30 de noviembre de 2011

La buena gente de Switch



El viernes de la semana pasada tuve la ocasión de presentar el libro de una amiga en Huesca; el libro es sentido y está bien escrito, el acto fue un éxito de asistencia y los que acudieron lo hicieron por amistad y cariño; así, la tarde-noche acabó convirtiéndose en un rato grato e inolvidable. La autora del libro, que es el primero que publica pero queda claro que no será el último, trabaja en una Academia de idiomas local y allí acudieron todos sus compañeros y compañeras de trabajo ... distinción esta última que exige la corrección política y supone todo un detalle con Germán, el único varón entre tanta mujer guapa.

Visto desde fuera podría pensarse que la presencia de estas personas se debía al lógico compromiso de acudir a un acto que protagoniza un colega, pero me bastó acompañar a todo el equipo, además de la familia de la protagonista, a tomar unas tapas al "Fiends International Tavern" de Huesca para comprobar que ahí no había compromiso que valiera, el tema es que se quieren y eso es algo que me pareció un descubrimiento estupendo. He de confesar, cosa que no me cuesta nada por otra parte, que pase unos momentos deliciosos con esta gente de los idiomas, y no sólo por las excelentes tapas de cerdo y huevo de codorniz con longaniza que nos metimos entre pecho y espalda.

En los tiempos que corren es de agradecer toda la lección de buen humor y sentido positivo de la vida que me enseñaron el viernes; creo que con los años uno ha aprendido a distinguir cuando las sonrisas son sinceras, el afecto no viene causado por el cálculo ni el interés y la gente está con el otro porque le tiene cariño, y de todo eso había en la mesa de la cervecería de la Avenida Menéndez Pidal. Entre los presentes se encontraba la directora de la Academia, que la novel escritora me dijo que era de Canadá: yo pensaba que los oriundos de esa nación eran gente seria y poco dada a la broma y la diversión, algo que la mujer se encargó de desmentirme, pues hacía tiempo que no tropezaba con alguien tan divertido.

Tras salir del Friends Tavern la fiesta continuaba, pero uno andaba verdaderamente derrengado y me quedé con las ganas de continuar la procesión, otro día será. Solamente me queda agradecer a Marisel, Cris, Verónica, Arantxa, Leticia y Germán ese estilo tan especial y oxigenante, verdaderamente un soplo de aire fresco. Y si me quedo sin trabajo, ya buscaré faena en el Switch, que de idiomas ando muy mal, pero siempre hará falta alguien para abrir la puerta, atender el teléfono o barrer la entrada, digo yo.



29 de noviembre de 2011

10 años sin George Harrison



Hoy hace diez años que George Harrison falleció en Los Ángeles a consecuencia de un cáncer de pulmón. Harrison, que había nacido en 1943 en Liverpool, formó parte de Los Beatles, posiblemente el grupo muscial más célebre de la historia; se puede pensar que Harrison podía estar en cierta manera oscurecido por las figuras brillantes de John Lennon y Paul McCartney, aunque hay bastantes expertos que consideran que musicalmente George andaba por encima de Paul y John, pues mientras estos últimos eran unos genios de la composición, nadie superaba a aquél a la hora de ser una auténtico maestro en la guitarra, el miembro más eficaz del grupo a la hora de experimentar nuevos sonidos y de arreglar equipaciones.

George Harrison fue llamado por algunos el "Beatle espiritual", debido a la fascinación que siempre sintió por la cultura y la religión india; en concreto, nos cuentan que en 1965 David Crosby, de The Byrds, introdujo a Harrison en la cultura india a través de la música de Ravi Shankar y que años después, durante el rodaje de la película "Help!" en las islas Bahamas, un hindú le entregó un libro sobre la reencarnación. Poco después, Harrison abrazaría la tradición Hare Krishna, en particular el canto del mantra usado como meditación privada y llamado japa-mala, similar al rosario en la tradición católica.

La calidad de las composiciones de Harrison fue aumentando conforme pasaba el tiempo, llegando a competir con Lennon y McCartney en igualdad de condiciones. De entre los temas de Beatles compuestos por George Harrison cabe destacar "If I Needed Someone", "I Want to Tell You", "Think For Yourself", "Taxman" (que abría el álbum Revolver), "Within You Without You", "Blue Jay Way", "Only a Northern Song", "It´s All Too Much", "Love You To", "Old Brown Shoe", "I Need You", "While My Guitar Gently Weeps" (con Eric Clapton en la guitarra), "Piggies", "Long, Long, Long", "Savoy Truffle", "Something", "The Inner Light", "Here Comes the Sun", "I Me Mine" y "For You Blue", todo un elenco de música brillantísima.

Cuando los Beatles se disolvieron Harrison continuó su carrera en solitario; su primer album, "All Things Must Pass" fue un éxito enorme y compuso e interpretó temas del nivel de "My sweet lord", "Isn't It A Pity", "Give me love" y "What Is Life". Fue igualmente inolvidable el gran concierto que organizó en 1971, "Concert for Bangla Desh", cuando reunió a cerca de 40.000 personas en torno a dos espectáculos organizados en el Madison Square Garden de Nueva York con el fin de recaudar fondos para paliar el hambre y la miseria de los refugiados en la antigua Pakistán del Este; allí consiguió que actuaran, entre otros, Eric Clapton, Bob Dylan, Jim Keltner, Billy Preston, Leon Russell, Ringo Starr y Klaus Voormann. Cuentan que su relación con Eric Clapton fue estrechísima y que incluso la conservó después de que Clapton le quitara a la mujer.

La biografía de George Harrison es apasionante, poniendo su nombre en cualquier buscador uno puede encontrar material abundantísimo sobre este miembro de Los Beatles que supo pasar por encima de su encasillamiento a la sombra de Lennon y McCartney y crear su propia historia.






28 de noviembre de 2011

El regreso de Mecano



En medio de crisis económicas, incógnitas políticas, revoluciones islámicas y partidos de fútbol, es posible que la noticia más comentada del fin de semana haya sido el inesperado anuncio de José Antonio Abellán acerca del regreso de Mecano al mundo del espectáculo por medio de una gira que al parecer están preparando. Ha habido algún comentario posterior contradictorio, pero da la impresión de que casi veinte años después de su disolución como grupo vamos a tener la ocasión de volver a escuchar al Ana Torroja y a los hermanos Nacho y José María Cano, algo que de entrada es una noticia excelente.

Mis primeros recuerdos de Mecano se remontan a los inicios del verano de 1981, cuando mientras mataba horas en el Parque de Artillería de Valencia comencé a escuchar un tema que llamaba enormemente la atención, se titulaba "Hoy no me puedo levantar" y quienes comentaban los musicales de la radio aseguraban que se trataba de "tecno-pop", un concepto cuyo origen desconozco pero que oí por vez primera entonces y en relación a este grupo madrileño. Por aquella época recuerdo que se escuchaban mucho el "Woman in love" de Barbra Streissand, "The winner takes it all" de Abba, "¡Qué será", de Ana Belén, "Clara" de Joan Baptista Humet y "Ay amor" de Víctor Manuel, entre muchos otros, pero Mecano sonaba de una manera distinta, tenía el atractivo de la originalidad.

Pronto comenzaron a aparecer otros temas con el mismo encanto: "Perdido en mi habitación", "Me colé en una fiesta" y "Maquillaté" y Mecano se convirtió por derecho propio en uno de los grupos punteros del pop de los años 80, un tiempo en el que abundaban los grupos de calidad: Radio Futura, Nacha Pop, Gabinete Caligari, Los Secretos, Los Rebeldes, ... si bien Mecano aporto algo diferente, específico al pop español de la época. Pocos años después fueron apareciendo otros grupos como Presuntos Implicados u Objetivo Birmania que pienso continuaron la estela abierta por Torroja y los Cano.

Los discos, las giras y las grabaciones de Mecano fueron un éxito continuo; la lista de las canciones que me hicieron disfrutar tanto tiempo y tantas veces es enorme: "¿Donde está el país de las hadas?", "Barco a Venus", "Hawaii-Bombay", "Aire", "Me cuesta tanto olvidarte", "Te busqué", "No es serio este cementerio", "El cine", "No hay marcha en Nueva York", "Mujer contra mujer", "La fuerza del destino", "El blues del esclavo", "Héroes de la Antártida", "El fallo positivo", "El 7 de septiembre", "Una rosa es una rosa", ... Eso sí, hay tres que tengo en mi lista de "imprescindibles": "Eungenio Salvador Dalí", "Cruz de navajas" y, pienso que por encima de todas, "Hijo de la luna".

