1 de septiembre de 2011

El bufón de Bucarest



El fútbol ha sido siempre el deporte más seguido por los españoles. Ya he hablado en otras ocasiones de esos recuerdos de infancia que llevan nombres de equipos míticos, jugadores que hicieron época o eventos concretos; pero ya por entonces también producían atención otro tipo de competiciones, como las Olimpiadas, el Tour de Francia o los torneos europeos de Baloncesto en los que participaban Real Madrid, Barcelona y Juventud de Badalona. También el tenis tenía sus momentos de interés, muy especialmente a partir de la aparición de Manolo Santana, el primer tenista español capaz de adquirir nombre en el ranking mundial; así la Copa Davis era seguida por muchos aficionados, bastantes de los cuales madrugaron más que nunca para ver las dos finales a las que el equipo español del citado Santana, Arilla, Gisbert, etc intentó sin éxito imponerse a los dominadores de la época, los "leñadores" australianos que encabezaban Rod Laver, Roy Emerson y John Newcombe.

Fue precisamente en una eliminatoria que enfrentaba a España y Rumanía en dicha competición, creo recordar que se jugó en Valencia, cuando vi jugar por vez primera a Illie Nastase, quien durante bastantes años fue probablemente el tenista de mayor calidad técnica del panorama mundial. Santana estaba lesionado y la responsabilidad de sacar adelante la eliminatoria por parte de España recayó sobre José Luis Arilla, un experto en dobles que bajaba mucho al jugar sólo y un jovencísimo Manuel Orantes, la gran esperanza española de la época. El más aparente de los jugadores del equipo rumano era Ion Tiriac, un gigante que había representado a su país en la Olimpiada de Tokyo en la especialidad de Hockey sobre hielo, que era el genuino prototipo de los tenistas fuertes y "cañoneros" y que con el tiempo ejerció de representante de tenistas del nivel de Guillermo Vilas, Henri Leconte, Boris Becker y Goran Ivanisevic, pero el bueno de verdad era el otro, un tipo no muy alto, con mirada perdida y melena de hippie del que se aseguraba que era tan bueno jugando al tenis como díscolo e irrespetuoso dentro y fuera de las pistas. De hecho Nastase y Tiriac formaron una excelente pareja de dobles, ganando el Roland Garrós de 1970 en tres sets a la pareja formada por el norteamericano Arthur Ashe y el puertorriqueño Charles Pasarell. En la referida eliminatoria de la Davis Nastase se bastó por si solo para eliminar a los españoles, que no tuvieron nada que hacer, tan sólo Manolo Orantes pudo imponerse a un tal Marmureanu, número tres rumano, en el último partido de la eliminatoria, cuando ya los rumanos vencían por 4-0.

Hasta la aparición de la nueva escuela de tenistas "cañoneros" a principios de los setenta, el tenis era un deporte para grandes estilistas; lo importante era dominar la "muñeca", tener una técnica depurada y llevar el control del juego. A estos efectos Nastase era un auténtico mago, pues dominaba por completo todas las técnicas del tenis: era un experto en poner la bola fuera del alcance del oponente, con golpes de fondo precisos, un excelente resto, lobs exquisitos, un saque lleno de variantes y muy efectivo y voleas vistosas. Con la aparición de la generación de suecos que encabezó Bjorn Borg y tuvo continuidad en Mats Willander y Stefan Edberg, así como los entonces jóvenes norteamericanos Jimmy Connors y John MacEnroe, el concepto de tenis cambió y a partir de entonces el deporte pasó a ser más una cuestión de potencia y fuerza física. Nastase fue el último romántico de ese grupo de tenistas con un estilo en el que predominaba la belleza; para muchos ha sido el talento natural más puro en haber levantado una raqueta. Claro, que el rumano tenía otras "habilidades" además de las puramente deportivas, pues era capaz de utilizar todo tipo de artimañas para poner nervioso al rival y salirse con la suya. Nastase fue un jugador tremendamente conflictivo: indisciplinado, irreverente y provocador, anduvo metido en un buen número de polémicas; en su carrera sufrió innumerables multas, descalificaciones y suspensiones, en un deporte acostumbrado a los buenos modales y a la caballerosidad.

