A muchos el nombre de Carlos Ballesteros les sonará más bien poco, pero yo recuerdo perfectamente su figura estilizada, su pelo rubio y, por encima de todo, esa voz sonora y profunda que le caracterizaba. Ballesteros, que había nacido en Zaragoza -¡cómo no iba a dedicarle un post a un paisano!- falleció el pasado domingo 4 de septiembre en Móstoles a la edad de 75 años a causa de un cáncer hepático. Mis recuerdos del actor aragonés se centran en tres direcciones: en primer lugar por ser uno de los secundarios clásicos de la tele de mi infancia, sin ir más lejos en la serie "Diego de Acevedo", que volví a ver recientemente, donde encarnaba a uno de esos heroicos madrileños que hicieron frente a los franceses; en segundo lugar por su papel de sargento legionario en la película de Rafael Gil "Novios de la muerte", un film del que guardo especial recuerdo por la circunstancia de haberlo visto en el cuartel donde cumplía mi servicio militar, film que protagonizaban dos galanes del nivel de Juan Luis Galiardo y Ramiro Oliveros, junto a actores del fuste de Julián Mateos, Fernando Sancho, Helga Line y José Nieto y que trataba de rivalidades amorosas y gestos heroicos; el último recuerdo es mucho más reciente, pues Ballesteros ejercía, junto a Gemma Cuervo, de suegro de Emilio Aragón en "Médico de familia".
Su historial cinematográfico es amplio, aunque frecuentemente sus presencias eran muy breves; no obstante tuvo papeles de cierta relevancia en películas como "Ensayo general para la muerte" (1963), de Julio Coll, "Olvida los tambores" (1975), de Rafael Gil, "La lozana andaluza" (1976), de Vicente Escrivá", "La espada negra" (1976), de Francisco Rovira Veleta, "Tatuaje" (1978), de Bigas Luna, en la que se convierte en el primer actor en representar en cine al detective Pepe Carvalho de Vázquez Montalbán, "Nunca en horas de clase" (1979), de José Antonio de la Loma, "La venganza del lobo negro" (1981), de Rafael Romero Marchent, "Locas vacaciones" (1984), de Hubert Frank y "Amor propio" (1994), de Mario Camus; su debut se produjo en 1962 bajo las órdenes de José María Forqué en "Accidente 703". Como queda dicho fue uno de los habituales de televisión desde los primeros tiempos del medio en España y durante las décadas de los sesenta y setenta intervino en numerosos espacios de TVE como "Historias para no dormir" (1966), "Hora once" (1971), "Visto para sentencia" (1971) y bastantes "Novela" y "Estudio 1".
En teatro la lista de trabajos de Carlos Ballesteros es enorme, habiendo aparecido en la red listas de más de cien obras en las que ha intervenido; entre muchas otras destacan "Seis personajes en busca de un autor" (1957), de Pirandello, "La importancia de llamarse Ernesto" (1958), de Oscar Wilde, "La muerte de un viajante" (1959), de Arthur Miller, "Don Juan Tenorio" (1959), de José Zorrilla, "Un soñador para un pueblo" (1960), de Buero Vallejo, "El alcalde de Zalamea" (1962), de Calderón de la Barca, "Divinas palabras" (1962), de Valle-Inclán, "La barca sin pescador" (1964), de Alejandro Casona, "Los siete infantes de Lara" (1966), de Lope de Vega, "La casa de las chivas" (1968), de Jaime Salom, "Otelo" (1971), de William Shakespeare, "Anillos para una dama" (1973), de Antonio Gala, "La divina comedia" (1986), de Dante, "La gata sobre el tejado de zinc caliente" (1995), de Tennessee Williams y "la malquerida" (2000), de Jacinto Benavente, amen de muchas otras obras de los autores citados y de otros de la calidad de Jean Paul Sartre, Samuel Becket, Albert Camus, Eugene O'Neill, Alfonso Sastre, Eduardo Marquina, Moliere y José María Pemán.