Este regreso de Mecano no creo que suponga un nuevo "boom", un regreso a la cima y al trabajo agotador; pienso que es un guiño a la nostalgia, un deseo de desempolvar éxitos, un desperezamiento inevitable, ... Han pasado muchos años, los temas de Mecano estoy seguro que nos traen a muchos un largo tren de recuerdos: escuchar los temas que he citado y muchos otros nos devuelven a tiempos felices, a momentos mejores y peores, a eventos inolvidables, ... bienvenido sea el revival de quienes también forman parte de la pequeña historia personal de cada uno.








26 de noviembre de 2011

Más recorta



Una vez concluido el periodo electoral y comprobado el apoyo de los electores a su partido el Presidente de la Generalitat de Cataluña Artur Mas se ha descolgado con el anuncio de importantes recortes económicos que incluyen, por ejemplo, una notable rebaja del sueldo a los funcionarios. Los resultados electorales de Cataluña parecen acreditar que allí no les parece tan mal eso de reducir gastos, establecer el copago o aminorar nóminas. Soy de los que piensan que la situación económica actual exige este tipo de medidas y que todos nos debemos acostumbrar a vivir con menos, a asumir que vuelven tiempos que posiblemente creíamos sepultados para siempre, pero a quién decide actuar de esta manera hay que exigirle coherencia, racionalidad y predicar con el ejemplo.

Para asumir este tipo de decisiones es preciso referir una serie de matices; en primer lugar el de la proporcionalidad: no sería de recibo que se hicieran las cosas de tal manera que los más perjudicados fueran los que tienen menos; si el ciudadano se siente discriminado, si comprueba que le atacan un bolsillo que posiblemente ya se encuentre escaso y desolado, y continúa viendo a individuos viviendo a todo plan dificilmente asumirá tales recortes, se rebelará y tendrá razón. Vamos, que ya puede poner D. Arturo cara de chico responsable, porque aún así los ciudadanos no van a entender que se cambie de coche mejorando la gama del modelo, frecuente comidas y cenas cinco estrellas o triplique el presupuesto de decoración del Palau de la Generalitat.

Y es que me parece que alguien debería hacer ver a algunos políticos -da la impresión de que no pocos- ese manido refrán de que "el primer predicador es Fray Ejemplo", pues las frecuentes llamadas a la austeridad chocan con incomprensibles aumentos de sueldo, injustificables mantenimientos de privilegios y determinadas obsesiones por los lujos y las obras faraónicas. No puede haber ciudadanos de distintas velocidades y quienes están más arriba son los primeros que han de asumir que hay que acostumbrarse a un nuevo ritmo.

Por eso llama la atención de que mientras el gobierno de Artur Mas inicia una etapa de restricciones en los gastos por las vías anunciadas, sigan ejercitando una "generosidad" para algunos incomprensible a la hora de invertir en embajadas en el extranjero, destinar ingentes cantidades en la potenciación ilimitada del catalán y en campañas publicitarias "monotemáticas". Si es la hora de no estirar más el brazo que la maga tal vez toque también ser coherente, dejar para más tarde lo que puede esperar, establecer prioridades y, por supuesto, poner a la persona por encima de la pasión.


25 de noviembre de 2011

Ayer hubo aniversario



Ayer se cumplieron veinte años de la muerte de uno de los más grandes, Freddie Mércury, el líder de Queen que destacó por una voz increíble y unas extravagantes puestas en escena. Al volver mi atención sobre la vida y la personalidad de Mércury he descubierto que había nacido en la isla africana de Zanzibar, perteneciente a Tanzania, que era parsi y había sido criado en la India y estaba considerado la primera estrella asiática de rock en Gran Bretaña. Está considerado una de los mejores solistas masculinos de todos los tiempos y falleció a los 45 años, justo un día después de haber comunicado oficialmente que padecía el sida. Cuentan los que le conocen que así como en sus actuaciones era un torbellino de vitalidad y audacia, en las relaciones sociales era un tímido en toda la regla.

Pero no pretendo hacer una pequeña biografía de Freddie Mércury, tan sólo dejar constancia de la efemérides y compartir una vídeo que me ha parecido magnífico. Seguro que quienes sabéis más de conoceréis canciones de parecida o mayor calidad, pero esta me parece imponente.




24 de noviembre de 2011

El síndrome del Abuelo Cebolleta

Tras el insuperable F. Ibáñez, Manuel Vázquez ha sido posiblemente el más genial de los dibujantes de Bruguera; personajes como las "Hermanas Gilda", "Anacleto, agente secreto" o la "Abuelita Paz" tenían un sello especial, de la misma manera que solamente a él se le ocurrió caricaturizar su propia persona. Hace poco ha corrido por España una película sobre Vázquez, la vi en el tren que me llevaba a Santiago de Compostela el pasado mes de julio y me pareció más bien casposilla, como casi todas las que protagoniza el inefable Santiago Segura. En ella se nos pinta a Vázquez como un simpatiquísimo sinvergüenza, deudor de dinero a todo el mundo, capaz de engañar permanentemente a su jefe y de ejercer la bigamia con todo el descaro. Entre las historietas creadas por este genial y polémico personaje destaca la "Familia Cebolleta", encabezada por un tal Rosendo, prototipo del cabeza de familia medio español, aunque el personaje más logrado es el abuelo, un individuo de cabello escaso y larga barba blanca que no ceja en su interés por contar a su familia todo tipo de batallitas sobre antiguas guerras y otros sucesos. La insistencia del hombre le convierte en un ser temido por toda la familia, a la que acosa constantemente con sus historias.

Recuerdo que en mi clase teníamos un compañero a quien llamábamos "el abuelo Cebolleta", pues era dado a contar aventuras de todo tipo, muchas de las cuales sospechábamos que cuando menos llevaban una buena dosis de fantasía. Pero si te pones a pensar, acabas descubriendo que, en mayor o menor medida, todos portamos dentro algo de abuelo Cebolleta, porque a todos nos gusta dar a conocer lo que consideramos nuestras hazañas, nuestros valores o, cuando menos, nuestros sucedidos originales o curiosos. Dicen que no hay reunión más plomiza que aquélla en la que hay varios hombres a quienes les da por hablar de su servicio militar; la supresión de la mili reducirá con el tiempo este peligro, pero sería bueno caer en la cuenta de con qué facilidad caemos en excesos de emoción a la hora de contar anécdotas, sucedidos o aventuras personales.

En el fondo, todos llevamos incorporada una vanidad más o menos oculta que nos mueve a hablar de nosotros más de lo debido, a estar dispuestos a adornar y exagerar, si hace falta, nuestras historias particulares y a perder la conciencia de lo ridícula que puede quedar la excesiva trascendencia que le damos a lo nuestro. En alguna ocasión, recapacitando sobre las cosas que he dicho en una reunión de amigos, compañeros, familiares, ... me he sorprendido descubriendo lo insistente que he estado al relatar hechos que en boca de otro me hubieran parecido triviales y aburridos, y es que en cuanto nos descuidamos tenemos una enorme facilidad para maquillar de apasionantes nuestras aventuras más insustanciales.




23 de noviembre de 2011

Olor a galleta



El Paseo Teruel de Zaragoza tuvo su protagonismo a lo largo de mi infancia, se encuentra cerca de la casa familiar y era lugar de paso bastante frecuente; hay que reconocer que los maños hemos sido, en cuanto a elección de las calles, mucho más espléndidos con los vecinos turolenses que con los de Huesca. Del viejo Paseo Teruel recuerdo un bar llamado "El rancho grande", la "Viena Valencia", una imprenta-papelería que todavía subsiste, un par de zapaterías que también siguen vivas, un etablecimiento de papeles pintados llamado "Vikar" y la fábrica de galletas "Gargallo" que allí aguanta, aunque me temo que no por mucho tiempo.

Y precisamente hoy, no se porqué extraña razón, me ha venido a la cabeza este último local, que inundaba -y todavía inunda- la calle con ese delicioso olor a galletas recién hechas que moviliza el estómago y abre tanto el apetito. Por esta razón la fábrica "Gargallo" se impone entre todos los recuerdos que me trae esta vía zaragozana, que impepinablemente identifico con el olor de las galletas. Y es lógico, porque para un niño el concepto de galleta anda muy por encima de casi todas las cosas, y en esto tenemos el instinto de cualquier animal y el olor de lo sabroso pone en marcha esos mecanismos que mueven a desear lo bueno.

Bucenado en internet he encontrado el comentario de un ciudadano que nos explica como cuando pasea con su hija por la zona han instaurado el "beso de galleta" y cuando notan ese olor característico la niña le da un beso: deliciosa anécdota y nunca mejor dicho. De la misma manera que una puesta de sol, un paisaje de montaña, una película inolvidable, un acontecimiento relevante de nuestras vidas o una ceremonia familiar de importancia se convierten en hitos que nos mueven al recuerdo y a la nostalgia, las galletas "Gargallo" del Paseo Teruel, tal vez en otra dimensión, son soporte de ese pasado que nos gusta evocar.




