30 de diciembre de 2016

Descansa en paz, princesa Leia


El pasado martes falleció. a consecuencia de un infarto de miocardio sufrido mientras volaba de Londres a Los Angeles el viernes anterior,  Carrie Fisher, actriz a quien inmortalizó su papel de princesa Leia en  "La guerra de las Galaxias", saga donde intervino en cuatro de sus películas: "Una nueva esperanza" (1977), "El imperio contraataca" (1980), "El retorno del Jedi" (1983) y "El despertar de la fuerza" (2015). Ayer nos enterábamos de la muerte de su madre, la también actriz Debbie Reynolds, quien había sufrido un ictus cerebral, posiblemente a causa del stress producido por el inesperado adiós de su hija. Debbie Reynolds fue en "Cantando bajo la lluvia" la inolvidable Kathy Selden, esa actriz de teatro aún desconocida, que primero menosprecia ante Don Lockwood (Gene Kelly) el arte del cine y luego sale de una tartacomo una de las bailarinas del coro que va a la fiesta a la que asiste el propio Lockwood. Reynolds forma parte en dicho film , junto a Kelly y Donald O'Connor, de una de las más maravillosas escenas de baile de la historia del cine. Sirvan estas líneas para homenajear a una y a otra.

Hoy no voy a  elaborar el currículum de madre e hija, ya hay una larga lista de enlaces digitales donde nos cuentan los detalles de sus vidas personales y profesionales. Hoy me limito a reflexionar sobre la fugacidad de la vida. Las películas de George Lukas no solamente constituyeron un hito en la historia del cine, fueron posiblemente el más llamativo acontecimiento cinematográfico de su época. Sus personajes principales -Darth Vader, Han Solo, Luke Skywalker, la princesa Leia, ...- forman parte de la vida, de las ilusiones de las generaciones de entonces. Por eso, la muerte de Fisher tiene un algo más que la simple desaparición de una artista famosa: es una manifestación del paso del tiempo, una llamada a la nostalgia y a la reflexión, un regreso fugaz y más bien efímero a la infancia, la adolescencia, la juventud, ... esos tiempos en los que miras el presente y vives, inconscientemente, como si todo fuera a durar siempre ... sin envejecer.

En ocasiones como ésta, tenemos la oportunidad de regresar con la cabeza y el corazón al pasado, y ¿por qué no?, volver a disfrutar de la belleza de entonces, aunque sean momentos que no regresen y al mirar hacia el futuro ya no ves un panorama extenso. Pero hay que pensar, ¡siempre!, en positivo y agradecer las ocasiones vividas, pensar, como dijo Lauren Bacall, que "fue bonito mientras duró" y seguir aprovechando nuestras oportunidades.

Descansen en paz Carrie Fisher y Debbie Reynolds, mientras permanecen vivas en el baúl de los momentos bonitos la princesa Leia y Kathy Selden.


27 de diciembre de 2016

Drama en el Mar Negro


Hace unas semanas muchos recibimos vía "Washapp", o escuchamos a través de "Youtube" a un tenor del coro del ejército ruso interpretando la Jota más célebre y sonora de "Gigantes y Cabezudos". A la sorpresa inicial se sumaron la admiración y el agradecimiento y muchos no dábamos crédito a nuestros ojos al ver y oir, concentrado y uniformado, a Vladislav Golikov cantar con energía y tino eso de "Aragón la más famosa, es de España y sus regiones ...". Daba gozo ver cómo primero cogía fuerzas e impulso el muchacho para, posteriormente, llenar el escenario con una voz maravillosa, cantando un tema que a tantos nos encoge el corazón, nos fortalece el cariño a nuestra tierra, su fe y  tradiciones, así como el orgullo de ser aragoneses.

El día de Navidad nos despertamos con el alma encogida al enterarnos de que buena parte del coro del ejército ruso viajaba en el avión militar ruso siniestrado en el Mar Negro y que en el accidente no había habido supervivientes. Golicov, a quien de una manera u otra todos acogimos como alguien próximo, casi nuestro, se encontraba entre los viajeros del avión.

En esta vida suele pasar que en un instante cambienos del la alegría y la satisfacción al dolor más grande. El haber tenido la oportunidad de oir y admirar a Vladislav Golicov sigue siendo una experiencia gratisima ... "la belleza permanece en el recuerdo". Y, sin duda, haya donde haya ido tras el trágico accidente que le segara la vida, seguro que también "se halla la Virgen" y también "se canta la Jota".


25 de diciembre de 2016

Luz navideña


A veces me pregunto si soy feliz ... en ocasiones entro al juego del "ego" y caigo en la torpeza de buscar presuntos obstáculos a mi felicidad. Debe de ser una especie de tendencia natural, humana, ... posiblemente más propia de inseguros. Pero caer en esta tentación no es justo.

Reflexiono y comprendo que no puedo ser infeliz ... fundamentalmente porque no tengo derecho a ello. Regodeándome en estos conceptos solamente consigo comportarme injustamente con tantos a los que la vida no ha tratado tan bien. Y lo que es peor, tropezar con la piedra de pretendidas infelicidades pone el peligro de dañar la felicidad de quienes con mayor o menor cercanía me rodean.

24 de diciembre de 2016

Feliz Navidad


Feliz Navidad. Os deseo una noche especial, distinta, llena de luz, alegre ... junto al Portal.

Modestino 

22 de diciembre de 2016

Antes de la Nouvelle Vague


El pasado día 20 de diciembre falleció en Neuilly-sur-Seine, ciudad del Área Metropolitana de París donde había nacido hace más de 96 años, Michèle Morgan, legendaria actriz francesa, que fue en su momento uno de los rostros más simbólicos y enigmáticos de Francia. Lo de enigmático -término que he sacado de Wikipedia- debe de ser muy cierto, pues he de admitir que poco conozco de una artista que cautivaba con su belleza y de la que he tenido que tirar de información cibernética para hablar algo de su vida y trabajo. Los obituarios son unánimes en resaltar la belleza de la actriz, y sobre todo en recalcar que los suyos eran los ojos más bellos del cine ... ¡que ya es decir!.

La actriz fallecida fue considerada como la "Greta Garbo del cine galo". Alex Vicente nos recuerda en "El País" que su verdadero nombre era Simone Roussel, y lo cambió cambió porque consideraba que no tenía “cara de llamarse Simone”. En los años 40 fichó por una de las grandes compañías de Hollywood, la misma de Cary Grant y Katherine Hepburn, si bien nunca cuajó en el cine anglófono, Vicente tambien nos lo explica poniéndo en boca de la Morgan lo siguiente: “La RKO esperaba un estereotipo de la French girl, morena, desvergonzada, sensual y picante, pero vio llegar a una rubia de ojos azules una actriz dramática que hablaba inglés sin acento, lo que me perjudicó”. Una anécdota de su vida con cierto dramatismo es que se hizo construir una mansión en una de ls colinas de Holliwood que luego fue vivienda de Roman Polanski y en ella asesinaron a Sharon Tate.

Su primer gran trabajo fue "El muelle de las brumas" (1938), un drama basado en una novela de Pierre Mac Orlan, dirigida por Marcel Carnè en el que formó pareja con Jean Gabin, otro de los grandes del cine francés, a la que siguió "Juana de París" (1942), de Robert Stevenson, con Paul Henreid -el marido de la Bergman en "Casablanca"-, de ambiente bélico. En 1946 ganó un premio de interpretación en cannes por "Sinfonía pastoral", dirigida por Jean Delannoy y también adaptación de una novela, en este caso de Andrè Gide. Otro film de interés fue "El ídolo caído" (1948), de Carol Reed, con Ralph Richardson. En la década de los 50 intervino en dos películas de corte histórico, "Napoleón" (1954), de Sacha Guitry, con un reparto espléndido: Raymond Pellegrin, Daniel Gélin, Orson Welles, Jean Gabin, Yves Montand, Maria Schell, Erich von Stroheim, Pierre Brasseur, Michèle Morgan, Jean Marais, Luis Mariano, Jean-Pierre Aumont, ... y "María Antonieta" (1955), de Jean Delannoy. Años antes había interpretado a una matrona romana convertida al cristianismo en "Fabiola" (1948), film de Alessandro Blassetti basado en la célebre novela del cardenal Wisseman. Entre sus últimos trabajos llama la atención "Mando perdido" (1966), de Mark Robson y con un reparto que reunía auténticos números uno: Anthony Quinn, Alain Delon, George Segal, Michèle Morgan, Maurice Ronet, Claudia Cardinale, ...

