31 de marzo de 2013

El buen Dios


Tengo un conocido en Tarragona que al hablar del Creador siempre se refiere al "Buen Dios"; suele escribirme por Navidades y aprovecha para contarme cómo va su vida y su familia; es un hombre circunspecto, muy ingeniero, amable y redacta bien, refiriéndose con frecuencia a lo bien lo que nos cuida "el Buen Dios". No creo que sea ésta una denominación muy original, e imagino que bastantes otros también llamarán igual al titular de la divina providencia, pero es una forma de citarlo que me llama la atención, y que sin duda me agrada. A veces uno se estremece pensando el el Dios tremendo y justiciero que nos muestra el Antiguo Testamento; el pasado viernes santo conecté con una cadena de televisión que ofrecía una versión de los Diez Mandamientos, bastante más moderna por cierto que la que bajo la experta dirección del gran Cecil B. de Mille protagonizaron en su día Charlton Heston y Yul Brynner, y mis pelos volvieron a ponerse de punta al ver cómo se abrían las aguas del mar Rojo ... además de por lo feo que habían caracterizado al Faraón. Por eso cuando escucho hablar de Dios con el apelativo de bueno es más sencillo sentir la paz interior, y aunque el temor de Dios no deje de ser algo aconsejable, un don del Espíritu Santo entre otras cosas, resulta tranquilizador esa visión paternal del padre nuestro que está en los cielos.

Nos han enseñado que Dios es infinitamente justo e infinitamente misericordioso ... y si te pones a pensar comienzan las dudas entre la intranquilidad que produce la conciencia de tus miserias y la serenidad de considerar, como dice alguien que conozco, que Dios que nos ha hecho imperfectos no nos va a exigir que se manifiesten nuestras imperfecciones ... aunque yo la misericordia prefiero valorarla como algo más amplio, es decir, entendiendo que el "Buen Dios" nos quiere de verdad y su amor es como el de esas madres que no ven nunca los defectos de sus hijos, o que en cualquier caso las disculpan o reducen. Daría para un largo debate hablar sobre las razones del mal en el mundo, sobre cómo Dios permite el mal, la enfermedad, el dolor, la injusticia, ... pero no es el momento; sí lo es el de pensar en que efectivamente ahí está "el Buen Dios", que nos contempla y nos mira como a infantes torpes y traviesos, pero que lo hace con cariño, un "Buen Dios" a quien respetar, adorar y, sobre todo, querer, con la seguridad de que Él nos quiere más ... algo que al menos algunos necesitamos saber para que nos sirva de consuelo.

Corea del Norte nos pone los pelos de punta


Kim Jong-un declara que 'entra en estado de guerra' con Corea del Sur

Kim Jong Un apela a "una batalla final a vida o muerte" y amenaza con un "ataque nuclear sin piedad".

"Aumenta el clima prebélico en la zona, que ayer ya tuvo un definitivo episodio al anunciar Pyongyang que sus misiles están preparados para apuntar y disparar en cualquier momento a Corea del Sur y a las bases americanas en el Pacífico."

Ya llevábamos días con declaraciones tremendas por parte de ese siniestro líder norcoreano, pero la noticia de ayer ya parece grave y preocupante, pues el tipo declara la guerra a sus vecinos del sur a la vez que amenaza a éstos y a Estados Unidos con un ataque nuclear "sin piedad" ... aunque si es nuclear pienso que sobra cualquier otra aclaración. A los hombres nos gusta jugar con fuego, y da la impresión de que el tema de las armas nucleares es como una amenaza fantasma que pulula en torno a la humanidad; cuando el mundo se dividía en dos bloques parecía que rusos y americanos podían en cualquier momento lanzarse misiles unos a otros, a la vez que en el recorrido el resto del mundo pagaríamos el peaje de encontrarnos a medio camino. Con la caída del telón de acero el peligro parecía venir de los islamistas, con las supuestas armas de destrucción masiva que nunca aparecieron en Iraq o con la carrera nuclear que desde hace tiempo parece haber iniciado Irán, aunque no podamos perder de vista que a uno le tiemblan las piernas cuando piensa que a los israelíes se les pudiera pasar por la cabeza utilizar el uranio para atacar a sus rivales, o que a la hora de la verdad las únicas bombas atómicas que se han utilizado son las tiradas por los aviones americanos en Hiroshima y Nagasaki. Yo personalmente llevo decenios teniendo la sensación de que caminamos en el alambre y me fío lo suficientemente poco del sentido común de muchos gobernantes para estremecerme ante la posibilidad de que de tanto tensar la cuerda se le termine yendo a alguno la mano y se monte un follón irremediable.

La verdad es que cuesta creer que el mundo se vaya a poner en peligro inminente por un lunático que gobierna un país lejano y del que conocemos tan poco, pero cuando lees la historia y compruebas la que se montó por un estudiante enajenado que asesinó al heredero del Imperio Austro-húngaro o porque al psicópata que escribió "Mein Kampf" le dio por invadir Polonia, aprendes a no despreciar ni infravalorar las miserias de los hombres. En Corea del Sur se asegura que son bravatas de un ególatra, mientras que el gobierno de Obama parece conservar la calma y andar seguro de una fuerza que no se si será tan solvente como parecía hace unos años, pero al menda lo único que se le ocurre es reforzar su convencimiento de que somos muy poca cosa, estamos aquí de paso y hay que rezar más, porque al final terminas fiándote tan sólo del ejército de allí arriba, porque los de aquí sólo traen disgustos.

30 de marzo de 2013

Lecturas de un marzo lluvioso


Dicen que la lluvia favorece la lectura, pues si llueve uno tiende a refugiarse en casa, y los libros son una buena compañía en esa situación. Aunque el dicho habla de abril como mes lluvioso, este año marzo ha sustituido el viento por la lluvia y tal vez por eso he conseguido terminar hasta siete libros. Entre ellos destacan dos con autores de primerísima fila como Patricia Highsmith y Cormac McCarthy, nombres que no pueden decepcionar; también ha habido dos novedades, "La leyenda del ladrón" de un autor pujante en nuestro país como Juan Gómez Jurado y "La buena novela", una magnífica obra de la francesa Laurence Cossé, a los que cabe añadir un clásico de la literatura religiosa y dos novelas policíacas, una de alguien tan célebre como John Cónnolly y otra de relleno que no ha terminado resultando mal del todo.

Patricia Highsmith es una autora de primer nivel, y por mis manos ya habían pasado "Extraños en un tren", "Mar de fondo" y "Funeral por un perro", pero hacía tiempo que tenía ganas de comenzar con la serie de Mr. Ripley, ese joven norteamericano tan encantador como psicópata, ese individuo sorprendente y capaz de lo peor. Como es lógico, he comenzado por la primera entrega, "El talento de Mr. Ripley", un libro que ha confirmado todas las expectativas. La escritora tejana es toda una maestra en el thriller psicológico, en crear personajes de mente compleja, como el Mr. Ripley amoral y con mentalidad de superviviente que va cometiendo crímenes como quien colecciona billetes de tren. La primera noticia que tuve del personaje tuvo que ver con un trailer de la película de Anthony Minghella que protagonizaron Matt Damon, Jude Law y Gwyneth Paltrow, por lo visto un excelente film, pero que nunca superará esta novela que te coge de principio a fin, con un personaje frente al que te tienes que resistir para no simpatizar con él siendo como es un asesino y con esa forma tan especial de crear ambientes oscuros y siniestros que tenía Patricia Highsmith; creo sinceramente que se trata de una de esas novelas que hacen historia y que cabe hablar sin duda del "talento de Mrs. Highsmith".

"La leyenda del ladrón", de Juan Gómez Jurado es una de esas novelas que se leen de un tirón. Cabe encuadrarla en el género de la novela histórica, pues la historia que nos cuenta se desarrolla en la Sevilla de la época de Felipe II; un ambiente que nos describe a la perfección, incluyendo un mapa reflejado en la contraportada que ayuda mucho a ir identificando los distintos escenarios por los que te va llevando el autor. Además, éste tiene la ocurrencia de incluir entre los personajes nada menos que a Miguel de Cervantes y William Shakespeare, lo que no deja de cuponer cierto atrevimiento, no sólo por situarlos en Sevilla -hecho probable en el autor del "Quijote" y más bien difícil en el de "Hamlet", sino porm atribuir al primero el hecho de gastar el dinero público en el juego y al segundo una afición a darle al frasco que no sabemos si tiene base histórica. EL argumento está muy bien elaborado, con todo tipo de recursos: el uso de las hierbas para la medicina, la traición, las trampas financieras, la dura vida de los condenados a galeras y, por supuesto, la españolización del mito de Robin Hood en el protagonista, Sancho de Écija, un personaje que asume las riendas del relato de principio a fin. Un buen recurso cuando necesitas entretenimiento y descanso, sin ausencia de cierta calidad literaria.

