27 de diciembre de 2017

Pies descalzos


En 1974, cuando cursaba 6º de Bachillerato, viajé a Italia con la mayoría de compañeros de promoción de mi Colegio. Se trataba del viaje de estudios que desde hacía un par de años habíamos estado preparando con toda la ilusión del mundo. Recuerdo que ahorré dinero casi con avaricia, y además de guardar como oro en paño las propinas de Reyes y cumpleaños, trabajé atendiendo a los más pequeños en el comedor del colegio y hasta vendí una enciclopedia.

Salimos en autobús el lunes de Pascua de la Plaza Paraiso y en Barcelona cogimos un Ferry hasta Génova. La primera etapa del viaje tenía como punto central las visitas a Milán y Padua, ciudades en las que estuvimos pocas horas, pues el grueso de los días estaban reservados para Venecia, Florencia y Roma. En Milán el atractivo se ubicaba en la plaza del Duomo, con una Catedral gótica impresionante, verdaderamente bella y monumental, de esas que impresionan. También había unas estupendas galerías comerciales, especialmente impactantes para unos jóvenes zaragozanos de los años 70.

La belleza del "Duomo" quedó grabada para siempre en mi retina, pero debo confesar que con éste quedaron otros dos recuerdos curiosos: la constancia de que la fachada necesitaba un lavado urgente y la presencia en la plaza de un número, que a mi me pareció llamativamente numeroso, de jóvenes chicas de raza gitana, las cuales manifestaban una alegría y vitalidad enorme y presentaban la peculiariedad de ir descalzas. Creo recordar que aparentaban una edad algo superior a la nuestra, y andaban de aquí para allá con la sonrisa en la boca y el ritmo en el cuerpo.

Sería digno de analizar el motivo por el que me impresionó tanto esa imagen, y en concreto el hecho de ir desprovistas de calzado alguno. Imagino que cualquier psicólogo sería capaz de encontrar unos cuantos argumentos al respecto. Lo cierto es que no se si se debía a las peculiariedades de un adolescente de poco más de 15 años, a la inexperiencia propia de la edad, que en la España de 1974 era bastante más notoria y elevada que ahora, o simplemente a una sensibilidad que combinaba ingenuidad y candidez a partes iguales.

En cualquier caso, la imagen de la Catedral de Milán ha quedado unida en mi mente a partir de entonces a la de un buen número de jóvenes gitanas que paseaban su entusiasmo, su desenfado, su ausencia de complejos ante la vida ... y sus pies descalzos por sus alrededores.

22 de diciembre de 2017

Cuando los ojos brillan


Los ojos son, probablemente, la parte del cuerpo humano que mejor refleja el estado de nuestra alma. Nuestra sonrisa puede extenderse de punta a punta a la vez que la ausencia de brillo en los ojos desmiente la alegría del ánimo. Hay veces en la vida en las que los acontecimientos diarios terminan oscureciendo la luz de la mirada. un fenómeno que puede llegar sin que te des cuenta, quizá por no controlar los sentimientos y dejarse llevar por esa tinta de la pena que emborrona el ánimo en cuanto de despistas.

Por eso es bueno mantenerse alerta, evitar que los inevitables dolores que nos dañan el alma se apoderen de nosotros, que los árboles nos impidan ver el bosque y vayamos por la calle, ...  por la vida, impidiendo al resto disfrutar del brillo de nuestros ojos, de la luz de nuestra mirada.


17 de diciembre de 2017

Cierra una cafetería de siempre


Tras regresar a Zaragoza cuarenta años después, comprobé que todavía quedaban establecimientos de mi "primera época", aunque también confirmé que cada vez iban siendo menos. El último "susto" me lo llevé el otro día al leer en "Heraldo de Aragón" que al finalizar el mes, antes de que la uvas den paso al 2018, cerrará la Cafetería Benidorm, uno de esos bares tan adecuados para tomar un excelente aperitivo de tapas como desayunar camino del trabajo o tomarte un café sentado tranquilamente en la terraza. La vida del "Benidorm" ha superado los cincuenta años, dato que deja claro la profesionalidad de quien lo lleva y el excelente servicio prestado, pues en negocios de eta naturaleza solamente sobrevive tiempo quien sabe hacerlo bien.