Cuando muere una persona relevante, uno acostumbra a enterarse de aspectos desconocidos de la misma; así ha ocurrido en el caso de Carlos Ballesteros, y así he sabido que abandonó sus estudios de filosofía y letras por el teatro, que era un magnífico dibujante, haciendo sus pinitos como dibujante de humor en las revistas "Don José", "La codorniz" y "Primer plano". Asimismo fue un galán deseado por las actrices: Pilar Bardem aseguraba al conocer su fallecimiento que "yo siempre les decía a los jóvenes actores que empezaban en el oficio: 'a ver si aprendéis a besar como Ballesteros encima de un escenario" mientras Concha Velasco afirmaba que era más guapo que Paul Newman. Ballesteros también dirigió varios montajes siendo el último una puesta en escena de su propio texto "Esperando al señor S". Tiene publicados varios libros de humor negro, como "Chupate esa, teresa" y "Para cuando se canse de leer a James Joyce", asegurando algunos que su humor tiene algo de Jardiel Poncela y de La Codorniz. La noche de su muerte Andrés Peláez, director del Museo Nacional del Teatro, recordaba un aspecto notable de la actividad de Carlos Ballesteros, como fue su participación en el teatro ambulante: en los años setenta y ochenta Ballesteros recorrió, con un puñado de actores y un carro, numerosos pueblos en los que representaba textos de Cervantes y Lope, a la manera de las Misiones Pedagógicas de la II República Española que presidió el dramaturgo Alejandro Casona. Lo más loable es que Ballesteros llevó a cabo este proyecto siendo ya una primerísima figura del teatro.
Su historial cinematográfico es amplio, aunque frecuentemente sus presencias eran muy breves; no obstante tuvo papeles de cierta relevancia en películas como "Ensayo general para la muerte" (1963), de Julio Coll, "Olvida los tambores" (1975), de Rafael Gil, "La lozana andaluza" (1976), de Vicente Escrivá", "La espada negra" (1976), de Francisco Rovira Veleta, "Tatuaje" (1978), de Bigas Luna, en la que se convierte en el primer actor en representar en cine al detective Pepe Carvalho de Vázquez Montalbán, "Nunca en horas de clase" (1979), de José Antonio de la Loma, "La venganza del lobo negro" (1981), de Rafael Romero Marchent, "Locas vacaciones" (1984), de Hubert Frank y "Amor propio" (1994), de Mario Camus; su debut se produjo en 1962 bajo las órdenes de José María Forqué en "Accidente 703". Como queda dicho fue uno de los habituales de televisión desde los primeros tiempos del medio en España y durante las décadas de los sesenta y setenta intervino en numerosos espacios de TVE como "Historias para no dormir" (1966), "Hora once" (1971), "Visto para sentencia" (1971) y bastantes "Novela" y "Estudio 1".
En teatro la lista de trabajos de Carlos Ballesteros es enorme, habiendo aparecido en la red listas de más de cien obras en las que ha intervenido; entre muchas otras destacan "Seis personajes en busca de un autor" (1957), de Pirandello, "La importancia de llamarse Ernesto" (1958), de Oscar Wilde, "La muerte de un viajante" (1959), de Arthur Miller, "Don Juan Tenorio" (1959), de José Zorrilla, "Un soñador para un pueblo" (1960), de Buero Vallejo, "El alcalde de Zalamea" (1962), de Calderón de la Barca, "Divinas palabras" (1962), de Valle-Inclán, "La barca sin pescador" (1964), de Alejandro Casona, "Los siete infantes de Lara" (1966), de Lope de Vega, "La casa de las chivas" (1968), de Jaime Salom, "Otelo" (1971), de William Shakespeare, "Anillos para una dama" (1973), de Antonio Gala, "La divina comedia" (1986), de Dante, "La gata sobre el tejado de zinc caliente" (1995), de Tennessee Williams y "la malquerida" (2000), de Jacinto Benavente, amen de muchas otras obras de los autores citados y de otros de la calidad de Jean Paul Sartre, Samuel Becket, Albert Camus, Eugene O'Neill, Alfonso Sastre, Eduardo Marquina, Moliere y José María Pemán.