22 de noviembre de 2011

Punto final a la campaña



Por fin terminó la campaña, y más que en ninguna otra ocasión estaba deseando que llegara el día de las elecciones y se acabaran las encuestas, las promesas, las palabras vanas, las verdades a medias, las mentiras insinuadas y demás circunstancias tan propias y habituales cuando se trata de intentar llevar al huerto al elector. En los duros tiempos que corren, con el país al borde de la quiebra y el futuro más negro que el reinado de Witiza, comenzaba a sonar a excesivo y prescindible tanto gasto en jolgorios electorales.

Ni es mi intención ni me parece oportuno hacer valoraciones del resultado de las elecciones al Congreso y Senado del pasado domingo, un resultado que, además, en esta ocasión parecía cantado. Y precisamente de ésto surge mi primer planteamiento: ¿es realmente necesaria una campaña de 15 días?, ¿en qué medida el reparto escaños salido de las urnas el 20 de noviembre hubiera variado de haberse votado un par de semanas antes?. Y es que cuando veo a los principales líderes políticos dejarse las energías y la voz en un pabellón deportivo, una plaza de toros o un palacio de congresos no dejo de preguntarme si hay alguien entre los generalmente enfervorecidos asistentes que no está convencido de votar a quien le arenga con pasión y fuerza especiales. He llegado a pensar que estos mítines no son más que un espectáculo de masas, el pan y circo que desde la antigua Roma se ofrecía a los ciudadanos; un espectáculo con números estrella, artistas invitados, viejas glorias y hasta algún que otro número cómico al que asisten quienes ya de antemano saben que van a divertirse.

Más serio me parece el tema de una semana como la pasada, trágica en lo relativo a la economía nacional y en la que mientras la famosa prima de riesgo crecía imparablemente y la horripilante palabra "rescate" sobrevolaba cual vampiro sobre al espacio aéreo español, nuestros padres de la patria se perdían en disputas, reproches y palabras vanas, como si el negro panorama que asolaba el país pudiera esperar a que solucionaran sus democráticas disputas y rivalidades. La impresión que me ha quedado ha sido que el ciudadano medio ha terminado harto de tanta "mandanga" electoral y con la sensación de que sus preocupaciones, urgentes y graves, no se la van a solucionar ni tirios ni troyanos. Y esto es preocupante, pues no es nada bueno que se desconfíe cada vez más de la clase política.

Más cómico resulta el habitual recurso al tópico; es de risa cómo el día de reflexión cada líder se haga el interesante comentando que lo pasará con la familia, haciendo algo de deporte, escuchando música y/o leyendo un libro: realmente tienen poca imaginación los tipos. Y, por supuesto, cuando tienen que valorar los resultados, o las primeras encuestas "a pie de urna" -no sabía que las urnas tuvieran pies- todos comienzan hablando de "una fiesta de la democracia", "un ejemplo de convivencia" y el "protagonismo de los ciudadanos", frases que suenan a artificial, máxime si oensamos que eso de votar hace años que dejó de ser inhabitual en este país, que el ejemplo de convivencia se puede dar de muchas maneras y, sobre todo, que quien lanza esas afirmaciones lo hace "a vuela pluma", es decir, como si fuera un adorno de oratoria, pues ignora si se ha roto alguna urna, si alguien ha montado la parda o si han puesto silicona en la puerta de acceso al lugar de las votaciones. Y en cuanto al protagonismo ciudadano, tengo la impresión de que con cinco millones de parados muchos de estos ciudadanos preferirían tener el protagonismo en cuestiones más de ordinaria administración.



21 de noviembre de 2011

"La mañana", Al Bano



Siempre he tenido predilección por la música italiana; el Festival de San remo nos ha dejado escenas irrepetibles y, sobre todo, una serie de interpretaciones realmente históricas. Nombres como Ornella Vanoni, Sergio Endrigo, Adriano Celentano, Nicola di Bari, Iva Zanicchi, Doménico Modugno, ... cantaron temas que uno no se cansa de escuchar. Es posible que al estilo de Al Bano, quien apareció en el panorama musical del país de la bota mediados los años 60, le falte algo de calidad para competir con los grandes mitos italianos, pero lo que es indudable es que su voz es una auténtica maravilla.

Efectivamente, la voz de Al Bano es una de las más brillantes del panorama musical de la época, y espero que a estas alturas, cuando le faltan dos años para llegar a los 70, aún la conserve: el cantante, nacido en la pequeña ciudad de Cellino de San Marco, cercana a Brindisi y ubicada en la región de la Apulia, tenía dos tesoros preciosos: una era la voz y la otra hace tiempo que la perdió, Rómina Power, la bellísima hija de Tyrone Power con quien interpretó tantos temas inolvidables en los que si el ponía la referida voz, ella aportaba el estilo, la elegancia y, por encima de todo, la belleza. Pero tras casi tres décadas de matrimonio la pareja se fue al traste en 1999.

De su primera época, cuando cantaba sólo, recuerdo una serie de temas muy bonitos: "Nel sole", su primer gran éxito, "Il ragazzo che sorride", del gran Theodorakis, "La siepe", con la que consigue el premio de la crítica en San Remo-1968 y "Pensando a te", sin olvidar una versión realmente preciosa del "Ave María". No obstante, a mí siempre me ha gustado mucho "La mañana", un tema muy romántico que algunos titulan "La Aurora"; se trata de una canción que lleva años sonando a cualquier hora, con cierto toque "pastelón" pero llena de sentimentalismo.




19 de noviembre de 2011

De locas y tiburones







"Unión Atlantic"
Adam Haslett
Salamandra. Barcelona (2010)
320 páginas

Resumen: Doug Fanning, el joven tiburón financiero que lidera la vertiginosa expansión del Union Atlantic, uno de los grandes bancos del país, acaba de construirse una ostentosa mansión en una selecta zona residencial a las afueras de Boston. Allí topará desde el primer día con el encono de su vecina, Charlotte Graves, una profesora de Historia que acudirá a los tribunales para denunciar la venta del terreno protegido donde se ha edificado la casa. Entre ambos litigantes se interpondrá Nate Fuller, un atormentado estudiante de instituto al que Charlotte da clases particulares. Así, mientras Fanning orquesta sofisticadas operaciones financieras al límite de la legalidad, el hermano de Charlotte, Henry Graves, director de la Reserva Federal de Nueva York, se halla cerca de destapar una trama de corrupción financiera de un potencial y unas dimensiones que ni él mismo imagina.

"Unión Atlantic" es una novela que toca un tema de máxima actualidad: el desplome económico de una gran entidad financiera; se trata además de una novela profética pues aunque publicada en España el año pasado, Haslett la comenzó a idear hace diez años. La idea es magnífica y la oportunidad para leerla única, aunque a la hora de la verdad algo ha habido de pinchazo en hueso, pues tras terminarla uno piensa que podía haber dado mucho de sí.

El argumento gira entre dos personajes contrapuestos: Doug Fanning, un tiburón financiero sin moral ni escrúpulos y Charlotte Graves una excéntrica y semiperturbada profesora que en su día fue expulsada del instituto donde daba clase “por describir el mundo tal y como era”. Fanning se ha construido una casa al lado de la de Charlotte y esta pleitea con él porque asegura que aquél no tenía autorización para hacerlo, que parte del terreno le pertenece. Así surge el choque entre el hombre frío e implacable y la mujer idealista que no se detiene ante nada. Entre medio surge la figura de Nate, un muchacho desarraigado e inmaduro que recibe clases de Charlotte y mantiene una ambigua relación personal con Doug.

No obstante, como señala José Antonio Gurpegui en "El Cultural" mucho más allá del tema central, el genuino mensaje de la novela "tiene que ver con la corrupción del sistema bancario y la filosofía social americana del “todo vale” que ha conducido al mundo a la actual situación de crisis.". La crítica norteamericana lo eligió como uno de los mejores libros del año, y pienso que mucho tiene que ver con la realidad del mundo actual, perfectamente reflejada en el libro. También hay quien encuentra notorios paralelismos entre Dough Fanning y Sherman McCoy, el protagonista de La hoguera de las vanidades, e incluso entre los respectivos argumentos de ambas novelas. En mi opinión, si se pretende comparar este libro con el de Tom Wolfe la comparación no se sostiene, no porque no exista esa similitud, sino porque "La hoguera de las vanidades" es mucho más completo.

Es un libro ideal para quienes andan al día del sistema financiero y han seguido con interés el desarrollo de la crisis que asola a occidente; quienes andamos algo peces en materia económica corremos el riesgo de perdernos en algunos capítulos. Por otra parte, la visión que nos ofrece Adam Haslett del tejido social norteamericano -la acción se desarrolla en Boston- es muy negativa: Doug es un hombre sin moral alguna dispuesto a lo peor e incapaz de querer a nadie; Charlotte está desquiciada y todo su idealismo se rompe en frustraciones, mientras Nate y su grupo de amigos son dibujados como unos irresponsables a los que solamente mueven el alcohol, las drogas y el sexo. Ante este panorama caben dos opciones: o pensar que el autor nos pinta un cuadro parcial de la sociedad o llegar a la conclusión de que detrás de la crisis económica lo que hay es una enorme crisis de valores; posiblemente haya un poco de todo.

