31 de diciembre de 2014

Feliz Año 2015


Para todos los que se pasan por aquí, mis deseos de un 2015 feliz, sereno y en el que se cumplan nuestras aspiraciones.



29 de diciembre de 2014

Un Mesón que ya es historia


La noticia no es de ayer, ya hace varios meses que cuando cruzo el paso de peatones que une en Zaragoza el Paseo Pamplona con el de María Agustín, un chaflán que protagonizó casi a diario los primeros dieciocho años de mi vida y que he vuelto a frecuentar desde que hace más de trece regresé a Aragón, compruebo que el local que durante tanto tiempo ocupó el "Mesón del Carmen" está cerrado y con carteles de traspaso. No cabe duda de que los años no perdonan y el restaurante citado hace tiempo que había dejado de ser referencia importante en las ofertas gastronómicas de la ciudad, pero no puedo evitar sentir algo de nostalgia y cierto vacío interior al comprobar que desaparece de nuevo uno de esos lugares que cuando eres niño tienes la sensación de que son poco menos que perennes.

El "Mesón del Carmen" era posiblemente el último resquicio de la primera manzana de los impares de María Agustín en su parte de Hernán Cortés -Madres Sacramento y Capitán Esponera, que ahora se llama no se como, son las otras calles que la componen-, el último establecimiento que ha aguantado los envites del tiempo, las circunstancias de las épocas y los caprichos de la gente. Allí estaba la salida de los autobuses de "ägreda Automóvil", que se fueron a la fría modernidad de la Estación Delicias, una tienda de alpargatas que vete a saber cuando se cerró y un bar que respondía a nombre tan propio como "Taberna Aragonesa", un establecimiento que recuerdo de mis años infantiles con aromas de caña, vino y patatas fritas de las que iban envueltas en papel amarillento.

La vida sigue y para muchas generaciones el "Mesón del Carmen" no será más que otro restaurante cerrado, un establecimiento que tuvo tiempos mejores y cuya caía llorarán pocos, pero para quienes peinamos canas y tendemos a caer en la debilidad de las añoranzas, no deja de revestir ciertos tonos de trauma.


26 de diciembre de 2014

El mensaje de ayer


Como suelo hacer cada día de Navidad, ayer a las 12.00 horas puse la tele para escuchar en directo el mensaje del Santo Padre y recibir desde mi casa su bendición "urbe et orbe". Fue el de ayer un mensaje duro, casi estremecedor; el Papa Francisco habló con fuerza y claridad de los dramas que en la actualidad se están produciendo en países como Irak, Siria, Nigeria y Pakistán , utilizó términos durísimos y en su gesto me preció ver un claro rictus de seriedad, casi de tristeza. Sentí una mezcla de pena y preocupación por el gesto del pontífice.

Las personas tendemos a tropezar mil veces en la misma piedra, y en mi interior noto que una vez más he sido en exceso tibio a la hora de identificarme con dramas como los vividos en Oriente próximo, en Pakistán, en tantos lugares de África ... las guerras, el hambre, la injusticia, la desigualdad, ... no son situaciones a las que nos hayamos de acostumbrar ni de resignar. Y, por supuesto, tampoco cuando esas situaciones  se están produciendo bastante más cerca de nosotros. El Papa Francisco va una vez más por delante, y ayer sentí la necesidad de no dejarle solo.

23 de diciembre de 2014

Feliz Navidad



Feliz Navidad¡¡¡¡, que la luz de Belén y el amor de sus protagonistas serenen nuestras almas y sea el prólogo de un año en el que reinen la paz, el sosiego y la solidaridad.



21 de diciembre de 2014

La magia de unos villancicos


Asistí el sábado por la tarde al concierto de villancicos que ofreció la Coral "Diego Pontac" de Huesca a beneficio de la Asociación de enfermos neurológicos oscenses (AENO); era la ocasión de echar una mano a un fin bueno y solidario, y también de disfrutar con un grupo de personas que sacrifican parte de su tiempo libre para desarrollar una afición tan bonita como la de cantar. Quienes asistimos, llenando de tal manera el salón de actos de la Diputación Provincial oscense como para tener que permanecer  unos cuantos todo el acto de pie, disfrutamos de lo lindo con un concierto bien trabajado y excelentemente interpretado: mi sobresaliente máximo para todos aquellos que lo hicieron posible.

