracy, Lancaster, Widmark y Dietricht; de cualquier manera el actor austriaco realiza una papel lleno de fuerza y convicción. Más sobrio está Richard Widmark como el Coronel Tad Lawson, quien asume el papel de Fiscal del caso, aunque igualmente eficaz y a la altura de sus compañeros de reparto. También Marlene Dietricht tiene su momento de gloria como Mrs. Bertholt, una alemana fría e inteligente, es decir, el papel que mejor le venía.

En definitiva, una auténtica joya del cine que se puede disfrutar las veces que uno quiera sin miedo al agotamiento.


http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2526.html












22 de mayo de 2009

El amo de la barra



Lo he visto bastantes veces, frecuentemente bordea el medio siglo, tez morena, ropa cara y deportiva y no es raro que lleve gomina; va por la vida de triunfador, su situación económica es holgada -o al menos lo aparenta- y presume de distinguir con acierto y matices los sabores, aromas y cosechas.

Por eso cuando se dirige a la barra del último pub de moda lo hace pisando fuerte, seguro de su capacidad, convencido de tener el toque irresistible de los elegidos. El porte imperial, los pasos tranquilos, la mirada intensa y la sonrisa tan impecable como falsa. No hay razones objetivas, pero el hombre piensa que el mundo está a sus pies, que en ese establecimiento todos deben de haber llegado a la situación de éxtasis al verle entrar.

Y al otro lado de la barra, ... en el polo opuesto del contrato social, la joven camarera se dispone a lidiar con el eral, muy hispano, muy arrollador. Seguramente no está allí por gusto, servir cubatas no es vocacional; posiblemente se quiere pagar unos estudios que le lleven más allá de una vida con demasiado olor a lejía, o se inicia en el mundo laboral a la espera de oportunidades de mayor futuro, ... es posible que haya llegado con su familia no hace mucho de Perú, Marruecos o Bulgaria y esté metida de lleno en la lucha por sobrevivir en tierra extraña ... Frente al "madurete" sólo le queda escuchar y cumplir, ni se le permiten confianzas ni le conviene caer en la tentación de ponerle en su sitio.

Pero hoy el tipo quiere guerra y posiblemente comienza mirando a la moza de arriba abajo con ojos que ni disimulan, ni vacilan ni respetan; él está en su territorio y ella a su disposición; puede parecer caballeroso, pero es incapaz de ocultar ese concepto tan peculiar de la vida, un injustificado sentido de la propiedad, una especie de derecho sobre aquél al que las circunstancias han puesto por debajo, una insoportable condescendencia. Pero sobre todo hay una posición tan lasciva como indecente, una postura "panorámica" indisimulada, una torpe y errada idea de dominio, de injustificada superioridad, de injusta posesión.

No es una experiencia única, siguen existiendo estos personajes; siguen sentándose en su taburete y mientras piden la última bebida de moda retratan y persiguen con la mirada a la camarera como si fuera suya, como si estuviera no sólo a su servicio, sino a su disposición y, lo que es peor, como si ésta no tuviera otro remedio que rendirse a sus pies, quedar embaucada por sus encantos y eternamente agradecida por haberle hecho caso ... y son tan torpes que no se dan cuenta que hacen el ridículo, se desprestigian sólos e ignoran que si ella pudiera saldría de su "cubículo" y le daría con la botella de "Cardhú" en la cabeza a ver si se le pasaban sus aires de conquistador de pacotilla.


20 de mayo de 2009

Machado habla de los españoles


"En España, de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa."
( Antonio Machado)


En su libro "Campos de Castilla" el ilustre poeta sevillano, uno de los más insignes representantes de la generación del 98, se descuelga con una frase tan rotunda como la citada más arriba. Tal aseveración no es más que una notoria manifestación de ese pesimismo que embargaba a quienes formaron parte de la élite cultural y literaria de la época, una afirmación que refleja esa visión desalentadora de España a la que, precisamente porque la querían, tanto aludieron ese inmortal grupo de escritores e intelectuales que conformaron una de las épocas más brillantes de nuestra literatura, paradójicamente cuando el país iniciaba unos difíciles tiempos de decadencia.