Tenía cierto recelo a leer las novelas del irlandés John Cónnolly: se trata de un autor que tiende a los crímenes truculentos y suele introducir en sus libros algún toque sobrenatural, algo que en una novela policíaca más bien me rechina. De hecho leí en su día "El ángel negro", la cuarta entrega protagonizada por el detective Charlie Parker, "Bird", libro que me confirmó ambas cuestiones y que no me entusiasmó. No obstante, muchos me habían hablado muy bien de los anteriores libros del referido personaje, lo que me decidió a volver a intentarlo con el primero de todos, "Todo lo que muere"; una vez terminado, insistiendo en que hace falta bastante higadillo para aguantar algunas de las descripciones de los crímenes -los hay en abundancia-, he de admitir que me ha parecido una de las mejores novelas del género que he leído en los últimos años. El personaje de Parker es muy bueno, con el toque dramático añadido de que las primeras víctimas de la larga lista son su mujer y su hija, atrozmente asesinadas por un psicópata; se trata del típico perdedor, un detective muy en la línea de los clásicos de la novela americana, con problemas de alcohol, poco freno al actuar y una enorme facilidad de organizarla en cada ocasión. Pienso que estamos ante una novela que se acerca bastante a la novela negra tradicional americana, teniendo en cuenta que por mucho que Cónnolly sitúe la acción en Nueva Orleans, no quepa olvidar que estamos ante un autor irlandés. Lo único que siento es no haberla leído antes.

En mis anaqueles siempre quedan como semi-abandonados una serie de novelas, generalmente del género policíaco, que me interesaron en su día pero que por causas diversas -no ser novedades llamativas, haber perdido la inquietud por leerlas, tener alguna duda de su calidad, ...- duermen en el olvido unos cuantos años. Ordinariamente llega un día que vuelve a despertarse la inquietud por ellas y me pongo manos a la obra a su lectura: ha sido el caso de "Sangre en Viena", del austriaco Frank Tallis, una intriga ambientada en la Viena de principios del siglo XX y que nos relata una serie de crímenes tremendos -absténganse excesivamente sensibles- y nos pone en contacto con el mundo de las organizaciones secretas, que en aquellos tiempos -corre el invierno del año 1902- ya comenzaban a sacar del trastero las esvásticas y a hablar de pureza de la raza, superioridad de las razas germanas y debilidad de las mujeres. El relato tiene dos protagonistas que por lo visto se repiten en otros títulos del autor: el académico inspector de policía de Viena Oskar Rheinhard y el psiquiatra Max Lieberman, discípulo nada menos que de Seigmund Freud. Se trata de un libro entretenido, no excesivamente largo y que se lee con agrado; junto a la investigación de los asesinatos el autor se recrea hablando de las sectas de la época y de los debates interiores sentimentales del joven Doctor Liebermann. Me ha parecido una buena novela, aunque es posible que mi juicio positivo tenga el subjetivo incremento de no haber esperado demasiado de élla.

Hay libros de los que uno ha oído hablar desde pequeñito y entre ellos figura "Fabiola", una novela escrita por el Cardenal Wiseman que trata del martirio de los primeros cristianos durante las persecuciones de los emperadores Diocleciano y Maximiano; incluso se hizo una película protagonizada por la actriz francesa Michelle Morgan que solían programar en la tele por Semana Santa. Nicholas Wiseman nació en Sevilla a principios del siglo XIX, y llegó a ser el primer Cardenal Arzobispo de Westminster con el restablecimiento de la jerarquía católica en Inglaterra y Gales en 1850, teniendo bastante que ver con el "catholic révival" inglés, el movimiento de Oxford y las conversiones de John Henry Newman y Henry Edward Manning. "Fabiola" nos cuenta el martirio de santos como San Sebastián, Santa Cecilia, Santa Inés y San Pancracio, entre otros y refleja perfectamente la rectitud y el heroísmo de los primeros cristianos. El estilo del libro es más bien relamido y a ratos cursi, pero por encima de todo responde a esos sanos y oxigenantes relatos cristianos que nos hablan de actos virtuosos, personas ejemplares y grandes ideales, tal vez pasados de moda pero cuya lectura nos viene muy bien.

"La buena novela" , de Laurence Cossé, me fue recomendada con gran interés e insistencia por alguien que sabe mucho de buena litaratura; fue uno de mis regalos de Reyes y la he disfrutado con intensidad durante todo el mes de marzo. La novela nos habla de dos personajes, Van, un bohemio vendedor de cómics con un pasado complicado, y Francesca una italiana de buena familia casada con un magnate francés; ambos comparten la pasión por la literatura y deciden fundar una liberaría con el título de "La buena novela" en la que solamente se vendan novelas de indiscutible calidad literaria, para ello se ponen manos a la obra y crean un comite de ocho expertos elegidos entre los mejores literatos de Francia. La idea es un éxito arrollador, aunque enseguida surgen las envidias, las críticas ácidas y las campañas difamatorias, a lo que se añaden tres incidentes sufridos por otros tantos miembros del comité que hacen sospechar que alguien quiere llegar más lejos. El libro tiene su parte de intriga y su contenido de historia romántica, destacando una prosa elegante y amena que convierte la lectura en una delicia. Pero, pro encima de todo, "La buena novela" es un canto al gusto literario, a la afición a la lectura, a la capacidad de disfrutar no solamente leyendo, sino eligiendo el libro, en definitiva convirtiendo el leer en un auténtico placer. Por otra parte, al leer este libro vas descubriendo nuevos autores, pues los personajes van sacando a la luz esas novelas que consideran imprescindibles, aunque, todo hay que decirlo, Cossé no deja de mostrar un cierto "chauvinismo" a la vista de que casi todos los autores citados son paisanos suyos. De cualquier manera, este libro es una recomendación bastante segura.

Hace ya bastante tiempo que me consta que Cormac McCarthy es uno de los mejores escritores de la actualidad; la crudeza de sus novelas me echaba para atrás a la hora de decidir leer algo suyo, y libros como "No es país para viejos" o "La carretera" no me terminaban de entrar por los ojos; pero leyendo precisamente "La buena novela", se hablaba con gran elogio de su "Trilogía de la frontera" y decidí intentarlo con el primero de ésta: "Todos los hermosos caballos". Terminado el libro con los extertores de marzo mis sentimientos son encontrados; ya me había advertido Brunetti, que me conoce en los gustos literarios -y en unas cuantas cosas más- como si me hubiera parido, que no era un estilo que me iba a gustar, algo en lo que pienso ha acertado en parte, pues la lectura es árida y no se trata precisamente de una novela en lo que lo más destacado sea el argumento; pero también es cierto que me ha parecido extraordinariamente escrita y que McCarthy tiene una forma de relatar que hace que el ambiente en que se desarrolla la trama lo sientas como si lo vivieras en directo, así el escenario duro y polvoriento los desiertos mejicanos a donde marchan desde Texas los protagonistas de la historia y la enorme crudeza de una prisión mejicana a donde van a parar en un momento determinado los terminas sintiendo como si estuvieras ahí. Se trata de una novela, como lo son al parecer todas las del escritor nacido hace cerca de 80 años en Providence, marcada por un ambiente duro y violento, con unos personajes a los que se les exige al máximo, y sin lugar a dudas, se trata de un relato muy trabajado. En la última parte de la novela el autor se introduce en la historia de Méjico mencionando a los líderes revolucionarios Francisco y Gustavo Madero en la narración a través de un personaje que aparece como descendiente de los mismos. Espero, tras tomarme un respiro, terminar la trilogía citada. Y por encima de todo caben destacar dos cosas: el libro es todo un canto a los caballos, un animal al que McCarthy prácticamente atribuye alma propia y, por otra parte, el reflejo de cómo se endurece una persona luchando por subsistir en un ambiente violento.

28 de marzo de 2013

¿Se permite discrepar?