Cuentan que uno de los errores cometidos por Michelle Morgan a lo largo de su carrera fue el no haber sabido descartar trabajos con acierto, así rechazó protagonizar Senso de Luchino Visconti y La noche de Michelangelo Antonioni, ella misma lo asumió: “Me pareció demasiado osada, fui una idiota”, reconoció una vez. Eso sí, donde perdió la oportunidad de su vida fue cuando tras ser la primera opción para el papel de Lisa Lund en "Casablanca", termino dejando su puesto a Ingrid Bergman al aceptar ésta cobrar la mitad que ella.

Se habla de su rictus melancólico y ademán trágico. Con la llegada de la Nouvelle Vague, su figura perdió actualidad al no responder a las exigencias de directores con Francois Truffaut y Jean Luc Godard: era demasiado "burguesa y altanera". A partir de los años sesenta se dedicó a la pintura y, como nos sigue diciendo Alex Vicente, "Solo abandonó ese retiro voluntario para rodar con René Clair, Michel Deville o Claude Lelouch, que la supieron observar desde una perspectiva más madura y humana."


19 de diciembre de 2016

Falleció Fidel Uriarte

Ayer falleció Fidel Uriarte Macho. Había nacido en Sestao hace 71 años y jugó doce temporadas en el Athletic de Bilbao, con 394 partidos oficiales de rojiblanco y 120 goles en beneficio de los leones, veintidós de los cuales le valieron el Trofeo "Pichichi" la temporada 1967-68. El futbolista, que comenzó jugando de medio volante, cuajó sus mejores temporadas en la delantera del Athletic, jugando de interior zurdo y aprovechando su  buena técnica y  excelente remate de cabeza para crear peligro y marcar goles. En sus años dorados se aseguraba por el "Bocho" que era la "mejor cabeza" que había aparecido en Bilbao después de la del inolvidable Telmo Zarra. El futbolista jugó sus tres últimos años como profesional en Málaga, a las órdenes de Marcel Domingo. En el equipos de La Rosaleda su puesto en el campo se retrasó, jugando de defensa libre: 46 partidos y un gol. Allí sufrió la experiencia de un descenso, aunque la temporada posterior colaboró eficazmente en el regreso a la máxima categoría de los malacitanos. Uriarte fue internacional en nueve ocasiones, disputando un puesto en el once que entrenaban Balmanyá, Eduardo Toba y Kubala a figuras de la época como Velázquez, Gárate, Asensi, José María, Luis Aragonés, Claramunt o Quini. Como entrenador tuvo una corta experiencia en los banquillos del Bilbao Athletic y Villarreal, si bien él mismo reconoce que lo de dirigir equipos no era lo suyo.

Para muchos aficionados al fútbol Uriarte puede ser un apellido que suena muy lejano, pero para cualquier seguidor del Athletic o conocedor de la primera división con más de 50 años a cuestas, Uriarte es uno de los nombres ilustres del fútbol español de los años 60. Quienes coleccionábamos aquellos pequeños cromos que editaban Fher, Este y alguna editorial más, Uriarte, como Adelardo, Amancio, Lapetra, Fusté, Sol, Boronat, Churruca, Lora, Rogelio, Vavá, Marcial o Neme, entre tantos otros, formaban parte de la flor y nata de una Liga de fútbol en la que no jugaban extranjeros, los futbolistas carecían de representante, no anunciaban colonias ni bebidas isotónicas y eran bastante más semejantes al resto de ciudadanos que los de ahora.

Uriarte, que en sus entrevistas de ex-futbolista aseguraba que le gustaba jugar con libertad y solía pasar de los entrenadores, formó parte de un Athletic que disputó cuatro finales de Copa, ganando dos al Elche y Castellón y estuvo a punto de quedarse con la Liga 1969-70, en la que terminó segundo, a un solo punto del Atlético de Madrid, con el peculiar mister inglés Ronnie Allen en el banquillo. En este Athletic, donde la gran figura era José Angel Iríbar, destacaban hombres como Sáez, un extremo reconvertido a lateral, quien compartía defensa con hombres sobrios y contundentes como Echeberría, Larrauri y Aranguren, Koldo Aguirre, Antón Arieta y Rojo, un extremo izquierdo de una calidad notable, así como dos jóvenes jugadores que comenzaban ya entonces a mostrar unas cualidades excepcionales: el volante Igartua y Javier Clemente, un "10" que parecía iba a comerse el mundo y al que una entrada del sabadellense Marañón dejó inútil para el fútbol, aunque luego como entrenador dio sin duda mucho juego.

Las noticias que nos informan del fallecimiento de Fidel Uriarte nos hablan de una enfermedad que le había "suatraído" la memoria. De su recuerdo nos queda un grandísimo futbolista y un personaje lleno de vitalidad y peculiar, como lo demuestra la entrevista del Correo cuyo enlace dejo reflejado: creo que no tiene desperdicio. Descanse en paz.

http://athletic.elcorreo.com/noticias/201612/19/jugando-futbol-queria-libertad-20161219092945.html





15 de diciembre de 2016

La España musical del "desarrollo"


He salido un momento a devolver un libro a la Biblioteca y vete a saber porqué extraña razón han comenzado a pasar por mi cabeza cantantes y canciones que dominaban el panorama musical español en los años de mi infancia. Así, sin orden ni concierto y consciente que habrá omisiones y hasta alguna referencia que a más de uno le sonará a "cutre", se me ha ocurrido cubrir un post con el protagonismo de alguno de estos recuerdos.

Si había un solista consolidado en nuestro país allá por los 60 era Raphael; había nacido en Linares, era casi un crío y tenía una voz imponente, aunque el mozo era algo afectadillo. Nos representó en Eurovisión dos años seguidos -"Yo soy aquél" (1966) y "Hablemos del amor" (1967)-, de manera que mi mente ingenua e inexperta pensaba que su presencia por España era obligatoria en el certamen. Otros temas de enjundia fueron "Digan lo que digan", "Mi gran noche", "Al ponerse el sol", "Aleluya del silencio", ... sin olvidar su universal "Pequeño tamborilero":  "ropoponpon ...".

Claro que hablando de Eurovisión, la diosa indudable fue Massiel, quien en 1968 fue capaz de ganar el certamen imponiéndose al británico Cliff Richards y su "Congratulations" en el mismísimo Royal Albert Hall de Londres. La canción vencedora, "La,la,la", había sido compuesta  nada menos que por Ramon Arcusa y Manuel de la Calva, el Dúo Dinámico, genuino grupo emblemático de los 60 -"Quince años tiene mi amor","Oh Carol", "Perdonamé", "Esos ojitos negros", ...-. Massiel había destacado hasta entonces con temas compuestos por Aute como "Rosas en el mar" y "Aleluya". Durante tiempo a Eurovisión fuimos mandando lo más granado del panorama musical, así Salomé ganó -junto a otras tres cantantes- con "Vivo cantando" y Julio Iglesias, que se había destapado en Benidorm con "La vida sigue igual", participó en 1979 con "Gwendolyne" ... José María Iñigo afirmaba que tenía "voz de yogourt", aunque al cabo de los años se convertiría en "nuestro cantante más internacional". Karina quedó segunda con "En un mundo nuevo y Jaime Morey bastante  más abajo con "Amanece", hasta que en 1973 Mocedades dio el pelotazo y mereció el triunfo con "Eres tu", la canción más bonita que España llevó nunca al Festival y que terminó ocupando el segundo lugar tras la guapísima representante de Luxemburgo  Anne Marie David.

La España de esos años tuvo sus grupos importantes, como "Los Bravos", dirigidos por la fuerza de su solista, Mike Kennedy -"Black i black", "Bridge a little lovin", "La motocicleta", "Los chicos con las chicas", ...-, Los Brincos, con su inmortal  "Con un sorbito de champagne" o eso de "¿Borracho yo?, tururú", Los Sirex -"Si yo tuviera una escoba, cuantas cosas barrería" o Los Pekenikes, al mando de un genial Alfonso Sainz que sólo tocaban temas instrumentales: inolvidable la elegancia de "Lady Pepa", "Frente a palacio", "Embustero y bailarín", "Arena caliente", ... De Los Brincos se desgajarían con el tiempo Juan & Junior, quienes duraron poco juntos, pero lo suficiente para vender miles de singles con su dulce "Anduriña". Luego cada cual se iría por su cuenta y Juan Pardo se convertiría en cantante y compositor fundamental en su momento -"La charanga", "Toros en México", .. -, mientras Junior se casaba con otra voz inolvidable,  Rocío Durcal. No cabe olvidar a Los Ángeles, con "Mañana", Modulos, que cantaron un precioso "Todo tiene su fin", Los Canarios de "Get on your knees" o Los Íberos y su "Summertime girl".

