22 de octubre de 2010

Tan bueno como la película















"El secreto de sus ojos"
Eduardo Sacheri
Alfaguara. Madrid (2009)
317 páginas


Resumen:
Treinta años atrás, cuando Benjamín Chaparro era prosecretario en un juzgado de instrucción, llegó a su oficina la causa de un homicidio que no pudo olvidar. Ahora, ya jubilado, repasa buena parte de su vida, las instancias de ese caso y sus insospechadas derivaciones, y la historia de un amor secreto que lo mantiene acorralado entre la pasión y el silencio. Una trama policial ambientada en los años sesenta y setenta, en una Argentina que paulatinamente se sumerge en la violencia política y cuyos personajes luchan contra la impunidad, la burocracia del sistema judicial y las miserias propias y ajenas. Una historia protagonizada por hombres que hicieron de la búsqueda de la verdad un destino, de la memoria, un camino imprescindible, y de la lealtad, un culto que trasciende el tiempo, las distancias y la muerte.



El año 2009 triunfó en todos los cines de la península una película del argentino Juan José Campanella titulada "El secreto de sus ojos", un film que se puso las botas de ganar premios: nueve Premios "Clarín" de Argentina, cinco del Festival Internacional de Cine de La Habana, trece premios "Sur", dos de nuestros "Goya", además de siete nominaciones más, el trofeo a la mejor película iberoamericana de los premios "Ariel" y, por encima de todos, el Oscar a la mejor película extranjera. He de confesar que no he visto la película, aunque puedo asegurar que pondré los medios para cubrir esta laguna.

Hace unas semanas, curioseando novedades en la Librería "Masdelibros", cercana a la Estación Intermodal de Huesca, vi como un joven ojeaba entre las repisas donde estaban los de Alfaguara un ejemplar de "El secreto de sus ojos", hecho que hizo regresar a mi cabeza el viejo propósito que tenía de leerlo, puse manos a la obra y saqué un ejemplar de la Biblioteca pública: un acierto total. Lo he leído en poco más de una semana y me he quedado encantado, a pesar de que -como suele ocurrir con los escritores argentinos- los giros y los términos propios de la tierra exigen atención y consultas frecuentes.

El personaje de Chaparro es, sencillamente, magistral; esa mezcla de ternura, pasión, ironía y visión desengañada de la vida hace que al leerlo te identifiques al máximo con él, que con frecuencia te veas reflejado en sus ilusiones, frustraciones y desencuentros. La imagen que ofrece del mundo burocrático del Juzgado donde trabaja, de los obstáculos que surgen en la investigación que realiza y de las injusticias de la vida y del sistema es tan real como acertada. Junto a él destacan otros tres personajes perfectamente diseñados: Ricardo Morales, el viudo de la mujer asesinada, un hombre atormentado por la tragedia y absolutamente metódico en sus acciones, venganza incluida; Pablo Sandoval, compañero de trabajo del protagonista, un hombre leal, marcado por su adicción al whisqui tanto como por su eficacia profesional y Báez, el inspector de policía concienzudo, honrado y sensato.

La novela abarca un amplio periodo de la historia argentina, aunque fundamentalmente destaca la ambientación de la convulsa época del regreso de Perón y el post-peronismo, con la dictadura militar alimentada por continuas violaciones de los derechos humanos. También la ubicación histórica del relato está hecha con un gran acierto. La descripciones, los diálogos y las introspecciones de los personajes rezuman elegancia, estilo y maestría.

A todo lo referido cabe añadir un final tan sorprendente como impactante que hace redonda una novela que hay que leer, aunque ya se haya visto la película: vale la pena.

12 comentarios:

Jose Ignacio Escribano dijo...

Te agradezco el comentario sobre le libro que no he leído todavía. La película me gustó muchísimo y no estaba seguro si el libro iba a poder estar a su altura. Ahora lo tengo claro y buscaré el libro. Espero que te guste la película. Un saludo.

veronicia dijo...

En cuanto la vi supe que estaba ante un "caballo ganador"
Es cierto, la veía sentía que ese lugar podría ser España y sentía que así es la condición humana... o tal vez sea que hay mucho más que nos une de lo que nos parece.
Conversando con amigos Argentinos me dijeron tienes que verla va a los Oscar... en mi interior sabía que lo mejor de lo visto hasta el momento.
El final... el final resulta para mi una métafora...
Con la ingente cantidad de libros pendientes que tengo y que este fin de semana mando un "enviado" a Negra y criminal me alegro de que el libro sea igual de bueno.
Un abrazo Modestino, me voy al tajo!

Brunetti dijo...

La película me pareció excelente. Si tienes oportunidad, no dejes de verla, aunque como los protagonistas hablan tan de prisa y utilizan tantos giros que nos son ajenos, lo recomendable es verla dos veces.

Además, sé que te encantará una magnífica escena aérea en la que aparece el estadio del Racing de Avellaneda en pleno partido.

Salud!

Modestino dijo...

José Ignacio, lo dicho no es más que una opinión mía ... la película es muy buena y siempre es un riesgo leer el libro con un listón tan alto ... y viceversa.

Veronicia, sin duda es caballo ganador.

Brunetti, el estadio del racing me recuerda que al menos dos de los grandes jugadores argentinos que han defendido la elástica blanquilla del real Zaragoza jugaron allí: Juan Alberto Barbas y Diego Milito ... que tiempos¡¡¡

ana dijo...

Gracias por esta recomendación. Desconocía la película, y también el libro... sí, sí... ando un poco despistada.

Un saludo!!!

Modestino dijo...

¡Vaya laguna!, Ana ;)....

Mariapi dijo...

La película es de las que más me han gustado ultimamente. Precisamente su final nos ha dado para largas horas de discusiónes sobre el concepto "justicia". Tienes que verla.
No sé si seré capaz de leer el libro, cuando ya he puesto rostro y voz a los personajes, me resulta complicado...pero si es tan bueno como dices, me fiaré de tu autoridad...

Gracias, un saludo.

Modestino dijo...

Yo pienso que generalmente es mejor leer primero el libro y luego ver la película ... y es cierto que ante un listón tan alto como el puesto por esta película uno se lo piensa antes de leer el libro, pero también es verdad que suele dar otra visión.

Alberto dijo...

No te pierdas la película, Modestino, es de lo mejor que he podido ver en el último lustro, con una de las frases más acertadas y que quizás nos pueden definir a gente como nosotros, con una pasión desmedida por un equipo de fútbol:

"¿Te das cuenta Benjamín? El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de famila, de novia, de religión, de Dios... pero hay una cosa que no puede cambiar, Benjamín... no puede cambiar... de pasión.".

Se refería al Racing de Avellaneda. De lo único que no se puede cambiar es de equipo de fútbol, y así nos va a algunos, que estamos en permanente estado de cabreo...

Zambullida dijo...

La película me encantó y creo, si no recuerdo mal, que lloré de lo lindo. A todo aquél al que se la recomendé, le gustó. No sabía que existiera una novela previa, ¡menudo descubrimiento! Gracias.

Modestino dijo...

Evidentemente la película sirvió para conocer la novela: habitualmente es al revés.

Si, Alberto, uno no puede cambiar de pasión: uno muere con ella, ... a veces a disgustos.

ana dijo...

Modestino, glups!!!

:O)