Tras la hora larga escuchando "Eterna Navidad", "La marimorena", "O Tannenbaum", "White Chritsmas" y tantos otros, quedan en mi corazón tres sensaciones; la primera, la confirmación de que por más que haya cenizos y "comecuras" que parezcan pretender enterrarlo, el espíritu navideño existe, y que sigue habiendo quien dedica su tiempo, su atención y su cariño en practicar una costumbre tradicional y profunda como el cantar villancicos, algo que por cierto hacen muy bien.

Por otra parte, es de agradecer el esfuerzo de una serie de ciudadanos con profesiones bien diferentes, que se han esforzado por perfeccionar sus dotes para el canto, algo que suele suponer cierto don, pero que por encima de todo necesita tiempo y un notable esfuerzo personal. Así, que mi enhorabuena, de modo especial para Rafa, Pepa y Ana, que han ganado muchos puntos en mi consideración, ... que ya era alta.

Y finalmente, mostrar mis admiración por la directora del coro, una persona a quien vengo admirando anónimamente desde que al poco de llegar a Huesca la escuché en uno de esos conciertos de Navidad que se celebran por estas fechas en la Catedral; formaba parte de la Coral Oscense y quedé prendado de su voz y su estilo. Desde entonces la he escuchado cantar en diversas ocasiones, pero hasta ayer no descubrí que también hablando muestra una voz bien bonita, además de un sentimiento especial a la hora de presentar los villancicos: me convertí en un espectador identificado con lo que escuchaba por el simple hecho de oír a una persona hablar con el corazón.

Bendita Navidad¡¡¡¡

19 de diciembre de 2014

Cuidar las fuentes


Afortunadamente -¡y que dure!- existe la libertad de expresión, cada cual es libre para expresar -de palabra y por escrito- aquello que piensa, sus propias convicciones y para criticar lo que considere oportuno.El auge de las redes sociales ha elevado casi al infinito la posibilidad de verter tales opiniones y la amplitud y extensión de su difusión. Lo que ya no tengo tan claro es que paralelamente a la extensión de la posibilidad de reflejar posturas se haya producido un incremento del rigor y el criterio a la hora de hacerlo ... es más, cada día me produce más desazón esa especie de matrimonio que en ocasiones se intuye entre la soltura para hablar de lo divino y lo humano y la falta de educación y de cultura.

Leyendo tweets y otros comentarios de la red, frecuentemente anónimos, siento algún que otro escalofrío al comprobar que las fuentes donde muchos obtienen información y forman su criterio no van más allá de  los programas más amarillentos y cutres de la tele, de cuatro noticias desfiguradas de vete a saber que web de origen desconocido o a comentarios de barra de bar o cola de mercadillo. Del estilo y el respeto de dichos comentarios, mejor no hablar ... de hecho ya he insistido otras veces y no quiero parecer obsesivo.

Hoy en día el ciudadano medio ha viajado mucho más que nuestros padres; pisar París, Londres y hasta Nairobi ya no es una aventura para privilegiados, y recorrer mundo abre sin duda horizontes y oxigena la mente. De lo que tengo más dudas es de que el personal lea más que antes ... se han aparcado a los filósofos griegos, a los místicos españoles, a los grandes autores del siglo de oro, ... hay quienes piensan que conocen la historia de España, Europa y el mundo por cuatro generalidades expresadas por algún pseudointelectual sobre nuestra leyenda negra, la revolución francesa o la independencia de la India ... o porque han leído la trilogía de Ken Follett o alguna de esas novelas históricas sobre la conquista de América o la búsqueda del Santo Grial.

En estos tiempos convulsos, con tanto por hacer, por rehacer y hasta por deshacer, necesitamos personas con equilibrio, saber estar y criterio. Posiblemente podríamos empezar por regalar menos plays, Iphones  e Iphades -o como se escriban-  e  incluir en los presentes de Navidad y Reyes los libros de siempre: Walter Scott, Stevenson, Dumas, Dickens, Manzoni, Stendhal, ... y por supuesto, Galdós, Valle Inclán, Baroja, ... a ver si así avanzamos hacia una sociedad menos agresiva y más plural.

18 de diciembre de 2014

50 años después ...