Un fenómeno curioso fue la canción del verano, y entre olas, chiringuitos, los primeros bikinis, los castillos de arena y los guateques estivales sonaron temas como "María Isabel", de Los Payos, "Un rayo de sol", de Los Diablos o aquella "Eva María" de Fórmula V, que ya en su día habían puesto en el candelero el "Cuentamé" que con los años inspiraría la exitosa serie televisiva. A mi memoria vienen otros temas "veraniegos" como "Amarillo" de Tony Christie, "Butterfly", de Daniel Gerard, "Algo de mí", de Camilo Sexto, "Help", de Tony Ronald "Cuando salga la luna" de Los Puntos o esos deliciosos e ingenuos temas gallegos de Andrés do Barro -"Corpiño Xeitoso", "Oh tren", "San Antón", ...-.

No podría cerrar un post sobre música nacional sin citar la boca torcida y la mirada triste de Mari Trini, quien interpretaba unas canciones llenas de belleza y poesía: "Amores", "Cuando me acaricias", "Un hombre marchó", ... "Mañana me iré temprano, sin dejar ninguna huella, ..." "Canciones a mi manera escucharás día a día, canciones que lleva el viento por su torpe  melodía". Y también la calidad de Serrat, con una primera época en catalán llena de ternura -"La guitarra", "Paraulas d'Amor", "La tieta", ... y un paso al castellano capaz de crear una maravilla como "Mediterráneo" y temas de la altura de "Lucía", "Penélope", "Cantares" o "Tu nombre me sabe a hierba". Y dos carreras truncadas prematura y violentamente: Nino Bravo, una voz enorme -"Noelia", "Un beso y una flor", "Libre, "Te quiero te quiero",  muerto en 1973 en accidente de automóvil en su mejor momento profesional y Cecilia, una mujer que creó un nuevo estilo con "Dama, dama", "Fui", "Mi querida España" o "Un ramito de violetas", y que nos dejó en otro accidente en el verano de 1976. 

Por mi cabeza siguen pasando nombres, como la sorprendente aparición de Pedro Ruy Blas -"A los que hirió el amor"-, la elegancia y discreción de María Ostiz -"No sabes como sufrí", ... "Cigarra, canta cigarra, que ya está llegando el día"-, el estilo de Nubes Grises -"El solitario"- o la voz profunda de Marisol -"Hablame del mar marinero"-. Seguro que me he dejado muchos, ... buena excusa para hacer en su día una segunda parte.


12 de diciembre de 2016

El rey de la prolongación


Creo que ando en deuda con Sergio Ramos. En otras ocasiones me he metido con él, he sido ácido con el jugador, pues que se trata de un futbolista con unas cualidades excepcionales al que determinadas actitudes le podían impedir llegar a ser el central de altura mundial que todos esperábamos. En algunas ocasiones me ha parecido verle andar de "sobrado", y hechos como empeñarse en tirar el penalty señalado frente a Croacia, cuya transformación hubiera podido ser importante para el devenir de la selección en el Torneo, son de los que me ponen de los nervios.

Pero como lo cortés no quita lo valiente, y para que Brunetti no me acuse de parecer culé, es de justicia que le dedique un homenaje por esos goles que es capaz de marcar a última hora, en esos momentos donde se acreditan los grandes jugadores, cuando no cabe volver la espalda y hay que saber dar el do de pecho. Ya en su día el sevillano salvó a última hora los muebles de su equipo en la final del lisboeta Estadio de la Luz  frente al Atlético del "Cholo" Simeone. No fue flor de un día, y sin ir más lejos, en el espacio que va de un sábado a otro dos goles suyos pasado el tiempo reglamentario han servido para sostener con holgura al Real Madrid en la cabeza de la clasificación cuando todo movía a pensar que su dominio se trastabillaba.

Sergio no marca los goles de cualquier manera, sino que los hace con poderío, mostrando unas cualidades físicas imponentes, superando a todo defensa que se le pone por delante, y eso que los hay fornidos, ágiles y agresivos, convirtiéndose en una especie de fuerza imparable de la naturaleza. El mozo, que ya ha cumplido 30 años, nació en Camas, como dos toreros de época: Curro Romero y Paco Camino. Ambos fueron artistas polémicos, provocaron discusiones y puntos de vista opuestos, pero nadie duda de que son dos auténticas figuras del toreo, hombres asentados en la gloria terrenal. Sergio ramos ya ha hecho practicamente todo lo necesario para serlo también.

10 de diciembre de 2016

Elogio de la correspondencia


Hoy hace 186 años que nació en Amherst, (Massachusetts) la poetisa Emily Dickinson. Las biografías nos la presentan como una mujer excéntrica y, entre otras cosas, se nos dice que la mayoría de amistades que tenía dependían completamente de la correspondencia. Tengo bien claro que la amistad va mucho más allá de remitirse cartas, que es un concepto que incluye acciones tan sugerentes como intercambiar confidencias e intimidades, compartir alguna copa, reír, llorar, celebrar y sufrir con el amigo, ofrecerse apoyo mutuo y unas cuantas más. Pero la costumbre de la gran poeta norteamericana de escribir cartas a los amigos devuelve a mi pequeño acerbo de convicciones el del valor de las cartas manuscritas.

Tengo la sensación de que los últimos años los hemos vivido muy deprisa ... quizá demasiado. La era de internet, los avances tecnológicos, la reducción de las distancias, ... incluso  una oculta necesidad de ejercer la "modernidad" -un concepto equívoco que no tengo bien claro si me gusta mucho-, ha traído consigo una especie de jubilación de algunas cosas que durante décadas parecían imprescindibles. Los teléfonos fijos ya son como una reliquia, al personal le entra urticaria si pretendes buscar una cita para tratar de alguna cuestión, se ha dado finiquito a sellos, pólizas e instancias, el dinero metálico suena cada vez más a cosa pasada, ... y podríamos seguir casi hasta el infinito.

Lo mismo ha ocurrido con las cartas manuscritas. Con no poca frecuencia he sido testigo de la sorpresa de quien la recibe, como si redactar a mano una misiva fuera un despliegue excesivo de energías, una actitud propia de siglos pretéritos, ... casi un desprecio de la tecnología. Yo la costumbre sigo considerándola una manifestación de humanidad, un respetable -¡loable!- detalle de afecto y respeto por quien la recibe, una encomiable decisión de conservar usos de cierta belleza, de virtud propia. Me resisto a equiparar una carta manuscrita a un mail, ... mucho menos a un mensaje telefónico, a un washapp, a un comentario de Facebook. Vale la pena seguir peleando la batalla contra lo impersonal, la defensa de lo bueno que nos dio el pasado.

A lo mejor debo ser incluido en la sección de "anticuallas", calificado como personaje "vintage", ser remitido a "boxes" para no salir ya más. Quizá soy un nostálgico de narices, un ser  que se resiste a al progreso, ... pero quien me ha enviado cartas "a mano" ni se figura la alegría que me ha dado. Directo al corazón.



7 de diciembre de 2016

Dándole vueltas a "Casablanca"


Es sin duda tarea arriesgada apostar por la mejor película de la historia. Seguro que una encuesta daría resultados muy diversos. Yo siempre he tenido predilección por las "pelis" antiguas, y suscribo lo que alguien decía hace poco por algún lugar de la red que ahora no recuerdo: "mis películas favoritas son en blanco y negro". Pienso no equivocarme si afirmo que una de las obras  que aparece siempre cuando de nostalgias cinematográficas se trata es "Casablanca".

Dirigida en 1942 por Michael Curtiz e interpretada en sus papeles principales por Humphrey Bogart e Ingrid Bergman -también tienen su papel importante Claude Rains y Paul Henreid, pero no entiendo hablar de Casablanca sin poner a la pareja en cuestión en lugar preferente- "Casablanca", además de ser una película de calidad sobresaliente y ganar 3 Oscars -mejor film, mejor director y mejor guión adaptado- es una fuente inagotable de frases, escenas, guiños, actitudes, ... Si nos ponemos a recordar momentos inolvidables de sus 102 minutos de duración, no nos limitaremos a la selección de 3 o 4, porque hay tantos que ninguno tiene desperdicio.

