14 de septiembre de 2009

"Juan Belmonte, matador de toros", Manuel Chaves Nogales













"Juan Belmonte, matador de toros"
Manuel Chaves Nogales
"Libros del Asteroide". Barcelona (2009)
343 páginas


Pienso que no hace falta ser de los llamados "taurinos" para disfrutar leyendo esta deliciosa biografía escrita por entregas por Manuel Chaves Nogales, un periodista español que durante los años 30 tuvo su momento cumbre con reportajes de auténtica vanguardia sobre la "naciente aviación" y la revolución soviética, llegando a entrevistar a personajes de la importancia de Joseph Goebbels. Ferviente republicano y partidario de Manuel Azaña, se exilió en París y Londres, donde murió en 1946 sólo y abandonado, tras enfrentarse a los extremismos de derecha e izquierda.

El libro es una formidable biografía de Juan Belmonte escrita en primera persona, con la peculiariedad de que el libro está formado por los capítulos sueltos que Chaves escribía en el periódico y de que el torero protagonista puso fin a sus días de un disparo en la cabeza 16 años después de la muerte de su biógrafo.

Belmonte no fue un torero cualquiera, pues para muchos el matador de Triana se convirtió en la persona que revolucionó el toreo moderno; fue él primero en quedarse quieto delante del toro, esperándole y dándole pases templadamente sin andar hacia tras ni moverse continuamente en la arena. Hasta la aparición de Belmonte, torear consistía básicamente en sortear las acometidas de los toros sobre las piernas con más o menos valor y gracia. Su extraordinario dominio de los terrenos le permitió ejecutar el toreo de una forma nueva, despacio y con una cercanía nunca vista. Puso en práctica los tres tiempos de la lidia: parar, templar y mandar, a lo que más tarde agregó cargar la suerte.

Pero el libro es mucho más que un tratado sobre toros; en él nos describe a la perfección el ambiente de la época, con unas deliciosas escenas de la infancia y juventud de Belmonte en el sevillano barrio de Triana, del negocio de quincallería de su padre y de sus andanzas toreando de noche y clandestinamente en las marismas.

Belmonte, a diferencia de los otros toreros de su época, era un hombre cultivado; a pesar de no tener prácticamente estudios, viajaba siempre con un cargamento de libros, algo que no entendían los de su ambiente, a la vez que frecuentó la amistad de grandes personajes de la cultura como Valle-Inclán, Pérez de Ayala, Ignacio Zuloaga o Julio Camba, quienes le agasajaban y le consideraban un artista más, llegando a adoptar sus modos e incluso su estilo de vestir, renunciando a la coleta clásica de torero.

Por supuesto, hay sitio para comentar su alternativa, la rivalidad que mantuvo con Joselito y sus viajes a América, con especial referencia a su primer viaje a Méjico y su estancia en Perú, donde conoció a la que sería su mujer, con la que se casó por poderes "porque aborrecía las ceremonias". Todo ello relatado desde un prisma humano y lleno de sentido.



http://www.elboomeran.com/obra/275/juan-belmonte-matador-de-toros/





3 comentarios:

María dijo...

Curioso eso de que el protagonista sobreviva a su propio biógrafo.

Yo de toros y toreros no tengo ni idea, pero parece que Belmonte era un personaje peculiar.

¿Por qué (si es que se sabe) se suicidó?

Modestino dijo...

Parece ser que estaba enamorado de una flamenca muy joven y era un amor imposible. A los 70 años ya tiene bemoles el tema...

http://www.segundarepublica.com/index.php?id=17&opcion=2

Suso dijo...

Valle Inclán era un admirador de Belmonte. Tras la muerte de Joselito, se había quedado solo en la cúspide del olimpo taurino y le dijo un día "Juan solo te falta una cosa para pasar de figura a mito, que te mate un toro en la plaza ",a lo que el diestro respondió sentenciando "Don Ramón, se hará lo que se pueda".