3 de febrero de 2010

Cerré "Millenium"












"La reina en el palacio de las corrientes de aire"
Stieg Larsson
Destino. Barcelona (2009)
854 páginas



Resumen:
Tercera y última entrega de Millennium. Lisbeth no está muerta, aunque no hay muchas razones para cantar victoria: con una bala en el cerebro, necesita un milagro, o el más habilidoso cirujano, para salvar la vida. Le esperan semanas de confinamiento en el mismo centro donde un paciente muy peligroso sigue acechándola: Alexander Zalachenko, Zala. Desde la cama del hospital, Lisbeth hace esfuerzos sobrehumanos para mantenerse alerta, porque sabe que sus impresionantes habilidades informáticas van a ser, una vez más, su mejor defensa. Entre tanto, con una Erika Berger totalmente entregada a su nuevo trabajo, Mikael se siente muy solo. Quizás Lisbeth le haya apartado de su vida, pero a medida que sus investigaciones avanzan y las oscuras razones que están tras el complot contra Salander van tomando forma, Mikael sabe que no puede dejar en manos de la Justicia y del Estado la vida y la libertad de Lisbeth. Pesan sobre ella durísimas acusaciones que hacen que la policía mantenga la orden de aislamiento, así que Kalle Blomkvist tendrá que ingeniárselas para llegar hasta ella, ayudarla, incluso a su pesar, y hacerle saber que sigue allí, a su lado, para siempre.



Por fin el pasado sábado, 30 de enero del corriente, concluí la lectura de la última entrega de la trilogía "Millenium" del sueco Stieg Larsson, una empresa que empecé en junio de 2008 y que he cerrado al cabo de año y medio largo. Aunque se habla de un libreto inacabado que conserva como oro en paño la que fuera compañera de Larsson y es de imaginar que se intentará forzar una cuarta entrega, no parece aventurado afirmar que con "La reina en el palacio de las corrientes de aire" se concluye una obra que se ha manifestado como un fenómeno social y literario en todo el mundo a lo largo de los últimos años de la primera década del siglo.

Ante el fenómeno Larsson cabe mantener diversas actitudes; algunas cabría incluirlas entre las que Luis María Anson, en una de sus "Primeras palabras" de "El Cultural" del diario "El Mundo" de hace unos meses calificaba como "críticas de intelectuales de salón", de gente que desprecia cualquier publicación con records de ventas y lecturas; también está la postura de aquellos otros que cerrados en cierto puritanismo son incapaces de ver en los libros de Larsson más allá de las ciertas desviaciones morales que presentan, sin darse cuenta que éstas son simple testimonio de la vida misma, a la vez de cuestiones marginales del núcleo de la novela; otros, finalmente, simplemente parecen rechazar estas novelas por un arraigado espíritu de contradicción: "gustan a todo el mundo, luego yo me descuelgo despreciándolas".

También cabe la posición contraria, la de los ciudadanos anónimos arrastrados por la publicidad y la masa que adquieren el libro por puro snobismo, porque es "lo que se lleva"; no deja de ser llamativo -y digno de un análisis crítico- comprobar que el día en que se había anunciado la puesta a la venta del tercer tomo, en cualquier librería en que entrases -y puedo asegurar que tuve la experiencia en vivo y en directo- encontrabas largas colas de personas delante de la caja del establecimiento, el 95% de ellos con Larsson en la mano.

A la hora de la verdad, opino que la única postura válida es la de la propia libertad: uno escoge leer o no el libro y, caso de hacerlo, opina sin más condicionamiento que el de su propia y subjetiva valoración. Y tengo que decir que, aún no siendo desde mi punto de vista, el mejor volumen de la trilogía, esta tercera entrega me ha gustado mucho y, lo que es muy significativo si del género de intriga hablamos, que mi interés en la trama ha ido incrementándose notablemente conforme avanzaba en la lectura.

Anson, en el artículo antes citado, se hacía eco de las alabanzas vertidas al autor sueco por Mario Vargas-Llosa, que si bien no comparte en su totalidad, suscribe en buena parte, a la vez que lanza una afirmación valiente al asegurar que "se resiste a sumarse a la consideración tórpida de que la calidad y el éxito comercial son incompatibles".

Anson resalta en los libros de Larsson sus personajes electrizantes -pienso que sobre todos ellos se erige majestuosa y sobradamente la figura de la gran protagonista de ellos, Lisbeth Sálander-, el creciente interés de su intriga y la extraordinaria fabulación que se desarrolla en los tres libros que componen la "ópera prima" del fallecido autor escandinavo.