Cabe destacar los "efectos especiales" de Haslett, que da vida propia a los dos perros de Charlotte, al parecer reencarnaciones caninas del líder de las Panteras Negras Malcolm X y del predicador puritano Cotton Mather. He de reconocer que me falta no se si criterio, imaginación o inteligencia para interpretar la obra en su conjunto y las disquisiciones caninas referidas, pero dejo un enlace de la crítica de "El País" que puede ser interesante:

http://wwwunmundoperfecto.blogspot.com/2010/10/novela-profetica-union-atlantic-de-adam.html.

De cualquier manera, no me ha parecido una novela "imprescindible", por mucho que trate un tema tan actual.


18 de noviembre de 2011

Gareth Edwards, mi tributo al rugby



El rugby es un deporte importante en Gran Bretaña, despierta pasiones y se juega en ambientes esencialmente universitarios; por mucho que el fútbol esté considerado el deporte rey y que la propia Inglaterra sea la sede de nacimiento del mismo, el rugby goza de una leyenda superior en cuanto a nivel cultural. Todos hemos oído eso de que mientras el fútbol es un deporte de caballeros practicado por villanos el rugby es un deporte de villanos practicado por caballeros, y si uno se fija acaba comprobando cuanta verdad encierra en esta ocasión la frasecita tópica. Yo nunca he jugado al rugby, y puede que la razón vaya mucho más allá de mi condición de persona más bien enclenque -que no delgado- y con poca capacidad de lucha y resistencia física, pues me temo que a mi juventud le faltaron ciertos toques de idealismo y espíritu deportivo, optando por un deporte que practicaba con cierta desidia y poca combatividad como era el fútbol. El rugby tenía mucho más de aventura y espíritu guerrero, solía ser practicado por gente con iniciativa, que debía buscarse la vida para poder jugar un partido.

Cuando estudiaba bachiller y los primeros cursos de la carrera solía seguir el Torneo de Cinco Naciones de Rugby, un campeonato en el que jugaban Inglaterra, Gales, Escocia, Francia e Irlanda; así aprendí unas mínimas nociones de este deporte, sabiendo distinguir lo que eran un ensayo y una transformación, las normas que regulaban la melé, las posiciones de zaguero y medio-melé y lo que al menos entonces denominaban "la Touché". Por aquellas épocas -estoy hablando de la primera mitad de los años 70- el mejor combinado solía ser el de País de Gales, equipo del que recuerdo dos jugadores: el zaguero Williams, que en uno de esos partidos sufrió una gravísima lesión que le mantuvo apartado de los terrenos de juego muchísimo tiempo y Gareth Edwards, un medio al que vi consumar unos ensayos espectaculares. Edward se convirtió para mí en un referente y leyendo hace pocos días "Soliloquios", el blog de quien en mi opinión es uno de los mejores periodistas deportivos de Aragón, Mario Ornat, un apasionado de este deporte por otra parte, vi que había dedicado en su día una entrada a Edwards, algo que despertó mis recuerdos dormidos sobre este hombre que junto a otros "guerreros" del balón curvo animó mis sobremesas de unos cuantos sábados adolescentes.

El rugby es un deporte complicado y existe el riesgo de que uno se acabe aburriendo, problema que se solventa, desde mi punto de vista, de dos maneras: tratando de aprender al menos las reglas esenciales del mismo y, por encima de todo, buscando los partidos que enfrentan a los mejores, algo que se producía en el citado torneo de las 5 naciones y, más en concreto, en los partidos que disputaba País de Gales. Ahora es un recuerdo lejano, casi un lamento por no haber perseverado en la afición, pero sigue vivo en mi memoria el ensayo que Edwards realizó en uno de esos encuentros -siento no recordar la selección rival-, en el que a base de potencia y habilidad fue sorteando rivales hasta certificar los 5 puntos que si no recuerdo mal valían entonces estas jugadas.

Edwards se hizo famoso por realizar el que se ha llamado ensayo más brillante de la historia; era el 27 de enero de 1973 y en el estadio Arms Park de Cardiff se disputaba un partido que enfrentaba a los "all blacks" frente a los Barbarians en los que jugaban junto a Edwards otros seis puntales de la selección galesa: el tercera flanker Tom David, Derrick Quinnell, Phil Bennett (medio de apertura, heredero directo del excelso Barry John), el segundo centro John Dawes, el ala John Bevan y el inefable zaguero JPR Williams. Aquí dejo el relato de Mario Ornat sobre dicho ensayo:

"La secuencia se inicia con una profunda patada del neozelandés Brian Williams desde el lado derecho, que cubre Phil Bennett en su zona de 22, apenas unos metros por delante de la línea de marca. La presión es instantánea y da idea de la ferocidad y la excelencia defensiva de los All Blacks. Con la mayoría de sus compañeros en pleno retroceso para protegerlo, y acosado por Scown, Hurst y Kirkpatrick, Bennett se ve forzado a salir jugando con la mano desde su propia defensa, sin tiempo siquiera para considerar una patada defensiva. Lo que sigue es simplemente maravilloso...

Rodeados por una jauría creciente de All Blacks hambrientos, los Barbarians logran mantener el balón vivo y abrirse camino con él. Dos detalles simplifican la explicación: los neozelandeses no lograron hacer ni un solo placaje en cien metros de jugada porque, en cada pase, el portador del balón tenía a cuatro y hasta cinco apoyos disponibles. La única interrupción la evita al inicio de la acción JPR Williams, que sufre un placaje alto y transmite el oval antes de caer emboscado. En el rugby, el balón se recicla (aunque cada vez menos) a través de rucks (cuando el placado se va al suelo) o mauls (si se mantiene en pie y sus compañeros se agrupan a su alrededor para proteger la pelota). Ninguna de esas dos jugadas aparecen en el ensayo de Edwards: si uno tuviera que explicar a alguien profano qué es un off-load, valdría este vídeo: deshacerse del balón, descargándolo hacia un compañero en apoyo cuando el rival te va a detener.

En la jugada participan tres cuartos, segundas líneas, terceras líneas, el talonador y, por fin, Gareth Edwards, medio de melé. Es cierto que hay dos pases sospechosos de ser balón adelantado, lo que invalidaría la jugada: el de Tom David a Quinnell es dudoso, pero la captura del número ocho galés, agachando el espinazo en plena carrera para evitar que la pelota vaya al suelo, provoca un efecto disuasorio. Es tan brillante que uno no se da cuenta del todo si es adelantado o no. El siguiente pase, el definitivo de Quinnell a Edwards, parece ciertamente un adelantado muy claro. Pasemos por alto esa posibilidad por puramente mezquina. Edwards, un medio de melé arrojado y veloz, crítico en las rupturas, siempre atento a las debilidades de la defensa para colarse como una llamarada, explota su velocidad. Era al mismo tiempo gatillo y bala. Su carrera final de 40 metros hasta la esquina del fondo del río Tafft cierra la jugada, que funciona a modo de definición del mejor rugby posible: el balón siempre vivo, apoyos constantes, velocidad de decisión y técnica para el pase y la recepción. Manos finas, piernas robustas. Un rugby irrepetible y adelantado a su tiempo."


"Manos finas, piernas robustas, ..." hasta tiene un cierto sentido metafórico. Edwards era hijo de un minero galés, no era el rugby un deporte que haga a nadie millonario, pero fue un deportista en toda su extensión y pasó a la historia.




17 de noviembre de 2011

Alardear de hueso



Conozco un mozo que acaba de comenzar sus estudios universitarios; tal tesitura me devuelve a tiempos bien lejanos, aunque en la memoria los tengo tan cercanos como si fuera la semana pasada. La Universidad se suele comenzar con ilusión, y a la vez es una experiencia arriesgada, porque, al menos en aquella época y cuando uno llegaba de la privada, existe una libertad de funcionamiento a la que no se está acostumbrado, además de que el nivel de exigencia suele ser mayor y corres el riesgo de estrellarte a la primera.

Por eso son tiempos de incertidumbre y si, como es el caso del chico en cuestión, eres mínimamente responsable andas agobiado y responsabilizado. Y te puede suceder como al citado, que una profesora de matemáticas afirme ante una clase de unos 60 alumnos que al final sólo va a aprobar a cuatro: lo primero que se me ha ocurrido al conocer semejante afirmación -¿la llamamos amenaza?- es que solamente la puede haber lanzado un cretino, y lo digo con perdón. ¿De verdad esa señora se cree mejor profesora por plantear un órdago de ese tamaño?, ¿qué oscuro complejo o trauma se esconde detrás de esa advertencia?.

