30 de septiembre de 2011

Azkuna da la cara



El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, lleva ocho años luchando contra el cáncer; puede que ser alcalde sea una de las funciones más importantes y atractivas que existen; por mucho que suenen muy bien los cargos de Ministro, Presidente de las Cortes o Embajador en el Vaticano, asumir la posición de primera autoridad de una ciudad significa tanto poder como responsabilidad, si encima se trata de Bilbao debe de ser ya la caraba. En 2003, durante un pleno municipal, Azkuna anunció que sufría un cáncer de próstata y comenzó un tratamiento; en el verano de 2008 abandonó durante dos meses el Ayuntamiento para someterse a una operación en Estados Unidos con el fin de corregir las secuelas del tratamiento y mejorar su calidad de vida; el pasado otoño reforzó su tratamiento contra el cáncer y a finales del 2010 admitió que la enfermedad se le había «encabritado»; ahora el primer edil vizcaíno anuncia que el próximo lunes día 3 comenzará un nuevo tratamiento.

Al comentar esta nueva etapa dura de su enfermedad, Azkuna desmintió que fuera a suspender su actividad como alcalde, afirmando con gracia que "me he caído esta mañana de la cama cuando lo he leído" y añadiendo que si el tratamiento comienza el lunes "a lo mejor miércoles y jueves estoy fastidiado, pero el lunes estaré de nuevo trabajando"; también comentó que, eso sí, "no podrá salir a tomar copas al menos hasta Navidad". Es de agradecer que un personaje de la relevancia pública del alcalde de Bilbao se enfrente con tanta valentía como naturalidad a una enfermedad que desgasta y hace sufrir como el cáncer y nos muestre su cara más humana, en especial en estos tiempos de crispación pública en la que los políticos aparecen permanentemente en la picota, no siempre y necesariamente de manera justa.

Es evidente que el cáncer tiene hoy en día unas perspectivas muy distintas a las de hace 20 o 30 años; la medicina ha avanzado espectacularmente y que una persona supere la enfermedad ha dejado de ser un caso excepcional. A pesar de ello, hay que seguir valorando a quien planta cara a una enfermedad así con espíritu deportivo, con una actitud que está tan lejos de la desesperación como de la resignación meramente pasiva. De unos tiempos a esta parte ha sido frecuente que personajes de relevancia pública reconocieran desde el principio sufrir una enfermedad grave: además de Azkuna, a uno le vienen a la cabeza los nombres de Esperanza Aguirre, Luz Casal, Eric Abidal y el propio Chus Pereda, de quien hablábamos hace un par de días y que falleció el pasado martes. Pienso que esta actitud es enormemente positiva pues las personas hemos de enfrentarnos con la enfermedad, que no deja de ser más que una parte de la realidad de la vida de cada uno, con la misma disposición con que en su día fuimos a la Universidad, contrajimos matrimonio, ganamos una oposición o fichamos por una gran empresa. Corren tiempos en los que muchos se niegan a hablar de la muerte, tratan el tema como si fuera una especie de tabú y cerrando los ojos a algo que va a suceder tarde o temprano; por eso la actitud de Azkuna nos muestra el camino, porque si llega un momento en que en tu vida el protagonismo lo asumen las grietas de la salud, la quimioterapia y las salas de los hospitales, hay que recibirlo con el aplomo con que se recibe cualquier otro evento ordinario de la vida de los hombres. Es posible que Juan Pablo II, un hombre vital y deportista que asumió desde el primer día la pérdida de su salud sin ocultar al mundo ni sus limitaciones ni las marcas de la enfermedad en su cara y en su cuerpo, haya sido pionero de esta nueva forma de enfrentarse al dolor, claro que él andaba sin duda preparado para lo que viniera, circunstancia que nos puede dar la clave de todo.