El artículo 1 de la Constitución española consagra como uno de los cuatro pilares fundamentales de nuestro ordenamiento jurídico el pluralismo político; hasta ahora ese pluralismo se ha puesto de manifiesto en la posibilidad de escoger a nuestros representantes políticos, lo que en principio no es moco de pavo, aunque ya llevamos bastante tiempo con el sistema puesto en solfa por muchos a la vista de sus propias miserias: corrupción, partitocracia, incumplimiento recalcitrante de promesas electorales, reiteradas falta a la verdad, ... Da la impresión que andamos en el epílogo de una época y habrá que ver lo que el futuro nos depara, que no se yo si va a ser demasiado bueno. De cualquier manera, tengo mis dudas de que ese pluralismo haya sido habitualmente demasiado respetado, y no sólo por las trampas que hayan podido hacer nuestros padres de la patria, sino por esa radicalidad que tenemos a veces en la que por un lado convertimos en axioma eso de que "quien no está conmigo, está contra mí", mientras por otro ciudadanos de todo tipo de idelologías se aferran a sus postulados y convierten en dogma de fe sus convicciones ... o las ideas que les han metido machacona y a veces manipuladoramente en la cabeza.

Creo sinceramente que en la discrepancia se encuentra un fondo de riqueza; creo que no es la primera vez que afirmo eso de que a todos nos vendría bien acudir de vez en cuando a periódicos, radios o televisiones de medios opuestos a nuestra ideología, pues seguro que termina resultando una actividad que nos enriquece, nos ayuda a ponernos en la piel de los otros y nos vuelve más tolerantes y menos radicales en nuestras posiciones. No pretendo entrar a fondo en temas concretos, pero a modo de simples ejemplos no puedo dejar de considerar que a uno le daría cierto miedo comentar que no termina de ver claro lo de la famosa dación en pago, que discrepa en algunos matices de la llamada ideología de género o que no me gusta el cine de Almodóvar. Evidentemente, do ut des, y yo mismo tendré que recapacitar sobre mi capacidad de asumir discrepancias ajenas.

Feliz Jueves Santo a todos¡¡¡

27 de marzo de 2013

Recordando Azoque


La calle "Azoque" de Zaragoza no es precisamente la más elegante y clásica de la ciudad, pero no cabe ninguna duda que desde hace mucho tiempo es un lugar de paso, una de las más frecuentadas por los ciudadanos de Cesaraugusta, en cuanto se halla en el centro de la villa y se convierte en frecuente lugar de paso para ir al Coso, la calle Alfonso o la Plaza del Pilar, o como lugar de acceso a 5 de marzo, el Paseo de la Independencia y Plaza de España. No he conseguido adivinar qué se entiende por Azoque y tendría que hacerme con uno de esos libros sobre las calles de Zaragoza para encontrar el motivo por el que se dio este nombre a la calle que une la Plaza del Carmen con la de Salamero, popularmente llamada "del Carbón". Recuerdo perfectamente que en mi infancia la calle de Azoque era pateada por un motivo u otro todas las semanas, y aunque no solía tratarse de lugar de destino, sus estrechas aceras y su enorme movimiento de coches y peatones la convertían en zona viva y llena de ambientes bien variados.

En las últimas décadas la calle Azoque ha ido siendo ocupada por Inmobiliarias, tiendas de informática, franquicias, establecimientos de "chuches" e imagino, aunque ahora no me consta en concreto, que de alguna tienda de chinos, pero cuando comencé a ser consciente de su existencia tenía una variedad de tiendas mucho más plural y atractiva. Y si había un sitio que le daba sabor y personalidad a toda la calle era "Los Navarros", un bar típico, cargado de solera y habitualmente lleno de clientes, que hacía sentir desde la calle el aroma de las gambas y los langostinos, las olivas rellenas, los salazones y los bocadillos de calamares; en "Los Navarros" se escuchaba el sonido ininterrumpido de la voz humana, el permanente latir del corazón vitalista y amante del sano "compadreo" del zaragozano. En un principio el establecimiento estaba ubicado en la misma esquina con la Plaza del Carbón, un local viejo y destartalado en tonos rojos y metálicos, lleno de carteles de toros de cualquier época y que suplía lo vetusto e incómodo de la instalación con la porfesionalidad y el saber hacer de quienes lo regentaban; allí estuve en muchas ocasiones con mi padre, que sabía encontrar los sitios más adecuados y sanos dentro de la oferta del ramo. A finales de los 60 el bar se trasladó al mismo centro de la calle Azoque, a un local más amplio y adecuado que se convirtió durante muchísimo tiempo en lugar de reunión donde compartir alegrías y penas "como Dios manda".

En la zona más próxima a la Plaza del Carmen había un lugar significativo que no dejaba de tener su parte de misterioso; me refiero al oscuro pasaje que conducía al Teatro Fleta; la entrada principal a éste se encontraba al otro lado, en lo que hoy es Avenida César Augusto, pero en Azoque se iniciaba un misterioso acceso que te aseguraban llegaba a dicho cine, aunque no recuerdo haber nunca traspasado la línea de inicio del mismo; recuerdo que a la puerta se instalaba un quiosco de prensa, que era el límite hasta donde llegaron mis ojos en dicho lugar que posblemente ahora no sería capaz de situar. Muy cerca del mismo se ubicaban dos pastelerías, ambas con una fachada de llamativo color negro, una de ellas era más bien panadería y creo recordar se llamaba "Viena del Carmen", mientras la otra era una de las "grandes" de la época, especializada en tartas y pasteles y se anunciaba como "Montañés". Si mi memoria no me falla, también se ubicaba por allí una tienda de una cadena de perfumerías llamada "Chiro", una especie de franquicia de la época que empleaba unos repartidores que funcionaban por la ciudad con unas motillos que en la parte de atrás tenían instalada una especie de caja de madera con el nombre del establecimiento.

Al otro extremo de la calle se ubicaba -y ahí sigue- el Colegio Santa Rosa, uno de los muchos colegios de monjas que se ofertaban por entonces; he de confesar que para mí siempre fue un misterio, pues así como la Compañía de María -La Enseñanza- era el colegio de mi hermana al que yo mismo había ido de pequeño, las Escolapias era donde había estudiado mi madre, en Santa Ana lo habían hecho mis tías paternas, Teresianas y Carmelitas eran unos "clásicos" y el Sagrado Corazón y Jesús y María eran por entonces los colegios "pijos" del lugar, era incapaz de etiquetar a santa Rosa, un centro del que nunca había escuchado de nadie que acudiera a él. También se ubicaban por allí una especie de tienda de relojes, transistores y demás que parecía traída directamente de la zona portuaria de Barcelona, otra de objetos de regalo, una zapatería denominada "Velilla" donde no se vendían precisamente "Sebagos", "Nike" ni "Callagham" y una teinda de saneamientos. Todavía no habían aparecido el Mercado que existe ahora, la Cafetería "Azoque" que terminó sucumbiendo y donde ahora hay una especie de "Burguer" de medio pelo, la Taberna "Azoque", donde entre otras cosas hacen una torrada de foie de primerísima fila y un establecimiento de bacalao en el que comí una vez y no estaba nada mal.

Los tiempos han cambiado, ahora es más época de franquicias y establecimientos fríos, pero la calle Azoque sigue siendo esa vía de unión, ese acceso a los lugares más emblemáticos de la ciudad.

26 de marzo de 2013

A "La Bardemcilla" le entra el síndrome neo-liberal



Dejando a 11 trabajadores sin empleo

"'La Bardemcilla', el restaurante de los Bardem, cierra sus puertas en Chueca"

El ERE será efectivo el próximo 31 de marzo, y dejará en la calle a los 11 trabajadores que tenía el restaurante.

He de admitir que desconocía que los Bardem se dedicaran a la restauración; por lo visto, bajo el envoltorio de una sociedad llamada "Mi Buenos Aires querido", poseen dos restaurantes en Madrid, uno que ahora cierra y otro en una zona tan destacada en este tipo de negocios como la Plaza de Santa Ana. La foto encontrada en internet nos muestra un establecimiento bien montado, bastante "pijo", aunque por lo visto la cosa no iba demasiado bien y han decidido finiquitar el negocio, aunque para ello hayan tenido que dejar en la calle a once trabajadores, quienes por cierto se asegura que no andan precisamente dando saltos de alegría con la decisión. Cuentan algunos que las razones del cierre del local no hay que encontrarlas en deudas y ahogos económicos, sino en el argumento de que el negocio ya no era "rentable", un comentario que podría haberse atribuido perfectamente a cualquier capitalista que se precie y que suena prácticamente a tesis "neo-liberal". Y es que da la impresión de que en todas partes cuecen habas, por mucho que a la hora de la verdad solamente se acosen las sedes y domicilios de partidos y militantes concretos.

