2 de noviembre de 2011

Trilogía de Marsella: 5 estrellas



Recuerdo que la primera novela de esta trilogía, "Total Kheops" fue el primer libro que comenté en este blog y la segunda entrada de toda su todavía corta historia, ya entonces quedé encantado de la forma de escribir de este Jean Claude Izzo, aunque por esas cosas que tiene la vida no he encarado la lectura de las otras dos entregas, "Chourmó" y "Soleá", hasta estos últimos meses. Al final el balance es muy positivo: calidad, interés y un "encanto especial".

Jean Claude Izzo no fue siempre un novelista, pues comenzó haciendo poesía y sólo al final de su corta vida -falleció en enero de 2000 a los 54 años, se decidió a escribir prosa, cuya culminación, sin ningún género de duda, es esta maravillosa trilogía de Marsella. Pero para entender lo que escribe Izzo también es importante conocer su militancia izquierdista, habiendo pertenecido primero al PSU y posteriormente al PCF, siendo igualmente director de la revista comunista "La Marseillaise". Pero las novelas de este autor no son como otras una soflama partidista y sectaria, sino que Izzo se limita a contar lo que ocurre, desde un punto de vista eminentemente ideológico y con una notoria visión utópica del mundo, pero lo hace honestamente, mostrando el mundo y la sociedad que él ve, sin juicios ni manipulaciones. Jean Claude Izzo es todo un descubrimiento, un escritor con todas las letras, con una prosa caracterizada por las frases cortas y los continuos puntos y seguido.

La trilogía de Marsella está claramente dominada por dos aspectos: el personaje protagonista, Fabio Montale y el escenario donde ocurre todo, la localidad portuaria de Marsella. Tras leer cada uno de los tres libros que componen la "ópera prima" de Jean Claude Izzo uno termina profundamente identificado con Montale, a la vez que empapado de ese ambiente propio de Marsella, donde conviven personas tan distintas y que nunca puede separarse del ambiente propio de una ciudad con puerto de mar.

Fabio Montale tiene ciertos perfiles autobiográficos, pues como Izzo es hijo de italiano y marsellesa, un mestizaje que marca indeleblemente la historia que va viviendo el personaje. Montale comienza siendo un policía especial, muy alejado de la ortodoxia y los convencionalismos profesionales, si bien en un momento determinado deja la Policía y se convierte en una especie de detective atípico. En cierta manera es un perdedor que nos recuerda a Wallander, si bien no se aleja tampoco de otros como Pepe Carvalho, en especial si tenemos en cuenta que sus andanzas van muy unidas a la buena comida y a su frecuente recurso al "pastís" y al "Lagavulin". Es un personaje duro, pero a la vez entrañable, pues cada pensamiento, cada frase está investida de una especial ternura; Montale sufre, se rebela ante las injusticias y trata de vencerlas, si bien su suerte resulta más bien escasa en este aspecto.

Y junto a Montale, inseparablemente unida a su persona, está Marsella, pero una Marsella concreta, de perdedores, de inmigrantes y personas que luchas por superar sus traumas y sus desgracias. Una Marsella de los bajos fondos, donde nació y se crió Montale, en un mundo de delincuencia juvenil que redimió el boxeo, y donde se encuentran tantos personajes que comparten su vida con él: Fonfón, Honorine, Hassan, Manu, ... muchos de ellos hasta el momento en que mueren violentamente, porque Marsella nos la describe Izzo vinculada a la Mafia y a los mundos más oscuros. Pero a la vez, Marsella no pierde luminosidad y viveza, porque en el mundo de Montale no se excluyen la bondad ni la belleza.

Las novelas de está trilogía están impregnadas, no podía ser de otra manera, de una evidente crítica social; el autor marsellés nos presenta un escenario de personas que se conviven en una sociedad desigual, de privilegios, donde tener origen argelino, africano o incluso italiano o español es un hándicap evidente. Los "héroes" -si se les puede llamar así- de Izzo no viven en mansiones ni regentan grandes empresas y despachos, por mucho que terminen presentando parecidas miserias a los que sí lo hacen. Y repito, el ambiente crudo y árido en el que se desarrollan las tres novelas no impide esas dosis de ternura a que antes me refería.

"Total Kheops"
Jean Claude Izzo
Akal. Madrid (2003)
283 páginas

Resumen: La muerte de una destacada figura de la mafia marsellesa llevará a Fabio Montale, un policía escéptico y amante de los placeres de la vida, a introducirse en una oscura trama en la que se entretejen la xenofobia, la marginación y la satanización de los inmigrantes magrebíes, la corrupción y la amenazadora sombra de la extrema derecha. Y en medio de tdodo ello, Marsella, una ciudad en la que "hay que tomar partido" y donde, "demasiado tarde, unos se encuentra delleno en pleno drama.Un drama antiguo, donde el héroe es la muerte".


"Chourmó"
Jean Claude Izzo
Akal. Madrid (2004)
252 páginas

Resumen:
En ocasiones, las personas son víctimas de sus propios actos. Otras, simplemente lo son de la fatalidad. Como Guitou, cuya única culpa fue amar a una bella joven de origen argelino. Un amor que le llevó a estar en el sitio equivocado en el momento menos oportuno. A ver a quien no tendría que haber visto jamás. Fabio montale abandonará su apacible retiro para buscarle, para averiguar el porqué de su absurda muerte. Pero en el curso de la investigación se verá inmerso en una compleja trama de mafias e integrismos que van dejando en el camino los cadáveres de su amigo Serge, del arquitecto Adrien Fabre, de Pavie...de demasiada gente. Y de fondo, como siempre, Marsella, sus calles, sus olores, sus sabores, omnipresente protagonista de un drama en el que resulta difícil precisar los límites entre el bien y el mal. Como en la vida misma.


"Soleá"
Jean Claude Izzo
Akal. Madrid (2005)
216 páginas


Resumen:
Todo llega a su final, y puede que los malos sólo tengan su merecido en las viejas películas de Hollywood. Resulta difícil afrontar la realidad, la náusea que provoca es demasiado intensa. Bajo su falso fulgor se esconde una podredumbre que amenaza todo aquello que queremos, aun lo más inocente. Nadie ni nadie se salva de ella. ¿ Ni siquiera Montale?.




4 comentarios:

Brunetti dijo...

Es una pena que Izzo falleciera tan pronto, dejándonos con la miel en los labios.

Disfruté muchísimo leyendo esta "trilogía" y, al mismo tiempo, me iba entristeciendo al saber que, una vez terminada la última novela, ya no volvería a leer ninguna más de él.

Salud!

Modestino dijo...

Afortunadamente nos quedan otros autores vivos con los que consolarnos.

Pilar Lachén dijo...

Espero que un buen amigo mío, al que le gustan las alpargatas, me preste los libros, entonces comentaré.

Modestino dijo...

Ese amigo los ha leido, según creo, de prestado .... en la biblioteca Duran i Gudiol tienes el primero.