No puedo negar que yo mismo me he visto reflejado en esa actitud que Machado comenta, ... y no precisamente en el grupo de quienes piensan. Tal vez por ser maño, quizá por apasionado o, a lo mejor, por inseguro, no han sido pocas las veces en las que he reaccionado de forma primaria y vehemente, en ocasiones de manera desproporcionada y casi nunca justificada; y es que hay quienes hemos tenido siempre cierta facilidad para embestir al capote. Los años te ayudan a coger serenidad, aunque siempre queda eso de "genio y figura ...".

Yo admiro a quien tiene capacidad de filtrar, a quien sabe ponderar las cosas antes de responder al primer impulso, a quien controla esos instintos primarios que nos asemejan, cuando menos metafóricamente, al toro bravo. Muchas veces esta forma de ser tiene mucho que ver con la juventud y se cura con los años, pero hay quien persevera en ella y se convierte en presa fácil de quien disfruta echando peladuras para que otros resbalen.

Pero hay veces en los que esa capacidad de embestir tiene raíces distintas, no es un problema ni psicológico ni regional. La tendencia al exabrupto, el enojo ante la opinión contraria, la indignación cuando las cosas no se hacen como a uno le gusta esconden radicalidad, dogmatismo y cerrazón mental. Me temo que es una enfermedad que se agrava con el aislamiento, con el error de vivir enclaustrado en círculos cerrados, dentro de una burbuja que sólo nos deja ver lo negativo de la otra parte del contrato, ajeno a la bondad que vive más allá de lo propio. Enfermedad que es fácil curar viajando, conociendo donde vive su vida el resto, haciendo amigos.

Es como si se produjera una doble reacción que nos lleva, por un lado, a pensar que nuestra solución es la única, que solamente nosotros tenemos razón, como si nos sorprendiera que el resto no la compartiese mientras que por otro, nos resistimos a aceptar la opinión ajena, a asumir ese pluralismo que la vigente Constitución consagra como uno de los cuatro pilares del ordenamiento jurídico y que nos debería ayudar a convivir en armonía. No sería de extrañar que al escribir ésto Machado tuviera la cabeza en esas dos Españas que en otro momento afirmaba nos habían de partir el corazón.

"Puente de los suspiros", Richard Russo












"Puente de los suspiros"
Richard Russo
Alfaguara, Madrid (2008)
687 páginas




http://www.cope.es/20-12-08--puente_suspiros_una_cronica_ritmo_vida,25370,noticia_ampliada

Me estoy aficionando a los autores norteamericanos y tras haber leído esta novela de Richard Russo pienso que esta tendencia va a ir en crecimiento; casi puedo asegurar que no será el último libro que lea de su autor. Ya de entrada tengo que decir que "Puente de los suspiros" me ha parecido una obra realmente magnífica. Dejo arriba un enlace de la crítica que hace del mismo Javier Cercás, pues su lectura fue la que me animó a enfrentarme con casi 700 páginas y creo que da una pincelada acertadísima del libro.

El título no nos puede llamar a engaño, pues la historia que se nos narra no sucede en Venecia -aunque haya una cierta relación con dicha ciudad-, sino que dicho título explica parte de la clave argumental, si bien no insistiré más por respeto a quien lo pretenda leer.

La trama se desarrolla en Thomaston, una pequeña localidad al norte del Estado de Nueva York y en ella se abarca una época amplísima de la reciente historia de la sociedad de USA, la que va desde las postrimerías de la 2ª Guerra Mundial hasta nuestros días. Thomaston es un pueblo pequeño, donde vive gente sencilla y está divida en tres partes que abarcan tres grupos de población bien diferenciados: el "lado oeste", donde vive la gente con menos posibilidades, el "lado este", habitado por quienes han prosperado y se han trasladado desde el primero y "El Burgo", lugar de residencia de los más pudientes. El autor se esmera en describirnos el ambiente, el paisaje y las personas que habitan estos lugares.