¿Y por qué nos gusta tanto Casablanca?. Tal vez porque nos identificamos con un personaje como el de Rick Blaine, ... a lo mejor le envidiamos su forma de vida, tan compleja como discreta, en un territorio alejado del glamour pero valioso en tiempo de guerra. Seguro que admiramos su serenidad, esa fortaleza que le hace intocable sin necesidad de escudos ni armas, y nos gustaría pasearnos por cualquier club nocturno con cigarrillos sin filtro, mirada distante y una copa en la mano, sin más ruido que un ambiente de susurros y la música discreta. Vivir silenciosamente, con actitud que no se sabe si es tímida o altiva ... o ambas cosas a la vez, los sinsabores de la vida, el dolor de la distancia, los amores perdidos.

Tal vez sea la belleza serena y triste de Lisa Lund, desterrada en el mundo, cargando en sus ojos la tristeza de un adios incomprensible, todo melancolía, ansiedad, ... huellas de desamor. Pero, con ello, compatible con la elegancia, la dulzura, la aceptación del destino. Es posible que nos hubiera gustado más otro final, un amor reiniciado, vidas recompuestas, heridas curadas, ... pero también sería menos real. Y el reencuentro entre Lisa y Rick no deja de ser un guiño al recuerdo de la belleza anterior, a la recomposición de lo que se había torcido. Y en medio de todo, una historia hermosa de voluntades firmes y actitudes heróicas.

Y en nuetro devenir diario, ¿quién no ha sentido alguna vez el deseo de callar el fanatismo con "La Marsellesa", de enfrentarse a la sinrazón nazi, de desear el "inicio de una gran amistad"?. Y no nos cansaremos de verla, como no nos cansamos de ver, leer, escuichar la belleza ... y repetimos: "¡Tocala otra vez, Sam!".

4 de diciembre de 2016

Al hilo de Atticus Finch


Si tuviera que elegir una película de todas las que he visto a lo largo de mi vida, creo que optaría por "Matar a un ruiseñor". Se trata de un film de 1962, dirigido por Richard Mulligan y que le valió un Oscar a un Gregory Peck que nos cayó tan bien a todos en su inolvidable papel de Atticus Finch. También logró la estatuilla su guionista, Horton Foote, un tejano que no solamente no destrozó sino que, como bien decía un antiguo jefe mío que sabe muchod e cine, "quintaesenció" una excelente novela de Harper Lee.

De la película recuerdo de modo muy especial la célebre escena en la que Atticus Finch, abogado en ejercicio, se enfrenta con el peor encargo que un letrado podía recibir en su época: defender en una pequeña localidad sureña a un hombre de raza negra acusado de abusar sexualmente de una mujer blanca. El alegato inicial de Finch es toda una maravillosa proclamación de intenciones, un discurso que todos deberíamos grabarnos en nuestra cabeza y en nuestro corazones. El personaje interpretado por Gregory Peck comienza relatando la existencia de insuficiencias y defectos en la legislación penal norteamericana, así como reconociendo sus propias limitaciones personales, pero a lo dicho añadía que a pesar de esos vacíos legales y esas carencias personales, con su esfuerzo y su honestidad iba a ser capaz de hacer una defensa digna y adecuada.

Y no sólo en el ejercicio del Derecho, sino en muchos otros ámbitos de la vida hemos de vivir con el coraje y la serenidad necesaria para prescindir de excusas y no hacer caso a ruidos, murmullos y críticas exteriores y saber que a pesar de olos pesares el trabajo honesto y abnegado es capaz de superar obstáculos.

3 de diciembre de 2016

La decisión de Nico Rosberg


Ni entiendo casi nada de coches ni estoy especialmente al día de lo que ocurre en Formula I desde hace décadas. Aclarado esto, debo admitir que me han alegrado tanto la trayectoria como el éxito final del piloto alemán Nico Rosberg al volante de un Mercedes. Hacía tiempo que andaba algo "mosca" al conocer la nacionalidad del nuevo campeón mundial, pues me constaba que es hijo de Keijo Rosberg, quien ganó el mismo título en 1982 pilotando un Williams y con la bandera  de Finlandia. Al parecer éste se instaló en Alemania y allí tuvo a su retoño tres años después de su éxito. Por cierto que, con todo el mérito que tiene lucir la regularidad necesaria para ser el mejor al final, no es menos cierto que a "Keke" le termináron beneficiando dos trágicos accidentes: el que costó la vida a Gilles Villeneuve en Zolder y el que retiró de la competición a Didier Pironi en Hockenheim. Mi satisfacción por el título de Rosberg jr., que supongo será además un gran piloto, tiene mucho que ver con su discreción, con el hecho de que estando casi siempre entre los primeros, parece que siempre llamaban más la atención esa cierta chulería de Lewis Hamilton, la prepotencia germana del pentacampeón Sebastian Vettel, la aparente temeridad de gente como David Ricciardo o Max Verstappen e incluso esos aires de estar de vuelta de nuestro Fernando Alonso. Y es que intuyo que el éxito de Nico es el triunfo de la modestia, la constancia y el saber estar.

No obstante, lo que me ha movido a traer a este rubísimo mozo de 34 años es la sorprendente decisión que acaba de comunicar a la opinión pública su retirada de la Fórmula I. Es verdad que ya lleva diez años compitiendo entre los elegidos, pero no deja de llamar la atención que decida decir adiós cuando ha llegado a la cima. No han sido suficiente tentación ni ceder a los cantos de sirena de tanto aplauso y alabanza, ni el reto de renovar el título ni el de superar sus propios records. El hombre ha debido de pensar, y se lo alabo, que en esta vida hay cosas más importantes y hasta gratas que jugarse la vida en un monoplaza, vivir en un ambiente de lujos y ciertas frivolidades, andar todo el día rodeado de jovencitas guapas y vivir la tensión de tener que ganar siempre. No parece mala idea eso de marcharse con los oropeles aún brillantes.



1 de diciembre de 2016

Leyendo con la llegada del frío


Una brillante cosecha literaria la de noviembre. De entrada, tres novedades excelentes: "Rey de picas", "Patria" y "Qué vergüenza", tres libros bien distintos, todos absolutamente recomendables. Cabe añadir uno de intriga entretenido, una reluquia de la litaratura española de segunda mitad del siglo XX desconocida y dos magníficos libritos tan breves como sustanciosos. Hay donde elegir.

Hay novelas que ya solamente por su título y portada llaman la atención; es el caso de "La brigada de Anne Capestan", relato policíaco con el que debuta la escritora francesa Sophie Henaff y que publicó hace ya unos meses Alfaguara. A lo dicho cabe añadir unas buenas críticas y la recomendación de alguien de cuyo gusto me fío: sumando todo ésto en octubre encontré hueco para leer el libro. La autora acierta con un planteamiento francamente original: Anne Capestan es una policía joven, brillante y con futuro, pero en su día cometió el error de sacar demasiado pronto la pistola y quedó relegada, se puede decir que castigada, a encabezar una brigada en la que reúnen a lo peor de la policía parisina: alcohólicos, vagos, torpes, jugadores, ... Con este panorama le son asignados una serie de casos sin resolver a partir de los cuales se desarrolla la trama. La lectura resulta entretenida, tiene su parte de sátira y sus toques de humor, pero encaja perfectamente en el género policíaco. Desde mi punto de vista, se  trata de una novela que aporta algo novedoso a la literatura de intriga, está bien escrita y tiene unos personajes interesantes Además, el final está muy bien elaborado y cierra con acierto un libro que me parece recomendable.

Me gusta "bucear" por la páginas web de libros. Una de las que frecuento es la de "Libertad Digital", donde descubrí, entre una lista de libros en torno a la guerra civil española, "Días de llamas", novela escrita por un tal Juan Iturralde, nombre con el que se ocultaba quien a la hora de la verdad era un abogado del estado llamado José María Pérez Prat,  personaje que en su día había combatido con los requetés. La novela la comenzó en 1947 y, a la vista de las pocas posibilidades de que pasara la censura, la fue elaborando poco a poco hasta terminarla más de 25 años después, sin que se publicara hasta después de la Transición. El relato, cercano a las 500 páginas, nos cuenta la historia de Tomás Labayen, un juez republicano que sufre los avatares y la crueldad de la guerra como víctima de uno y otro bando. El autor alterna los sucesos que protagoniza Labayen en Madrid y alrededores, fundamentalmente en relación al asalto al cuartel de la Montaña, el asedio al Alcázar de Toledo y los bombardeos sufridos por la capital con su estancia posterior, junto a varias pesonas más,  en una solitaria y miserable celda de una cárcel custodiada por los milicianos. Se trata de una narración llena de detalles, tremendamente dura y realizada desde una perspectiva bastante neutral. Iturralde recurre a párrafos larguísimos -con frecuencia bastantes páginas seguidas sin puntos y aparte-, a veces se excede en relatar minucias y la lectura se hace algo confusa. Se trata de una novela que funciona mejor como testimonio que como pieza literaria. Tiene un excelente prólogo de Carmen Martín Gaite.