La cafetería está ubicada en la Avenida Goya, muy cerca de la esquina con Fernando el Católico donde estaba hace ya bastantes años el Cine "Gran Vía". Mi recuerdo del establecimiento va unido al del "Bar Chile", un local bastante más pequeño que no aguantó en pie ni la mitad del tiempo de su vecino. La última ocasión en que visite la "Cafetería Benidorm" me tomé unos calamares excelentes junto con un amigo, y puedo dar fe de la bondad del producto y la elaboración.

El "Benidorm"  a lo largo de más de medio siglo, ha sido testigo de buena parte de la vida ciudadana: generaciones de estudiantes que se dirigían a la Ciudad Universitaria, largas filas de zaragocistas camino de una "Romareda" donde, durante la vida del negocio, se vivieron momentos brillantes e históricos: ¿quien sabe si allí aterrizó más de un hincha del Feyenord o el Chelsea a ahogar las penas de su derrota, o celebraron nuestros amigos blanquillos los goles de Arrúa, "Pichi" Alonso, Rubén Sosa, Savo Milósevic o ... ¡por supuesto!, Nayim. 

¡Larga vida la recuerdo de la "Cafetería Benidorm"!.

http://www.heraldo.es/noticias/gastronomia/2017/12/14/el-cafe-benidorm-cerrara-antes-fin-ano-1213766-1311024.html

10 de diciembre de 2017

La discreta muerte de una actriz fuerte y frágil


Estoy seguro de que los grandes aficionados al "séptimo arte", como es el caso de mi amigo Tommy y alguno más, podrían hablarnos mucho de Mireille Darc. Mis primeros, y casi exclusivos, conocimientos de esta mujer nacida en Tolón hace 79 años y fallecida en París el pasado 27 de agosto, se remontan a cuando fisgoneaba el "Hola" y el "Semana" en casa de mi abuela siendo yo nada más que un adolescente curioso. La actriz francesa aparecía como acompañante habitual de Alain Delón -para mis ingenuos planteamientos toda pareja que aparecía como tal daba por hecho que estaba casada ... y por la Iglesia.

Ahora que, más de tres meses después de ocurrido, me entero de su muerte, he descubierto que Mireille Darc era una mujer discreta, elegante y que ha sabido llevar desde joven con una fortaleza y actitud ejemplares una salud llamativamente frágil. Darc sufría una malformación cardíaca congénita, habiendo debido de someterse a dos complicadas e importantes operaciones de corazón, y falleció tras reproducirse en tres ocasiones desde 2016 accidentes cardiovasculares que la fueron debilitando hasta el extremo.

Su nombre real era el de Mireille Aigroz, asumiendo el apellido Darc en homenaje a Juana de Arco, decisión que dice mucho de su condición de mujer valiente y decidida. Su infancia no fue sencilla, marcada por las estrecheces económicas y el hecho de no ser hija del marido de su madre, que cuentan le llamaba "la bastarda". Toda su vida fue una lucha contra las adversidades citadas de su poca salud y los dramas sentimentales, como la separación de un complicado Alain Delon tras quince años de relación y la muerte de su segunda pareja, el periodista Pierre Barret, director de "L¡Express", víctima de una enfermedad hepática y al que la posibilidad del trasplante de hígado llegó tarde.

La Darc debiutó en el cine con el célebre Jean Luc Godard, uno de los más genuinos representantes de la llamada "nouvelle vague" con "Week end", definida por Juan Pedro Quiñonero como una comedia "negra, crepuscular, atroz", tres calificativos que dan a entender el estilo que le iba a esta actriz. No obstante, el director con el que trabajo más y a quien debe su estrellato fue Georges Lautner, con quien rodó trece películas, entre otras "Des pissenlits par la racine" (1964), "Alegres vividores" (1965), "Galia" (1966), "Un trabajo en París" (971), "La valija" (1973) y "Muerte de corrupto" (1977). La actriz fallecida compartió cartel com los grandes del cine francés, especialmente Alain Delon -"Por la piel de un policía", "Borsalino", "Los senos de hielo", "Madly", ...-, pero también con artistas del nivel de Jean Paul Belmondo, Catherine Deneuve, Lino Ventura, Jean Louis Trintignan, Annie Girardot, Jean Moreau, Jean Gabin, Gian María Volonté, ... amen de algún trabajo con Louis de Funes.