Vargas-Llosa asegura que "una novela puede ser formalmente imperfecta a la vez que excepcional", y considero que es ésta una afirmación plenamente aplicable a las novelas de "Millenium". Anson, por otro lado, no desatina, en mi opinión, cuando asegura que "el genio literario no suele desarrollarse en los albañales de la perfección formal, sino en la provocación y la fractura, en la huida de lo convencional, en la autenticidad de la creación".

Es llamativo como en "La reina en el palacio de las corrientes de aire" aparecen fiscales que prevarican, psiquiatras que torturan y falsean informes, policías que delinquen gravísimamente, políticos que mienten y empresarios y banqueros que estafan, y todo ello no se desarrolla en una república bananera ni en una dictadura totalitaria, sino en una Suecia que durante años fue espejo democrático del mundo. Pienso que una de las razones del éxito y el valor de "Millenium" hay que encontrarlo aquí, en estas verdades que nos ofrece Larsson en sus páginas.

Uno le podría poner unos cuantos "peros" al libro: algún planteamiento poco real, cierto maniqueísmo y una tendencia a incurrir en lo políticamente correcto desde el punto de vista de la "progresía", incluso una escritura que no deslumbra, pero por encima de todo Stieg Larsson ha creado unas novelas cuyo éxito se justifica mucho más allá de la casualidad o las campañas publicitarias, pues entiendo se trata de una obra excelente y distinta; la trilogía "Millenium" está formada por tres larguísimas novelas que te atrapan, te aportan datos e ideas interesantes, te ayudan a entender una cultura, un país y una época y, en definitiva, vale la pena leerlas.


13 comentarios:

Mariapi dijo...

Pues lo repensaré, Modestino.
No he leído ninguno de los libros, y eso que están omnipresentes...por un motivo estúpido, sin duda, por una razón-sinrazón: me dan repelús las portadas...esa mirada anoréxica...
Y eso que me gusta el género y leo todo lo que cae en mis manos.
Bueno, siempre puedo forrar el libro ¿no?

Gracias.

Jorge Orús dijo...

Me queda por leer la tercera parte, que caerá. Me entretiene, sin más. Tiene el mérito de la claridad en las historias, no se enreda cuando semejante caudal plantea el riesgo del embrollo; a costa, como dices, de cierto maniqueísmo. Creo que amaga y no da: plantea asuntos candentes e interesantes, pero se queda en lo políticamente correcto y le hace perder valor. La novela negra es negra por los claroscuros, las sombras, los matices... Me parece.

ana dijo...

Modestino... me quito el sombrero ante tu entrada.

Apuntas muchísimas cosas que me interesan... de las que en un café hablado se podría sacar muuuucho jugo.

No he leído la trilogía, pendiente estoy; primero me da un poco de pereza (no sé por qué, no tengo ningún prejuicio negativo hacia ella, es más, después de hablar tú de ellas, me apetece un montón), luego, no la encuentro en las bibliotecas... y por último no debo gastarme 60 aurelios en leerlas (esta razón sí es de peso) ;))

Me quedo sobretodo con tu último párrafo... aunque tienes muchas cosas apuntadas para seguir tirando del hilo.

Dices: por encima de todo Stieg Larsson ha creado unas novelas cuyo éxito se justifica mucho más allá de la casualidad o las campañas publicitarias, pues entiendo se trata de una obra excelente y distinta; la trilogía "Millenium" está formada por tres larguísimas novelas que te atrapan, te aportan datos e ideas interesantes, te ayudan a entender una cultura, un país y una época y, en definitiva, vale la pena leerlas.

Y recordé ayer algo que leí: Uno de los más agudos ensayistas norteamericanos, Hayden White, ha establecido que lo único que el hombre realmente entiende, lo único que de veras conserva en su memoria, son los relatos. Lo leí en un escrito cuyo autor es Tomás Eloy Martínes. Un periodista.

Y me he quedado pensando en que los dos apoyáis la misma idea de fondo: ese saber que el relato, la novela, las historias que se cuentan, son verdaderas metáforas de la vida. Y que a través de ellas, conocemos e interpretamos de una manera más certera nuestro mundo.

Te recomiendo este blog... que me está descubriendo cosas que me gustan mucho, lo leo ya hace tiempo. Ahí supe de las palabras de Tomás Eloy Martínes. Está muy bien, pero que muy bien, este es el enlace:
http://paperpapers.blogspot.com/2010/02/tomas-eloy-martinez-1930-2010.html


Creo que te va a gustar mucho.

Saludos y que tengáis todos un estupendo día.

Modestino dijo...

A mí, Mariapi, también me daban repelús las portadas, y siguen sin gustarme nada; es más a las primeras de cambio rechacé el libro, aunque si piensas que un libro vale la pena leerlo, uno pasa por encima, y también lo puede forrar por supuesto.

Jorge, yo pienso que "Millenium" no es novela negra, es novela policiaca con tonos de críticva social; pero novela negra: Chandler, MacDonald, Hammet, Ellroy, Block, Parestki ... tal vez Mosley.