A pesar de que durante varios años fue considerado el mejor tenista del mundo, el palmarés de Nastase no es tan brillante como su juego mereció. El rumano solamente consiguió el triunfo final en dos torneos del Gran Slam: el Abierto de Estados Unidos (Forest Hill) de 1971, imponiéndose en una espectacular final a Artur Ashe en cinco sets y el de Roland Garrós de 1973, donde venció con mucha facilidad al yugoslavo Nikola Pilic. Donde resultó ser un consumado maestro fue precisamente en los Torneos Masters, imponiéndose en cuatro de los cinco en los que participó: en 1971 en París frente a un jovencísimo Jimmy Connors, en un encuentro que vi en directo y en el que Nastase sudó la gota gorda para superar con su mayor técnica y experiencia la agresividad y combatividad del norteamericano, que se defendía a base de latigazos con las dos manos, en 1972 en Barcelona frente a Stan Smith, en 1973 en Boston frente al holandés Tom Okker y en 1975 en Estocolmo ante el mismísimo Borg; en 1974 perdió su único Masters frente al argentino Guillermo Vilas en Melbourne. Eso sí, Nastase consiguió nada menos que 51 triunfos en Torneos de la ATP.

El Torneo de Wimbledon fue la gran asignatura pendiente de Nastase; la pista de hierba no favorecía su tenis y resultaba más propicia para tenistas como el australiano Newcombe, los americanos Smith, Ashe y Connors, el sueco Borg o el checo Kodes. No obstante el rumano llegó en dos ocasiones a la final: en 1972, año en que perdió ante Stan Smith tras tener ventaja de dos sets a uno, en un partido reñidísimo cuya derrota dolió enormemente al jugador y en 1976, cuando cayó ante el todopoderoso Bjorn Borg en tres sets, en el último encuentro importante de Nastase en su carrera en un Torneo en el que estuvo enormemente correcto y educado, fruto de un encomiable propósito personal. Stan Smith se convirtió en la bestia negra de Nastase; se trataba de un jugador muy alto que basaba su juego en el recurso al Saque/bolea, con una calidad técnica claramente inferior a la del rumano, pero éste no pudo superar la fuerza descomunal del golpeo con la raqueta del norteamericano. Smith fue también el verdugo de Nastase en las tres ocasiones en las que, como número uno del equipo de su país, alcanzó la final de la Copa Davis -1969, 1971 y 1972-. Las tres veces Rumanía se enfrentó a los yankees -las dos primeras en tierras americanas y la tercera en Bucarest- y en todas fue decisiva la victoria de Smith frente a Nastase. No obstante, la presencia de Nastase en la Copa Davis hay que considerarla histórica, su país no fue nunca nada en el Torneo antes y después de él, mientras que con Nastase de estandarte llegó tres veces a la final.

No hay duda de que Illie Nastase es de esos deportistas que hacen época; independientemente del mayor o menor grosor de su palmarés, fue un tenista distinto, tanto en cuanto a su enorme calidad deportiva como a su peculiar personalidad. Fue además un hombre polifacético, escribió novelas en francés en los años 80 y participó en política en los 90, siendo candidato a alcalde de Bucarest en 1996. Actualmente es presidente de la Federación Rumana de Tenis y director general de 2 radios en Rumania. Junto a nombres tan ilustres como Eddy Mercks, Lasse Viren, Jackie Stewart, Johan Cruyff, Angel Nieto o Dino Meneghin forma parte del elenco de deportistas que cuando yo era un niño se encontraban en el Olimpo e los mejores.



17 comentarios:

paterfamilias dijo...

Y a mi que McEnroe me parecía un artista de la raqueta al lado de Borg, que era una máquina y más frío que un témpano de hielo.

No recuerdo haber visto jugar a la mayoría de tenistas que citas. Sin embargo recuerdo perfectamente que la marca Adidas tenía, entre otras, unas zapatillas deportivas aptas para jugar a tenis que ... ¿sabes cómo se llamaban estos modelos? ... "Nastase" y "Stan Smith"

Modestino dijo...

No los recuerdas porque eres muy joven, amigo.

sunsi dijo...

El tenis es otro asunto, Modestino. En mi familia era sagrado y me parece mucho más emocionante que el fútbol. Recuerdo a los tenistas que mencionas. También el poderío Borg y el circo que montaba McEnroe, bastante indisciplinado en la pista.

Orgullo de Nadal, aunque esté en el nº 2 del ranking. ¿Qué me dices de la faceta cómica de Djokovic? No sé... Se pasa un poco, ¿no? O quizá es que no estamos acostumbrados a que los tenistas se dediquen a imitar a sus contrincantes.

Observo que tu memoria de elefante sigue en forma:

Modestino dijo...

He de confesar que en la actualidad, salvo algún partido de Nadal, apenas veo tenis e, ignorante de mí, desconocía que Djokovic tuviera esa faceta burlona.

sunsi dijo...

Te paso un botón de muestra...

http://www.youtube.com/watch?v=VBVy2udz7Ks

Lewis Ceballos dijo...

bonita crónica del tenis, no es precisamente un deporte que suelo seguir...pero siempre me gusta ver el juego del señor Roddick!!
primera foto gran semejanza con silvester stalone!me hizo gracia!
un saludo!

Modestino dijo...

Roddick es otro hombre de potencia excepcional, aunque nadie como su paisano Pete Sampras.

tomae dijo...