El protagonista, que narra en primera persona buena parte del relato, es Lou C. Lynch, un niño ingenuo, simplón e inseguro que va haciéndose mayor sin acabar de perder esa inocencia que le define. Su padre, Lou Gran, responde al prototipo de hombre sencillo, poco inteligente y bondadoso y contrasta con su madre, Tessa, una mujer de carácter, sufridora y algo de vuelta de las cosas. Russo tiene el acierto de describirnos las virtudes y defectos de cada personaje tal como los ve, sin tomar partido a favor de nadie y sin caer en maniqueismos que idolatran a unos y destrozan a otros. En mi opinión, la configuración del personaje del joven Lynch, a quien sus amigos llaman Lucy por una desafortunada confusión verbal de su profesora de párvulos, es sencillamente magistral, y leyendo el libro me he sentido plenamente identificado con los problemas, inquietudes y dilemas de Lynch, quien va abriendo sus ojos a la vida sin acabar de saber qué papel le corresponde representar.

Por medio de Lou Linch vamos conociendo al resto de personajes del libro; el primero es su amigo Bobby Marconi, un líder, alguien completamente distinto a aquél, hijo de un emigrante italiano violento y déspota que maltrata a su madre, una mujer a quien solamente le ha producido hijos y sufrimiento. También Bobby, convertido con el tiempo en el célebre pintor Robert Noolan, residente en Venecia, pasa a relatarnos la historia en primera persona en un momento dado.

El tridente central de la novela se cierra con Sarah Berg, quien se convertirá en novia de Lyncc y en un personaje a quien el autor, desde mi punto de vista, dota de un carácter especialmente atractivo. Sarah vive con su padre, un atabilario y cínico profesor de instituto, que dedica su tiempo libre a redactar una interminable novela que presume se convertirá en un hito literario; su madre, separada de éste, es una artista que vive con cierto desenfreno en Long Island y con la que pasa el verano. También Sarah berg asumirá el relato en determinados momentos y termina un círculo narrativo que nunca pierde interés.

Pero los personajes no se acaban aquí, hay "actores secundarios" enormemente sugerentes y maravilloamente descritos: Dec, el hermano vividor y algo sinverguenza del padre de Lou; Jerzy Quinn, compañero de curso de éste con vocación de canalla y su chica, Karen Cirilo, ambos residentes en el lado oeste; Buddy Nart, padrastro de Karen, borracho, ladrón y pendenciero; Nan Beverly, hija del dueño de la curtiduría, la empresa que a la vez que da trabajo a medio pueblo contamina el río Cayoga y causa la muerte por cáncer de bastantes habitantes y unos cuantos más que completan un elenco magnífico.

Richard Russo va del ayer al hoy y viceversa sin que quepa la confusión, sin que se pierda el hilo. Las alegrías y desdichas infantiles de Lou Lyinch, el afan de prosperar de su padre, que reparte leche en un camión hasta que decide adquirir un pequeño supermercado, el "Ikey", en torno al cual se desarrolla su vida familiar y la de quienes están cerca de él, las cuitas de su amigo Bobby, el cine de barrio, las fiestas juveniles, las sorprendentes clases de literatura del padre de Sarah, ... forman mil sucesos ordinarios que Russo acaba convirtiendo en una novela llena de interés y que se lee con atención de principio a fin.





19 de mayo de 2009

Marujas en el AVE



Ayer tocó viaje en AVE; algunos lunes tengo que ir a Madrid y repito la experiencia de esos viajes de ida y vuelta en el día en alta velocidad; son momentos donde, además de dormir y hojear el periódico -aún no he caído en el vicio de sacar el portatil- puedes aprovechar para aprender de la vida observando aconteceres y poniendo la oreja.