Imagino que la situación el restaurante de la Sra. Bardem y su prole tendrá también su letra pequeña, sus circunstancias y sus matices, y que no sería de extrañar que haya sido aprovechada por algunos para arrimar el ascua a su sardina y retorcer argumentos y valoraciones, pero cuando alguien se ha dedicado a hablar, criticar y juzgar sin excesivas cribas ni tamices, le puede ocurrir que en un momento determinado termine quedando en evidencia, vamos y dicho con términos más castizos y menos delicados, con el culo al aire. Por la red corren las fotos de nuestro flamante Oscar al mejor secundario capitalizando las protestas contra recortes y reformas, portando en la mano un cartelito que ponía "ERE-STOP, aquí no sobra nadie", un papelito que sacó cuando en el estreno del último "James Bond" se unió a los manifestantes que pretendían boicotearlo ... no se si alguien tendrá la ocurrencia de montarle algo parecido, y no se si entonces Javier Bardem también se sentirá tan "populista".

El paro, los ERES, la situación de quienes tienen la amenaza de un deshaucio, las personas que viven en los umbrales de la pobreza, ... son situaciones lo sud¡ficientemente serias, graves y preocupantes para que nadie haga demagogia con ellas, para que de una vez todos busquemos las soluciones, consensuadas si hace falta, que se precisan para arreglar o al menos atenuar los daños que llevan aparejados, y a lo mejor es el momento de que más de uno deje de caer en la tentación de aferrarse a la pancarta para aparentar, desahogar sus propias frustraciones o simplemente ejercer el populismo, que no deja de ser una forma de engaño equivalente al ejercicio despótico y corrupto del poder que tanto vilipendian. No creo que se trate de darle al cierre de un restaurante más importancia y trascendencia de la que tiene, pero a algunos les ha salido un grano de los que escuecen y dejan marca.

25 de marzo de 2013

Una vieja voz amiga

Algo tarde me llega la noticia del fallecimiento en Barcelona a la edad de 80 años de José Félix Pons, uno de esos comentaristas deportivos que protagonizaron los programas de este tipo en Televisión Española allá por los años 60 y 70, uno de esos pioneros que enseguida se convirtieron en caras familiares para todos, casi en un miembro más de la familia. Con el paso del tiempo han indo muriendo muchos de estos viejos amigos, empezando por el mítico Matías Prats padre y siguiendo con Juan Antonio Fernández Abajo, Juan Manuel Gozalo, Héctor Quiroga, Antolín García, Rafael Marichalar, Santiago Galaz, ... Pons falleció el día 19 y con él se marcha toda una época del periodismo de la radio y televisión en Cataluña y en España. José Félix Pons era uno de esos locutores serenos, entendidos, amables y, por encima de todo, tenía una voz magnífica: pausada, grave, profunda, ... su trabajo se caracterizaba por el equilibrio, la elegancia, la profesionalidad y el respeto, muy lejos de la tendencia de algunos de sus continuadores a la polémica, la sal gorda y cierto exhibicionismo. Su voz era tan perfecta que incluso trabajó algunas ocasiones en funciones de doblaje. Era un periodista ajeno a cualquier exceso, conciliador, que procuraba ofrecer una cara amable del deporte, muy especialmente del baloncesto, especialidad en la que era un auténtico entendido: con él hemos visto muchos de los partidos jugados en tierras catalanas por los grandes grupos de basket de esa zona: F.C. Barcelona, Juventud, Picadero, Manresa, ...

José Félix Pons comenzó en la radio, en concreto en Radio Peninsular de Barcelona, si bien a la edad de 26 años entró ya a trabajar en Televisión Española, en concreto en los estudios de Miramar en Barcelona, el mismo lugar donde lo hacía nombres famosos en la época como José Luis Barcelona, Irene Mir, Joaquín Soler Serrano o Arthur Kaps. En TVE su trabajo más importante fue la dirección durante seis años del programa "Polideportivo", un magazine que daba protagonismo a deportes que iban más allá del fútbol. No fue Pons uno de los habituales en las retransmisiones futbolísticas, aunque su voz fue frecuentemente escuchada en los partidos del Barça, y sin ir más lejos fue quien retransmitió en mayo de 1979 la primera Recopa ganada por los blaugrana en Basilea frente a los alemanes del Fortuna de Dusseldorf, así como, años después -en 1982- el primero en transmitir un encuentro en catalán, en concreto el que enfrentaba al Barça con el Lokomotiv Leipzig. Se hizo famoso en toda España cuando en un partido televisado en el que jugaba el Barça el año que ganó la Liga con Cruyff llevando el 9 a la espalda, se pasó casi todo el encuentro comentando por donde corría el holandés: "ahora "Croiff" está en la banda", "ahora "Croiff" discute con su marcador", ...; los aficionados entendieron que había exagerado el poner a Cruyff como portagonista casie xclusivo del partido, que si no recuerdo mal terminó sin goles. Por encima de anécdotas sin importancia, José Félix Pons fue un excelente profesional, un hombre bueno y cercano y una voz que se reconocía a la primera.

23 de marzo de 2013

El equipo del papa Francisco


Desde el primer día se supo que el nuevo papa, Francisco, era hincha del San Lorenzo de Almagro. Siempre he sentido una especial debilidad por la liga argentina de fútbol y he seguido los avatares de los grandes equipos como River Plate, Boca Juniors, Vélez Sarfield, Newells Olds Boys o Independiente; el San Lorenzo de Almagro es uno de los clásicos, y entre los años 1968 y 1974 ganó cuatro de los torneos en que se dividía por entonces la liga: Nacional y Metropolitano -hoy Apertura y Clausura-. Nunca regresó al nivel de éxitos y buen juego de la época, aunque siempre ha estado allí, entre los mejores de la Argentina y dando al equipo nacional jugadores tan importantes como el "Pipo" Gorosito, "Beto" Acosta, Larrosa, Olguin, Oscar Ruggeri, Leo Rodríguez, Chilabert, Diego Placente, Fabricio Coloccini, Romagnoli, Pablo Zabaleta y tantos otros más. No obstante, es esa época de finales de los 60 y principios de los 70 la que quedó marcada como el momento estelar de los de Almagro, un equipo que disputa sus encuentros en el estadio "Pedro Bidegain", conocido también como "El Gasómetro" y a cuyos jugadores y seguidores se les conoce como "los cuervos".

Precisamente en esa época citada el entrenador que más éxitos logró con los "cuervos" fue Juan Carlos Lorenzo, un hombre que había debutado como mister en 1959 llevando al Mallorca de 3ª a 1ª división, que ya había dirigido a los de Almagro en 1961 y cuya experiencia europea la había completado en la Roma y el Lazio, los dos grandes de la capital italiana; Lorenzo que con los años acumularía logros entrenado, entre otros, a River, Boca, Racing, Independiente, Vélez y Argentinos Juniors, obtuvo en 1972-73 el "doblete" al imponerse en "Nacional" y "Metropolitano". Tales triunfos le valió ser llamado de nuevo a España por el Atlético de Madrid, con quien perdió la final de la Copa de Europa frente al Bayern de Múnich tras la dramática prórroga en la que Schwazenberg le marcó un gol imposible a Reina y Muller, Hoenness y compañía les apabullaron en el desempate. Lorenzo, que falleció en 2001 a los 79 años, era el clásico entrenador argentino: exigente, apasionado, "gritón" y amante del fútbol por encima de todo.
 
Me ha llamado la atención la alineación, perteneciente a esa época de Juan Carlos Lorenzo, que aparece en la foto, pues en ella figuran unos cuantos jugadores que con los años militarían en equipos de la liga española. El "Ratón" Ayala, inconfundible por su bigote y "Cacho" Heredia llegarían al Atlético de Madrid en 1973, justo cuando se abrieron en nuestro país las fronteras para jugadores extranjeros. Ayala era un delantero rapidísimo, que veía puerta y andaba dotado de buena técnica, mientras Heredia podía jugar de central y volante defensivo, tenía buen toque de balón, era duro y algo lento: ambos triunfaron plenamente en el Calderón. El rubio de la fila de pié es Ricardo Rezza, un defensa libre excepcional, con salida de balón, dominio del juego aéreo y poderío físico que militó en el Salamanca de la mejor época y en el Sporting de Gijón de Quini, Mesa, Ferrero, ... También jugó con los "charros" Ameijenda, que en la foto aparece como delantero centro, aunque en "El Helmántico" lo hacía de interior izquierda, un futbolista dotado técnicamente y muy hábil que, sin embargo, tenía poco cuerpo y era en exceso "blandito". El gran "cañonero" del San Lorenzo era Héctor Scotta, máximo goleador del equipo en aquellos años que se hizo famoso al llegar a un Sevilla recién ascendido a la 1ª división en el verano de 1975, Scotta permaneció en el equipo de Nervión cinco temporadas, logrando un total de 51 goles y mostrándose como un delantero fortísimo, que jugaba curiosamente de extremo derecha y poseía un disparo de una potencia excepcional, posiblemente uno de los más duros que han pasado por la liga española. La alineación la completaban el meta Irusta, un portero que pasó casi toda su vida profesional en Almagro, Rubén Glaría, un lateral derecho que formaba parte de la selección que ganó el Mundial de 1978 y destacó como político peronista, el lateral zurdo Rosi, el volante Roberto Telch -con el balón en las manos-, a quien apodaban "el oveja" y jugó con Argentina el Mundial de 1974 y el ala izquierda de la foto: Enrique Chazarreta, también mundialista en el 74 y que jugó algún año en Francia y Expósito, un trabajador nato del fútbol.