Estados Unidos y Cuba retoman sus relaciones económicas y políticas
Se trata sin duda de la noticia más relevante del momento. Por desgracia hay guerras, hambres, epidemias, terrorismo, ... situaciones de una gravedad superlativa a las que no podemos acostumbrarnos ni pasar por ellas de puntillas, pero el hecho de que estos dos países pongan fin a una situación  distante y anómala es sin duda  algo de gran alcance.

Ahora se escucharán reacciones de todo tipo, algunos asegurarán que Obama poco menos que se ha bajado los pantalones, otros tal vez mezclen churras con merinas y más de uno sacará de su chistera pronósticos, vaticinios y teorías de todo tipo. Que cada cual piense lo que quiera, pero un pagano en política internacional como el que suscribe prefiere pensar que todo entendimiento es bueno, que romper el hielo y buscar el acuerdo tiene que ser de entrada una buena noticia.

Ahora el autismo entre yankees y cubanos es historia, pertenece ya al pasado, esperemos que sea para bien y que el futuro sea bueno para todos.

16 de diciembre de 2014

Un actor fuera del tiesto


"Un tipo entra en bar. Secuestra a clientes. No hay daños. Horas después entra policía. Mata a 3 personas. Hiere a 7.¡¡¡Alarma islamista mundial!!".

Este es el tweet de Willy Toledo que ha incendiado las redes sociales en las últimas horas. Al parecer al actor español, más conocido por sus "boutades" filo progresistas que por  brillantes actuaciones tras las cámaras,  anda indignado por la intervención de la policía de Sidney a la hora de poner fin al secuestro de unas cuantas decenas de clientes de una cafetería que llevaban horas secuestrados por un presunto islamista radical. A la hora de repartir culpas el tal Toledo prefiere cargar contra  la policía que usar algo más el raciocinio y valorar una situación de notoria alarma, la existencia de un buen número de personas cuyas vidas corrían peligro inminente y el hecho de que los propios policías se jugaron la vida para solventar la situación.

Imagino que desde el punto de vista policial y estratégico, la intervención de los grupos especiales de la ciudad australiana será susceptible de valoración y crítica, que en su trabajo policial habrán tenido un mayor o menor acierto, pero las afirmaciones de Willy Toledo me suenan a frivolidad supina, a las típicas -y demagógicas- ganas de enredar de revolucionario de sillón, de mente tan retorcida como vacía. Da la impresión de que hay algunos tan encantados de conocerse como ayunos de argumentos y profundidad ... yo prefiero dar de entrada a la policía mis dosis de confianza, considerando que su misión es protegernos de quien pone en jaque a la sociedad, porque si hay quien merece un respeto es quien se la juega por el resto.

12 de diciembre de 2014

Navidad e ilusión


En los últimos años es frecuente leer o escuchar a quien reniega de la Navidad, se afirma que son días que no gustan nada, que ese pretendido espíritu navideño es artificial y se institucionalizan comidas, cenas y regalos que no son más que reclamos para consumir sin orden ni control de manera que uno termina hasta las narices de celebraciones, jolgorios y familia. A mí tampoco me gusta ese consumismo que gira en torno a las fiestas navideñas, ese exceso de gasto y boato que corre el peligro de convertir casas,  calles,  y establecimientos en víctimas de los anuncios y demás reclamos publicitarios. Pero no por ello renuncio al espíritu navideño ni a ilusionarme con unos días que me traen recuerdos hermosos, me invitan a querer más al prójimo y, sobre todo, tienen para mí una significación tan cierta como hermosa. A lo que añadiré que no me parece de recibo que se aprovechen las desviaciones que ocasionan los intereses comerciales para cargar una vez más contra todo lo que huela a cristianismo.

Estamos, o eso parece, en una sociedad libre por lo que habrá que respetar las costumbres y actitudes de cada cual; quien no participe de los aires navideños podrá, en la medida de lo posible, abstenerse de celebraciones, como yo lo hago en fiestas que no me gustan como Carnaval y Halloween, pero sería de agradecer que quienes nos planteamos las cosas de otra manera podamos disfrutar esta época sin sentir dedos acusatorios ni miradas reprochadoras, más que nada porque pienso que no son justas. Yo por mi parte pienso seguir celebrando los días, gastronomía incluida, con aquellos a quienes aprecio -incluyendo algún compromiso menos apetecible- y haciendo los regalos que las circunstancias actuales me permitan. Y al mismo tiempo, trataré de no convertirme en esclavo de ese innegable consumismo y cierta artificialidad que no niego, buscando el verdadero sentido de la Navidad, que existe y que, desde mi punto de vista, se encuentra volviendo a la tradición y a sus orígenes.

