Un escritor recomendable

Archibald Joseph Cronin es un magnífico novelista escocés del siglo pasado, aunque si nos limitamos a valorar ésto acabaremos obteniendo un perfil incompleto de su personalidad. Para entender mejor a Cronin es bueno saber que fue hijo único de padre católico y madre protestante, que teniendo vocación literaria desde joven, antes de dedicarse a escribir estudió medicina y ejerció de médico en los pueblos mineros de Gales del Sur y en la zona alta de Londres, llegando a servir como médico de la marina inglesa en la Gran Guerra. Con este sucinto recorrido biográfico de Cronin uno puede entender mejor la frecuencia con la que toca el tema médico en sus novelas, la acentuada crítica social de las mismas, su profundidad religiosa y el cierto tono épico de lo que escribe. Cronin fue nombrado inspector médico de las zonas mineras de Gales, y allí comprobó la enormemente deficitaria salud de los mineros y la ausencia de sensibilidad de las autoridades sanitarias al respecto. Las novelas de Cronin tiene su lado romántico, su lado humano y su parte de crítica social; son novelas de lectura grata, pero no porque falte el drama, que siempre lo hay y con manifestaciones bien crudas, sino porque se nota que en su forma de escribir existe una notable influencia de su fe cristiana, y es que esa puerta que abre siempre a la esperanza solamente se puede entender desde una perspectiva católica, religión que abrazó Cronin siguiendo la de su padre.

Mi primer contacto con este magnífico escritor fue "La Ciudadela"; las largas horas de cuartel elevaron mi afición y, sobre todo, mi dedicación a la lectura durante aquel largo periodo de parte de 1980 y 1981 forzosamente dedicado a la milicia. Encontré un ejemplar del libro en la vetusta biblioteca del Parque de Artillería valenciano: recuerdo que era una de esas baratas ediciones de bolsillo e la editorial "Reno" en la que sobre un fondo verde, propio de los valles mineros galeses destacaba el brazo de un hombre portando un maletín de médico. El protagonista, Andrew Manson, es un médico joven e idealista que se tiene que enfrentar a todo tipo de problemas, no solamente médicos, en un pueblo minero de Gales: aquí se acentúa la acerada crítica social de la que hablábamos antes; pero el traslado del Dr. Manson a Londrés y su contacto con la alta sociedad y la flor y nata e la medicina londinense ciega al protagonista y le convierte en ambicioso y frío; allí Manson se tendrá que enfrentar con la realidad de unos médicos que están muy lejos de la capacidad profesional que aparentan. Habrá quien vea cierta moralina en una novela de estas características, pero pienso que va mucho más allá de un simple libro ejemplarizador. El final es agridulce, y deja cierto malestar, recordándome a Delibes, quien frecuentemente interpone la muerte en la felicidad de las personas. En 1938 King Vidor dirigió una película con el mismo título basada en la novela y que protagonizaron Robert Donat, Rosalind Russell, Ralph Richardson y Rex Harrison.

"Las llaves del reino" me pareció en su día una novela fascinante; la temática es bien distinta pues aquí se adentra en la historia del padre Francisco Chisholm, un sacerdote muy especial que desarrolla buena parte de su vida de misionero en China; la narración comienza con una visita del secretario del obispo al padre Chisholm siendo ya este un anciano con el fin de averiguar ciertas "extravagancias" de las que se acusa al cura. A partir de allí Chisholm narra su vida, marcada por una tragedia infantil que le conduciría a la vocación sacerdotal. El núcleo de la narración se centra en China, país que atraviesa una época de convulsiones revolucionarias y al que llega el protagonista sin dinero, sin conocer a nadie, ni siquiera el idioma; a pesar de todo, Chisholm sale adelante a base de inteligencia y tozudez. Así comienza muy lentamente a construir los cimientos de una lenta evangelización y en el camino le suceden mil cosas, algunas decepcionantes, otras maravillosas. La novela, desde la llegada a China del personaje principal, se convierte en una sucesión de hechos interesantísima, maravillosamente narrada por Cronin, que tiene la enorme virtud de que sus libros sean amenos de principio a fin. La novela es un canto a la humildad y la tolerancia, a la entrega a los demás, todas ellas representadas por el padre Chisholm, un cura de alguna manera políticamente incorrecto y cuya figura encierra algo de crítica al establishment eclesiástico. Si me pidieran la lista de los cinco libros que más me han gustado, estoy seguro de que la lista incluiría "Las llaves del reino". Esta novela también tuvo versión cinematográfica, en 1944, con dirección de John M. Stahl y un flamante Grégory Peck en el papel protagonista junto a Vincent Price, Thomas Mitchell, Rose Stradner y Roddy McDowall.

"Los verdes años" es una novela de marcado cariz autobiográfico en el que nos cuenta la historia de un joven que queda huérfano y tiene que vivir con su abuelo, un protestante que no hace más que ponerle pegas a su deseo de ser médico, saliendo adelante en medio de mil contrariedades. En esta novela, como en las anteriores, la muerte vuelve a cruzarse en el camino del protagonista, un drama que acaba siendo la espoleta que impulsa el afán de superación y la férrea voluntad de triunfo del mismo. Como es tónica en los libros de Cronin, "Los verdes años" se lee con mucho agrado, mantiene el interés y se trata de uno de esos libros cuya lectura te ayuda a ser mejor. También fue llevada al cine, en este caso por Víctor Saville en 1946 y con Tom Drake, Beverly Tyler, Charles Coburn y Jessica Tandy entre otros intérpretes. El libro tuvo una segunda parte con "La ruta del Dr. Shannon", novela cuyo argumento presenta cierta similitud con "La ciudadela" en cuanto muestra los dos aspectos de la medicina: aquél en el que priman los intereses económicos y el que representa Roberto Shannon, el protagonista de "Los verdes años" que ya ha progresado como médico, y que muestra el lado humano y social de la medicina. Junto a este tema se plantea la cuestión de los prejuicios religiosos en Inglaterra que provoca el conflicto al enamorarse Shannon, que es católico, de una anglicana, otra cuestión de marcado cariz autobiográfico.

El elenco de novelas de Cronin se extiende a unas cuantas más -"Las estrellas miran hacia abajo", "Aventuras de un maletín negro", "Más allá del silencio", "La miseria y la gloria", ...- y aunque me faltan bastantes por leer, estoy seguro de que la firma del escritor escocés es garantía de buena lectura. No parece que Cronin sea en la actualidad un autor de moda, pero de ser así no lo considero justo, pues pienso que reune todas las virtudes para ser un escritor inmortal.