Si preguntáramos al nuevo Pontífice, seguro que nos daría muchos nombres más; él mismo debió de vivir en persona esos éxitos gloriosos del equipo que viste camiseta azulgrana y pantalón blanco, así como muchos otros y algún disgusto más. No puedo evitar recordar cómo al Real Zaragoza le eliminó un nefasto día de septiembre del año 2000 el Wisla de Cracovia, en aquél momento, cuando los polacos nos remotaron un 4-1 del partido de ida, pensé que había sido una temeridad pretender eliminar al equipo de la ciudad de Juan Pablo II, entonces Obispo de Roma, por la misma regla de tres habrá que empezar a pensar que el San Lorenzo de Almagro va a reverdecer laureles a partir de ahora mismo.

22 de marzo de 2013

Cuando la noche inquieta


La semana pasada participé en un debate sobre los orígenes del Real Zaragoza que se celebraba a las 11 de la noche en una emisora ubicada en la capital aragonesa; por esta razón, y antes de tomar el taxi que me llevaría al otro lado del río Ebro para hablar de tema tan "curioso", estuve haciendo tiempo por la zona del centro de la ciudad: Paseo Independencia, Plaza de España, inicios del Coso, ... El día era frío y húmedo, había llovido, las calles tenían por ello el suelo mojado, el ambiente era desapacible y la escasa gente con la que te cruzabas parecía huir del asfalto buscando con ansiedad el calor y la intimidad del propio hogar. Me llamó la atención el paisaje que se mostraba ante mis ojos: soledad, frío, como un aire de tensión y tristeza. Recuerdo a una mujer hablando desencajada por el móvil, con palabras duras que sonaban a discusión fuerte, dos indigentes recogiendo sus bártulos en los porches del Paseo Independencia entre gritos y alientos etílicos, cafeterías cuyas puertas cerraban camareros y camareras en los que se intuía agotamiento, casi hastío, ... una Zaragoza oscura, desalentada, a tono con lo destemplado del día, rodeada de una especie de anillo de desesperanza.

La noche tiene muchas veces un paisaje bien distinto, un sonido de fiesta, una música que suena a diversión, unas luces propias de la alegría compartida y la satisfacción merecida. A pesar de la noche, ese mismo escenario ha estado en otras ocasiones repleto de brillos y campanillas, con tonos espléndidos, ruidos de serenatas, aires de charanga; en otras, más calmadas, el paso de los hombres y mujeres ofrece vida y calor, amigos que van a cenar, parejas que disfrutan de una noche de estreno teatral o cinematográfico, grupos que buscan con sereno afán un rincón donde hablar con paz y tranquilidad delante de una copa, ... pero el jueves pasado todo era distinto. ¿Tanto ha cambiado la vida?, ¿es la crisis?, ¿era el momento?, ... ¿fue simplemente una subjetiva impresión de una noche que pilla a contrapié? ... Es necesaria una segunda oportunidad.

21 de marzo de 2013

¿Qué pasa con Chipre?


Chipre fue uno de los últimos países europeos de cuya existencia tuve conocimiento; si no recuerdo mal, un día descubrí que además de "los de siempre" había otros países en mi continente como eran Chipre, Malta o San Marino. No obstante, una vez adquirida la noción de que se trataba de una país real tampoco adquirí demasiados conocimientos sobre él, mi conciencia de Chipre se limitaba a una selección de fútbol a la que le solíamos endosar entre 6 y 8 goles cuando nos enfrentábamos a ella y a la nacionalidad de "Nefer", la bellísima, cruel y pérfida princesa en quien se encarnaba Joan Collins en "Tierra de faraones". Con los años descubrí con sorpresa que el presidente del país, primero de su historia, era un arzobispo llamado Makarios III quien fue derrocado por un golpe de estado en 1974 y que incluso dio título a una canción de un célebre grupo de los años 80, "Un pingüino en el ascensor", que decía algo así como "Arzobispo Makarios, se terminó tu botella de Larios" ... unos poetas los chicos.

Ahora este país del que se suele hablar tan poco ha copado los titulares de los más importantes diarios europeos al plantearse un rescate por la Unión Europea que el Parlamento chipriota ha rechazado. No entiendo ni "papa" del tema, pero no deja de poner nervioso escuchar hablar de "corralitos" chipriotas, políticos y magnates que huyen con el dinero a Suiza, alteraciones callejeras, negociaciones con los rusos para que éstos sean los protagonistas del rescate y queden casi como dueños del país, terremotos entre los miembros de la UE y cosas parecidas. En algunos medios se insinúa aquéllo de ponerse las barbas a remojar e incluso se escuchan profecías del inicio del fin de la Europa común; no se en que quedará todo, y si esa pequeña isla del Mediterráneo, ubicada a 113 km de Turquía, 120 de Siria, y 150 de Grecia, conseguirá salir adelante, lo que tengo cada día más claro es que la vieja Europa se encuentra medio en agonía y que hace ya rato que se terminaron los tiempos de gloria y prosperidad, ... o lo que es lo mismo, que toca apretarse los machos, porque las olas se intuyen enormes.


20 de marzo de 2013

La bondad y la ternura

Hay muchas cosas de las que ha dicho el Santo Padre desde que fuera elegido hace hoy una semana y que me gustaría resaltar, subrayar con doble trazo: la necesidad de cargar con la cruz, poner a Jesucristo en el centro para no ser una ONG, cuidar de los más pobres y los más débiles, rezar los unos por los otros, no caer en el pesimismo y la angustia, ... Pero de su homilía de la Misa de entronización me quedo, sin ninguna duda, con una mención concreta: "no debemos que tener miedo de la bondad ni de la ternura"; la frase me ha llegado directa al corazón, y pienso que fue porque cuando uno va cumpliendo años corre el riesgo de que el corazón se encoja, que reserve lo mejor para los propios egoísmos, que las experiencias de la vida, las decepciones o las propias obsesiones te lleven al desencanto y la desconfianza. Ya la desapacible noche en la que salió al balcón vaticano como inesperado nuevo Pontífice lo que más me impactó fue esa invitación final a rezar los únos por los otros; realmente no es nada nuevo, es la comunión de los santos de la que tantas veces hemos escuchado hablar, pero las crisis generales y personales hacen que nos olvidemos demasiado de lo esencial ... es lo que dijo Jesús hace más de dos mil años, el mandamiento con el que resumía todo lo demás, ... la homilía breve de Cristo: "Amaros los unos a los otros ...", dicen que al papa Francisco le gustan los sermones cortos -demuestra inteligencia, entre otras cosas- y poco hay más corto que el mandamiento nuevo. El problema es que nos olvidamos, o lo interpretamos a nuestro capricho y caemos en las restricciones, las matizaciones y las endogamias.

Es muy fácil exhibir bondades y ternuras en las bodas, en las celebraciones, en los éxitos personales y profesionales, ... lo complicado surge cuando nos enfrentamos con quien nos importuna, con el pobre que pide en la puerta de la parroquia  y nos da por pensar que nos engañao o nos presiona, o el rumano que lo hace frente al  Mercadona e intuimos que es el mismo que intenta entrar en casa por la ventana, con la visita molesta o el pariente interesado, con el vecino torpe que pasea al perro con una correa que nos obstaculiza el paso, deja recados no recogidos por el suelo o ladra a horas no previstas, el compañero plasta o el primo zafio y grosero, con aquél que nos la tiene jurada o ya nos la ha gastado buena, con el sindicalista peleón o el empresario implacable, el jefe déspota y la vecina cotilla que nos saluda desde su balcón con una sonrisa más falsa que Judas. En ocasiones los obstáculos a la bondad, a la ternura los llevamos dentro, y nos cuesta ejercitarlas porque llevamos un cabreo formidable y plenamente justificado, nos vemos abrumados por la enfermedad, el dolor o el drama propio o ajeno o, simplemente, nos hemos levantado con migraña, dolor de muelas o ardor de estómago ... ahí está la ocasión de superar la "cuesta arriba".