10 de diciembre de 2014

Mi amiga del VIPS


En aquellas ocasiones, que a lo largo del año suelen ser unas cuantas, en las que me escapo a última hora de la mañana a Zaragoza para alguna fugaz gestión vespertina, tiendo a entrar en el VIPS de la Plaza Aragón para tomarme deprisa y corriendo alguno de sus sandwichs o un menú del día que suele ser bastante apetecible. No se si son caprichos de semi-adolescente, pero a pesar de los recelos de algún "exquisito", se trata de un lugar que me resulta atractivo.

Hace poco se ha remozado el establecimiento, y hay que admitir que hacía falta y ha supuesto una forma de relanzarlo y recuperar sensaciones. Y con la novedad de la nueva época ha aparecido por allí una camarera que ha terminado cautivándome; se trata de una joven rumana, alta y bien parecida que atiende con una luminosa sonrisa en la cara y una amabilidad tan natural y grata que de ninguna manera puede ser impostada. Hay personas que, no se si por naturaleza, educación o capacidad de aprender, llevan marcadas en la cara las señas de la cordialidad y el afecto. Cada vez que me ve sentado en la mesita correspondiente, la chica me saluda con un cariño que llama la atención, y si le toca atenderme puedo asegurar que no puedo estar en mejores manos.

Estoy seguro de que no es algo personal, y que ese encanto especial, esa amabilidad y simpatía innatas son las que utiliza con todo el mundo. Y sirvan estas líneas y este pequeño rincón de internet para homenajear a quien lo hace tan bien y a todos aquellos que tienen la tantas veces difícil tarea d atender al público dedicando su horario personal a servir a los demás: en el VIPS de Plaza Aragón hay  una profesional del tema como la copa de un pino.



9 de diciembre de 2014

En la muerte de la reina Fabiola


El pasado viernes 5 de diciembre falleció en Bruselas Fabiola de Mora y Aragón, que fuera reina de los belgas hasta el fallecimiento del rey Balduino en 1993. Fabiola era española, habiendo nacido en Madrid en una familia de la nobleza, pues su padre era marqués de Casa Riera. Fabiola pertenece a ese mundo de recuerdos infantiles, cuando su boda con Balduino se convirtió en la primera retransmisión realizada en directo por Televisión Española. Fabiola era portada de las revistas del corazón -Hola, Semana, ...- que solía hojear en casa de mi abuela,  publicaciones en las que lucían otros personajes de sangre azul como las  Isabel de Inglaterra y Juliana de Holanda, sus poco atareados maridos,  Gracia de Mónaco o la entonces princesa Sofía de Grecia, así como estrellas del firmamento artístico como Sofía Loren, Gina Lollobrígida, James Dean, WElizabeth Taylor o las españolas Carmen Sevilla, Paquita Rico o Sara Montiel.

Con los años mi visión de la reina de los belgas fue adquiriendo profundidad y perdiendo ingenuos e inocuos glamoures infantiles, presentándose ante mis ojos como una mujer discreta, que sabía estar en su sitio, vivía sin estridencias y no ocultaba sus profundas convicciones religiosas. Fabiola de Bélgica se presentaba en actos, viajes y recepciones sin estridencias, con la sencillez de quien no tiene que acreditar nada, sino que sabe asumir su papel permaneciendo en el sitio que le corresponde. Cuando en 1993 el rey Balduino falleció repentinamente la reina Fabiola dio pasó a los nuevos monarcas, Alberto y Paola, y también estuvo a la altura en esos momentos nada fáciles de asumir cuando toca pasar a segundo plano y desaparecen los oropeles y los brillos y los oropeles.

Descanse en paz.