Me parece loable poner alto el listón de exigencia; la Universidad debería de ser algo muy serio, y por ello ya está bien que quienes ostentan la responsabilidad de enseñar y evaluar a los alumnos impongan un nivel elevado, y si alguno anda rezagado tendrá que espabilar y poner los medios para ponerse al día. Pero otra cosa es mantener una especie de pulso por ver quien es más duro, plantear grandes escabechinas casi como metas a conseguir, alardear, en definitiva, de ser un hueso notable.

Si a un profesor le da por regalar los aprobados a los alumnos, no cabe duda de que comete una torpeza y, a la larga, les hace un flaco favor, pero si su actitud es exactamente la opuesta, y disfruta profetizando grandes desastres, es posible que, al fin y a la postre, le pase lo mismo que al anterior: es tan mal profesor como para ser incapaz de conseguir que sus alumnos se sepan bien la asignatura.


16 de noviembre de 2011

Recuerdos en torno a un viejo vagón



El pasado lunes me comunicaron el fallecimiento de Fernando; hacía ya tiempo que andaba delicado de salud y su corazón acabó tirando la toalla. El que muera una persona joven es siempre difícil de entender, no podemos evitar que nos parezca injusto y nos cuesta aceptar eso de que "Dios sabe más" y asumir que ahora él estará disfrutando de su presencia. Me gustaría ver por un agujerito la entrada de Fernando en la morada definitiva, seguro que es alegre, rocera, pero de ninguna manera discreta y callada. Fernando era además un hombre de fe profunda, recibida de una tradición familiar y arraigada por una honesta búsqueda de la verdad.

Con Fernando se va una forma de ver la vida bien original, y bien simpática: le recuerdo perfectamente el día que juró su profesión de abogado en el salón de actos de la Diputación Provincial de Tarragona, con algunos años más que el resto de letrados y letradas que iniciaban entonces su carrera profesional, porque Fernando tenía su ritmo, funcionaba sin prisas. Le vi entonces como un torbellino de alegría y entusiasmo, un personaje sin complejos ni aristas; y uno, que es tímido y reservado y tiende a la prevención ante el desconocido, aprendió mucho de quien, sin que nadie nos hubiera presentado, se le dirigía como si nos conociéramos de toda la vida.

Pero el recuerdo de Fernando va sobre todo unido a ese viejo vagón de tren que tenía aparcado en un terreno cuya ubicación no consigo recordar, allí organizaba algún sábado del año unas fiestas que destacaban por la asistencia de un número enorme de gente, la excelencia de las viandas que se repartían en las mesas y un jolgorio creciente, permanente y ruidoso. Allí nos juntábamos tirios y troyanos, romanos y cartagineses, rebeldes y sediciosos, sin matices, distinciones ni peleas. Y aunque en ocasiones a uno le agobiaba algún exceso suelto -Fernando tenía una querencia especial por mojar con agua a todo el mundo- la jornada siempre era oxigenante, un auténtico antídoto contra la "purria" y el desánimo.

También le gustaban las cenas, y cada curso caían un par o tres en el "Trastévere", en el "Serrallo", ... viene a mi cabeza un mes de julio en un chiringuito instalado creo recordar que junto al puerto de Tarragona en la que podíamos estar 50 personas, y a Fernando le gustaba llevar la batuta, a la vez que dejar que cada cual desahogara sus capacidades sin frenos ni complejos. Y también alguna que otra comida a solas, en la que solía explicarte su visión de las cosas, sus opiniones, tan apasionadas como razonables, en torno a la política, la Justicia, ..., dejando siempre en evidencia una cultura profunda y cultivada. Era, además, un hombre cariñoso, afectuoso, sensible.

A Fernando le gustaba leer, era un recurso seguro cuando querías descubrir un buen libro que echarte al coleto. A él le debo haber conocido por vez primera las novelas de Lorenzo Silva; él me regaló "El alquimista impaciente", posiblemente la mejor entrega del Sargento Bevilacqua y la Cabo Chamorro, ganadora del Premio Nadal del 2000, y me animó a cultivar a los clásicos y a esos escritores de época como Dumas, Victor Hugo, Stendhal, ... He puesto su nombre en "google" y he descubierto que colaboraba en una sección en la revista del Col.legi d'Advocats de Tarragona denominada "Racò de la lectura", donde escribía unas reseñas formidables que desde ahora voy a convertir en fuente de conocimientos literarios.

Conforme pasan los años uno va sumando en su particular lista de personas que se van para siempre; queda su recuerdo, cierta mala conciencia de llevar años sin hablar con ellos y, por supuesto, la seguridad de que desde un rincón de esos jardines eternos seguirá haciendo lo que hizo siempre: echar una mano a sus amigos.

15 de noviembre de 2011

Iconos artificiales

"El Mundo" -imagino que también otros medios- publica unas declaraciones de Julian Lennon, hijo del Beattle asesinado John Lennon y su primera mujer Cynthia, en las que afirmaba que "Papá cantaba al amor, pero nunca me lo dio a mí"; de todos es conocida la mala relación entre Julian y su padre, y muy especialmente con la segunda mujer de éste, la misteriosa Yoko Ono, una japonesa oscura y con aspecto de intrigante. No hace muchos años Cynthia Lennon se destapaba con unas consideraciones muy similares respecto a su ex-marido: "una cosa era lo que predicaba en sus canciones y otra lo que hacía en familia". Y es que Lennon fue un personaje complicado, marcado por una infancia difícil, un carácter rebelde e inestable y unas supuestas aficiones a la marihuana y el LSD. Los Beatles son posiblemente el grupo más importante de la historia de la música moderna, y toda su vida estuvo marcada por ese contraste entre la genalidad y la polémica que en el fondo no deja de ser un combinado excelente para el triunfo, dentro de ellos la figura de John Lennon adquiere un especial significado, si Paul MacCartney era el romántico, George Harrison el serio y Ringo Starr el juerguista, Lennon se mostraba como el personaje complejo del grupo, el rebelde.

John Lennon fue un músico excepcional, un genio, alguien que ya entró en la historia como en su día lo hicieron Ludwig Van Beethoven o Joan Sebastian Bach; un individuo capaz de convertirse en alma mater de Los Beattles y de componer temas como "Imagine", "Give peace a chance", "Power to the people" o "Some time in New York City" es indudablemente un genio. Pero el ser un genio no equivale, necesariamente, a ser un ejemplo, y no se sabe la razón, tal vez por sus aires de rebeldía, por ciertas posturas pacifistas o, sin más, por haber muerto violentamente, pero Lennon ha sido elevado a la categoría de "icono", ha recibido esa especie de canonización laica a la que a veces somos tan aficionados. Hay ocasiones en las que uno comprueba las pegatinas de las carpetas de algunos jóvenes, los posters que adornan sus habitaciones, las emociones que provocan aniversarios y recuerdos y llega a la conclusión de que nos falta profundidad y perspectiva, o que nos cegamos ante los mitos que nos venden. También hay quien piensa que el error está en crear un dios de cualquier persona de carne y hueso, sea mejor o peor, y tal vez no le falte razón.

A mí también me gusta "Imagine", y soy capaz hasta de poner cara de "místico de la calle" cuando la escucho, pero me pongo a leer la letra y no me acabo de identificar con ella, porque no me gusta imaginar una vida sin Dios y Paraíso, sin religión, de la misma manera que palabras tan bellas y atrayentes como "paz", "hermandad" y "comprender" me suenan a vacías sin lo anterior y a supérfluas cuando se usan como si su única función fuera servir de rima. Lennon en "Imagine" nos pone fácilmente tiernos y melancólicos, pero a poco que lo pìenses su capacidad de convencer es relativa, superficial, insuficiente.

Vuelvo a la frase de Julian Lennon, que insiste en que la palabra amor era utilizada por su padre como argumento de sus canciones, lema de sus obras de arte, pero cuya esencia él nunca vio reflejada en su comportamiento, en la vida familiar. Al Beattle desaparecido hace casi treinta años hay que recordarlo como lo que fue, como un músico genial, pero vamos a dejar que cada cual busque los ejemplos a seguir y profundice sobre la solvencia y la profundidad de algunos iconos excesivamente postizos.