Creo que si he traído hoy a Iñaki Azkuna a este blog se debe, no sólo a su actitud francamente loable y ejemplar, sino también a que hubo un día en que le conocí personalmente; asistía en noviembre de 2004 a las "Jornadas jurídicas del Bidasoa", que ese año 2004 se celebraban en Bilbao, una ciudad que solamente había conocido de paso y me cautivó, como no podía ser de otra manera. Una tarde hubo un acto en el Ayuntamiento y en el Salón de Recepciones, Azkuna realizó un discurso tan brillante como divertido, ausente de esas connotaciones políticas a la que son tan aficionados algunos prebostes y que no siempre son oportunas. Ante su presencia alguien bailó un "aurrresku" -he de confesar que es una danza que te deja alucinado- y después se sirvieron las copas y canapés de rigor. No se cómo ni porqué hubo un momento en el que un colega y yo nos encontramos junto a Azkuna, quien nos trató con elegancia y cariño llamativos, de esos que parecen sinceros y lo deben ser, y nos enseñó el salón y, dirigiéndose al balcón principal, lo abrió y nos invitó a salir y contemplar la imponente vista de la Ría de Bilbao, mientras comentaba que dicho balcón se solía abrir cuando el Athletic ganaba un título, algo que por desgracia no sucedía desde hacía -entonces- veinte años. Apartir de ese momento Azkuna quedó en mi memoria como un personaje entrañable, protagonista de una de esas vivencias personales que con el tiempo y sin significar nada especial, guardas en el cajón de los buenos recuerdos.



23 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando algunas veces estoy en la fase de depresión pienso por qué no tengo yo una de esas enfermedades que a la gente le dan ganas de vivir y luchar.
Por qué la mía es de esas vergonzosas enfermedades que si te hacen un justificante médico te estigmatizan.
Por qué en lugar de luchar por vivir a mi me da por matarme... Por qué yo no puedo ser como ellos.
Envidio tanto a los que tienen un cancer y tiran "palante"
Por desgracia en la vida no se eligen enfermedades y a veces ni actitudes para enfrentarlas solo el talante personal y alguna habilidad te ayudan a ir tirando.

Con todo el cariño del mundo para cualquiera que luche contra una enfermedad.(Y para Azkuna en especial)

Susana dijo...

Como ha dicho el anónimo, admiro mucho a la gente que lucha contra la enfermedad con entereza, mientras que yo a veces me ahogo en un vaso de agua. Mis mejores deseos para Azkuna y tantos como él.

Brunetti dijo...

A propósito del cáncer, hace unas semanas leí un libro desgarrador de cuya existencia supe leyendo a Carrère (es maravilloso eso de que un libro te lleve a otro, ¿verdad?).

El libro en cuestión se titula "Bajo el signo de Marte", y está escrito por Fritz Zorn que, en realidad, es el pseudónimo de un joven y rico suizo de 32 años que lo escribió unos meses antes de fallecer a causa del maldito cáncer.

Si lo traigo aquí a colación no es porque lo recomiende fervorosamente (aunque si alguien que no sea hipocondríaco se atreve a hincarle el diente, no quedará defraudado), sino porque me ha venido a la mente en cuanto he leído tu post de hoy (lo tengo muy fresco aún).

Al autor achaca la aparición de su enfermedad a una suerte de simbiosis entre la educación (clasista) que recibió de sus padres y las depresiones que sufrió a lo largo de su (corta) existencia. Esta teoría, que parece absurda o simplista y que daría para una tesis, no te lo parece tanto cuando lees sus argumentos.

Me impactó especialmente el comienzo del libro. Algo así como "Soy joven, culto y rico. Y, por supuesto, tengo cáncer".

En fin.

Modestino dijo...

Ninguna enfermedad debería estigmatizar a nadie.
Toda una teoría interesantísima la que cuentas, Brunetti: me encantaría desarrollarla contigo en vivo y en directo.
Susana, a todos nos pasa eso: es condición humana.

sunsi dijo...

Me ha atrapado la lectura de tu post de hoy, Modestino. Seguramente porque, como la mayoría, estoy rodeada de personas con cáncer.

Quisiera respaldar el comentario de anónimo. En el elenco de enfermedades, las mentales son un reducto aparte. En muchas de ellas las neuronas no segregan serotonina. Y no hay tu tía... ni fuerzas para luchar; es algo intrínserco a la enfermedad.

Volviendo al cáncer... Me gustaría conocer la teoría del libro que cita Brunetti. No sé si es casualidad, pero las personas que conozco dan el perfil...

Un saludo, Modestino.
Bon cap de setmana!

Modestino dijo...

El dolor, la enfermedad y la muerte son compañeros de viaje. Sin la compañía de Dios intuyo que debe ser difícil sobrellevarlos, aunque el hombre puede ser heroico.

Brunetti dijo...

No me resulta nada fácil explicar aquí, en tan poco espacio, esa teoría, Sunsi.