Recuerdo que en Tarragona conocí a Manolita, una mujer excepcional; ya hablé aquí de ella hace tiempo. Fracasado su matrimonio decidió dedicar su vida a los más desfavorecidos y para ello no escatimaba insistencia y caras de pena para reclutarnos a a unos cuantos que ante tanta bondad -¡tanta ternura!- no eramos capaces de negarnos a ir a dar charlas a la cárcel, a los colegios públicos más recónditos, a las asociaciones de vecinos, ... un día me confesó el secreto: veía a Cristo en los pobres, en los presos, en los enfermos, ... y les trataba con eso, con bondad y ternura: puedo dar fe. Manolita andará encantada con este Papa. Pensar en ella me devuelve el deseo de ejercitar la bondad y la ternura, de perder el miedo a no ser correspondido, a meter la pata ... porque a algunos nos entra una absurda y ridícula verguenza de ser tiernos. Decía Francisco cuando sólo era el cardenal Bergoglio que "Es verdad que saliendo por el camino, como le ocurre a cualquier hombre o mujer, pueden ocurrir accidentes. Pero si la Iglesia permanece cerrada en sí misma, autorreferencial, envejece. Y entre una Iglesia accidentada que sale por el camino y una Iglesia enferma de autorreferencia no tengo ninguna duda: prefiero la primera". No son moco de pavo la bondad y la ternura, ... intuyo que en Buenos Aires dirían que quien afirma eso es realmente "boludo".

Del primer disco de Rosana, titulado "lunas rotas", el del "Talisman" y "Si tu no estás aquí", me gustaba especialmente la última canción, "Nadie más que yo", un tema que hablaba de ternura:


"El mar más profundo me guardó el sentimiento
y si el amor nos ata, lo esparciré en silencio
haré que la ternura te llegue entre las olas
y que el rocío del alba jamás te encuentre a solas ..."



19 de marzo de 2013

Estos no cambian


La portavoz de EH-Bildu en el parlamento vasco, Laura Mintegui, se descolgó el otro día con unas declaraciones en las que definía a algunos de los asesinados por ETA como el socialista Fernando Buesa o el popular Miguel Ángel Blanco, como "víctimas de origen político". De esta manera, esta señora con aspecto de burguesa de Las Arenas se queda tan pancha negando el carácter de asesinato a acciones tan cobardes y alevosas como las que costaron la vida a los citados y a otros más y mantiene ese pulso dramático que ya dura años en el que los "voceros" de la izquierda abertzale se enrocan en considerar un conflicto entre iguales lo que simplemente ha sido una etapa larguísima de atentados en los que se ha recurrido por la banda terrorista, me temo que con complicidades activas y pasivas, al ataque por la espalda, la bomba tramposa y el tiro en la nuca: toda una muestra de vileza y cobardía que algunos pretenden elevar a la categoría de heroísmo mientras cicatean perdones y disculpas.

Me temo que, como ocurre tantas veces, el tiempo consigue nublar los recuerdos, desfigurar las realidades y atenuar las tragedias, de manera que el ciudadano medio, con el cese de los crímenes, se va olvidando de antiguos dramas y sustituye unas indignaciones por otras, mientras los deudos de quienes murieron absurda e injustamente se van quedando sólos con un dolor que cada vez comparten menos, mientras pasean con idéntica firmeza que vanidad y descaro por las pasarelas parlamentarias aquéllos que, directa o indirectamente, prendieron la mecha de la irracionalidad y sembraron la tierra de cadáveres, algo de lo que por lo visto disfrutan ahora sacándole rédito. ¡Qué pena!.

17 de marzo de 2013

Mango es algo más que una franquicia



En la España de los 60, o cuando menos en el ambiente en el que me crié, el postre habitual de los españolitos era la fruta; con el tiempo descubrí que se trataba de un auténtico privilegio y que en el resto de países europeos, casi todos ellos a priori más desarrollados que nosotros, se trataba del plato que cerraba las comidas de los días especiales. Eso sí, en la mesa solamente aparecían lo que se consideraban frutas "ordinarias", fundamentalmente la pera, la manzana, la uva, el melocotón y las naranjas, sin olvidar esos plátanos que tanto gustaban por ser dulzones y pelarse fácilmente, los melones y las sandías o las temporadas especiales en las que aparecían como a modo de estrellas frutícolas invitadas las cerezas, las fresas y los albaricoques. En alguna ocasión asomaba en el recipiente algún higo y en cuanto a las piñas es posible que hasta pensara que crecían en el árbol ya en almíbar. Lo de las frutas tropicales tenía un regusto a serie americana de televisión o a película de Walt Disney.

Ya avanzado el siglo XXI las posibilidades se han multiplicado y en cada esquina puede descubrirse la existencia de auténticos templos de las frutas y hortalizas, establecimientos donde puedes encontrar múltiples variedades de las frutas citadas y de unas cuantas más, incluso algunos de calidad especial y precios que los convierten en una especie de "Loewe" del ramo. Hace ya un tiempo se consolidaron los kiwis, a los que atribuyen cualidades excelentes para la salud, a los que cabe añadir caquis, maracuyá, chirimoyas, papaya, aguacates, guayabas, nísperos, nectarinas, ... aunque una vez catadas bastantes de ellas mis preferencias se han inclinado definitivamente por el mango.

Si a cualquier adolescente que se precie con un mínimo de preocupación por la ropa y el "modelete" le preguntas por el término, te dirá que "Mango" es una franquicia de ropa de éxito en toda la península, pero de la misma manera que Cervantes fue antes un escritor que un premio literario y Prim un general y presidente de gobierno español mucho más que la plaza principal de la ciudad de Reus, el mango es fundamentalmente una fruta de la Zona Intertropical de pulpa carnosa y dulce. Se trata de una fruta cuyo tamaño suele ser notable, su dulzura también y, por encima de todo, parecen ser de un enorme beneficio para la salud, y no hay más que ver lo que nos dice la "wiki" al respecto: "Por su riqueza en ácidos (málico, palmítico, p-cumárico y mirístico), vitamina C y, especialmente, por su alto contenido en vitamina A, el mango constituye una buena fruta antioxidante, capaz de neutralizar los radicales libres y dotar al organismo de un poder defensivo en contra de la degradación de las células. Los mangos ejercen una función anticancerígena muy efectiva otorgada tanto por estas vitaminas como por su riqueza en flavonoides, entre los que destaca la quercetina y el camferol." Cuando tienes la fruta, monda y lironda, delante del plato, eres consciente de todo lo bueno y abundante que hay detrás de la pieza.

Recuerdo hace unos veranos en Zaragoza, un día de agosto con un calor enorme; eran alrededor de las 3 de la tarde y el sol caía sin piedad alguna sobre el asfalto y los pocos incautos que lo pateábamos. Al llegar a la Gran Vía tuve la feliz idea de ejercitar un avituallamiento en los legendarios "Helados Italianos" ubicados desde hace decenios cerca de la esquina con Laguna de Rins. Allí recurrí al cucurucho, pues entiendo es lo más tradicional amen de que prefiero el "lametón" a la cucharilla y el barquillo al vasito de plástico, y me quedó el dilema de decidirme por un sabor u otro entre la amplia oferta de un mostrador que entra por los ojos; la dependienta debió ver mi indecisión y no dudó en recomendarme la opción del helado de mango, asegurándome que se trataba del tipo de helado que combatía más eficazmente el calor y sus consecuencias: le hice caso y puedo asegurar que tenía toda la razón ... tal vez era cosa subjetiva, pero desde entonces tengo bien claro que cuando "Manolo" aprieta hay que recurrir al helado de mango.

15 de marzo de 2013

Cinco libros a voleo


Al cabo de tantos años el número de libros leídos es notable; y un buen ejercicio consiste en traer a la memoria algunas de esas lecturas que en mayor o menor medida te han dejado huella. No se trata de un poker de los mejores, de una selección estudiada, sino que me he limitado a reflejar los cinco primeros que me han venido a la memoria, con la única precaución de que se tratara de libros que en su momento dejaron una huella positiva en mí, ... vamos, que me gustaron. No descarto volver a leer alguno de ellos y sin ningún género de dudas aconsejaría su lectura a cualquiera.