14 de noviembre de 2011

La venus de ébano

La primera vez que vi escrito el nombre de Josephine Baker fue al repasar la programación de TVE de un sábado de los años sesenta; en el la aparecía como una de las artistas participantes en un programa musical habitual de los sábados por la noche. Me llamó la atención, pues era anunciada con su nombre traducido, y me pareció curioso que alguien se llamara "Josefina Baker". Creo recordar que al final no llegué a presenciar su actuación, pero a partir de entonces su nombre comenzó a sonarme,  a  la vez que aparecia  en televisión y en revistas. Fue entonces cuando me enteré que la mujer ya era talludita -había nacido en 1906- y había adoptado a 12 niños huérfanos de diferentes nacionalidades a quienes denominó "la tribu del arco iris" y con quienes convivía en el Castillo de Milandes, en Castelnaud-la-Chapelle (Dordoña, Francia). Me llamaba la atención la imagen de una mujer mayor que se mantenía en el escenario para sacar adelante a una docena de hijos adoptivos; recuerdo que se lo comenté a un compañero de colegio y me dijo, con cierto tono despectivo, que era "una filántropa",. Yo prefiero optar por valorarla como una mujer generosa cuya vida no se limitó a lucir el palmito y mostrar su arte, sino que supo dedicarla a los demás.

La historia de Josephine Baker iba mucho más allá de una intérprete de canciones, y si se profundiza en sus orígenes se comprueba que fue un auténtico icono de la historia de las variedades, una genuina actriz de cabarett y "music-hall". Así, cuando fui mayor, descubrí que era conocida como "la Venus de Ébano", lo que da a entender que más allá de su última época, el pasado de la Baker tenía mucho más de mágico y peculiar. Josephine Baker comenzó a bailar antes de cumplir 14 años, interviniendo en locales tan célebres como el "Cotton Club" de Nueva York, aunque su gran éxito llegó a los 19 años, cuando debutó en París con el espectáculo la Revue Nègre, que incluía una orquesta de jazz, dirigida por Claude Hopkins, con la participación de Sidney Bechet, aseguran quienes vivieron la época que la Baker encandiló más en Europa, donde impresionaba sobremanera su exótica forma de bailar, su sexualidad desinhibida y su vestimenta mínima: una falda hecha con plátanos. Sebastian Gasch en su historia del Music-hall describe la forma de actuar de la estrella: "Del conjunto de "chorus-girls" (...) colocadas en línea, salía disparada, como lanzada por una honda, una adolescente casi desnuda, sin más atuendo que un taparrabos sobre sus caderas (...): ¡Josefina Baker! (...) su risa cegadora de mulata ensombrecía la luz de los reflectores (...) Su aparición produjo el flechazo. París se prendó de aquella fuente viva, hirviente, de aquel cráter en erupción de ritmos sincopados. Con su agitación furiosa, sus dislocaciones temerarias, andando a gatas y provocando los paroxismos de un público en delirio (...)"

Después de una gira por Europa, fue la vedette del Folies Bergère y luego abrió su propio club Chez Joséphine. A partir de entonces su carrera fue vertiginosa: grabó discos, actuó en diversas películas y fue modelo fotográfica. Regresó en los años 30 a Estados Unidos para actuar en Ziegfeld Follies con Bob Hope y Fanny Brice, aunque allí chocó con el puritanismo de la sociedad, regresando a París y consiguiendo la ciudadanía francesa. Josephine Baker, una mujer de una personalidad y una categoría excepcionales, militó en la resistencia francesa, siendo subteniente auxiliar en las Fuerzas Aéreas Francesas y levantando la moral de las tropas aliadas cuando actuaba para ellos. También colaboró con la Cruz Roja, siendo galardonada después de la guerra con la Medalla de la Resistencia y la Legión de Honor. Tras la contienda volvió a actuar, viajando a Cuba y regresando de nuevo a su país, donde donde apoyó los movimientos de promoción social afro-americanos. La Baker se retiró en los años 50, pero regresó en varias ocasiones acuciada por los problemas económicos, necesitada de dinero para sacar adelante a sus doce hijos adoptivos y apoyar la lucha por la defensa de los derechos civiles en USA.

Habrá quien piense que la vida de Josephine Baker no fue especialmente ejemplar: era una bailarina de cabaret, se casó unas cuantas veces y vivió de aquí para allá, pero me parece una visión muy limitada de las cosas, por encima de todo se impuso su humanidad, esa capacidad de ofrecer amor a los demás, su generosidad para sacar adelante a doce hijos adoptivos, su esfuerzo por defender los derechos de las minorías y por insuflar ánimos y fuerzas a quienes luchaban en la 2ª Guerra Mundial. Por eso pasó a la historia como una mujer excepcional. Cuando murió, en 1975, era una persona muy querida y respetada en todo el mundo, siendo la primera mujer de origen estadounidense en recibir honores militares en sus funerales, celebrados en Francia; su tumba se encuentra en el cementerio de Mónaco.


12 de noviembre de 2011

"These boots are made for walking", Nancy Sinatra (1966)



En las largas tardes de domingo de los años 60 la programación de TVE daba para mucho; había serie del Oeste -"Bronco Lane", "Bonanza", ...-, "Tarde de fiesta", con Angel Viñas, Salvador Escamilla, Gustavo Re y las marionetas de Hertha Frankel, "Reina por un día", con Mario Cabré y José Luis Barcelona, "Escala en Hi-Fi" y, si no recuerdo mal, algún que otro programa musical más. Y en estos últimos recuerdo escuchar nombres de intérpretes y canciones que quedaban en mi memoria a pesar de no haberles escuchado nunca: Tom Jones, The Mamas and the Papas, Barry Ryan, ... Durante bastantes meses cada semana aparecía el nombre de Nancy Sinatra y la canción "Estas botas son para caminar"; aunque no recuerdo haber escuchado nunca el tema por aquel entonces, me llamaba la atención la chica al tratarse de la hija de Frank Sinatra, a la vez que no dejaba de chocarme el que se afirmara algo tan "de cajón" como el que unas botas sirvieran para caminar.

Con los años me parece que la hija del gran Frankie no llegó mucho más lejos -tan sólo recuerdo su interpretación de "Something stupid" junto a su padre-, pero no cabe duda de que este tema le sirvió para pasar a la posteridad. Si lo hubiera logrado con un apellido más común, no lo se, pero no cabe duda de que el vídeo nos muestra un tema rítmico e interesante, con una coregografía francamente atrayente. Las mini-faldas, las botas, los peinados, ... son plenamente representativos de la época, todo un homenaje a un estilo tan absolutamente superado.




11 de noviembre de 2011

Falleció Joe Frazier

Ya he contado en otras ocasiones que el boxeo era considerado un deporte "normal" cuando yo era un niño; son cosas de la vida y por entonces se tenía asimilado que dos tíos dándose de tortas no tenía nada de perjudicial: afortunadamente la cosa cambió y hoy semejante espectáculo es considerado no apto para menores. Recuerdo perfectamente como seguimos, en la tele de casa y en los comentarios del cole, el combate entre José Legrá y Johny Famechon que hizo perder al hispano-cubano el cetro mundial de los plumas, los enfrentamientos entre Pedro Carrasco y Mando Ramos por el de los ligeros o la aparición de "Urtaín" como fenómeno de masas de su época. Por eso me acuerdo como si fuera hoy del enfrentamiento celebrado en marzo de 1971 entre Cassius Clay y Joe Frazier; Clay regresaba a los cuadriláteros tras haber sido en su día desposeido del título Mundial de los pesos pesados al negarse a ir a la guerra del Vietnam y pasar varios años en el ostracismo, mientras "Smokin" Frazier era el vigente campeón mundial y ponía en juego su título en lo que entonces era "Olimpo" del boxeo mundial, el Madison Square Garden de Nueva York. Clay no había perdido nunca y ese día cayó ante un hombre de mucha menos envergadura física que él, pero que peleaba hasta la extenuación: Clay, que pasó a llamarse Muhammad Ali, era un estilista, mientras Frazier se mostraba como un auténtico fajador.

Han pasado cuarenta años desde entonces y el lunes 7 de noviembre Frazier fallecía en Filadelfia a los 67 años víctima de un cáncer de hígado, el mes pasado su asesor personal Leslie Wolff había anunciado que el ex-boxeador sufría un cáncer incurable y desde entonces se hallaba internado en un centro para enfermos terminales de Filadelfia; Wolff fue emotivo: «Agradecemos todas las oraciones. Todos están rezando por él. Vamos a cruzar los dedos y esperar un milagro» y aunque ese milagro no se ha producido, seguro que las oraciones han ayudado a Joe Frazier a morir en paz con Dios.

La vida de Frazier es un calco de la de tantos boxeadores, un hombre salido de abajo que terminó volviendo a la miseria: en la década de los 2000 vivía en una diminuta habitación encima de un gimnasio en Filadelfia, donde entrenaba a boxeadores de bajo nivel. Es la eterna historia de tantos y tantos boxeadores que no asumieron ni la fama ni el ambiente corrupto que suele acompañar al mundo del boxeo: George Fóreman, Carlos Monzón, Oscar "Ringo" Bonavena, Mike Tyson, ... todos llevaron historias estremecedoras sobre sus hombros.