Él mantenía que el desarrollo de su cáncer se debió más a factores psíquicos, relacionados con el estado de ánimo, que físicos.

Y lo achacaba, por una parte, al hecho de que sus padres (gente riquísima de Zurich) le inculcaron una educación llena de prejucios sobre las cosas más nimias, apartándole del mundo; y, por otra, a que tantos prejuicios sociales y prohibiciones le convirtieron en un hombre infeliz, completamente alejado de la realidad y sin posibilidad de relacionarse con el resto de la gente en un plano de igualdad.

Y esa infelicidad se tradujo en un sufrimiento y en una melancolía constantes que, a su vez, devino en depresión.

Y la mezcla de todo eso derivó en el nacimiento del cáncer.

No sé si tendría razón, pero lo cierto es que el chaval murió al poco de terminar su libro; aunque le dio tiempo a ceder todos los beneficios del mismo a Amnistía Internacional, en perjuicio de su propia familia, a la que acabó detestando.

A ver si mañana hablamos de cosas más divertidas, Modestino.....

Modestino dijo...

Siempre he oído decir que las situaciones de stress, los disgustos, las decepciones fuertes desencadenan el desarrollo del cáncer que uno puede tener controlado por su propia naturaleza.

Celestino dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
sunsi dijo...

Muchísimas gracias, Brunetti. Tiene mucha lógica. Parece que el sistema inmunitario tiene mucho que ver con el equilibrio psíquico. No sé dónde lo he leído... Esa educación clasista, tan sujeta a estereotipos, inflexible ... puede ser un detonante. Asfixia, desequilibra... a quien decide que puede pensar por sí mismo y choca con el muro de una sociedad hermética. De ahí a la depresión hay un paso. Etc...

Vaya rollo te he cascado, Brunetti.
Buscaré el libro. Me interesa:)

Modestino dijo...

Es así, la inflexibilidad, la rigidez ... esa especie de vía única, hasta las tradiciones familiares: "desde hace X generaciones el primogénito de los 'Cifuentes' ha sido general, cirujano, abogado, ...", ¿quién no ha escuchado alguna vez algo así?.

Driver dijo...

Una de las técnicas más prácticas para enfrentarse a las enfermedades mentales, es la comparación.
Me explico.
Si hubiéramos nacido en tiempos de Jesucristo, y nos hubiéramos dejado llevar por el líder judío, seguramente habríamos fallecido en una cruz, tal vez formando parte de una tea ardiendo, tras ser detenidos por los romanos, y alumbrando con nuestro cuerpo usado como combustible a algún desfile de la legiones.
Si hubiéramos nacido en tiempos de Galileo, y nuesto interés científico nos hubiera hecho seguir la teoría heliocentrista, la Inquisición nos habría hecho pupita al arrancarnos una a una todas las extremidades.
Si hubiéramos nacido en tiempos de Colón y hubiéramos participado en la conquista de las tierras mayas, es harto probable que hubiéramos terminado nuestros días sobre una piedra ritual, mientras un gurú maya nos arrancaba el corazón con una concha marina.
...
Como hemos nacido en el siglo XX, arrastramos la posibilidad de sufrir enfermedades que tienen que ver con estados melancólicos del alma.

Pero el Señor, en su infinita misericordia, nos regaló el raciocinio, la capacidad de análisis y el don de la síntesis, para con ellos y gracias a la civilización de la información, establecer comparaciones con otras situaciones humanas de otras épocas, que si bien no curan la melancolía en su totalidad, si establecen claramente que lo nuestro tiene una gravedad relativa.

Usemos pues la "técnica de las tres erres",
Relativizar,
Regresar mentalmente al pasado
y lógicamente
Reírse.

Esta técnica amén de gratuita, es de índole natural y universal.

En el peor de los casos, si no te cura, te ayudará a mejorar.

Palabra de camionero.

Driver dijo...