5 de diciembre de 2014

Perder el oremus


El pasado domingo, cuando seguía por la "SEXTA" el partido que enfrentaba al Real Zaragoza con la Ponferradina, uno de los comentaristas se hizo eco de la decisión del Albacete Balompié de dar de baja como socio al ciudadano que había sido identificado días antes por manifestar en redes sociales su alegría por la muerte violenta de una policía nacional durante un atraco a un banco de Vigo. Por lo visto el personaje había felicitado al atracador que efectuó el disparo mortal por su buen tino, y todo ello al parecer porque andaba enfadado con un policía local manchego que le había puesto una multa. Mi aplauso al equipo de fútbol albaceteño por el sentido común y la valentía de tomar una decisión que me parece sabia: cuantos menos indeseables haya en lista, mejor.

No se si el comentario referido se debió a un mal momento o es que al hombre le faltan herbores, educación y conciencia, pero el hecho pone de nuevo en mi cabeza algo que me produce tanto desazón como encono: el estilo y  las formas con que, frecuentemente amparados en el anonimato, algunos se despachan en redes sociales, foros y comentarios a noticias digitales. Independientemente de que pueda haber motivos para el enfado -no niego que con frecuencia y por desgracia los hay- hay veces -no pocas- en que el tono utilizado se caracteriza por el permanente recurso al exabrupto, el uso continuo del insulto personal, la total ausencia de rigor y mínimos conocimientos en relación al tema del que se habla y la reiteración de amenazas, desprecios y humillaciones.

Felicitar a quien ha matado a una persona que cumplía su trabajo sirviendo a la sociedad y defendiéndonos con riesgo cierto -¡y tan cierto!- de su vida denota algo más que la sinrazón de un instante, hace ver que en algunos se ha perdido el norte y el equilibrio. Leyendo algunas reacciones  tengo la sensación de que hay quien se ha atribuido una especie superioridad moral de tal envergadura que se cree con derecho a juzgar a todo el mundo, con libertad para machacar de la forma más basta a quien considere oportuno y con autoridad para decir las mayores barbaridades, tal vez pensando que es oráculo infalible, aunque verdaderamente no pase de energúmeno cibernético.

4 de diciembre de 2014

Oscar Wilde dixit


"El orden es la virtud de los mediocres"

La frase habrá que tomarla en consideración con todas las reservas que sean precisas, incluso imagino que si entramos en interpretaciones literales podemos poner en solfa valores, seguridades y hasta verdades. Pero no puedo negar que me ha gustado, posiblemente porque para mi natural desordenado, casi caótico, tiene su parte de excusa, de argumento autodefensivo ... Pero también es cierto que en ocasiones hay formas de ser y hacer que convierten al orden en algo antipático y agotador. Mal asunto cuando un lugar de trabajo, un grupo mínimamente organizado, una actividad social, etc se convierte anda sometido a un reglamento exhaustivo, cuando se pretenden medir todos los pasos, cuando parece que se pone coto a la flexibilidad, ... porque en su justa medida puede ser hasta bueno ejercitar la capacidad de improvisar.

Hace muchos años conocí a una persona que como carta de presentación afirmó que era un "maniático del orden" ... y vaya si lo era, no había quien lo aguantara. El orden es sin duda necesario, para trabajar bien, para hacer grata la vida a los demás, para no acabar perjudicando la relación y la convivencia, pero dentro de un límite, sin obsesiones ni rigideces. Tal vez haya quien busque demasiadas seguridades, excesivos encasillamientos, ... porque hay quien anda obsesionado con tenerlo todo previsto, algo que con los años empiezo a pensar que no es tan bueno, ... vamos que puede ser hasta nocivo. Es más, yo creo que hay algunos a los que el afán de orden  ha trastornado su cabecita. Frecuentemente me pregunto ¿qué c... importa tantas veces centímetro más o menos?.




3 de diciembre de 2014

Buscando el alma buena


El Papa Francisco estuvo el día 25 de noviembre en Estrasburgo, y allí, en el Parlamento Europeo, pronunció un discurso que pienso estuvo lleno de contenido, a lo que cabe añadir la sencillez y claridad que suele acompañar los mensajes del pontífice argentino. Aunque como es lógico, las palabras del Papa han tenido su reflejo en los medios de comunicación de todo el mundo, me he quedado con la sensación de que el eco no ha tenido la suficiente contundencia y prolongación en el tiempo, a pesar de que Francisco fue valiente y claro al hablar de una Europa que no puede girar en torno a la economía, de la desconfianza de los ciudadanos frente a unas instituciones a las que calificó de ser distantes y abusar de los "tecnicismos burocráticos" y de que "no tener trabajo quita la dignidad". No se si hay quien se ha frenado a la hora de difundir palabras tan necesarias por haber incluido también el Papa referencias menos "populares", por mucho que también formen parte de la doctrina de la Iglesia.