Descanse en paz.

9 de diciembre de 2017

Murió Jensen

El pasado 4 de diciembre falleció a los 68 años, víctima de un cáncer, el ex-futbolista danés Henning Jensen.  El nombre de  Jensen sonará poco para aquellos aficionados que aún no han cumplido los 50 años. Pero quienes empezamos a andar lejos de esa cifra y disfrutamos de ese fútbol auténtico y competido de lo años 70 y 80 recordamos con agrado a ese danés rubio, ágil y rápido que jugó en el Real Madrid desde 1977 a 1979. En las tres temporadas que Jensen vistió la zamarra merengue el equipo blanco ganó dos ligas, desplegando un fútbol ofensivo e imponiéndose claramente al F.C. Barcelona de Michels, Cruyff, Neeskens, Asensi y Rexach y a un Sporting de Gijón que brillaba en aquellos años a las órdenes de Vicente Miera y con jugadores de la talla de Rezza, Mesa, Joaquín, Quini, Morán y Ferrero. Cuando Jensen fichó por los de Concha Espina, los zaragocistas ya sabíamos de las excelencias del danés, quien formando parte del Borussia de Moenchengladbach más boyante de su historia había goleado al Real Zaragoza de los zaraguayos (5-0) en una tarde noche protagonizada por un clima infernal y una exhibición de un equipo en el que el jugador fallecido formaba junto a su compatriota Allan Simonssen, quien años después sería estrella del Barça, una delantera de lujo. En ese Borussia militaban además cuatro componentes de la selección alemana vencedora del Mundial de 1974 -Berti Vogts, Rainer Bonhof, Herbert Wimmer y Jupp Heyckens- y comenzaba a hacer sus pinitos un centrocampista de raza y poderío llamado Uli Stielike, que terminaría siendo compañero de Jensen en el Bernabeu. 

Jensen formó parte de un Real Madrid sólido, con dos porteros de primer nivel, García Remón y Miguel Ángel, una defensa con laterales de la talla de Sol, Camacho y San José y un central arrollador como Benito, centrocampistas de nivel A como el citado Stielike, el incombustible Pirri, Del Bosque y el argentino Enrique Wolff y dos compañeros de delantera que hoy son históricos: Santillana y Juanito. El danés era rápido, tenía un regate espectacular y un disparo atinado, y fue siempre titular con Miljan Miljanic y Luis Molowny, los dos entrenadores que tuvo con los blancos. Recuerdo perfectamente que Henning Jensen firmó partidos redondos frente al Barcelona, equipo al que le tenía tomada la medida. 

Cuando Jensen abandonó el Real Madrid se fue a otro grande de Europa, el Ajax de Amsterdam, que también vivía una época dorada, con Leo Beenhakker en el banquillo y jugadores tan importantes como sus paisanos Frank Arnessen, Jesper Olsen y Soren Lerby.

Siempre es una "gozada" recordar estas viejas historias y estos antiguos nombres que protagonizaron el fútbol de mi juventud. En esta ocasión, acompaña la tristeza de la pérdida, pero también es el momento de devolver la memoria de un grande del balón. Descanse en paz.


1 de diciembre de 2017

Leidos en Noviembre


El mes de noviembre se ha impuesto el ensayo sobre la ficción. Tres buenas novelas no impiden reconocer cuatro escritos interesantes sobre el cine en tiempos del "Macarthismo", la Unión Europea, la historia de Roma y la literatura.

