13 de febrero de 2010

"Cautivos del mal" (1952)

Sinopsis: Magistral obra que bucea en los entresijos de Hollywoody a través de la historia de un tiránico y manipulador productor de cine que, en su momento de declive, pide ayuda a un director, una actriz y un guionista, a los cuales ayudó en la consagración de sus respectivas carreras pero que ahora le detestan. Ahora, años después, los tres le echarán en cara que fue un productor sin escrúpulos que trató de alcanzar el éxito sin reparar en las personas a las que traicionaba o engañaba.

Hace muchos años, recuerdo que vivía en Zaragoza, por lo que tendría que ser en los primeros de mis estudios universitarios, había visto esta película y me había gustado mucho, aunque también me acuerdo que fue de esas películas que miras mientras vas haciendo otra cosa y acabas enchufado, razón por la cual mi visión de la misma no había sido total y mi atención insuficiente. Por esta razón, he aprovechado la primera ocasión para verla de nuevo, esta vez de principio a fin y con dedicación exclusiva, y a fe que he confirmado, con creces, la excelente opinión de la primera vez, es más casi aseguraría que se trata de una de las mejores películas que he visto.

"Cautivos del mal" es una película sobre el cine, y más en concreto sobre Hollywood, y cuando uno contempla como se desarrolla la trama, las idas y venidas de los protagonistas, especialmente las argucias, las mentiras y las trampas del personaje que encarna Kirk Douglas, no tiene ninguna duda que se trata de vivencias reales, de la cruel realidad del mundo del celuloide y comienza a practicar ese interesante juego de poner nombres y apellidos reales a los personajes que allí aparecen como de ficción. El jefe de estudio cínico y sin escrúpulos (Kirk Douglas), la actriz glamourosa (Lana Turner), el director de éxito (Barry Sullivan) y el guionista de prestigio (Dick Powell) encajan perfectamente con la realidad que se intuye del mundo del cine en la época de la película (1952).

Para muchos es ésta la auténtica obra maestra de Vicente Minelli, un director a quien se considera el padre de los musicales modernos pero que aquí demostró que su capacidad abarcaba mucho más que eso. Efectivamente, en el currículum de Minelli destacan películas como "Un americano en París" (1952) y "Melodías de Broadway 1955"(1953), pero también comedias como "El padre de la novia" (1950) y "Té y simpatía" (1956), o películas biográficas como "El loco del pelo rojo" (1956) por la que Anthony Quinn consiguió el Oscar al mejor secundario por su interpretación de solo 9 minutos de Paul Gauguin y, por supuesto, "Gigi" (1958), la película triunfadora en los Oscars de 1958 con nueve estatuillas, entre ellas al mejor film y al propio Minelli como mejor director. "Cautivos del mal" supuso dos elementos innovadores en la filmografía de Minelli; por un lado el haber filmado en blanco y negro, renunciando a uno de sus principales pilares de su idea como artista: el color, y por otro, el haber sido uno de los primeros directores que realiza un proyecto que muestra las miserias de la propia industria cinematográfica.

En la película destaca el excelente uso de los "flash back", la perfecta disección de la personalidad y la manera de actuar de Jonathan Shields, el personaje principal, sacando a colación temas tan trascendentes en el ambiente cinematográfico como la competitividad, la ambición, la megalomanía y la ética. Destaca la formidable fotografía de Robert Surtees, el mismo que intervino en "Ben Hur". La interpretación es magistral, destacando sobre todos, desde mi punto de vista, el trabajo de un inmenso Kirk Douglas en un papel que le va como anillo al dedo; muy bien Lana Turner como la actriz alcoholizada que resurge y Walter Pidgeon en su trabajo de productor implacable. Barry Súllivan encarna al director de cine y Dick Powell al guionista, ambos maltratados por Shields, siendo notable también la aparición de Leo G. Carroll, el "malvado" de "Recuerda", aunque quien se acabó llevando el Oscar fue Gloria Graham en su papel de esposa frívola y superficial de Dick Powell.

La película no deja de ser una gran metáfora y en ella se nos presenta a un Jonathan Shields (Kirk Douglas) carente de escrúpulos que traiciona y hace un inmenso daño a Fred Amiel (Barry Súllivan), Georgia Lorrison (Lana Turner) y James Lee Bartlow (Dick Powell), pero que, paradójicamente, ha convertido al primero de un pardillo que no se sabe manejar en un director de fama mundial, a la Lorrison de una mujer caída en el arroyo en una estrella del cine y al tercero de un acomodado escritor del sur en un guionista de nivel.

"Cautivos del mal" se llevó cinco de los seis Oscars a los que estuvo nominado; además del citado de Gloria Graham a la mejor actriz de reparto, obtuvo las estatuillas al mejor guión adaptado, la mejor fotografía en blanco y negro, la mejor dirección artística y el mejor diseño, ambos también en blanco y negro. Kirk Douglas, sin embargo, al igual que pasara con "El ídolo de barro" y "El loco del pelo rojo" se quedó con la simple nominación, y sólo en 1996 la Academia le reconoció con un Oscar honorífico.

Se trata de una de esas películas que uno está a dispuesto a ver las veces que haga falta.




4 comentarios:

Máster en nubes dijo...

No la he visto o no la recuerdo, así que tomo nota. Uf, apetece una peli así hoy, cine-cine-cine. Un abrazo.

Modestino dijo...

Mejor no se puede definir la película, efectivamente, es cine en estado puro.

Tommy dijo...

Inolvidable la escena final del film, con la actriz, el guionista y el director pegados al teléfono para conocer el último proyecto del productor al que detestan con toda la razón pero gracias al cual se han convertido en las tres figuras que han llegado a ser. En la trastienda de Hollywood hay sujetos miserables, sí, pero pueden llegar a hacer películas maravillosas; lo malo y lo bello, que es el título original de esta peli, sin duda más positiva que el de "El crepúsculo de los dioses", filmada por Billy Wilder dos años antes.

Junto a los musicales, las comedias y los films biográficos de Minnelli que mencionas, erudito Modestino, tampoco hay que olvidar sus grandes melodramas: "Como un torrente", "Con él llegó el escándalo", "Los cuatro jinetes del Apocalipsis"... En fin, como dice Master cine-cine-cine de uno de los más grandes directores de Hollywood.

Modestino dijo...

Muy acertada tu referencia a los dramas dirigidos por Minelli, en especial "Con él llegó el escándalo", con un gran Robert Mitchum.