La escena, y aquí incluyo cine, teatro y televisión, de la segunda mitad del siglo XX -y parte de la primera- tuvo entre sus protagonistas algunas actrices más que las que mencionabaa hace dos días. Tendría que alargarme muchísimo para hablar de todas y me conformaré con referirme a un par más.
Al hablar de las grandes damas, sin quitar una letra, de la escena española no podía faltar el nombre de Rafaela Aparicio, otra de aquéllas que prácticamente nació y murió en un escenario: 90 años de una vida dedicada a entretener, y de qué manera¡, a los demás. A Rafaela Aparicio se la encasilló muchas veces en el papel de chacha, pero sus condiciones iban mucho más allá de este cliché; evidentemente, tenía un físico y un timbre de voz que podían condicionar enormemente los papeles que le tocaban, pero ante todo era una actriz como la copa de un pino y sabía dar, cuando era preciso, un tono auténticamente serio y dramático a sus interpretaciones. Es llamativo lo que su marido, el también actor Erasmo Pascual, decía de ella: «es la única actriz a la que pagaban por ser como era», y efectivamente, si algo destacaba de manera especial en Rafael era su espontaneidad, la misma que un día la llevó a declarar, orgullosa, que «Pedro Almodóvar se ha interesado por mí y quiere que ruede con él, pero yo no hago cosas indecentes».
Estuvo casi 60 años interviniendo en películas, desde su primera intervención en la legendaria "Nobleza baturra" (1935) hasta su papel en "Oh cielos", de Ricardo Franco, en 1994. Su importancia como actriz fue aumentando con el tiempo y son inolvidables sus papeles en películas como "El último cuplé" (1957), dirigida por Juan de Orduña, "Atraco a las tres" (1962) de José María Forqué, "Historias de la televisión" (1965), de José Luis Sáenz de Heredia, "Los chicos del Preu" (1967), de Pedro Lazaga, "El extraño viaje"(1967), de Fernando Fernán Gómez, "Las Ibéricas F.C." (1971), de Pedro Masó, "Ana y los lobos" (1973) y "Mamá cumple cien años" (1979), de Carlos Saura, "Cara de acelga" (1986), de José Sacristán, "La vida alegre" (1986), de Fernando Colomo y "El mar y el tiempo"(1989), dirigida por Fernando Fernán Gómez y por la que ganó un premio Goya.
De sus papeles en televisión cabría igualmente hablar mucho, aunque yo me quedo con tres intervenciones: la que tuvo en "Historia de la frivolidad" (1967), uno de los primeros guiones de Narciso Ibáñez Serrador en nuestra tele, realizado junto a Jaime de Armiñán y con música de otro de los incombustibles de la época: Augusto Algueró; la película estaba formado por una serie de sketches y Rafaela intervenía en uno que protagonizaba una llamada "Liga Femenina contra la Frivolidad" junto a Irene Gutiérrez Caba , que era la líder, Lola Gaos, Pilar Muñoz y Margot Cottens; todas ellas entonaban una canción que aún recuedo: "Somos puritanas, hermanas [...]. Usamos tijeras, usamos tinteros […]. Cortamos, rompemos, echamos borrones, […] bajamos las faldas, subimos escotes, usamos sombrero, quitamos la injusticia en el mundo entero.". Célebre igualmente su papel de criada de la casa de los Martínez junto a Florinda Chico y el de tía soltera en "La tía de Ambrosio", junto a Luis Morris.
Pienso que Rafaela Aparicio se ha convertido en uno de los eprsonajes más entrañables, al menos de los "chusmetas" que disfrutamos con la vieja televisión y el cine "de consumo".
Incluyo a Maria Isbert aquí y no sabría decir la razón principal, fundamentalmente porque me cae bien y porque pienso que sus interpretaciones están cargadas de fuerza y naturalidad. Es hija del gran Pepe Isbert, quien ya tuvo su momento de gloria en este modesto rincón de la red, y posiblemente, además de la vocación artística, heredó de su padre ese aire medio "coñón" medio socarrón que le caracteriza.