Los tiempos en los que el senador republicano Joseph  McCarthy tuvo llamativa influencia en la política USA  se convirtieron sin duda en una de las épocas más interesantes de la historia de dicho país posterior a la 2ª Guerra Mundial. Por esta razón busqué entre los libros de "viejo" alguno que me pudiera servir para mejorar mis escasos conocimientos sobre el tema. Selccioné dos, y el primero que he leído ha sido "McCarthy contra Hollywood: La caza de brujas", un breve ensayo sobre la influencia del  senador y sus forma de hacer política en el mundo del cine. La primera edición del libro, publicado en "Cuadernos Anagrama", se remonta a 1970, y su autor es un veterano periodista español, antiguo militante del PSUC, llamado Román Gubern. Se trata de poco más de 90 páginas abundantes en datos -nombres, comisiones, fechas, ...- que da una visión global de las actividades de las comisiones de investigación organizadas por McCarthy y que afectaron a nombres importantes de la industria cinematográfica. Por el libro van desfilando historias de enfrentamientos, cesiones, delaciones, ... con bastantes dosis de credibilidad, al dar el autor muestras de estar bien informado. De esta manera aparecen nombres como Joseph Losey, Elia Kazan, Arthur Miller, Humphrey Bogart, etc. Aunque haya perspectivas que puedan cambiar al cabo de casi 50 años y hechos que no se conocieran suficientemente bien en 1970, me ha parecido un trabajo interesante ... y entretenido.

Evelio Rosero es un escritor colombiano que obtuvo el Premio Nacional de literatura de 2006. Ha trabajado casi todos los ámbitos literarios, si bien su mayor fama se la debe a la narrativa. En la Biblioteca Pública de Zaragoza encontré "Los ejércitos", relato con el que obtuvo el "Premio Tusquets de Novela", también en 2006. Se trata de un relato breve -202 páginas-, ambientado en un supuesto pueblo colombiano llamado San José en plena época de conflictos, redactado con el típico lenguaje iberoamericano al estilo de escritores tan importantes como García Márquez o Carlos Fuentes. Los personajes que aparecen son todos peculiares, llenos de contradicciones, con pasado complejo. En la novela van desfilando narcotraficantes, militares, paramilitares, guerrilleros,  ... todos entremezclados en un mundo de violencias, irracionalidad e injusticia. Me gustó más la primera parte que la segunda, aunque sin duda se trata de una buena novela en su estilo. Eso sí, se trata de un relato llamativamente duro y con un desenlace que deja pocas puertas abiertas a la esperanza, ... y digo pocas, por si alguna se me escapó. Un autor a tener en cuenta.

Enrico Letta es un político italiano que, entre otros cargos, ocupó el de primer ministro de su país  entre los años 2013 y 2014, así como el de diputado en el Parlamento Europeo. La editorial "Península" publicó recientemente un breve ensayo suyo en torno al problema de Europa titulado "Haz Europa y no la guerra", con la llamativa  coletilla de "Una apuesta europeísta frente a Trump y el Brexit". Me gustaron las críticas leídas y lo compré, con la intención de que me ayudara a conocer mejor el tema y el atractivo de una visión que intuía sensata y ponderada. Letta plantea los problemas actuales de la Unión Europea tras una serie de crisis que con buen  criterio resume en cuatro: la económico-financiera, la de los refugiados, la del terrorismo yihadista y la provocada por el célebre "Brexit". El político transalpino muestra sus opiniones y tesis con sencillez y sentido común, lejos de radicalismos, pero también de conformismo. Me ha gustado especialmente su postura avanzada y generosa ante el problema de la emigración, su deseo de recuperar los viejos valores que construyeron Europa, su defensa de la democracia representativa frente a la tentación de populismos o de referendum poco reflexionados y la tesis que plantea al final de libro sobre la necesidad de forzar alternativas positivas a los problemas, buscando lo que sea mejor y no esa reclamación de lo "menos malo" que suele ser consecuencia del miedo. No es un tratado exhaustivo, ni de lejos, pero se lee bien y ofrece buenas ideas.

"Toda una vida", escrita por el austriaco  Robert Seethaler, ha tenido una crítica positiva unánime en España. La novela fue "Libro del año" en Alemania el 2014 y ha sido publicada en 2017 en España, con el aval de la Editorial "Salamandra". Se trata de un relato breve -138 páginas-, bien escrito y de cierta amenidad. Nos cuenta la vida de Andreas Egger, quien huérfano a los 4 años es llevado con unos parientes a un pueblo de montaña de los Alpes, donde inciia una vida marcada por la dureza y en la que se enfrenta a los dramas que provocan tanto la naturaleza misma como la guerra, amen de las propias contrariedades de la vida y la insensibilidad de las personas. Seethaler nos presenta la vida un hombre bueno, fuerte y luchador, que se enfrenta con valor, y cierto estoicismo a sucesivas tragedias, todo ello con la montaña como escenario privilegiado y el siglo XX como tiempo de los hechos, con la construcción del teleférico de una estación de esquí como referencia central. El autor nos narra los sucesos como desde lejos, sin implicarse, con cierto tono desdramatizador: me parecen significativas las palabras que publicó "El País" en una entrevista, “Si escribes de la vida debes escribir también de la muerte”.   La lectura ha confirmado los buenos pronósticos: una buena novela, que se lee con agrado en momentos de tranquilidad y silencio.

