Hay canciones que, no se porqué, te dan paz, te aportan serenidad; te relajas, te acomodas, tal vez con cierto abandono, sin respeto a la corrección, en el sillón y escuchas sin pensar en otra cosa, sólo disfrutando, descansando.Una de las que consiguen que experimente lo referido es éste mítico tema del gran Louis Armstrong, posiblemente el músico más representativo de la historia del jazz. Armstrong nació en New Orleans, ¿dónde podía haberlo hecho sino?. Era cornetista y trompetista, pero cuando se lanzó también a cantar acreditó que no solamente era un instrumentista de primera fila, era un músico completísimo, lo mejor del momento. Durante su larga carrera, tocó y cantó con los más importantes instrumentalistas y vocalistas; entre ellos, con Jimmie Rodgers, Bing Crosby, Duke Ellington, Fletcher Henderson, Bessie Smith y, especialmente, con Ella Fitzgerald. Leer su biografía personal y musical es interesantísimo.
Escuchar a Louis Armstrong te transporta al ambiente sureño, te trae a la memoria retales de películas y reportajes, que son los medios por los que un hispano poco viajero puede conocer el mundo del sur, todo un canto a las dificultades, muchas veces al drama, pero siempre a la superación y a la alegría de vivir: eso dice la canción: ¡Qué hermoso es el mundo".
Su gran éxito, el tema que le hizo vender más discos fue "Hello Dolly", pero en esta ocasión me quedo con esta canción que me trae recuerdos personales. Obsérvese una cosa que me llama poderosísimamente la atención, a la vez que me resulta encantadora: Armstrong canta riendo, la sonrisa no desaparece nunca: toda una filosofía de la vida.
"What a Wonderful World" es una canción jazz escrita por Bob Thiele y George David Weiss y estrenada por Louis Armstrong. Sus autores pretendieron que fuera un antídoto al clima político y racial de la década de 1960, siendo escrita especialmente para el cantante de Nueva Orleans, que le imprimió especial atractivo. La canción describe la delicia por las cosas simples de cada día, y mantiene un tono optimista, con esperanza en el futuro, incluyendo una referencia a los bebés que nacen en el mundo y tendrán mucho para ver y crecer.
No fue un éxito de entrada, teniendo mucho más difusión en Europa que en USA. La explosión a nivel mundial de la canción tuvo lugar a partir de su inclusión en 1987 en la banda sonora de la película "Good Morning, Vietnam", dirigida por Barry Levinson y protagonizada, enter otros, por Robin Williams y Forest Whitaker.
Ni conocí, evidentemente, a Louis Armstrong personalmente ni se lo suficientemente de él como para hacer un diagnóstico sobre su persona, pero alguien que canta así, que se pasea de esa manera por el escenario que mira de frente y sonríe con amplitud tuvo que ser un gran tipo.
18 comentarios:
Salvando las distancias, tampoco José Vélez dejaba de sonreir cuando cantaba, o por lo menos es lo que parecía. Lo que sí es verdad es que una canción como "What a wonderful world" no puede interpretarse con cara de sufrir hemorroides.
Por aquellas fechas, Armstrong grabó una canción que me recuerda bastante a ésta, y que a mi gusto es igual de buena, que pertenecía al film "007 al servicio de Su Majestad" y que se llamaba "We have all the time in the world", compuesta por John Barry y Hal David.
Alguien ..."que mira de frente y sonríe con amplitud tuvo que ser un gran tipo". Por lo menos tiene bastantes puntos para serlo, Modestino. Hoy en casa cumple años un tipo parecido.
Me encanta la canción que has colgado.
Un saludo
Sunsi, le felicitas al "tipo" de mi parte.
Tommy, comparar a José Velez con Louis Armstrong es una barbaridad impropia de tí .... ¿te imaginas al canario con una trompeta mientras interpreta "Vino griego" o "Bailemos un valls"? ....
Me encanta Lous Armstrong, no sé si sabes que en El libro de la selva el Rey Louie, el mono de "a mi no me engañas Mowgli, un trato hicimos yo y tu..." y que canta con Balú Busca lo más vital... está basado en Armstrong.
Y eso: que realmente con todas sus miserias el mundo, la vida, es maravillosa, y con dolor y ayudando en lo que se pueda digo yo que de vez en cuando hay que recordarlo porque ¡anda que no hay tristones, aguafiestas, pesimistas agoreros etc...!
Un abrazo
Una de las cosas que más me hace disfrutar del blog son las aportaciones del tipo de ésta que haces del "Libro de la Selva", detalle que por cierto desconocía.
Pues sí, basta de agorereos y cenizos¡¡¡
Otro abrazo.
Otras interpretaciones de esta canción son siempre inferiores. Es siempre, cada vez, como una inyección de esperanza y optimismo, como dices. El detalle de Balu es buenísimo, el ambiente es el mismo: o no?
Efectivamente, hay un montón de versiones de la canción, entre otras de gente del nivel de Kenny G., Sarah Brightman, Rod Stewart o Celine Dion, pero como la de Armstrong ninguna: es suya¡¡.
Es verdad, es una de esas canciones de tranquilidad... De escuchar relajadamente. Me ha encantado escucharla ahora, en este ratito de calma del fin de la mañana, !por fin!
Siempre es bueno tener una buena colección de canciones para descansar.
Eso es. Cerrar los ojos y dejarse llevar.
¡Preciosa!
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Nota: en verificación de la palabra me pide el programa que ponga "facho". ¡Uf! ¡Casi...!
Ja, ja, ja.... misterios del internet.
Me pregunto, Modestino, en qué estabas pensando cuando has escrito "bailemos un VALLS". ¿Ha llegado la normalización al Cajón de Sastre? Espero que no.
El subconsciente amigo, que a veces te traiciona.
El Rey Louie en el original del Rey de la Selva, de Disney, era Louis Prima, no Armstrong.
Llevo años leyendo que fue Armstrong, y no.
Gloria a ambos, y a cada cual, lo suyo.
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