Una de las técnicas más prácticas para enfrentarse a las enfermedades mentales, es la comparación.
Me explico.
Si hubiéramos nacido en tiempos de Jesucristo, y nos hubiéramos dejado llevar por el líder judío, seguramente habríamos fallecido en una cruz, tal vez formando parte de una tea ardiendo, tras ser detenidos por los romanos, y alumbrando con nuestro cuerpo usado como combustible a algún desfile de la legiones.
Si hubiéramos nacido en tiempos de Galileo, y nuesto interés científico nos hubiera hecho seguir la teoría heliocentrista, la Inquisición nos habría hecho pupita al arrancarnos una a una todas las extremidades.
Si hubiéramos nacido en tiempos de Colón y hubiéramos participado en la conquista de las tierras mayas, es harto probable que hubiéramos terminado nuestros días sobre una piedra ritual, mientras un gurú maya nos arrancaba el corazón con una concha marina.
...
Como hemos nacido en el siglo XX, arrastramos la posibilidad de sufrir enfermedades que tienen que ver con estados melancólicos del alma.

Pero el Señor, en su infinita misericordia, nos regaló el raciocinio, la capacidad de análisis y el don de la síntesis, para con ellos y gracias a la civilización de la información, establecer comparaciones con otras situaciones humanas de otras épocas, que si bien no curan la melancolía en su totalidad, si establecen claramente que lo nuestro tiene una gravedad relativa.

Usemos pues la "técnica de las tres erres",
Relativizar,
Regresar mentalmente al pasado
y lógicamente
Reírse.

Esta técnica amén de gratuita, es de índole natural y universal.

En el peor de los casos, si no te cura, te ayudará a mejorar.

Palabra de camionero.

Maireen dijo...

Entre las personas que nombras yo haría diferencias. Particularmente, me enfadaron bastante unas declaraciones de Luz Casal en el Magazine de El Mundo en 2007, en las que hablaba con una frivolidad tremenda. Decía tantas tonterías que quedaba evidente que era una imagen determinada que quería mostrar ante su público.

No voy ahora a enrollarme con todo lo que dijo y lo que pienso de ello, así que dejo un enlace al post que escribí entonces, para quien tenga curiosidad.

mujer prevenida vale por dos dijo...

Hace uno años, vino a visitar a la familia una psicologa de reputadisimo prestigio desde Brasil. (A mi me falta algún tornillo la verdad, pero lo llevo parcheao con cinta americana...)
Total que caminamos por Valencia, hablando; hacía años que no visitaba su ciudad y al llegar a la Plaza de la Reina se sentó conmigo en un banco y me explicó la teoría que Brunetty cuenta.
Relacionó el sufrimiento emocional, la falta de algo que llamó resiliencia(y que se puede aprender) y determinadas enfermedades entre ellas el cancer.
Tomé buena nota... (resiliencia)

La entrada me ha parecido preciosa. Los comentarios preciosos. Y los comentaristas de éste blog de lujo (tanto los de hoy como los habituales)

Modestino dijo...

Has estado brillante y sugerente, Driver, te lo digo de corazón.
Veo que Luz lo que pareció querer hacer fue sacar tajada publicitaria de su dolencia.

Modestino dijo...

Por cierto, interesante el concepto de "resiliencia" ...

Anónimo dijo...

olé! pedazo de artículo. Enhorabuena de un bilbaino!!

meloenvuelvepararegalo dijo...

Interesante pero cierto.
Hay muchas enfermedades donde nuestro estado de ánimo influye en su desarrollo (incluso en su inicio).
Relativizar y reírse de uno mismo, buenísima prevención!
Completo post: con homenaje, con información y con sentimiento.
Un abrazo,

Modestino dijo...

Reírse de uno mismo es toda una filosofía, no hay muchos que lo sepan hacer.

Anónimo dijo...

Me ha encantado este post Modestino y comparto tu opinión sobre Iñaki Azkuna.

En ciertos círculos de Bilbao el mejor halago que se le hace, no sin asombro, es que "no parece del PNV"..(lo cual dice mucho de sus correligionarios..)

La "técnica de las tres erres" de Driver, para enmarcar.

Buen Domingo!

Modestino dijo...

Buen domingo, Elena -a la vista del doble sentido de tu nick siempre dudo de tú genero-, yo también pensé eso de que no parece de Su partido, pero algún buen amigo se hubiera quemado algo ....;).

Anónimo dijo...

Si, sí, Modestino, Elena va estupendo porque como sugiere el avatar soy fémina, "neskita" que diría tu amigo.

Te conviene también alabar efusivamente en su presencia el Aurresku y no sugerir, como algunos, cierto aire afeminado en el baile..te puede salir con que los vascos lo compensan levantando ruedas de molino y cortando troncos de 5 metros de ancho..(es broma!!).