"Nosotros los Rivero" es una novela con la que la escritora asturiana Dolores Medio obtuvo el premio Nadal en 1992; se trata de un relato en el que se cuenta con ternura, dramatismo, cierta ironía y un claro acento crítico el ambiente de la ciudad de Oviedo durante el primer tercio del siglo XX. El ambiente del Oviedo de principios de siglo y la gran fuerza de los personajes que protagonizan la novela, la familia Rivero convierten al libro en un relato equiparable a novelas del calado de "Los novios" de Manzoni, "Los Buddenbrook" de Thomas Mann o la trilogía de los Rius de Ignacio Agustí. La narración comienza en los felices años 20 y termina con los dramáticos sucesos de la revolución de Asturias de 1934, con el protagonismo de los Rivero, una familia burguesa con síntomas de decadencia que vive en un viejo caserón ovetense al que regresa Lena, la hija pequeña que llega en tren a la estación del Norte de regreso a casa. Indicativo el párrafo siguiente: "Componían la familia el señor Rivero, llamado de sobrenombre "El Aguilucho"; la señora Rivero, poseedora de una elegante bata de terciopelo azul adornada con esterillas negras; abuela Ana, madre de la señora Rivero; tía Mag, hermana de la señora Rivero y dueña de un humilde delantal color chocolate; Heidi, hija del señor Rivero y de la señora W...; y tres hijos del matrimonio Rivero, llamados Germán, María y Magdalena, más conocidos por "nuestro Ger", "Santa María" y "Ranita". Cuando nació «Ranita» abuela Ana empezó a pensar en abandonarles, pareciéndole sin duda que las cosas se complicaban ya demasiado. Su muerte no alteró el ritmo de vida de la casa de los Rivero."

Siempre me ha gustado la literatura española del siglo XIX; Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán, Juan Valera, José María de Pereda, ... cada uno con su estilo y peculiariedades son un pozo sin fondo; en el mismo paquete cabe incluir a Pedro Antonio de Alarcón, y es posiblemente "El escándalo" su libro cumbre. Recuerdo haberlo leído estando haciendo la mili, por lo que hablo de un recuerdo que supera los 30 años, si bien tengo bien grabado en la cabeza la gran impresión que me dejó. La novela nos cuenta el drama de Fabian Conde, un joven "calavera" que asume sus errores y trata de repararlos enfrentándose a sus pecados; hay un importante trasfondo religioso en el libro, que destaca por estar magníficamente narrado y contener una excelente galería de personajes. Recuerdo que Alarcón era autor dado a cierta "moralina", aunque lo sabe hacer sin convertir su relato en ñoño ni relamido; a ese carácter religioso cabe añadir una evidente crítica social, en una novela que si bien responde al realismo en que se encuadra tradicionalmente a Alarcón, no está exenta, en absoluto, de un claro toque romántico.

Hace unos años me aficioné a las biografías; últimamente he leído muy pocas, pero se trata de una costumbre que me gustaría recuperar. Recuerdo de una manera muy especial la de "Fouché", escrita por Stefan Zweig, sin olvidar la que este autor hizo de "María Antonieta" y "María Estuardo" o la de "Richelieu" de Hillarie Belloc; también han pasado por mis manos las vidas de Carlos V, Simón Bolivar, Disraelí, ... Pero a la hora de elegir una, no dudo en quedarme con el "Napoleón" de Emil Ludwig. La biografía de Ludwig no cabe ser calificada como un libro académico, como una historia relatada con orden y precisión, sino como una explicación, apasionante desde mi punto de vista, de la vida y la trayectoria política del emperador francés; sus anhelos juveniles acerca de la independencia de Córcega, su papel en la revolución francesa, su acceso al poder en Francia, su política interior, las campañas exteriores, sus acciones militares, la importancia del Código napoleónico y, por su puesto, su vida sentimental y el papel de su mujer, Josefina, son tratados por el autor con minuciosidad y profundidad notoria. Escuché contar de una persona que leía esta biografía cada verano ... me parece una exageración, pero no me extraña.


Durante la época en que preparé la oposición, un tiempo largo que casi llegó a los cuatro años, encontré en Agatha Christie una forma de descansar del stress que la necesidad de memorizar más de 400 temas me producía. Durante esos años leí la mayoría de novelas de la mítica "dama del crimen", unas cuantas de ellas mientras me dirigía a examinarme a Madrid en el Talgo: el viaje Tarragona-Madrid duraba un rato -el AVE era entonces una quimera- y siempre quedaba la vuelta para concluir lo empezado. Recuerdo con enorme agrado los complicados crímenes que resolvían unas veces el sofisticado y algo repelente detective belga Hércules Poirot y otras la dulce y perspicaz Miss Jane Marple, la encantadora ancianita que disfrutaba observando la "naturaleza humana" en su pueblo de St. Mary Mead. Y aunque siempre tuve cierta preferencia por Miss Marple, la novela que he elegido para incluir en este elenco es de las protagonizadas por Poirot, se trata de "El asesinato de Rogelio Ackroyd"; es una de las primeras apariciones de Poirot y se muestra como un policía recién retirado que actúa como detective. El belga debe investigar el asesinato del terrateniente de una pequeña localidad en un relato en el que aparecen también el suicidio y el chantaje. Está escrita en primera persona por uno de los protagonistas y su final es uno de los más sorprendentes y espectaculares que recuerdo a la escritora, a la vez que te deja más bien triste.

Si tuviera que elegir a un narrador español del siglo pasado creo que no dudaría en optar por Miguel Delibes; Baroja, Aldecoa, Matute, Martín Gaite y alguno más se lo merecerían también, pero la calidad narrativa del vallisoletano y la extensión de su obra no creo tengan parangón. De Delibes podría citar un buen número de novelas formidables: "La hoja roja", "Mi idolatrado hijo Sisí", "Cinco horas con Mario", "Aún es de día", "Los Santos Inocentes", "Señora de rojo sobre fondo gris", ... pero a veces olvidamos su faceta de periodista, pues fue durante mucho tiempo redactor del "Norte de Castilla". Por esta razón he decidido incluir en esta selección "Usa y yo", un delicioso resumen de un viaje del escritor en 1994 a los Estados Unidos publicado en 1966 y que también leí durante mi servicio militar. Delibes, además de hacerlo con su maestría habitual, realiza una descripción sencilla y amena de sus impresiones de Norteamérica y de los norteamericanos, con todo el subjetivismo que queramos ver, pero sin duda con una profundidad y un realismo mucho más creíble que la visión que nos dejan las películas americanas o los informativos de la CNN. dejo un párrafo significativo: "El yanqui, en resumen, cuando se da, se da del todo, de una manera incondicional y absoluta, con un grado de generosidad superior al de otros pueblos. Ahora bien, de ordinario el yanqui no se da; se guarda Esta actitud responde seguramente a una convención inexpresada pero no por ello menos notoria. Y lo que en un principio pudo ser un anhelo por celar la propia intimidad y de no vulnerar la intimidad del prójimo es, hoy, una actitud nata de reticencia. El yanqui, como persona y como familia tira a independiente. Le cuesta mucho menos dar un dólar que una palabra. Su respeto al prójimo no implica, pues -aunque a veces vaya aparejado- cordialidad".

14 de marzo de 2013

El primer Papa americano



Una vez más los pronosticadores no han dado ni una; ni los "chicos" de la prensa, ni los seguidores de San Malaquías ni tanto "experto vaticanista" salido de debajo de las piedras incluyeron al argentino Bergoglio en las listas de "papables". Eso sí, nada más conocerse la renuncia de Benedicto XVI recuerdo perfectamente haber leído en algún rincón de internet la noticia de que el Cardenal Jorge Mario Bergoglio iba a ser el sucesor de aquél; en aquel momento pensé "¡vaya profeta"!" ... pero me tengo que quitar el sombrero y me gustaría identificar el origen de esa noticia, por ahora no lo he conseguido averiguar, aunque desde luego se trataba de una fuente bien informada. El nuevo Papa ha elegido, por vez primera en la historia, el nombre de Francisco y los medios se han apresurado a contarnos retazos de su trayectoria; de lo leído me quedo con su sencillez, su austeridad y su valentía para ponerse a la cabeza de las manifestaciones organizadas en su país en defensa de la familia y del matrimonio tradicional. Eso sí, ya han comenzado unos a ponerle etiquetas, otros a acusarle de antiguos y etéreos colaboracionismos y los "comecuras" de siempre a faltarle al respeto y dedicarse a la calumnia.

