25 de septiembre de 2009

Puesta de sol



Una de las cosas que más paz me ha dado siempre es una puesta de sol cerca del mar; las circunstancias de la vida me han permitido tener acceso a esta experiencia durante 22 años, los que estuve en Tarragona. Ahora el mar queda lejos y uno no puede evitar pensar si en su día supo aprovechar la ocasión; de cualquier manera ahí quedan los momentos vividos, impresos en la memoria.

Y es que a veces necesitamos paz, y para ello optamos por huir; la cercanía del mar, la soledad del ambiente y una visión esplendorosa te ofrecen la posibilidad de apoyar el descanso del alma, agitada por los acosos de la vida, por la rutina que agobia, por la ansiedad, la incomprensión o, incluso, por nuestras propias contradicciones. En ocasiones buscamos la soledad, la necesitamos, y frente a esa maravilla de la naturaleza somos capaces de sacar fruto incluso de nuestro propio individualismo.

Pero una puesta de sol, como un paisaje de montaña o el sendero que bordea un rió pirenaico, te permite llegar más lejos, comprender que es imposible una estampa tan bella y tan perfecta sin una inteligencia capaz de crearla, por eso la naturaleza te puede acercar a Dios, quien aportará a esa paz interior -y exterior- de la que hablaba el complemento de lo profundo, lo arraigado, lo eterno.


11 comentarios:

Suso dijo...

Recién llegué de un paseo improvisado-tres horas y media en un paisaje tan marítimo como las llanuras de Cigüeñuela. Tiene algo de mar Castilla.

El otoño está rompiendo,la luz y el sol son otra cosa.

Y mañana más. Solo. Y en esa soledad , de vez en cuando, te sorprendes exclamando "¡joder,qué bonito!".

También es un modo de rezar.

ana dijo...

Es cierto, se reza. Sintiéndonos tan pequeños, ante una naturaleza tan inmensa, nos volvemos al Padre cual hijos... así, tan pequeños, siendo tan poca cosa... desde la humildad. Y creo que es, sin duda, la mejor oración.

Suso... eso es... ¡joer, qué bonito es esto!

Que sea un sábado estupendo. ;))

Máster en nubes dijo...

Y cada día distinto, al salir y al meterse el sol, nunca dos amaneceres o dos atardeceres iguales, Modestino, y gratis, siempre gratis. Programa doble todos los días, encima ...

sunsi dijo...

Modestino...Ahora. Ahora es el momento...que ya se han ido los veraneantes ruidosos y la playa se queda casi desierta. Te sienta en la orilla, justo en el lugar donde el agua te moja los pies y miras al fondo. Ninguna barrera humana. Sin pretender pensar. Basta con contemplar en silencio. Y rendirte ante la obra del Creador. Y dejarte mecer por ella.

Si algún día se te ocurre ir a ver el mar de Tarraco... también puedes pasar por casa. Desde aquí se ven trocitos de mar.

Un saludo desde tu y mi Tarraco

Modestino dijo...

Yo el mar lo echo frecuentemente de menos. Pero llegar a Huesca ha conseguido que por fin descubra el Pirineo, que no es moco de pavo. Puestas de sol allí arriba tengo poca ocasión de verlas, pero paisajes que te elevan alto ya he visto muchos.

Tintin dijo...

Hoy, camino de Nájera en bici, hemos visto y comentado los primeros amarillos de los árboles más sensibles... Esa gama otoñal, del rojizo ténue al amarillo terroso, es un espectáculo inimitable e indescriptible.
Por cierto,el otro día, de improviso, me presenté en Tarragona y también por sorpresa, era Santa Tecla. Estuve en la catedral, vi los gigantes, dragones, olí a pólvora, pasé por donde viví - ¡ cuanto daño siguen haciendo las palomas por mi Comte de Ríus ¡ - y nos dimos un baño de nostalgia. Lo que me pareció maravilloso fue pasear tranquilamente por un Salou-Cambrils limpio, cuidado y bonito

Modestino dijo...

Cada regreso a Tarragona es un golpe emotivo, y pasear por tantos sitios una delicia.

María dijo...

Qué maravilla esas puestas de sol. El embrujo del mar. ¿Por qué nos atraerá tanto? Son, simplemente, belleza. Belleza silenciosa. Un marco increíble para pensar o dejar de pensar... Buen fin de semana, Modestino!

FRANK dijo...

Qué, bonitos espectáculos nos da la naturaleza! Y, además, gratis.

Me encantan las puestas del sol en la playa, cuando casi todo el mundo se ha ido y todo está tranquilo; es el momento de cerrar el libro y contemplar la belleza que los diferentes colores y reflejos del sol producen en las nubes.

Has probado a verlo mientras te bañas, rodeado de mar?

Modestino dijo...

Pues fíjate, rodeado de mar no lo he visto nunca. Ya debe de ser la repanocha.

FRANK dijo...

Yo sí que lo he visto mientras me baño. Pero, como no llevo las gafas lo que gano por un lado lo pierdo por otro.

A ver si ganamos hoy.