David Potter es profesor de la Universidad de Michigan, y si la solapa del libro no engaña, allí da clase de Historia de Roma y Grecia y de latín y griego ... con este bagaje, no cabe duda de que resulta sugestivo el libro que ha publicado recientemente en España la editorial "Pasado y presente":  "Los emperadores de Roma". Se trata de un repaso de cerca de 300 páginas por la historia de la Roma imperial, comenzando, aunque el primer emperador fuera Octavio Augusto, por Julio César y el triunvirato que formó con Pompeyo y Craso, tras el que surgió el que compusieron el propio Octavio, Lépido y Marco Antonio.  El libro es interesante y entretenido, y por el van desfilando un buen número de emperadores entre los que aparecen un buen número de personajes más bien toscos y poco civilizados, casi todos ellos muertos violentamente, junto a alguno que, haciendo también sus barbaridades, demostraron altura política -Octavio, Trajano, Adriano, Marco Aurelio, Constantino, ...-. No estamos ante un tratado exhaustivo y profundo, pero sí ante un ensayo que aporta y ayuda a pasar un buen rato.

Santiago Posteguillo es un profesor universitario  que se ha ganado una buena fama por sus excelentes novelas históricas ambientadas en  la antigua Roma: inolvidables sus trilogías sobre el general Escipión y el emperador Trajano. Pero además, Posteguillo es un gran conocedor del mundo de la literatura, teniendo escritos varios libros amenos e interesantes. El último de ellos es "El séptimo círculo del infierno", una especie de viaje por la historia de los libros en el que aprovechando la metáfora usada por Dante en "La divina comedia", da un repaso a una serie de libros y autores a los que en su momento les pudo caer la etiqueta de malditos, no precisamente por la ausencia de claidad y belleza literaria, sino por circunstancias como la guerra, los totalitarismos, las desgracias personales, la Inquisición o el exilio, entre otras. Me ha parecido una obra deliciosa, para disfrutar, en la que te enteras de circunstancias totalmente desconocidas relativas a autores tan distintos como Concha Espina, Doris Lessing, Saki, Rudyard Kipling, Iris Murdoch o Imre Kertesz entre muchos otros. Un libro que me ha fascinado y me anima a seguir  hincando el diente a esta linea de obras de Posteguillo.

Carlos Zanon es uno de los escritores que han aparecido con más fuerza en el panorama literario español de estos últimos años. Ya leí en su día "Tarde, mal y nunca", una de sus primera novelas negras -que no policíacas- que publicó RBA y me gustó bastante. Es además un excelente comentarista literario en los blogs de "El País". Zanon ha querido dar un paso adelante con "Taxi", valorada por muchos como el intento de gran novela barcelonesa de las primeras décadas del siglo, aspiración que debes considerar sin duda atrevida si has leído, por ejemplo, "La noria" de Luis Romero o "Nada" de Carmen Laforet, o han pasado por tus manos algunas obras de Juan Marsé, sin olvidar, en un escalón distinto, las aventuras de Galíndez y Méndez que nos dejaron Vazquez Montalbán y González Ledesma. Tengo que decir que me ha gustado "Taxi", pero cuando te han pintado un panorama tan bueno, siempre esperas más. Ha habido capítulos que me han parecido excepcionales, pero en algún momento la obra se me ha hecho pesada, dando la razón a quien, creo que en "Babelia", puso a la novela la pega de ser excesivamente larga. De cualquier manera, lo bueno se impone claramente a lo mejorable, con unos personajes redondos y una ambientación magnífica, la de las zonas de Barcelona ausentes de glamour.