Tenía ganas de leer un libro de Joyce Carol Oates; el nombre de la veterana escritora norteamericana viene años sonando como  uno de los favoritos para el Nobel junto a los de Murakami, Banville y Phillip Roth entre otros. Además,   siempre había leído alabanzas sobre su forma de escribir, amen de mantener una bien ganada  fama de original. He aprovechado el regalo de alguien que me conoce bien para cumplir mi objetivo con su última publicación, "Rey de picas", una novela editada por Alfaguara y practicamente recien salida de "fábrica". La portada la anuncia como "una novela de suspense", aunque tras terminarla pienso que  cabe hablar más bien de novela negra, casi de un relato gótico. Me ha encantado el estilo literario de Oates: calidad indiscutible, claridad de exposición y magistral manejo de los tiempos. Por otra parte, me ha parecido un relato inquietante, con una tensión psicológica que va aumentando conforme avanza el libro, que, por cierto, no es excesivamente largo (229 páginas). En la novela se plasman semejanzas con Poe y Stephen King, autores que son además citados por la autora. Me ha parecido magnífica la descripción de la evolución de un escritor de intriga de cierto éxito desde una apariencia de normalidad hasta la degeneración y la locura. Hay quien habla de este libro como una "obra menor" de Joyce Carol Oates, y es posible que para conocer mejor su bagaje literario sea necesario acudir a textos más sólidos -y largos- como "La hija del sepulturero", "Ave del paraíso" o "Carthage", ... pero de momento a mí me ha encantado este "Rey de picas".

"Patria", la nueva novela de Fernando Aramburu editada por Busquets, está siendo sin ninguna duda, uno de los acontecimientos literarios del año. El hecho de ser anunciada como una novela de entidad -también materialmente, 642 páginas-, tratar un tema tan importante como el fenómeno "ETA" y estar escrita por una de las mejores plumas del panorama literario español del momento han contribuido a una expectación que no ha resultado decepcionada. Aramburu, un guipuzcoano que vive en Alemania, ya había tratado el tema del terrorismo de ETA en "Los peces de la amargura" y "Los años lentos", y hemos que agradecerle que, sin mantener en absoluto planteamientos maniqueos, no haya caído ni en una injusta equidistancia ni en esa especie de actitud políticamente correcta de algunos. Cuando un libro tiene tantas expectativas siempre te enfrentas a su lectura con el miedo a que no responda a las mismas, ... no es el caso de "Patria", que como a todos los que conozco que lo han tenido entre sus manos, me ha parecido sencillamente una novela magnífica. Fernando Aramburu nos va contando, andando y regresando en el tiempo, del drama terrorista bajo el prima de dos familias de un innominado pueblo guipuzcoano que quedan divididas por el citado problema. Unos personajes verdaderamente formidables, con nota superior para Bittori y Miren las dos mujeres que se convierten sin duda en las grandes protagonistas del relato, sin olvidar al resto. Crudeza, ternura, análisis social, contrastes, tensión, ... todo cabe en la novela y todo queda reflejado con maestría. Lo mejor es leerla, que nadie te la cuente.

Entre las novedades publicadas tras el verano que más han resaltado los "expertos" se encuentra sin duda "Qué vergüenza", colección de nueve relatos escrita por la chilena Paulina Flores, joven escritora de 28 años que ya ha ganado el Premio de Literatura del Círculo de Críticos de Arte a la mejor escritora novel y el "Roberto Bolaño", obtenido precisamente  por el primer relato de este libro, el que precisamente le da el título. En una de esas reuniones literarias a las que asisto con frecuencia alguien  puso el libro por las nubes, mientras que en "Babelia" se afirmaba que Paulina Flores venía "para quedarse". Tras leerlo, puedo confirmar las bondades de unos relatos generalmente protagonizados por gente sencilla, con hechos bastante "cotidianos", aunque no por ello con menor contenido dramático. El primero ya citado, y el penúltimo -"Últimas vacaciones"- me han parecido una auténtica maravilla. El problema principal es el frecuente uso de modismos locales, aunque es evidentemente superable valorando el contexto en que están escritos, o en su defecto manipulando google. Un descubrimiento y a la espera de nuevas publicaciones de Paulina Flores.

"Casa ajena"  es una novelita que me llamó la atención leyendo una de esas entregas periódicas de "Aceprensa". Su autor es el italiano Silvio D'Arzo, que no es más que uno de los apodos literarios de Enzio Comparoni, un italiano que vivió entre 1920 y 1952 y cuya prematura muerte impidió la consolidación de una trayectoria literaria que prometía. Se trata de un libro publicado por "minúscula" que responde perfectamente al nombre de la editorial: 124 páginas y un volumen que cabe en la palma de la mano. D'Arzo nos cuenta una historia ambientada en un pequeño pueblo de los Apeninos, con las heridas dejadas po el fascismo y recién terminada la 2ª guerra mundial. Los protagonistas son un viejo cura trabajado por la labor oscura y sacrificada de años, al servicio de  unos fieles más bien rudos y pobres y una vieja lavandera llamada Zelinda que plantea un dilema moral de gran envergadura. La temática es dura, aunque tratada con ternura y delicadeza. Se trara de un libro que se lee de un tirón,  magnificamente ambientado y redactado por el autor. Se dice que los mejores lujos se venden en envase pequeño, y sin duda "Casa ajena" es un buen ejemplo de que el refrán tiene fundamento.

Ota Pavel, cuyo verdadero nombre era Otto Poper, fue un escritor y periodista checo que cuando cubría la Olimpiada de Invierno de Innsbruck (1962) comenzó a sentir los primeros síntomas de una enfermedad mental que le retiró del periodismo, aunque no le impidió escribir unos cuantos relatos de calidad. Un ejemplo es "Carpas para la Wehrmacht", una colección de relatos autobiográficos, en los que el verdadero portagonista es Leo Popper, padre del autor y un personaje verdaderamente genial. En dichos relatos, que aún teniendo un hilo conductor pueden leerse individualmente, Pavel nos ofrece una visión optimista y alegre -a veces hilarante- de la vida en un tiempo y unas circunstancias dramáticas: ocupación nazi, campos de concentración, guerra mundial, ... El padre de Pavel es un hombre original que lo mismo recorre su tierra en un lujoso Buick, que se dedica a la cría de carpas, la venta de lucios, la de estufas o la de tiras antimoscas. El escritor tiene el encanto especial de tantos autores centroeuropeos que han elevado hasta altas cotas el prestigio de la literatura de los paises de la zona: Austria, Hungría, Chequia, ... Uno de esos libros breves que se lee con agrado y deja muy buen sabor de boca.

29 de noviembre de 2016

Metáfora del olmo


Hoy alguien comentaba que el viejo olmo seco al que cantó Antonio Machado aún se conserva en Soria. Efectivamente, en internet acabas encontrandolo todo, y allí se recogen fotografías como ésta donde se contemplan los restos del árbol inmortalizado por el poeta y que ahora reposan en la plaza existente junto a la parroquia de Nuestra Señora del Espino de la capital castellana. Alguna noticia nos habla de deterioro, de desidia y dejadez de las autoridades. Una pena, aunque a pesar de todo el olmo aún sigue en pié, aún soporta el paso del tiempo y las torpezas de los hombres.

Con el paso de los años, con la llegada de las inevitables "goteras", todos podemos caer en la tentación de comenzar a sentirnos como el olmo viejo, a vernos "carcomidos y polvorientos", a añorar los ruiseñores de los álamos del "camino y la ribera", a vernos invadidos de seres ajenos, ... Será entonces el momento de recordar y evocar la belleza que entresacó un poeta español de la decadencia, del derrumbe del árbol,  que en su día también fue joven y vigoroso. Y a la vez, de comprobar, como el propio Machado concluye, que siempre podrá "verdecer" una rama, sera posible regresar a la luz y a la vida y confiar en el milagro de la primavera.

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.


  ¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.


  No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.


  Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.


  Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas, 
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

25 de noviembre de 2016

Una canción, una frase


Desempolvando los viejos temas que triunfaban en la época de mi juventud, allá por los años 70 y 80, ha venido a mi cabeza uno de los grandes éxitos de Chicago, según wikipedia "la banda más representativa, y la más exitosa en términos comerciales, de lo que se dieron en llamar Big Bands de Rock". Me refiero a "Hard To Say I'm Sorry", una melódica canción que hemos escuchado tantas veces a lo largo de tantos años.

No he pensado repasar ni la historia ni la discografía del grupo nacido en la ciudad que le da el nombre, sino simplemente en lo que nos dice el títulom de la canción : "Es difícil decir lo siento" ... y la verdad es qu, siendo cierta la afirmación, en realidad eso de pedir disculpas no debería ser precisamente difícil. Con frecuencia, ... ¡demasiada!, he sentido dolor por no haber pedido perdón a tiempo, ... incluso a veces cuando ya no era posible hacerlo, ni siquiera con retraso. Pero nunca es tarde para aprender, para saber decir "lo siento", sin matices, sin esperar nada a cambio, sin reservarnos el mínimo esbozo de revancha, ... sinceramente, con el corazón, no por compromiso, para quedar bien, como claúsula de estilo.

Por eso, mientras escuchamos una balada bonita, emotiva, nostálgica, nos viene bien asumir que la frase es todo un reto.

23 de noviembre de 2016

Un adios lleno de sentimiento


Ayer falleció José Iranzo, el "Pastor de Andorra". Tenía nada menos que 101 años, y es que una persona de su calidad humana, su sabiduría natural y su voz maravillosa estaba predestinado a tener larga vida: le necesitábamos todos los aragoneses ... y parte del resto de España.

Su lista de premios y condecoraciones es larga, y me remito a los obituarios que publica la prensa impresa y digital. Por encima de todo, su gran mérito es haber sabido interpretar como nadie la jota aragonesa, ese canto que es todo sentimiento, todo fuerza y todo entrega.

Ayer Heraldo de Aragón nos contaba la respuesta de Iranzo cuando era entrevistado con motivo de su centenario acerca de su trabajo de pastor cuando en 1918 una epidemia de gripe acabó con la vida de su padre y sus dos hermanos: "La soledad no es tan dura. No pasé mucho miedo en el monte -señalaba en una entrevista publicada el año pasado, con motivo de su 100 cumpleaños, porque, cuando me venía, enganchaba a cantar y ya está". ¡¡¡Menudo consejo a seguir!!! ... aunque ni de lejos cantemos tan bién como este hombre cuyo arte fue descubierto cuando prestaba el servicio militar.

Los aragoneses tenemos fama de brutos, de duros, ... de siesos, ... y algo de cierto tendrá el cliché, pero por encima de todo siempre nos acaba pudiendo el corazón, y seguro que todos nos emocionamos al escuchar la "Palomica".

Descanse en paz José Iranzo, ¡Descanse en paz el pastor de Andorra!.


21 de noviembre de 2016

Semana de lluvias


El hombre del tiempo anuncia lluvias. En este asunto los tiempos han cambiado poco, conforme se profundiza en el otoño,  de una manera u otra la naturaleza se rebela y trae los fríos, la niebla, la lluvia, la nieve ... y en Zaragoza, hasta el cierzo. Quienes andan más atentos a estos pronósticos ya nos advertieron sábado y domingo que la lluvia iba a protagonizar casi toda la semana. Ya de madrugada, el sonido del agua ha acompañado nuestros sueños como seria advertencia del clima con el que nos toca ahora convivir.

Conozco a más de uno a quien le gusta la lluvia, algo que envidio. Yo me limito a aceptarla como voluntad que viene de arriba y, sin duda, como acontecimiento beneficioso para quienes tanto dependen de que el cielo sea generoso, espléndido con el agua. De paso, aprovecho la coyuntura para aprender y beneficiarme de las ventajas de la lluvia, a descubrir que con ella el calor del hogar aumenta su valor, y aunque la vida urbana lo que ofrece no es más que calefacción central y alguna estufa, la imaginación es capaz de transportarte a una cálida chimenea. Con la lluvia el paisaje adquiere un aspecto y un colorido especial, con ese toque poético, sus ecos románticos y hasta cierto ambiente de inquietud. Y con la lluvia, las lecturas adquieren más encanto, las conversaciones más contenido y la vida otro ritmo.

Hoy, en pleno lunes, me preparo para enfrentar esa semana lluviosa que promete -¿por qué no?- belleza, calor humano y hasta novedades.



16 de noviembre de 2016

Historia de un portero

Alfredo Relaño, periodista a veces polémico pero que de fútbol sabe un rato, publicaba hace casi un año un impactante artículo en "El País" -"El internacional que durmió en la calle"- sobre la triste y dura historia de Juan Antonio Deusto, portero forjado en la cantera del Athletic, que triunfó en Málaga y Hércules de Alicante, llegó a internacional y, tras una serie de fracasos familiares, económicos y profesionales, terminó su vida en la indigencia, falleciendo olvidado de todos el 21 de julio de 2011 en el Hospital de Basurto (Vizcaya) a la edad de 65 años. El fútbol tiene estas cosas, su cara y su cruz, con demasiados casos en los que tras la gloria deportiva, la mala suerte, la torpeza en los negocios, los malos o escasos consejeros o las circunstancias de la vida provocan derrotas que en ocasiones son más tristes y profundas que las deportivas. El propio Relaño pone el acento en el importante papel que muchas veces desarrollan las asociaciones de veteranos para echar una mano a aquellos compañeros a los que la suerte les ha sido esquiva. No es oro todo lo que reluce, y nuestros ídolos deportivos pueden tener los pies de barro. Pero la memoria de Deusto no puede limitarse a sus años malos, ... siempre quedará el recuerdo de un portero excepcional, de alguien que superó los obstáculos que tuvo para triunfar llamativamente en lo suyo.

Mi primer recuerdo de Deusto se remonta a los cromos de futbolistas. Cada año había álbum nuevo por septiembre, y en el mismo cada equipo de primera tenía quince o dieciseis espacios para rellenar,  de éstos, dos estaban reservados a los porteros correspondientes. En el Athletic de Bilbao, que por aquello del orden alfabético era siempre el primero, el puesto principal estaba reservado a José Angel Iribar, "El Chopo",  personaje absolutamente indiscutible tanto en San Mamés como en la selección española. Allá por la mitad de los años 60 el otro portero solía ser  Deusto -a veces aparecía un tal Zamora que no tenía nada que ver con el legendario Ricardo-, un futbolista a quien solamente veíamos en las fotos, pues a lo largo de cuatro temporadas tan sólo disputó once encuentros oficiales. A un niño como yo, alguien como Iribar le parecía prácticamente inmortal, y al estar muy lejos de mis planteamientos que un jugador pudiera pasar alegremente de un club a otro, consideraba que Deusto sería siempre un suplente sin brillo. La sorpresa vino al abrir el album de la temporada 1970-71, pues en él Deusto figuraba como  primer guardameta de un Málaga que, entrenado por el húngaro Jenö Kalmar, regresaba a primera con ambiciones y en el que destacaban dos argentinos de escuela como los medios Viberti y Vilanova, un pulmón incansable como Migueli -nada que ver con el que sería central barcelonista-, amen de otros jugadores solventes como Martínez, Conejo, Alvarez y Roldán. 

En el Málaga, Deusto dio la campanada y cubrió un primer año de ensueño, demostrando ser un guardameta de primer nivel, con una agilidad felina, dominio absoluto del juego aéreo y valentía al enfrentarse a los delanteros rivales. En Málaga estuvo cinco años, ganando el Trofeo Zamora su segunda temporada -17 goles encajados en 28 encuentros- , protagonizando los mejores años del equipo de la Costa del Sol, que con Marcel Domingo en el banquillo y fichajes del nivel de Bustillo, Macías, Orozco, Requejo y el "Chupete" Guerini, flirtreó durante varios años con los puestos que daban acceso a Europa. Era el Málaga un conjunto brillante, con gente que tocaba muy bien el balón, una defensa seria y, sobre todo, un meta que daba una enorme seguridad a los diez compañeros que saltaban al campo con él. También fue llamado asiduamente por Ladislao Kubala, entonces seleccionador nacional, aunque allí volvió a encontrarse con la larga sombra de Iribar.