Ana, yo no he comprado ninguno de los tres tomos; el primero lo saqué de la biblioteca pública en junio de 2008, cuando acababa de salir y aúún no había explotado el boom: hoy día es misión imposible conseguir un Larsson en una biblioteca, pues hay listas de espera. Los otros dos me los han prestado.

De Tomás Eloy Martines oí hablar por vez primera la semana pasada a propósito de su fallecimiento el 31 de enero; entraré en el blog que ya es póstumo.

ana dijo...

Es cierto ¿verdad?... no los pillas en la biblioteca nunca!!... Al menos en las de aquí.

Ah... y no, no es su blog. Sus autores son otros. Ahí hablaban de él, llamado TEM.

Saludos.

Modestino dijo...

Ya me he dasdo cuenta, efectivamente el blog lo hacen otros.

Alberto dijo...

No he leído ninguno de los tres libros, y no es por falso orgullo de que no soy lector de best-sellers, no, porque me he leído los de Ruiz Zafón y los de Follett, por ejemplo.

Creo que me pasa que no tengo mucho tiempo y siempre sale algún libro que me parece más interesante que éstos de Larsson, pero por los buenas críticas que reciben, alguno acabaré leyendo.

Modestino dijo...

Yo de Follet no he leído nada, aunque tengo curiosidad por "Los pilares de la tierra", pero te confieso que tanta página me echa para atrás; de Ruiz Zafón leí "La sombra del viento" y es una lectura que descansa mucho, además de que si conoces Barcelona aumenta el interés, ya no leí el siguiente porque me dijeron que era muy flojo.

Larsson no es lectura obligada, pero tiene su aquél ... pero no te sientas obligado, Alberto. Un saludo¡¡¡¡

Noemí Baneem dijo...

Yo tengo el primer libro de la trilogía desde hace más de un año y me he quedado en la página 32. Vive en mi mesilla, al alcance de la mano para cogerlo en cualquier momento, pero creo que cuando lees un libro, lo haces en un momento y en una situación de tu vida, y si eso no se da, es mejor esperar a que aparezca, porque sino no sientes lo que lees, no te transmite nada. Pienso que nadie debe verse obligado a leer, ni siquiera lo que universalmente parece que leen todos, la lectura es un placer. Yo he empezado el de "Los pilares de la tierra" tres veces, y no lo he acabado ninguna. Simplemente, ese libro no es para mi, y me da igual que sea un best seller.

Modestino dijo...

Efectivamente, nadie debe verse obligado a leer un libro, y menos por el sólo hecho de ser un best-seller. Recientemente la editorial "Ariel" ha publicado un libro de David Viñas Piquer, profesor titular de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidad de Barcelona, titulado "El enigma best-seller" que creo es bastante interesante.

Lo que pasa es que pienso que ni hay que verse obligado a leer un libro porque lo lea todo el mundo ni esta razón ha de ser la base de rechazarlo sin más.

ana dijo...

Qué acertado es eso que comenta Noemí Baneem: ¡Este libro no es para mí!... al menos, de momento.

Yo tengo alguno (literatura, ya no best-seller) que he leído después de un par de intentos fallidos. Y aunque lo he terminado (en esto sí tengo tesón) sigo pensando que ese libro no era para mí.

Lo confieso. Uno de ellos es"Cien años de soledad".

(Siempre me digo a mí misma, que cómo no me iba a costar si cien años... es muuuucho tiempo de soledad)

Lo siento, no se alarme nadie... así son las cosas. Y así las he contado...

... glups...

Modestino dijo...

Es que no hay ninguna obligación de leer "Cien años de soledad", libro que no dudo que es excelente pero que me parece que algunos leen por puro snobismo.

Yo empecé hace poco "La tierra convulsa", primera entrega de la trilogía de Ramiro Pinilla "Verdes valles, colinas rojas", y poco después de pasar la página 300 he decidido dejarlo para mejor ocasión ... que no se si llegará.

Efectivamente .... he acabado teniendo claro que no es el momento, y a veces parece que nos cuesta un montón dejar un libro.

SUE... dijo...

Me ha gustado mucho la entrada que haces de Millenium.

Soy totalmente reacia a leer best- seller, pero me regalaron la trilogía de Larson y aunque empecé a leer con cierta prevención me enganchó de tal manera que el verano pasado leí los tres en un mes.

Leí hace años "Los pilares de la tierra", y más tarde "La sombra del viento". Mucho antes de que tuvieran tanta repercusión y fueran casi libros de culto y de lectura obligada.

En cambio no he podido con la trilogía de Ramiro Pinilla "Verdes valles, colinas rojas"

Sigo el blog con mucho gusto.

Gracias