Me llamó especialmente la atención la terminología de Francisco cuando instó a una Europa "envejecida y reducida" a que "redescubra su alma buena". Y si me impresionaron estas palabras me parece que es porque supusieron un aldabonazo a mi conciencia, porque me temo que el individualismo,  el acostumbramiento a esa vida excesivamente cómoda que ha imperado durante tanto tiempo en occidente nos ha podido volver egoístas y complicados. Las palabras del Santo Padre exigen una respuesta generosa y comprometida a quienes nos consideramos cristianos -aunque a veces demos la impresión que intentamos no parecerlo-, y pensar como recuperar esa "alma buena", ese sentir interior que nos debe llevar a dar la mano, sonreír, ayudar, ... dudo que pueda haber solidaridad si antes no hay amor.

2 de diciembre de 2014

Rebasada la irracionalidad


El pasado domingo un hincha del Deportivo de La Coruña fallecía tras un enfrentamiento entre grupos radicales de su equipo y del Atlético de Madrid; por lo visto a lo largo de la semana se había ido calentando el ambiente y la pelea final no fue improvisada, sino que unos y otros habían quedado para resolver sus discrepancias por el irracional camino de la violencia. Se está hablando de falta de previsión por parte de unas autoridades que al parecer sabían del encuentro previsto, de insensibilidad de clubes y mandatarios deportivos, que permitieron la celebración del partido con la sangre de la víctima aún caliente, de medidas que aquéllas piensan tomar para erradicar a los violentos de los estadios -que vieja suena esta cantinela-, amen de mucha filosofía que a veces huele a tópico y a prédica en el desierto.

El fútbol, por unas y otras razones, provoca cada vez más rechazo, se va volviendo un espectáculo tan poco ejemplar como atractivo, aunque como siempre ha sido una especie de pasión, muchos aficionados seguimos agarrados a él, como defecto que el esfuerzo puede atenuar pero uno no termina de quitarse de encima. Desde siempre se ha producido el extraño fenómeno de personas sensatas que, como decía aquél anuncio de la tele en blanco y negro, el domingo en la grada son un tigre de bengala; pero me temo que desde hace años hemos llegado mucho más lejos, y si das una pequeña vuelta por foros y redes sociales en materia futbolística, compruebas como tantos han perdido el respeto, las formas y el sentido de la medida. 

Si a lo dicho añadimos la irracionalidad que no se sabe porqué suele traer consigo la obsesión por unos colores, la agresividad de la que algunos hacen gala parece que hasta por orgullo y una sociedad en la que no pocas veces se confunde la reivindicación y el reclamo de derechos con la visceralidad y el más radical talibanismo a lo mejor cabe plantearse que el problema es también de valores y de capacidad de convivir y ejercitar ese sano pluralismo del que a quien esto escribe le parece que andamos en fase de renuncia.

1 de diciembre de 2014

Lecturas en noviembre


En noviembre he dado rienda suelta a diversos "caprichos" y he conseguido terminar siete libros. Como se verá, he quedado encantado con el último Goncourt escrito por Lemaitre, un francés a quien ya alabé este verano por "Alex", y cabe añadir otras dos lecturas absolutamente recomendables: "El casamiento engañoso" y "La ventana siniestra"; y que conste que ésto no quiere decir que las otras cuatro no lo sean.