El gran salto profesional lo dio Deusto cuando, al bajar el Málaga a segunda, fue fichado por un Hércules pujante, un equipo en el que al mando de Arsenio Iglesias se vivían años de éxitos. En el equipo alicantino se encontró una plantilla llena de figuras: Giuliano, Saccardi, Juan Carlos, Baena, Carcelén, Aracil, el "Tigre" Barrios y sus antiguos compañeros del Athletic Arieta II y Betzúen. En el Rico Pérez siguió brillando, y vistiendo sus colores consiguió la llamada definitiva de Kubala para llegar a debutar con la selección un 24 de noviembre de 1973 en Sttugart frente a la selección germana. Al finalizar la temporada 1979-80, contando 34 años, decidió poner fin a su vida profesional. A partir de entonces llegó la caída, pero hoy nos quedamos con una trayectoria en la que Deusto no se conformó con estar oscurecido por el brillo de un meta de época y supo buscarse la vida para demostrar que él también era capaz de brillar por todo lo alto.

13 de noviembre de 2016

El último "magnífico"

El pasado día 11 falleció en Ridgefield,pueblo ubicado en el condado de Fairfield en el estado estadounidense de Connecticut, el actor neoyorquino Robert Vaughn. El artista contaba 83 años y una leucemia ha terminado con su vida. Aunque en 1989 llegó a obtener una candidatura al mejor actor de reparto por su papel en "La ciudad frente a mí", película dirigida por Vicent Sherman y protagonizado por Paul Newman, Vaughn frecuentó más los papeles protagonistas de guiones televisivos. En este sentido la serie que le lanzó a la fama fue "El agente de CIPOL", que en España tuvo bastante éxito en la noche de los jueves, y donde Vaughn y el escocés David McCallum encarnaban a dos espías pertenecientes a una organización internacional: el estadounidense Napoleón Solo y el georgiano (de Georgia-URSS) Illya Kuryakin. El jefe de ambos lo encarnaba el británico Leo Gratten Carroll, un célebre secundario habitual en el Hollywood de la época dorada. En televisión también apareció en episodios ocasionales de series tan famosas como "El Virginiano", "Bonanza" o "Los Intocables", amen de algún papel en "Colombo", donde como se sabe a las "estrellas invitadas" les tocaba hacer de asesinos.

En el cine su trabajo más famoso lo realizó en el mítico e inolvidable film "Los siete magníficos" (1960), dirigido por John Sturges y con  Yul Brynner, Steve McQueen, Charles Bronson, James Coburn, Horst Buchholz y Brad Dexter como compañeros "magníficos"; el papel de "malo, malísimo" fue, como tantas veces, para Eli Wallach. Precisamente el actor ahora fallecido era el último de los siete héroes que quedaba con vida. Del cine solamente le recuerdo también en un breve papel de senador en una de esas "pelis" de catástrofes que tanto proliferaron en los 70, "El coloso en llamas" (1974), dirigida por John Guillermin y con Paul Newman y Steve McQueen en los papeles principales.También se asegura que tuvo su papel den "Los Diez mandamientos", aunque no he sido capaz de situarle. Donde sí queda identificado es en la tercera entrega de "Superman", donde le corresponde el papel de villano.

Como suele ocurrir cuando alguien famoso nos deja, los artículos de los especialistas de la prensa nos ofrecen aspectos desconocidos de quienes mueren. Para mi, por lo menos, lo era el aspecto político de Robert Vaughn. Incluso hay quien opina que su tendencia a la actividad política superaba su vocación de actor. Fue miembro desde antiguo del Partido Demócrata y mantuvo una profunda amistad con Robert Kennedy, el Senador y Fiscal General estadounidense asesinado en Los Ángeles en 1968 cuando parecía destinado a ser nuevo presidente de su país.Gregorio Belinchón en "El País" nos ilustra con este interesante párrafo: "Pero en realidad al actor le "aburría la interpretación". Le interesaban mucho más los viajes y la política: amigo de Robert F. Kennedy, dio diversos discursos en contra de la Guerra de Vietnam -fue el primer actor en hacerlo- y fue miembro muchos años del Partido Demócrata. Se doctoró en Comunicaciones en 1970 en la Universidad de Southern California con su tesina La influencia del Comité de Actividades Antiamericanas en el teatro estadounidense 1938-1958, que se publicó como libro en 1972: Only victims, sobre la lista negra de Hollywood."

Descanse en paz.

11 de noviembre de 2016

Un adiós discreto


Ayer falleció Leonard Cohen. Su adiós fue muy a su estilo, discreto y silencioso Cohen tenía 82 años y Pablo Ximénez de Sandoval nos cuenta en "El País" que "El poeta y cantautor canadiense acababa de publicar un disco en el que se declaraba preparado para el final de su vida". Es una frase consoladora, significativa ... dice mucho del estilo de este hombre, de su personalidad fuerte, sólida,  sugerente. Pero, por encima de todo, Cohen ha sido un poeta, un artista que cantaba y escribía de maravilla. Sin duda, con él se marcha uno de los líderes de la música contemporánea.

Hace unos días, cuando la Academia sueca concedía el Nobel de literatura a Bob Dylan, muchos echaban de menos que el ganador hubiera sido Leobard Cohen, ... el tiempo ha corrido más deprisa y ya no habrá segunda oportunidad. En España estuvimos al quite y hace cinco años le fue concedido el "Premio Príncipe de Asturias" de las letras, Con tal motivo le dediqué un post cuyo enlace dejo aquí. La persona muere, pero su obra queda, y si hay una canción que es "inmortal" es, sin duda "Suzanne". Descanse en paz.


http://modestino.blogspot.com.es/2011/06/leonard-cohen-premio-principe-de.html

8 de noviembre de 2016

Hoy saldremos de dudas


Si alguien me preguntaran a quien votaría, en caso de poder hacerlo, en las elecciones presidenciales americanas que hoy se celebran , tengo bien clara mi respuesta: a nadie. La presencia de un personaje como Donald Trump en un lado del "ring" me parece preocupante y la simple posibilidad de su elección me produce la misma inquietud que a tantos y tantas que andan por ahí advirtiendo de todo tipo de peligros y calamidades. Pero tales presagios pienso que no influirían lo suficiente como para votar a una señora a quien con llamativa frecuencia he escuchado y leído  manifestaciones y propuestas que van radicalmente en contra de mis convicciones más profundas. Entiendo que los años y las experiencias  me han ayudado a adquirir la "trasversalidad" mínima para aceptar el gobierno de quien mantiene opiniones diferentes a las mías, es más cada vez tengo más arraigada la opinión acerca de la bondad de la discrepancia.  Eso sí, entiendo que hay  límites y sin duda uno de ellos es la agresividad que he observado en Mrs. Clinton respecto de algunas cuestiones que para mí tienen importancia: acepto la discrepancia pero me rebela el "frentismo".

Estamos sin duda ante un día importante, y lo que ocurra a partir de la próxima madrugada seguro que va a ser trascendente para los Estados Unidos y para el resto del planeta. Ahora bien, cuando conozca el resultado me parece que mis sentimientos no van a ir más allá de la preocupación si gana uno y la tristeza si vence el otro. De cualquier manera, seguro que el sol seguirá saliendo cada mañana, la vida continuará con su rutina -sin excluir algún sobresalto- y nadie nos aseguró cuando llegamos a este mundo que los tiempos iban a ser fáciles, asequibles a nuestras fuerzas. ¡Que Dios reparta suerte! ... ¡y que salga el sol por Antequera!.

1 de noviembre de 2016

Lecturas de otoño


Buena cosecha literaria en octubre. Me han gustado los siete libros finalizados, pero si alguien busca una recomendación segura, no tengo ninguna duda de que los dos últimos libros referidos son dos auténticas joyas.

He tenido que esperar algunos meses para encontrar libre en la Biblioteca Pública de Zaragoza "El manantial", primera novela de la británica Catherine Chanter, unánimemente aplaudida por la crítica y ganadora del "Cavendish College Fiction Prize". No sabría muy bien como encasillar el género de este relato de 441 páginas, pues tiene su parte de intriga, algo de inquietante y hasta su toque de ciencia ficción: de hecho el argumento parte de una Inglaterra en la que el cambio climático ha dado lugar a una sequía tremenda que mueve a los protagonistas a irse a vivir a una finca que lleva el título de la novela y que viene a ser una especie de oasis, ... aunque pronto aparece el aspecto maldito del lugar. La autora describe con tono poético ambientes y lugares, y añade una clara intención de crítica al fanatismo religioso, reflejado en una especie de monjas medio hippies que se instalan en los alrededores de la finca y viven en caravanas. El tono general del libro contiene bastante de angustia, por mucho que termina dejando abierta la puerta de la esperanza. Una novela bien escrita, desde mi punto de vista con un exceso de páginas y a la que le falta cierta tensión, aunque lo compense con un lirismo destacable.