En cine ha intervenido en películas tan célebres como "la Lola se v a los puertos" (1947), de Juan de Orduña, "Currito de la Cruz" (1949), de Luis Lucia, junto a su padre, "Viridiana" (1961), de Luis Buñuel, "No desearás al vecino del 5ª" (1970), de Ramón Fernández un auténtico ejemplo del cine de la época que batió records de recaudación, "La guerra de papá" (1977), de Antonio Mercero, basada en una novela de Delibes, "Tiempo de silencio" (1986), de Vicente Aranda, sobre el libro del mismo título de Martín Santos, "El bosque animado" (1987), de José Luis Cuerda, sobre la novela de Fernández Florez y "La ciudad de los prodigios" (1999) de Mario Camús, también con el antecedente literraio de Eduardo Mendoza. También trabajó con su padre en tres de sus actuaciones maestras: "El cochecito", "El verdugo" y "La gran familia".
María Isbert también frecuentó la pequeña pantalla; tengo recuerdos vagos de sus intervencónes pero uno muy concreto: un capítulo de "Crónicas de un pueblo" en el que ella interpreta a una soltera del pueblo; una noche un individuo vestido con una trenka es visto entrar por la ventana de su casa, destando las habladurías de todo el pueblo. Al final quien había entrado por vía indebida era la propia María Isbert, que tenía esa prenda de abrigo y se había dejado las llaves en su casa.
Y, desde luego, cuando la han entrevistado María isbert siempre me ha parecido, por encima de todo, una señora.
Cabría hablar de otras actrices, como Isabel Garcés, una mujer con una expresividad espectacular, graciosísima, que se hizo popular en las películas de Marisol, la niña prodigio del momento, y de quien recuerdo una interpretación magistral en una pequeña obra teatral de la tele en la que interpretaba a una señora que vendía chucherías y tabaco en un carrito, al regresar a su casa se encuentra con la inesperada visita de la muerte que viene a llevarse a su marido, viejo y enfermo, que interpreta otro gran cómico, Erasmo Pascual, marido precisamente de Rafaela Aparicio; Isabel Garcés mantiene un diálogo delicioso con tan siniestra visitante, a quien llama "Carmencita" porque le parece muy fuerte llamarla "Doña Muerte" y le convence de que es mejor que se la lleve a ella; al final la parca se compadece y les deja a los dos seguir viviendo. Y cabría hablar de Guadalupe Muñoz Sampedro, Julia Caba Alba e incluso algunas menos cómicas como Luisa Sala y Asunción Villamil, a quienes nunca nos cansamos de ver en la tele, y mira que salían.
6 comentarios:
Eso es hacer justicia. Todas aquellas actrices que nos hicieron pasar tan buenos ratos. Me encantaba Rafaela Aparicio. No entraré en discusiones sobre Almodóvar. Pero creo que sabía lo que decía. Y su experiencia es un grado o dos...
Gracias, Modestino.
¿Me harías el honor de pasarte hoy por mi república? Si te apetece, claro...
Sencillamente, mujeres entrañables y grandes actrices que nos hicieron creer que eran como interpretaban, casi nada.
Modestino, Nicola di Bari, ya son años. buena cosecha la del 58
Un abrazo
Nicola di Bari tiene una larga lista de canciones inolvidables. Aunque puede que "Il Giorni dil Arco Valeno" y "Il cuore e uno zingaro" sean las mejores.
Modestino, no se donde estarás ahora mismo pero, estés donde estés, espero que te encuentres mejor que ayer tras la derrota del Zaragoza, es lo que pasa a veces cuando se pone mucha ilusión en algo.
Al fín y al cabo es solo fútbol y tiene arreglo, ya verás como no todo va tan mal como piensas.
Está muy bien esto de recordar a las actrices y también a los actores porque cada vez hay menos como los que citas, yo no se si es que ya no voy al teatro y no se cómo está la escena pero creo que actrices como esas ya no quedan.
Yo recuerdo especialmente a Aurora Redondo, ya se que le has dedicado un post anterior, porque la ví en Madrid en "La casa de Bernarda Alba" y recuerdo cómo se la aplaudía al final a ella especialmente, que creo que ya entonces pasaba de los 90 años.
Al Zaragoza le toca sufrir, la derrota de ayer es muy grave y la imagen dada deplorable.
Tal vez ahora haya otro tipo de actores y actrices. Pero hay algunas que fueron inigualables.
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