El citado combate entre Clay y Frazier supuso un ingreso de 2,5 millones de dólares para cada púgil y causó tanta expectación que el mismísimo Frank Sinatra se hallaba al lado del ring haciendo fotografías. Frazier combatió dos veces más con Clay/Alí, aunque en estas ocasiones la suerte no le fue propicia: perdió a los puntos en 1974, tras haber perdido antes el cetro mundial frente a Fóreman, mientras que el 1 de octubre de 1975 en Manila, cuando Clay ya había arrebatado el título a Foreman y con éste en juego, Frazier perdió por KOT en el asalto 14º tras una pelea feroz en la que ambos sudaron la gota gorda y se repartieron "estopa" de lo lindo; al final el mánager de Frazier tiró la toalla a pesar de que éste quería seguir peleando, mientras Clay escuchaba agotado en su rincón el anuncio de su triunfo.

Entre Alí y Frazier hubo una rivalidad tremenda y el primero profería continuos desprecios al segundo, al que acusaba de ser un "gorila" y un "Uncle Tom" -negro servil con los blancos-. Con el tiempo uno y otro limaron asperezas y se demostró que se respetaban como grandes boxeadores que eran. El tiempo convierte en recuerdo a quienes fueron los "grandes" de una época y cuando éstos nos dejan comienzan a ser leyenda.




10 de noviembre de 2011

Las siete vidas de "Il cavaliere"



La vida política de Silvio Berlusconi se ha convertido, prácticamente desde su inicio, en una sucesión de escándalos, juicios, excentricidades, salidas de tono, faltas de respeto, corrupción, descaro, ..., a pesar de lo cual el hombre ahí sigue contra viento y marea. Han pasado más de veinte años desde su inicial vinculación al PSI de Bettino Craxi y algunos menos desde que en 1994 llegara al poder con "Forza Italia", fundado para su propia gloria. Su primera aventura como primer ministro fue breve, pero posteriormente ha vuelto a tocar poder: entre 2001 y 2006 de nuevo con Forza Italia y a partir de 2007 con otro nuevo invento denominado "Pòpolo della Libertà". Esta semana parece que la época Berlusconi llega a su fin y aunque en un principio ha resistido los envites, el haberse quedado en minoría le empuja inapelablemente a una proxima dimisión.

La resistencia en las alturas de un personaje de este calibre, que al menos en apariencia no parece tener ni respeto por las personas y las ideas ni sentido del ridículo, me trae a la cabeza la necesidad de fomentar que quienes gobiernan los estados sean, por lo menos, personas virtuosas y ejemplares. Dificilmente se podrá sacar adelante la sociedad propia si al mando de la misma se aposenta alguien que, en frase evangélica, "no teme ni a Dios ni a los hombres". Se podrá ser más o menos torpe o hábil en el manejo de la cosa pública, pero el desastre está asegurado cuando gobierna alguien para quien la trampa y la inmoralidad es el pan nuestro de cada día.

Eso sí, no podemos olvidar que "Il Cavaliere" ha llegado hasta allí por medio de unas elecciones democráticas, con el agravante de que, como se ha dicho, es algo ya reiterado y lo ha hecho con resultados bastante contundentes. Ya en su día Adolf Hitler llegó al poder por la vía democrática algo que, sin ánimo de comparar al milanés con el líder nazi, demuestra que es bueno que haya modos de garantizar la capacidad de reacción ante estas situaciones. Entiendo que cuando en el poder permanece alguien cuya actuación pueda ser considerada nociva para el interés general, el resto de representantes políticos debería aunar esfuerzos y voluntades para deshacer el entuerto por medio de mociones de censura, cuestiones de confianza u otros mecanismos adecuados.

El que la situación política italiana haya llegado hasta los extremos de facilitar el acceso al poder de un hombre como Berlusconi, pienso que puede explicarse también por la desesperación del ciudadano, quien harto de la incapacidad de los partidos tradicionales para resolver sus problemas acaba echándose en los brazos de lo original y lo estrafalario. No podemos olvidar que la historia de Italia ha sido, en los últimos cincuenta años, una ininterrumpida sucesión de acontecimientos políticos turbios, escándalos de todo tipo y crisis permanentes de gobierno. Al final los ciudadanos han terminado tan desquiciados como sus próceres.

Y tras los desastres de Grecia e Italia, el Mediterráneo nos guía hasta nuestro país, que inmerso en proceso electoral parece a la espera, con el corazón encogido, de si le va a pasar como a sus vecinos.


9 de noviembre de 2011

Ander Herrera: la gloria emigró al norte



Yo soy de los que siempre creí en Ander Herrera, por mucho que determinadas voces dijeran que le faltaban condiciones para ser un crack, que jugaba sin levantar la cabeza, que buscaba demasiado la falta. Ander es de esos jugadores que desde que apareció por el primer equipo del Zaragoza siendo prácticamente un adolescente mostró detalles que solamente están reservados a los elegidos. Por eso cuando, como se veía venir prácticamente desde que firmó con los blanquillos su primer contrato como profesional, fue traspasado al Athletic de Bilbao sentí que con él se marchaban las últimas posibilidades de que el Zaragoza pudiera volver a ser, al menos a corto plazo, un equipo de los punteros. Me parece que hay que reconocer que lo mejor que le podía haber pasado a Ander era unir su destino a esos nuevos leones de San Mamés que ahora preside uno que en tiempos lo fue y dirige en el campo un argentino que parece haber dado con la tecla adecuada para volver a pasear copas en la gabarra.

El Zaragoza actual es un nudo de conflictos, desatinos y mediocridad y el hijo de ese bregador interior zurdo que llegó a orillas del Ebro en el lejano verano de 1983 corría el peligro de ser devorado por ese foso de cocodrilos que rodea el desolado castillo zaragocista. La trayectoria de Ander Herrera en el Real Zaragoza no fue nada fácil: fue ascendido al primer equipo a mitad de la temporada de 2ª división -enero de 2009- y cayó sobre su escasa experiencia buena parte de la responsabilidad de deshacer el entuerto en que se había metido el equipo, mientras que los dos años siguientes en la máxima categoría han sido una cadena de partidos desastrosos arreglados al final con taquicardias, sufrimientos miles y buena dosis de fortuna. Herrera, al que tanta agonía seguro que ha contribuido a que madurara más deprisa, ha sobrevivido a su particular vía crucis y ha conseguido llegar a un equipo con futuro, y es que no es lo mismo jugar junto a Javi Martínez, Iker Muniaín, Fernando Llorente y Andoni Iraola que al lado de Arizmendi, Nico Bertolo, Paredes y Sinama Pongole, con todo el respeto para cada cual.

Ander es un jugador de aspecto enclenque, pero tiene una capacidad de lucha y una fortaleza física digna de elogio, aunque sobre todo lo que destaca es su enorme inteligencia jugando, su visión de la jugada -le he visto asistencias de auténtico genio- y su capacidad de encontrar siempre la persona más adecuada a quien pasar el balón. Además de ello, Ander es un tipo elegante y educado, cuando le entrevistan sabe lo que dice y no repite tópicos ni muletillas, no lleva tatuajes, "moscas" en la barbilla, pearcings ni patillas excesivas y estudia Derecho, por lo que anda muy lejos de algún que otro "desertor del arado", aunque de éstos cada vez queden menos; Herrera junior viene a ser como el hijo que toda madre desearía tener ... y lucir.

Por eso el domingo, cuando le clavó un golazo de bandera a Víctor Valdés, me alegré de que ya se haya convertido, junto a Muniaín, De Marcos y Llorente, en uno de los héroes actuales de San Mamés, porque pienso que se lo merece y que con su consolidación ganamos además un candidato a integrar una futura selección nacional española que tiene que seguir siendo triunfal. Y, al mismo tiempo, siento una frustración imponente por lo que pudo ser y no fue: pero si el Zaragoza no ofrece garantías de dar de lo que Ander necesita, que sean los del Athletic los que lo disfruten, nos alegraremos con ellos.


8 de noviembre de 2011

Poco más que un bufón

Al parecer José Miguel Monzón, conocido popularmente como el Gran Wyoming, es un personaje de grandes capacidades; quienes tienen conocimientos del mundo del espectáculo y de la comunicación aseguran que posee condiciones de gran comunicador e inteligencia para sacar adelante su trabajo, y yo no lo dudo. Programas como "Caiga Quien Caiga" demuestran que el hombre sabe hacer las cosas, tiene imaginación y bastante chispa; pero al hablar del personaje no puedo evitar afirmar que, además de todo ello, me parece sectario, grosero y carente del más absoluto respeto hacia el resto del mundo. No veo los programas de este tipo, y es que cuando algo me desagrada procuro evitarlo, pero por las polémicas que con frecuencia han dado lugar los mismos, he llegado a la conclusión de que el hombre se lo pasa en grande haciendo escarnio de los curas, las monjas y todo lo que tenga que ver con la Iglesia. Ante semejante actitud se me ocurren varias posibles reacciones, desde el castizo "con su pan se lo coman", hasta la consideración de que "no se hizo la miel para boca de asno", pero fundamentalmente la conclusión a la que llego es que el tal Wyoming es un demagogo y un cobarde.

