7 de octubre de 2010

El olor de la General



Si alguien tiene pasión por los libros, la Librería "General" de Zaragoza es parada obligatoria; ubicada en pleno Paseo de la Independencia se convierte en lugar accesible para todo el mundo, sitio de paso y, por supuesto, ocasión próxima. Evidentemente, cada cual tendrá sus preferencias, y así hay quien se siente bien a gusto paseando por la planta de Libros del "FNAC", quien piensa que como en tantas cosas la mejor solución es "El Corte Inglés", quien recurre a la sabiduría de alguna que otra dependienta de la "Casa del Libro", mientras otros optan por librerías más pequeñas y, tal vez por eso, más especializadas, como es el caso de la excelente Librería "Cálamo" de la Plaza San Francisco. Yo particularmente pienso que la "General" es el establecimiento del ramo más completo de toda Zaragoza.

Y la Librería General tiene una característica peculiar, su olor, un aroma que no es natural, pues viene causado por un potente ambientador, pero sí absolutamente original y propio, distintivo. Cuando entras en el interior de la tienda viene a tu olfato, ya como parte de la propia esencia del establecimiento ese olor fresco y sugestivo, en ocasiones de una intensidad casi agresiva, que en ocasiones te recuerda a los cines de tu infancia, en otras a un Hotel de lujo, e incluso y si te pones imaginativo, al campo en primavera. El grato placer de mirar y hojear libros en la Librería General ya va íntima y necesariamente unido al olor descrito, puede que si un día lo quitaran ya no sería lo mismo, casi como arrebatar el vigor a un gladiador o el salero a un sevillano.

He escuchado ya varias elucubraciones a la intensidad del olor ambiental: la necesidad de airear una tienda que no tiene ventanas a la calle, el peligro de que la humanidad visitante cargue el ambiente, ... vete a saber porqué, pero como dice mi buen amigo Brunetti tal aroma es uno de los encantos de la Librería, los libros que revisas, y de vez en cuando compras, tienen unido ese aroma, va con ellos y se convierte en sello de calidad, signo de distinción.


4 comentarios:

veronicia dijo...

Si entro en una librería nunca se que es lo que terminaré comprando... Me gusta estar, mirar los libros...

Me siento aunque no haya sitio para sentarse y me quedo rato y rato...
Elijo un libro, lo llevo a la caja, regreso a por otro, lo llevo a la caja... calculo mentalmente el máximo presupuesto. Me salto el presupuesto. Cambio de libro...

Y lo último y el colmo... les pido que los envuelvan para regalo y les explico que me los regalo a mi misma pero que me hace mucha ilusión desenvolver regalos cuando estoy triste... entonces me preguntan si deseo la pegatina de "deseo que te guste" o la de "felicidades" suelen reírse al ponerla...

*Prefiero las librerías y no grandes superficies porque apoyo a las PIMES

Modestino dijo...

Entonces te gustaría "Tienes un email".

veronicia dijo...

Si, diría que es de las pocas películas románticas que me gustan...

(Intento recordar el nombre de la libreria de Meg Ryan pero me es imposible)
Un saludo Modestino!

Modestino dijo...

A mí me suena que se llamaba "La tienda de la esquina".