Habitualmente expongo mis lecturas por el orden en que las termino -que no siempre coincide con el de haberlas empezado-, pero en esta ocasión lo haré por la última; la razón es que con "Nos vemos allá arriba", la novela del francés Pierre Lemaitre, ganadora del último premio "Goncourt" y éxito rotundo de ventas en Francia y fuera de ella, he disfrutado como hacía tiempo no me pasaba con un libro en las manos. No soy capaz de asegurar que sea una obra maestra, pues me falta entidad como lector para una afirmación así, es más, me parece que no lo es; pero no me cabe duda de que se trata de una novela excelente, un relato para deleitarse y que mientras dura uno desea que no termine nunca. La novela de Lemaitre nos ofrece una historia que combina el drama, la picaresca, la crítica social y una abundante carga de ironía y humor más bien negro. Pero lo mejor del libro son sus personajes, algunos entrañables, otros sorprendentes, alguno pérfido y todos formidablemente construidos: el excombatiente ingenuo y bondadoso, el genial y desconcertante, el arribista y malvado, ... el rico vano y tiránico, los aduladores que pululan a su alrededor, el funcionario rancio e incorruptible, ... Por otra parte, magnífica la ambientación de Francia tras la gran guerra. Una novela digna de reservarse para un buen momento.

El premio "Planeta" de este año ha sido para una novela del escritor y periodista mejicano Jorge Zepeda Patterson, al leer la noticia, enseguida me vino a la cabeza su primera novela publicada en España, "Los corruptores", un título, una portada y un tema -la corrupción política en Méjico- que en su día me llamaron poderosamente la atención. Aproveché para leer alguna valoración en internet y al ser todas positivas, me decidí a leer dicha novela. Se trata realmente de un thriller muy bien escrito, con una notable soltura y ese encanto tan especial de las formas de decir de ese país; en el libro Zepeda reune a cuatro viejos amigos los "azules"- con vocación de personajes habituales de una serie literaria: un periodista, la líder del principal partido de la oposición, un funcionario del servicio de inteligencia y un fiel escudero de todos ellos. En torno a ellos el escritor construye un relato que nos pone los pelos de punta, máxime si hacemos caso de su "nota del autor" y nos creemos que lo escrito no es  más que la mínima expresión de la realidad. La narración contiene referencias frecuentes a políticos mejicanos reales y nos presenta un mundo de"inmoralidad", a lo que añadiría unos héroes cargados de "amoralidad". Un tema muy actual, la corrupción, y una novela que se lee de un tirón, ... debo de decir también que en algún momento me ha parecido algo fantasiosa, pero ya digo que Zepeda asegura que sólo es una muestra.

Libros del Asteroide, editorial que como he repetido bastantes veces suele desempolvar libros interesantes, publicó hace unos meses "El expreso de Tokio", considerada la novela negra japonesa por excelencia y escrita por Seicho Matsumoto, nombre que evidentemente no había escuchado en mi vida, pero que al parecer fue un famoso y productivo escritor japonés del género. La primera edición del libro se remonta a 1958 y puedo asegurar que se trata de un relato bien estructurado, con una trama sencilla y exenta de complicaciones, que se lee con gusto, con una intriga bastante conseguida y en el que se nota ese toque oriental tan peculiar. El protagonista creado por Matsumoto, el subisnpector Mihara, responde al prototipo de héroe policial de este tipo de novelas, y contra viento y marea, frente a toda apariencia, trata de averiguar la verdad existente detrás del aparente suicidio de una pareja. El crimen se relaciona con un escándalo de corrupción política a alto nivel, con lo que al cabo de más de 50 años de su publicación el libro se presenta plenamente actual. Buena parte de la investigación de Mihara gira en torno a los horarios de los principales trenes del país del sol naciente, razón que debe llevar al lector a estar atento a estos datos, con la peculiariedad que el propio editor nos precisa que estos horarios reflejan fidedignamente los existentes en Japón en 1947: sin duda genuina precisión oriental. Ah¡¡, y los inspectores de policía, nada que ver con los del género en occidente: ni tienen problemas personales ni son incomprendidos por sus jefes.