...yo recuerdo como Pater tanto las "Nastase" y las "Stan Smith" -hay quien las llama zapatillas, bambas, e incluso las he oído llamar "tenis"-

El modelo "Nastase" fue toda una revolución en el calzado, pues las tres bandas laterales (de Adidas) tenían un azul muy característico, la suela también era azul y su dibujo era para dejar "huella" -Creo que en la última foto Illie calza su propio modelo.

En cambio las "Stan Smith" no eran tan llamativas, todas ellas blancas y con una suela peculiar toda de "redonditas" y...y aquí un dato amigo Modestino, diría que durante mucho tiempo era el calzado oficial de muchas niñas bien con unos Levis algo descoloridos y camisa/polo azul celeste iban del todo uniformadas.

Del polo "Lacoste" no te cuento que no sepas del efecto cocodrilo, y lucir un "Fred Perry" auténtico se ha considerado prenda a juego con los cabezas rapadas...

Modestino dijo...

No sabía lo del Fred Perry.

Brunetti dijo...

Yo, que soy tan veterano como tú, recuerdo perfectamente haber visto jugar al gran Nastase: a todos los chavales de la época nos encantaba. Siempre me pareció genial y, quizá por ello mismo, extravagante.

En cuanto a la faceta cómica de Novak Djokovic a la que se refiere Sunsi, me consta que el serbio es un tipo la mar de simpático y divertido, aunque en España cae mal por haberle arrebatado a Rafa el núm. 1 (así es la vida, amigo).

Cuando tiene que competir, lo hace al máximo nivel y con la mayor seriedad; pero cuando está relajado, es capaz de reírse de sí mismo o de imitar a cualquier colega. Y me parece estupendo: no es bueno tomarse la vida siempre tan, tan en serio. A fin de cuentas....

Salud!

P.D. Reconozco que hubo un tiempo en que mi ídolo tenístico fue José Higueras, uno de los jugadores más "tochos", torpes y con menos calidad de todos los tiempos.

Modestino dijo...

José Higueras ... recuerdo un chiste de Forges en el que dos náufragos se arrastran por un desierto de arena, a uno le golpea una bola de tenis en la cabeza y afirma: "vaya!, debe de estar jugando Higueras en Barcelona" ... Con los años fue manager del norteamericano de origen chino Michael Chang, vencedor de un Roland Garros.
Me parece estrecha la reacción de coger manía a los rivales de los españoles.

Maireen dijo...

Uff, otro de los post que me hacen sentir vieja, viejísima. No quiero ni pensar en los años que puede hacer que no veía el nombre de Arilla.

No practico ningún deporte y, salvo las pruebas de gimnasia y atletismo en Olimpiadas y Mundiales, el tenis es el único deporte que me gusta ver.

Yo no era de hacer exclusiones. A todos les veía algo que me gustaba, técnica, habilidad, fuerza, precisión, simpatía, buen carácter y deportividad... Me gustaba ver jugar a Higueras porque por primera vez un tenista me parecía guapo (!!!). Incluso el más desesperante en la pista como McEnroe o un tipo tan poco simpático como Borg me hicieron pasar ratos fantásticos. ¿Os acordáis de aquella final de Wimbledon McEnroe-Borg en 1980? Aunque debo reconocer que si tuviera que quedarme con un solo nombre, mi debilidad podía ser Lendl.

Pero, volviendo al tema del post, ¿no era más payaso en la pista Yannick Noah?

Modestino dijo...

Yanick Noah .... un francés de color negro, pelo a lo afro y una muñeca de oro.

Maireen dijo...

Sí, era un tío muy simpático que siempre se estaba riendo. Le gustaba hacer el payaso en los partidos, aunque no a costa de árbitros, en mal plan. La prueba es que la gente no lo abucheaba, sino que lo jaleaban y se reían con él.

Luego se dedicó a la música como cantante, y creo que sigue viviendo de ello, así que supongo que no lo hará mal. Tiene un hijo que es una estrella de la NBA.

Modestino dijo...

Creo recordar que Noah era el número uno del equipo de Copa Davis que ganó la ensaladera hace unas décadas. El número dos era Henri Leconte y en dobles jugaba Guy Forget. Luego fue capitán del equipo.
También recuerdo unas cuantas eliminatorias.contra Francia en los tiempos gloriosos de Santana y Ora

Modestino dijo...

... y Orantes, con jugadores como Francois Jaufrett, Patrick Goven, Georges Barthes, Patrick Proisy, ...

sunsi dijo...

Con permiso, Modestino.
Brunetti. En el fondo a casi todos no hace gracia esta faceta de Djokovic. Incluso al propio Nadal... Llevas razón:"no es bueno tomarse la vida siempre tan, tan en serio. A fin de cuentas...."

Saludos