Hace unos días estuve comiendo en el VIPS de la Calle Alfonso, a mi derecha se sentaba una niña que no creo que tuviera más de 5 años que comistreaba junto a su madre y su abuela; aunque a uno le han enseñado las reglas de la discrección, no pude evitar escuchar algunos de los comentarios que efectuaban mis vecinos de mesa; no puedo negar además, no engañaría a quienes me conocen bien, que soy de natural curioso.
Me llamó la atención sobremanera lo circunspecta que se mostraba una niña tan pequeña; hablaba con tono de entendida, actitudes de yuppie y contenidos de persona mayor. No se si esto es bueno, pero me parece que no, que los niños tienen que ser niños y los mayores, mayores .... aunque en ocasiones también nos conviene volver a la niñez. ¿Dónde se quedó la infancia?, ¿Dónde se ha escondido la ingenuidad, la inocencia, la candidez, ...?.
Ni soy un experto en educación ni tengo experiencia diaria en el trato con niños, pero aún así soy capaz de llegar a alguna conclusión; la primera que los niños de nuestro siglo crecen en solitario, sin hermanos, sin primos, y así aumenta el peligro de que sean individualistas, resabiados y erróneamente conscientes de ser el único de su especie.
Es posible que la televisión tampoco colabore a la educación de niños con infancia; mi generación, desde luego, ya estuvo pegada a la "caja tonta", pero me parece que en aquella época era todo más light: ni "Daktari" ni "Cesta y Puntos" ni "Sesión de Tarde" parecían capaces de reconvertir nuestras formas ni nuestros modos de reaccionar. Hoy en día el niño traga televisión indiscriminadamente y aprende antes de tiempo lo adecuado y lo que no lo es: es como tener el enemigo en casa.
Me llama la atención el dominio que tienen nuestros menores, ya desde muy pequeños, de todo tipo de adelantos tecnológicos; la informática es un instrumento imprescindible hoy en día y que se maneje desde muy pronto tiene que ser, sin duda, aconsejable, pero si utilizado incontroladamente por un niño puede ser una bomba de relojería; los juegos de ordenador, la renombrada "playstation", ... no se si corren el peligro de atrofiar la imaginación y aumentar el aislamiento. Y que conste que no pretendo hacer una nostálgica apología de los Juegas Reunidos "GEYPER".
Es posible que esté sacando las cosas de quicio, que mi anécdota del VIPS no sea más que una complicada interpretación de alguien que se está empezando a sacar conclusiones de viejo; tampoco querría entrar en dinámicas agoreras o pesimistas, no soy de los que piensan que "cualquier tiempo pasado fue mejor", pero me parece que no todo se hace bien cuando nuestros adolescentes crecen tan deprisa, cuando uno tiene la impresión de que mientras dominan a la perfección acciones que antes aprendíamos mucho más tarde, no han leído un libro, no saben qué río pasa por Sevilla y Leonardo da Vinci les suena a Tom Hanks, Colón a una plaza de Madrid y Abraham Lincoln a pivot de la NBA.
Fotos: hoxe.vigo.org
7 comentarios:
Un pelín de nostalgia sí creo que se te nota. Pero mucho menos que si lo que tú has escrito lo hubiese redactado yo. Quizá porque me codeo casi todas las horas del día con esta generación de "tecnitas". Cuando les cuento juegos de mi infancia, programas de televisión, mis series favoritas... me miran como si fuera del Paleolítico Inferior. Y eso que son buenos chicos, sólo tenemos una tele de anticuario y los dos ordenadores (uno es mío y me lo "roban")están en la zona de estar...
Lo que cuentas hay pedagogos que le llaman botellón virtual: tele, ordenador, ipod...en la habitación del adolescente. Ni se les oye...porque están es otra órbita.
Saludos
no creo que te salgas de tiesto con esas sensaciones que cuentas, porque a mí también se me hacen raros tonos así en niños, que sólo suenan pedantes
pero lo inverso también sucede...qué pasa con los mayores que hablan como niños?
Muy buen quiebro, Quique. A veces no es malo funcionar como un niño: siempre que sea síntoma de sencillez, no de inmadurez.
Pero hay gente que tiene 50 años y aún funciona como adolescentes. Hay situaciones verdaderamente cómicas.
A veces estos niños que hablan como si fueran mayores son producto de la soledad y de ser hijos únicos de papis mayores.
Conocí uno en Viaró. Sus padres eran tipo Abraham y Sara. El chavalín era muy cursi hablando , debido a las horas y horas que pasaba con sus padres. Muy acostumbrado a comer y cenar con ellos en buenos restaurantes, ver museos, etc.
Un día vino a una salida cultural, tendría once añitos la criatura- y paramos a comer en un bareto de carrretera. Se sentó en mi mesa. Pedimos ensalada de primero. Viene el camarero con la ensalada y el niño, cuando se está marchando, le hace una señal discreta, se acerca el baranda y le dice el chaval señalándole el plato
- Por favor, señor, si es usted tan amable, suprima el huevo.
-¿ Qué haiga quééééé?
- Que suprima el huevo, si es tan amable.
El camarero no le dio una colleja de milagro...
A mí lo que me parece es que, a lo largo del tiempo, las personas mayores nunca han tenido confianza alguna en la generación de sus hijos o de sus nietos: con frecuencua han pensado que los jóvenes iban a acabar con la humanidad o con la civilización.
Pero sucede que aquí seguimos, amigo; es decir, que la humanidad ha continuado habitando este planeta, pese al mal presagio de los mayores; y lo seguirá haciendo hasta el que el sol se apague. Y no sólo eso: los jóvenes de cualquier generación, al llegar a adultos y ser ellos los que han pasado a manejar los destinos del mundo, han mejorado a la anterior: en derechos, en libertades y en calidad de vida. Quiero decir con ello que a lo mejor deberíamos ser más humildes y no creernos que, después de nosotros, vendrá el caos. De hecho, soy de la opinión de que somos tan insignificantes, que nadie hablará de nosotros cuando hayamos muerto (¡cómo me gustó esa película, por cierto!).
Ya he dicho que no soy de los que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor, seguro que los niños de ahora logran muchos avances de aquí a unos decenios, pero no lo dudes que será a costa de superar alguna limitación derivada de los usos educacionales. Por otra parte en la historia del mundo no siempre se ha progresado en derechos y libertades, no hay más que recordar los campos de concentración nazis, los gulags soviéticos, el régimen camboyano de Pol Pol o las dictaduras de Chile y Argentinaa
Libro "Roma", de Steven Saylor. El autor pone en boca de Blosin, filósofo estoico del siglo II a, c. la siguiente frase: "El mundo siempre ha ido cambiando; a veces para peor" a lo que Cornelic, hija De Públio Cornelio Escipión "El Africano", responde: "Entonces, de nuestros hijos dependerá cambiarlo de nuevo para mejor".
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