Hay novelas que elijo sin asegurarme demasiado de su interés y calidad, el argumento de la contraportada y la intuición bastan para que las incorpore a mis lecturas, es el caso de "Hasta que volvamos a vernos", escrita por el estadounidense de origen chino Jamie Ford; de vez en cuando me gusta leer una novela de tono tierno y sentimental y pensé que ésta me gustaría tanto como no hace muchos meses lo hicieron "La hija de la criada" y "La luz entre los océanos", aunque a la hora de la verdad he encontrado cierta diferencia entre éstas y aquélla, tal vez porque la de Ford deja menos puertas abiertas a la esperanza. El autor nos cuenta un relato durísimo ambientado el el Seattle de la época que va de 1920 a 1934, con la demoledora epidemia de gripe, el crack económico del 29 y las durísimas consecuencias de ambos sucesos. Se trata de un buen libro, con unas magníficas descripciones de edificios y ambientes, fundamentalmente en lo que se refiere al barrio chino de la ciudad citada, al orfanato del Sagrado Corazón y a los locales teatrales y cinematográficos de ese lugar y ese tiempo. En algún momento la lectura se ha hecho algo premiosa, aunque siempre recuperaba el interés que provoca la incertidumbre del desenlace. Ford no puede evitar algún que otro estereotipo y posiblemente un exceso de tono trágico.

He recomenzado la lectura de las novelas ejemplares de Miguel de Cervantes; tras "El licenciado Vidriera" y "Las dos doncellas" aproveché una noche de insomnio para leer "El casamiento engañoso", un brevísimo relato que tiene las mismas virtudes que encontré en las anteriores: excelente castellano, argumento entretenido, ingenio en abundancia y valores indudables. La novela se lee de un tirón, y no solamente porque no llega a 30 páginas, sino porque la historia resulta francamente entretenida. Esta novela ejemplar podría incluirse perfectamente dentro del género de la picaresca, y nos narra de manera fresca y ágil el engaño sufrido por un ingenuo soldado que es llevado "al huerto" por una astuta moza, un argumento no infrecuente entre nuestros clásicos, aunque Cervantes lo sabe desarrollar mejor nadie. Al final de la novela se hace referencia a unos perros que mantienen sugerentes diálogos y que no son más que los protagonistas de otra novela ejemplar: "El coloquio de los perros", sin duda la próxima que deberá pasar por mis manos.

Siempre es una apuesta segura recurrir a los maestros de la novela negra; uno de ellos es sin duda Raymond Chandler, de quien ya había leído "El sueño eterno", "El largo adiós" y "La dama de blanco", optando por "La ventana siniestra" como cuarta experiencia con el escritor nacido en Chicago. De nuevo hay que hablar de una magnífica novela, de una lectura que te hace disfrutar; Chandler es un maestro a la hora de ambientar sus relatos y en éste vuelve a lucirse a la hora de marcar el ambiente oscuro y complejo en el que se mueven todos y cada uno de los protagonistas. Es magnífico el tono irónico y crítico que define su forma de escribir. Pero sobre todo el autor crea unos personajes ricos y vivos, con especial nota, como no podía ser de otra manera, con su detective favorito, el gran Philip Marlowe, quien protagoniza unos diálogos que han de ser seguidos al detalle, sin perder ripio. Raymond Chandler nos cuenta una interesante historia de traumas, chantaje, mentiras y asesinatos en la que, como suele ser habitual, casi nada es lo que parece y donde Marlowe se maneja como pez en el agua. Recomendable del todo.

La transición es una época de nuestra historia más reciente sobre la que me gusta leer; posiblemente las razones haya que encontrarlas en el hecho de haber sido testigo, joven y pasivo eso sí, de esos tiempos, así como mi opinión, que hoy bastantes no comparten, de tratarse de unos momentos que entiendo se gestionaron ejemplarmente. Por eso me entró por los ojos "El sueño de la transición", un ensayo de Manuel Fernández-Monzón, un general que trabajó en aquellos años en los servicios de información del ejército y que ha contado con la colaboración del historiador Santiago Mata. Se trata de una recopilación comentada de las notas que el referido militar fue realizando sobre la situación política española desde la muerte de Franco hasta el golpe militar del 23 de febrero, por lo que cabe hablar más de  un libro de opinión que de relato de hechos. Fernández-Monzón nos habla de Suárez, del camino de la reforma política y las elecciones democráticas de 1977, del triunfo y la decadencia de UCD, la labor del PSOE en la oposición, las Cortes Constitucionales, el terrorismo de ETA, el mapa autonómico y los nacionalismos, ... todo ello desde la perspectiva de su opinión a lo largo de esos años, algo que tiene el interés de comprobar los aciertos y desaciertos de sus pronósticos. Se trata de una lectura de interés para quienes recordamos esa época, aunque tiene tintes muy subjetivos y en ocasiones se observa cierto desorden y adolece de alguna fase aburrida.