Me ha encantado la sencillez de Francisco I, ese detalle de pedir oraciones al pueblo, rezar con todos el Padrenuestro, Avemaría y Gloria, esa llamativa ausencia de boato en su vestimenta -sin manto ribeteado de armiño y con sencilla cruz de plata- y el hecho de haber elegido un nombre nuevo y lleno de significado, hay quien dice que por San Francisco Javier, aunque yo pienso que más bien cabe pensar en San Francisco de Asis ... toda una declaración de intenciones. La figura del nuevo Pontífice refuerza la realidad de la universalidad y la pluralidad de la Iglesia, al proceder de un país de allende los mares y por esa apariencia de entrada tan distinta a su antecesor. Todo un detalle la referencia a Benedicto XVI y entrañable su invitación final a "rezar unos por otros": todo un lema para funcionar por la vida. También he de decir que la imagen de una Plaza de San Pedro a rebosar a pesar de las inclemencias del tiempo contrastaba con la de un nuevo Papa al que se veía sólo en el balcón vaticano, caso abrumado, aunque la soltura, sencillez y proximidad que mostró sirvieran para atenuar esa impresión. No cabe duda de que se le viene encima una tarea enorme y complicada.

Muchos piensan que han de cambiar unas cuantas cosas en la Iglesia, y posiblemente algo de razón llevarán; estoy seguro de que Francisco I sabrá lo que debe mantenerse y lo que ha de evolucionar, pondrá los medios para ello y contará con las personas adecuadas. Yo pienso que nada mejor que continuar la obra de sus antecesores y ser coherente con su propia historia, por lo que cuentan, un hombre honesto, espiritual y entregado a las almas. Como decía ele ditorial de un medio digital de hoy, al nuevo papa le toca ser instrumento de evangelización, ser el principal propagador de ese transcendental mensaje de fe, esperanza y caridad que hace dos mil años vino a variar el curso de la humanidad.

¡Que Dios le proteja y le ayude!.

13 de marzo de 2013

La sobrina de Depardieu

Todos los años por estas fechas, la Escuela de Hostelería de Huesca organiza unas jornadas gastronómicas en las que los alumnos exhiben sus habilidades cara al público; dichas jornadas suelen tener un tema central en torno al cual giran los distintos menús que se sirven a lo largo de 3 o 4 días de la semana. Otros años los motivos elegidos fueron, por ejemplo, Rusia y Francia y puedo dar fe del éxito de la organización. Esta vez se ha elegido el cine como "lev motiv" y desde el lunes hasta el jueves de esta semana se ofrecen distintos platos -cada día hay menú diferente- cada uno de los cuales anda relacionado con una película determinada: "Lost in traslation", "Titanic", "Cuscús", "Ratatouille", "El padrino", "El señor de los anillos", "Pulp fiction", ...El lunes probé la cuestión y un año más la cosa les ha salido de primera.

Los alumnos que se ocupan de servir la comida se visten cada año con disfraces alusivos al tema de que se trate, y así esta vez pude observar como e paseaban por el comedor Batman, Superman, Julio César y alguno más ... en concreto una chica alta y resuelta deambulaba por las mesas disfrazada nada menos que de Obelix, una caracterización que uno piensa a priori debía corresponder a un muchacho, pero la moza estaba formidablemente caracterizada con algún tipo de estructura interior que le hacía aparentar el volumen del incansable compañero de Ásterix, a la vez que debía soportar un enorme mostacho de color rojo. Se veía a la legua que la chica era espabilada, que funcionaba con soltura y ningún tipo de tensión por el local, además de que, aún disimulado por un disfraz que incluía bigote, era sin duda una mujer bien parecida.

Una comida grata, con amigos que te ayudan a pasarlo bien y disfrutar de la compañía, un menú original, donde destacaba un plato que incluía anguila, pez que nunca había probado, un pan diseñado en forma de cámara de cine, un cordero empanado con semillas de amapola y un postre dedicado a María Antonieta cargado de dulzura y ¿quien lo iba a decir?, una chica maja a la que incluso le sentaba bien el disfraz de Obélix.

11 de marzo de 2013

Eva, siempre Eva

 
Este fin de semana vinieron a Huesca unos amigos de Tarragona; hacía mucho tiempo que no nos veíamos y la participación de la hija de ambos en el Certamen de Danza de "Anaprode" que se celebraba en el Palacio de Congresos oscense fue ocasión de un feliz reencuentro. Podría hablar de los buenos momentos que pasamos y de su excelente experiencia con las bondades gastronómicas, entre otras, de la capital del Alto Aragón, pero de lo vivido sábado y domingo me quedo con el espectáculo de danza de un número inmenso de jóvenes de Aragón, Cataluña y Levante que exhibieron sus cualidades en todo tipo de bailes. Y es que allí hubo desde flamenco hasta danza clásica, pasando por jazz, pop, y hasta temas tan variados y célebres como "Ne me quitte pas", "Maquíllate" e incluso unos cuantos villancicos. Quien esto escribe no entiende ni jota de danza, pero pienso que poseo la mínima intuición para saber al menos cuando alguien domina el escenario.

Algún que otro chavalote bailaba, pero la inmensa mayoría de las participantes eran féminas; y ahí quería llegar, pues una vez más comprobé la enorme capacidad de las mujeres para dominar la escena, actuar con soltura y "camelar" literalmente -y en el mejor de los sentidos- al personal. Las chicas que actuaron no tendrían menos de 10 años ni más de 15, y pude comprobar como casi todas salían a bailar con un descaro y una seguridad pasmosa; y lo que más me llamó la atención fueron los gestos, su mirada de frente al público y esa sonrisa descarada, brillante y con su parte de cautivadora que te dirigían. Recuerdo perfectamente un par de niñas -dudo que pasaran de los 12- que vestidas con un traje de ballet en tonos verdes, falda corta de tul y un lazo en la cabeza de ese color, se enfrentaron a una canción movidísima mientras mantenían una enorme sonrisa que dirigían al público como ofreciendo todo su saber hacer y su saber estar. Las mujeres son así, ya desde pequeñitas, más maduras, más listas y con un poder profundo y delicioso de seducción; y es que daba gusto contemplar no sólo el estilo, la gracia y la elegancia de tanta joven princesa, también ese aplomo, ese garbo y esa capacidad de "camelar" que las hace insustituibles.

Como digo, también hubo chavales, un par de ellos bailaron un flamenco formidable, pero sin ninguna duda, el Palacio de Congresos de Huesca fue tomado el fin de semana por los encantos más sanos y elegantes de las jóvenes promesas de la danza del noreste español.

9 de marzo de 2013

La cazuelita del "Friends"


Durante estos días se celebra en Huesca el II certamen de "cazuelitas"; el gremio de hostelería oscense, provincia incluída, no se resigna a los inconvenientes de la crisis y tienen constantes iniciativas para fomentar el consumo, para lo cual suelen acertar con ofertas verdaderamente imaginativas. Hace más de diez años que se celebra en otoño el concurso de tapas, el año pasado se lanzaron por primavera con una oferta de tapa y bebida por 1 €, a la vez que se lanzaba la iniciativa de las cazuelitas. Este año se repite el tema y por el módico precio de 2,8 euros puedes tomarte una generosa ración de diversos productos generalmente bien hechos y presentados.

Hasta el jueves no tuve oportunidad de hacer un pequeño recorrido por algunos establecimientos de Huesca capital, y con tres "cazuelitas" un par de amigos y yo nos dimos por bien comidos, amen de gozar de la compañía y esa parte de ilusión que tienen estas cosas. Pienso que acertamos en las opciones elegidas, pero hubo una que me pareció especialmente buena; en la Avenida Menéndez Pidal está ubicada desde hace unos pocos años una cervecería estilo centroeuropeo denominada "Friends International Tavern", no se si es franquicia o no, pero se ha consolidado como un lugar grato, donde se atiende bien y la calidad del producto es razonable, ... lo que no es poco en tiempos en los que la coyuntura convierte en tarea complicada sacar adelante un establecimiento de este tipo, amen de que en ocasiones los agobios llevan a algunos a embarcarse en negocios para los que tal vez no andan muy dotados. La cazuelita elegida por el bar citado estaba compuesta por unas "patatas a la riojana", plato atrayente, pero que es exigible esté adecuadamente elaborado. Y puedo asegurar que el prducto que consumimos allí era de primer nivel: el certamen concluye mañana, pero quien pueda que no deje de pasarse por el lugar. No hicieron falta grandes maitres, estrellas "Michelin" ni manteles de lino para satisfacer unos paladares que puedo asegurar andaban con hambre notoria. También probamos los calamares encebollados del "´Álvaro" y las patatas con solomillo de cerdo y champiñón del "Aitor Tilla", que también superaron la prueba con buena nota.

El otro día, en esa especie de salmo de críticas y amarguras en que se convierte en ocasiones "Facebook" alguien parecía etiquetar de frivolidad eso de "ir de cazuelitas", creo que es una valoración exagerada e injusta, y que en esta vida complicada no es caro ni complicado dedicar un tiempo a disfrutar de pequeños placeres que no hacen daño a nadie y te vuelven más sociable.