1 de enero de 2009

"Los jardines de los muertos", William Brodrick












"Los jardines de los muertos"
William Brodrick
Alfaguara, Madrid (2008)
401 páginas

http://www.negraycriminal.com/index.php?view=ficha&idl=6576

Se trata de la segunda entrega de la serie protagonizada por el Padre Anselm, un monje que había trabajado como abogado en la Corte británica y vive ahora en un monasterio de Londres, lugar donde suele tener la ocasión de investigar determinados sucesos. No deja de resultar curioso el que dicho personaje parezca ser el "alter ego" de su creador, pues Brodrick antes de dedicarse a la literatura fue fraile agustino.

Ya había leído su primera novela, "La sexta lamentación" que me pareció excelente; ésta pienso que aún es mejor, aunque, como la otra, tenga que advertir que no es sencilla de leer. Estamos ante una literatura de calidad y no se puede encarar la lectura del libro como si fuera una novela de evasión: conviene leerla despacio, no en el AVE ni en la playa. Pienso que estamos ante una dignísima alternativa a los grandes de la intriga británica.

Una opinión tan positiva de un autor prácticamente recién aparecido puede tener sus riesgos, por lo que trataré de argumentar las razones por las que le doy a "Los jardines de los muertos" una buena nota; entiendo que son fundamentalmente tres. En primer lugar se trata de una lectura cuyo interés crece conforme avanzas en la misma; ya he dicho que no se trata de un libro fácil de leer, pero poco a poco te vas haciendo con la novela y acabas metido plenamente en ella. El autor maneja los tiempos y no solamente alterna hechos contemporáneos con otros del pasado, sino que en un mismo capítulo, incluso en una misma conversación, se mezclan unos y otros lo que exige una muy especial atención. La trama es complicada, pero está muy bien elaborada y al final todo casa perfectamente.

En segundo lugar,nos encontramos con unos personajes de carne y hueso y, especialmente, muy elaborados. No son, como en otros casos, de usar y tirar, el autor les dota por el contrario de un perfil psicológico notable. Junto al Padre Anselm destacaría a otros dos: el villano, Graham Riley, un ser marcado por una infancia desgraciada y David George Bradshaw, un hombre atormentado por los acontecimientos que ha vivido, que lo ha perdido todo y es capaz de resurgir de sus cenizas; junto a ellos se reflejan también con maestría los dramas personales de la víctima, la abogada de la Corona Elizabeth Glendinning, el hijo de ésta Nicholas, la Señora Dixon y Nancy, la sufrida mujer de Riley, sin dejar de lado la especial caracterización del procurador Wycliffe y la sombra permanente de un personaje perturbador a quien llaman "el pastelero" y que hasta el final no se llega a saber si existió realmente o no.

La tercera razón por la que aconsejo vivamente la lectura del libro es que no estamos ante una simple novela de intriga, pues el autor profundiza y mucho sobre los temas que trata. Así, el padre Anselm no deja de cuestionarse sobre las motivaciones últimas del hombre para cometer un crimen o las débiles fronteras por las que se mueve la libertad humana. La trama lleva a plantear cuestiones tan complejas como la justicia, la inocencia o la línea que separa el bien del mal. Fundamentalmente, Brodrick insiste en sus libros en una cuestión esencial: el conflicto personal de los hombres ante el bien y el mal y la posibilidad de redención. Sirva de ejemplo un pasaje de la novela en la que se habla de un sueño en el que un periodista se encuentra con una multitud de gente que “no pueden ir al cielo porque no hicieron nada bueno ni tampoco al infierno porque no hicieron nada malo.”

A título de curiosidad, no me resisto a comentar el fenómeno que sufrí durante la lectura de "Los jardines de los muertos": aún tratándose de una trama que se desarrolla en la época actual, con frecuencia me imaginaba los hechos que se narraban como representados en el Londres victoriano; no se si es deformación derivada por mi gusto por la literatura ambientada en esa época (Dickens, Wilkie Collins, Anne Perry, Bruce Alexander, ...) o el modo de escribir de Brodrick conduce a esa situación.

Fotos: http://www.negraycriminal.com/; homepage.ntlworld.com

5 comentarios:

Máster en nubes dijo...

Mira, éste y otros que has recomendado en tu blog van a servir para decírselo a los Reyes y que sepan qué regalar a algún familiar y amigo.

Oye, ¿y la música que nos has puesto? ¡Con qué marcha empiezas el 2009!

Modestino dijo...

Evidentemente, este libro me gustó a mí y tal vez convendría contrastar otras opiniones. Incluye en la lista va tétralogía "Berlín noir" de Philipp Kerr, sencillamente magistral, de la que hablaré pronto, aunque te la adelanto porque no podré hacerlo antes de Reyes, entre otras razones porque aún no la terminé.
La canción es del año 1970 aproximadamente; en mi casa se producía un extraño fenómeno, pues mientras mis hermanos gozaban de buen oído y tenían sensibilidad para discernir las buenas canciones, yo era bastante desastre en ambas cosas. Recuerdo que "American woman" fue una de las aportaciones de mi hermana a la pequeña discoteca familias, creo recordar que el single llegó junto a "In the summertime", de Mungo Jerry y "Yellow River", de Christie.

annemarie dijo...

Irresistible tu abstract! Por aquí, los Reyes no traen regalos, pero todavía me sobran algunos cheques de librería de Navidad. :))

No conocía Brodrick, y parece un hombre a seguir de cerca, por lo que escribes. Me interesa mucho el interés :)) que las novelas policíacas crean en quienes nos gusta leer. No suscitan cuestiones menores, cuando son redondas, como tu dices. Pero es difícil que sean realmente buenas, exactamente porque tratan de temas centrales de la actuación humana, y un recorte deficiente de personajes y o de trama resulta por eso especialmente insoportable.

Londres me encanta, y soy por eso muy parcial aquí :)) Has paseado alguna vez por Londres al atardecer de un día de Invierno? Westminster, por ejemplo. Un cementerio, jardines cuidadísimos, un silencio súbito por detrás de muros muy altos. De repente, un coro de niños, que ensayaban las ceremonias de Navidad. Grande choque, te aseguro: Londres es muy victoriana en muchas cosas, pero ahí estaba el ambiente que yo conocía de los libros... No hubo crimen esa noche, pero pedía uno, con mucha sangre y muchos conflictos morales: a juicy one, como decía Agatha Christie :))

Modestino dijo...

Londres y Paris son mis dos principlaes asignaturas pendientes en esto de los viajes. Pero aún queda tiempo para recuperar el tiempo perdido.

annemarie dijo...

:))