Henry Miller fue uno de los escritores norteamericanos mas notables del siglo pasado. Tiene ganada fama de provocador, rebelde e irreverente, y su vida literaria estuvo frecuentemente protagonizada por la polémica y hasta por cierto escándalo. Se trata de valoraciones que posiblemente el simple paso del tiempo y la rebaja de tabúes ha podido reducir bastante. La editorial "Navona" publicó hace un par de años un breve ensayo -al parecer se trata sin más de un pequeño trabajo que ahora se vende como libro- titulado "Leer en el retrete", un título original y que resultó lo suficientemente sugestivo para tomar la decisión de leerlo. Comprobé que efectivamente Miller opta por un tono provocador, y a la vez que nos deleita con fina ironía. Aprovecha un tema tan "especial" para elucubrar sobre las lecturas y los modos de leer del personal, no pareciendo precisamente muy partidario de la costumbre que da título a su relato. Se trata de un libro de poco más de 60 páginas con el que disfruté, más al principio que al final, cuando la divagación del autor se hace más abstracta. Se añade un epílogo de Enrique de Hériz que aporta una lista de libros por leer bastante interesante.

Sin duda uno de los hombres clave de la llamada época de la Transición fue Leopoldo Calvo-Sotelo, ministro en prácticamente todos los gobiernos de los primeros años de la Monarquía, pieza fundamental en el nacimiento de la UCD y presidente del Gobierno durante un tiempo tan importante como el que va del golpe de estado del 23 de febrero hasta la llegada del PSOE al poder. Ya leí en su día "Historia viva de la transición", unas breves memorias llenas de lucidez, claridad e ironía, y tras conocer este verano  a un sabio catedrático de Historia Contemporánea especializado en el personaje, he leído "Papeles de un cesante", una recopilación de artículos, prólogos de libros y conferencias pronunciadas por Calvo-Sotelo a partir de su salida de la actividad pública: muy ilustrativa es la frase que acompaña al titulo: "La política desde la barrera". Los temas que trata son de los más plurales, y en todos ellos destaca la elegancia, la moderación y la fina crítica que siempre caracterizaron las intervenciones del político fallecido hace ya más de ocho años. Desde recuerdos de juventud, pasdando por asuntos tan alejados de su trayectoria como el 2 de mayo o la generación de 98, hasta cuestiones tan importantes y en las que tuvo protagonismo como las negociaciones de entrada en la Comunidad Europea, el espinoso tema del ingreso en la OTAN, el nacimiento y defunción de la UCD o el terrorismo de ETA, así como su valoración personal de personajes del calado de los presidentes Giscard d'Estaing o Miterrand, políticos españoles como Suárez, Areilza, García Díez o Satrústegui, y personajes tan atractivos como el filósofo Xavier Zubiri y el Cardenal Tarancón. He disfrutado de lo lindo.

Una de las novelas del género policíaco de las que más se ha hablado este verano es "Así es como se mata", un libro publicado por "Alfaguara" y escrito por el italiano Mirko Zilahy. El protagonista es el comisario romano Enrico Manzini y se trata de la primera entrega de una anunciada trilogía. Estamos ante una novela negra especial: tiene una calidad literaria superior a la media y es original, distinta a lo que estamos acostumbrados a ver. En la novela hay dos grandes protagonistas: el comisario Manzini, un profesional brillante traumatizado por el reciente fallecimiento de su esposa víctima de un cáncer y un asesino en serie, "La sombra", que  tiene aterrorizada la ciudad con unas muertes realmente espeluznantes. En esta relato policial no tiene trascendencia la identidad del asesino, da igual quien es, no hay sorpresa: lo importante no es el "quién" sino el "porqué".  El autor trabaja también muy bien los secundarios, fundamentalmente el amplio equipo que colabora con Manzini. Se trata de una novela en toda su extensión: interesante, amena, con descripciones ... bastante más que un simple libro de intriga. También he de decir que una vez terminado me quedó algún hilo suelto, aunque supongo que habrá que cargarlo en el debe de mi propio despiste: el libro no es fácil de leer. Por otra parte, y como se comentaba en alguna crítica encontrada en internet, el relato tiene algo de "gótico" y puedo asegurar que la descripción de los crímenes exigen cierta capacidad de "aguante". Cabe añadir que Zilahy también aprovecha para "filosofar" e intentar ser "profundo".

Un tiempo antes del verano me tocó intervenir en una mesa redonda organizada por los miembros de un célebre club social de ámbito internacional. Son gente generosa y, enterados de mi afición lectora, me regalaron en correspondencia a mi colaboración un ejemplar de "Ciudad en llamas", posiblemente por entonces la principal novedad editorial del momento. Se trata de una extensísima novela -le faltan 28 páginas para alcanzar las 1000- ambientada en el Nueva York de 1977 y que es la primera de su autor, Garth Risk Hallberg. Sin duda uno de esos "novelones" que te duran mucho y que, al concluirlos, quedas con cierta sensación de proeza. No cabe duda que el autor es ambicioso, y en su obra incluye ambientes de lo más variado, donde caben grandes familias, potentados económicos, corrupciones de todo tipo, con muy especial hincapié en el entonces naciente mundo de los punkies, las drogas y ese universo underground tan atractivo para la literatura. Sobre todo es una novela en la que  aparecen multitud de personajes, gentes con historias distintas que conforme avanza la lectura van llegando a un punto común de unión. Me ha costado leer el libro, incluso no tengo bien claro el porcentaje de texto que creo haber entendido bien: no me atrevería a asegurar si el 60, el 70 o el 80%. Comencé la lectura en mayo y la he concluido pasado el ecuador de octubre. Un esfuerzo considerable para un libro que no creo deje a nadie indiferente. ¿Es aconsejable leerlo?, pienso que sí, siempre que se tenga paciencia. Eso sí, tras una lectura compleja y cargada de conflictividad, el autor consigue un epílogo delicioso.

Hacía tiempo que tenía ganas de leer "El cacique", la novela con la que Luis Romero obtuvo el premio "Planeta" en 1963. Aunque haya autores de su generación con más fama, el escritor catalán me parece una de las mejores plumas de la excelente generación española de posguerra; ya me encantaron en su día obras suyas como "La noria" y "Los otros". La novela ha respondido, con creces, a las expectativas. Romero nos muestra un escenario magnífico que refleja al detalle el ambiente rudo y sombrío de la España rural de la época. A partir del fallecimiento del cacique del pueblo, el autor describe todas las miserias que  van surgiendo a partir del luctuoso acontecimiento: la codicia, la envidia, las rencillas personales, los secretos ocultos e inconfesables del muerto y su familia, los deseos de venganza, ... amen de la picaresca que suele rodear tantas veces la sociedad española. El relato contiene un número alto de personajes, todos ellos perfectamente dibujados y con una fuerza notable. Luis Romero consigue situar perfectamente a cada ser humano, sin que haya protagonistas  y siempre dando más importancia al boceto humano que a un argumento que no tiene especial relevancia, de hecho no cabe hablar de desenlace. La escena final del entierro me pareció sencillamente genial. Cabe añadir una indiscutible calidad literaria.

Hace casi un año leí "Para Isabel", el primer libro de Antonio Tabucchi que pasaba por mis manos. Desde entonces he tenido anotada como lectura deseada y preferente "Sostiene Pereira", para muchos la mejor novela del ya fallecido escritor italiano. Tras terminarlo, a la par que el mes de octubre, me incluyo fervorosamente en la lista de los admiradores de esta pequeña obra que llevó al cine en 1996 Roberto Faenza y protagonizó el inolvidable Marcello Mastroianni. Como en el otro libro citado, Tabucchi consigue que el lector quede embelesado con una forma ya de por sí distinta y maravillosa de escribir. No ocurre gran cosa, pero todo lo cuenta el autor con un lirismo y una agilidad literaria  inigualables. El personaje de Pereira, cuyo nombre de pila no llegamos a conocer, es entrañable, con su mezcla de inteligencia y bondad y con especial mención a las conversaciones que mantiene con el cuadro de su esposa fallecida. Magnífica también la ambientación en la Lisboa de la primera década de la larga dictadura de Oliveira Salazar, con ecos de la guerra civil española, en pelno auge al tiempo en que se desarrolla la novela y de la pujanza de la Alemania nazi y el fascismo italiano. Debe de tener razón Brunetti cuando pone tan alto a los portugueses.