Al llegar a Zaragoza subieron tres mujeres, no creo que ninguna de ellas cumpla ya los 50, que se acomodaron en los cuatro asientos enfrentados que había a mi lado. Todas aparentaban ser rubias, aunque apostaría a que ninguna lo era realmente, y se instalaron en el vagón entre aromas de "Chanel", aires de la Milla de Oro y luces de "Dolce & Gabbana". Pronto me dí cuenta que no iban a pasar desapercibidas y que era fácil que el resto de viajeros acabáramos al tanto de sus cuitas mientras atravesábamos Calatayud, Siguenza y Guadalajara.

Enseguida conocimos el motivo de su viaje a la capital: iban de compras, y desde el principio quedó muy claro que no se dirigían precisamente al mercadillo de Hortaleza ni a la planta de "oportunidades" del Corte Inglés: las calles Serrano, Velázquez, Goya, Hermosilla y Ortega y Gasset, entre otras, iban a ser pateadas de principio a fin y no iba a quedar tienda chic sin ser revisada y, si fuera menester, arrasada. A lo largo del viaje asomaron barras de labios, lápices de rimmel, polvos maquilladores, toallitas perfumadas y todo el arsenal necesario para adornar la cara y luchar con armas y bagaje contra la palidez y las patas de gallo.

También hubo tiempo para el repaso de las últimas roturas matrimoniales de la capital maña: pensiones alimenticias y compensatorias, discusiones íntimas, desencuentros judiciales y hasta algún cuernecillo que otro fueron analizados en voz alta con esa firmeza que ponemos las personas cuando pretendemos no dejar títere con cabeza.

Al llegar a Atocha las tres cogieron sus bolsos de primera marca que agarraron con unos manos que destacaban por el tamaño y el brillo de sus anillos y unos brazos en los que bailaban sonoras unas pulseras que seguro no eran de bisutería. Y decididas, seguras de sí mismas y pizpiretas se dirigieron a la conquista de Madrid: tenían todo el día por delante.

Mientras tanto los viajeros nos desperazamos y nos dirijimos cada uno a lo nuestro, algunos, como he demostrado, habíamos dedicado buena parte del viaje a "marujerar" a las "marujas".


17 de mayo de 2009

"Cadillac solitario", Loquillo (1983)



Ya he dicho en otras ocasiones que la música pop española de los 80 no es mi especialidad, al menos todos esos grupos que hicieron historia. No cabe duda de que Loquillo ha sido uno de esos iconos, y no es una excepción en cuanto conozco bastante pocas canciones suyas. Pero, paradójicamente, hay una que me encantó desde el primer momento que la escuché, y no es otra que este "Cadillac solitario".

El tema tiene además una pequeña y poco trascendente historia personal; he tenido muy poca experiencia en "karaokes", entre que no he tenido ocasiones excesivas de acudir a uno de ellos y que el cantar bien se encuentra entre las muchas virtudes de las que carezco -ésta de manera especial- mi historia de cantar en "karaoke" se limita a dos ocasiones: una vez que asistí invitado a una cena de la Policía Local de Tarragona que terminaba con un festival con este medio y en el que a quienes formábamos parte de la mesa presidencial nos impusieron una canción elegida previamente -no por el interesado, por cierto- y a mí me tocó "Mi carro", de Manolo Escobar, algo que un tercer sentido me hace empujar al cajón del olvido. La otra fue tras asistir a la cena anual del Colegio de Abogados de la misma capital catalana, en la que, posiblemente animado por cierto "achispamiento" interpreté esta canción de Loquillo. Con karaoke, o sin él, a mi me parece un tema sensacional y la interpretación que he encontrado en youtube, con un Loquillo ya mayor, francamente espectacular.