No se si hay que definir a José Miguel Monzón como un presentador, un cómico o un showman, lo que tengo bien claro es que se trata de un auténtico bufón, y como todo bufón tiene un señor al que sirve, un público anestesiado que le ríe las gracias y una posición cómoda a la vista de la protección recibida; Wyoming critica desde la tranquilidad que da sentirse respaldado y navegar a favor de la corriente. Si uno se mete con la Iglesia, con los curas o con los cristianos es fácil que se limite a recibir la otra mejilla, además de que hoy en día la masa refugiada en el anonimato tiene una gran facilidad por seguir la corriente a los "graciosos de turno", máxime si ponen en solfa lo que antes parecía intocable. El personaje en cuestión es propenso a la gracia fácil y a criticar desde la barrera, y no parece tener claro -¿o sí?- que por mucho que la broma sea ingeniosa y la mofa divertida, no por ello se acerca ni de refilón a la verdad: no se tiene razón por ser más imaginativo e hiriente.

Y queda dicho que el hombre me parece un cobarde; hay temas tabú que no se atreverá a poner en entredicho, porque Wyoming es incapaz de enfrentarse a quien le puede pagar con la misma o peor moneda. Ya sabemos como se las gastan los musulmanes ante la crítica, por mucho que se haga en clave de humor, y cómo una bomba incendiaria destruyó el otro día la sede de la revista satírica francesa 'Charlie Hebdo' en París por haber ironizado sobre los avances islamistas en Túnez y Egipto. Todavía estamos esperando que el Gran Wyoming nos obsequie con alguna de esas "sanas parodias" en las que se ría un poquillo de los vecinos del Islam, pero no lo hará, porque el hombre sólo de pensar en lo que le podría ocurrir me temo que se lo hace en los pantalones.


7 de noviembre de 2011

El sonido del futuro

Al parecer hay vecinos nuevos: hace ya unos meses hubo movimientos de mudanza y en el piso de arriba escucho frecuente deambulación de chiquillería; esto no cabe duda de que es una novedad, y el que haya niños alegra el vecindario, por mucho que se escuche de vez en cuando la queja de algún impaciente. Pero donde más he notado el cambio de inquilinos ha sido por las noches, pues en varios momentos se oyen unos berridos notables, de esos que resuenan por toda la casa y casi llegan a estremecer: al parecer hay un bebé entre la parentela y éste no es de los que duermen pacíficamente de un tirón, sino que por una u otra razón el chaval reclama con puntual frecuencia la atención de sus progenitores, a quienes imagino llegando a trabajar con ojeras de un palmo. No he tenido experiencia personal y directa en el tema, pero llevo ya bastantes años comprobando como a mis compañeros -y compañeras- de trabajo les cambia la vida a la hora de la paternidad -y maternidad-, por supuesto por un montón de experiencias bonitas y gratificantes, pero también porque muchas mañanas su cara es todo un poema.

Ya he pasado de los cincuenta y tengo casi olvidado lo que es "dormir de un tirón", cada noche me despierto varias veces, aunque es bien cierto que suele tratarse de momentos breves que no afectan en exceso a mi descanso; con los llantos del piso de arriba ha surgido una nueva causa de interrupción del sueño, lo que no deja de ser una puñeta, pero a la vez uno termina pensando que el llanto de un neonato no deja de tener su parte de belleza, de ser un canto al optimismo, pues nos anuncia que hay futuro y vete a saber si el zagal que de madrugada martillea los oídos del personal será el día de mañana el sabio que encontrará el remedio al Alzheimer, el político honesto y sabio que nos sacará de la crisis o, ¿por qué no?, el genio que salvará al Zaragoza de la quiebra y lo conducirá a la gloria deportiva: Dios lo quiera.


6 de noviembre de 2011

La afición del Sporting



Corría el mes de febrero de 2010 y el Zaragoza, entrenado entonces por José Aurelio Gay, se encontraba en los últimos lugares de la tabla de 1ª División; tras una primera vuelta nefasta la incorporación de siete nuevos fichajes a finales de enero -Suazo, Eliseu, Colunga, Jarosik, Contini, Roberto y Edmilson- había facilitado una notable reacción del equipo, que en los tres primeros partidos de la segunda vuelta había sumado siete puntos. A La Romareda llegaba un Sporting de Gijón clasificado en zona relativamente tranquila y el partido era considerado una ocasión de oro para que los blanquillos consolidaran su reacción. El equipo franjirrojo llegó a Zaragoza acompañado de más de dos mil seguidores, circunstancia sorprendente si consideramos la gran distancia que separa Zaragoza de Asturias y los fríos del invierno. La afición sportinguista se hizo notar durante todo el día en la capital maña: gente alegre, entusiasta y fiel a su equipo; el partido fue un desastre para los zaragocistas y el viejo Sporting se llevó una merecida victoria por 1-3. Los seguidores gijoneses, además de festejar el éxito de su equipo y en vez de pasarlo por la cara de la afición rival se dirigieron a los zaragocistas al grito de "¡sois de primera!", en una indudable actitud de elegancia y "fair play". De esta manera, los zaragocistas tuvimos el consuelo de haber caído frente a un club cuyos seguidores se merecían lo mejor, y es que hay ocasiones en las que uno encuentra extraños e inhabituales consuelos ante la derrota.

Cuando empecé a seguir ésto del fútbol el Sporting de Gijón era un equipo puntero de 2ª División, hasta que en junio de 1970 consiguió el ascenso a la máxima categoría; el equipo era entrenado por un gallego sabio, Luis Cid "Carriega" y el indiscutible líder de la plantilla era Enrique Castro "Quini", un goleador impenitente y un personaje especial, con los años Quini sería 35 veces internacional, ganaría siete trofeos "Pichichi, ficharía por el Barça y sufriría un sonado secuestro que terminó felizmente. El otro jugador destacado era el extremo zurdo Churruca, que también sería internacional y acabaría fichando por el Athletic de Bilbao. En ese equipo destacaban otros tres jugadores que ya han fallecido: el metra Castro, hermano de Quini y que moriría en 1993 en la Playa cántabra de Pechón al salvar a un niño de morir ahogado, "Tati Valdés", un interior al que llamaban "la maquinona", falleciendo en 2009 de una enfermedad degenerativa y el capitán, José Manuel, un defensa libre de la vieja escuela muerto repentinamente en 2008. Conforme avanzaba la década, y a pesar de un descenso puntual a segunda, el Sporting llegó a componer una plantilla excepcional que a punto estuvo de darle la Liga: los internacionales Maceda, Jiménez y Cundi componían una defensa excelente junto a Castro y Redondo, en la media la figura era el también internacional Joaquín, un portento físico que creaba fútbol a raudales junto al ex ovetense y madridista Uría y a Mesa, un andaluz alto, desgarbado, con bigote y melena capaz de hacer jugadas increibles, mientras en la delantera, junto a Quini, destacaban dos extremos de escuela: el asturiano Morán y Enzo Ferrero, un argentino llegado de Boca Juniors que hizo época en El Molinón.

Tras la época de éxitos llegó poco a poco la decadencia, aunque la cantera de Mareo seguía sacando productos de alta calidad: Eloy, Juanele, Manjarín, Ivan Iglesias, Esteban, Ablanedo, Abelardo, ... El equipo se mantuvo decorosamente en 1ª hasta 1998, fecha en la que bajó a la división de plata, donde estuvo diez años, hasta que en junio de 2008 se recuperó una categoría que conserva hasta hoy. El Sporting merece estar en 1ª, ha conseguido aguantar el chaparrón con una plantilla modesta en cuya composición se ha impuesto el sentido común y la sobriedad y con un entrenador, Manolo Preciado, que destaca por su honestidad, su capacidad de trabajo y su hombría de bien: ¡¡¡casi nada!!!. Y tanto en los tiempos europeos como en la larga travesía del desierto en segunda, la afición ha estado siempre con su Sporting, una afición paciente, constante, entusiasta y respetuosa, que apoya incondicionalmente a su equipo y respeta al rival. Yo he paseado en varias ocasiones por los alrededores del viejo Molinón, un estadio antiguo, con aspecto de andar próximo al derrumbamiento, pero que a la vez esconde entre sus piedras la historia de un club grandioso y la fidelidad de una afición única.

Hoy el Sporting juega en La Romareda y se anuncia que otros dos mil seguidores le van a acompañar: la "mareona" -así es conocida la magnífica afición sportinguista- volverá a estar a la altura; el Zaragoza llega al encuentro en plena crisis -como desgraciadamente suele ser habitual, esperemos que en esta ocasión los sportinguistas regresen a casa de vacío, aunque a partir del lunes les desee con toda sinceridad lo mejor: se lo merecen.