Cuando muere una persona relevante, uno acostumbra a enterarse de aspectos desconocidos de la misma; así ha ocurrido en el caso de Carlos Ballesteros, y así he sabido que abandonó sus estudios de filosofía y letras por el teatro, que era un magnífico dibujante, haciendo sus pinitos como dibujante de humor en las revistas "Don José", "La codorniz" y "Primer plano". Asimismo fue un galán deseado por las actrices: Pilar Bardem aseguraba al conocer su fallecimiento que "yo siempre les decía a los jóvenes actores que empezaban en el oficio: 'a ver si aprendéis a besar como Ballesteros encima de un escenario" mientras Concha Velasco afirmaba que era más guapo que Paul Newman. Ballesteros también dirigió varios montajes siendo el último una puesta en escena de su propio texto "Esperando al señor S". Tiene publicados varios libros de humor negro, como "Chupate esa, teresa" y "Para cuando se canse de leer a James Joyce", asegurando algunos que su humor tiene algo de Jardiel Poncela y de La Codorniz. La noche de su muerte Andrés Peláez, director del Museo Nacional del Teatro, recordaba un aspecto notable de la actividad de Carlos Ballesteros, como fue su participación en el teatro ambulante: en los años setenta y ochenta Ballesteros recorrió, con un puñado de actores y un carro, numerosos pueblos en los que representaba textos de Cervantes y Lope, a la manera de las Misiones Pedagógicas de la II República Española que presidió el dramaturgo Alejandro Casona. Lo más loable es que Ballesteros llevó a cabo este proyecto siendo ya una primerísima figura del teatro.
6 comentarios:
Concha Velasco no es la única que le comparaba con Paul Newman. De todos modos, no es un hecho de general conocimiento que este actor había nacido en Zaragoza, y creo que pasa lo mismo con Pellicena. La capital de Aragón ha dado buenos actores, amén de directores como Borau o Forqué.
Sí que fue Ballesteros el primer actor que interpretó a Pepe Carvalho, y lo hizo en la que también fue la primera peli de Bigas Luna, "Tatuaje", junto a la impar Mónica Randall, aunque en el papel del detective galaico-catalán yo recuerdo más, pese a que según muchos no daba el tipo, al vasquísimo Patxi Andion en el "Asesinato en el Comité Central" que adaptó y dirigió Vicente Aranda.
De todos modos, el Carvalho más atípico de todos ha sido sin duda Constantino Romero en el telefilm "Olímpicamente muerto". Su elección respondía, al parecer, a la idea de que los personajes literarios no pueden dejar de parecerse a sus autores, y Vázquez Montalbán sí que tenía un cierto parecido con el conocido actor de doblaje.
Curiosamente tengo una entrada sobre Pellicena en el congelador; la pensaba sacar la próxima semana, pero no se si serán demasiados dos actores nacidos en Zaragoza en sólo 7 días.
Preparando el post de José Luis pellicena encontré en youtube una entrevista que le hizo César Vidal -me pareció llamativo, pues no es Pellicena precisamente de la cuerda del periodista y escritor- y en ella cuenta que su vocación era la Medicina -quería ser cirujano vascular-, pero que determinado acontecimiento le hizo abandonar los estudios y pasarse al teatro y que se fue de Zaragoza porque la capital aragonesa en los años 50 era una ciudad de enorme oscurantismo ... como también Ballesteros abandonó los estudios de Filosofía y Letras, tal vez esto explique lo poco que se habla del origen zaragozano de estos actores.
Yo no existía por entonces -nací en 1958- y no se que quiso decir José Luis Pellicena con lo del oscurantismo.
De Carvalho -queda corregido que es detective y no inspector- solamente he leído "Los mares del sur", así que no estoy en condiciones de decir si a Patxi Andión le iba o no el personaje.
Forqué el padre de Veronica Forqué... y Florian Rey (Nobleza Baturra, Morena Clara)y aunque no sean de Zaragoza como son aragoneses nombro igual a Buñuel y a Saura...
Para mi lo mejor de Bigas Luna ha resultado ser dos de su trilogía de Jamon jamon / Huevos de oro, (La otra favorita es Bambola no tiene nada que ver...)
Tenia previsto ponerme a ver Tatuaje pero no podrá ser hoy me quedo sin ver al actor de voz profunda...
Que Constantino Romero interpretara a Carvalho es increible por mucho que se le parezca al autor!!!
Lo mejor de Bigas Luna fue la configuración de la ofrenda de flores del día del Pilar ;).
Esto no lo se yo... lo voy a tener que buscar :)
Bigas Luna es agnostico, pero le encantaba la Ofrenda de Flores del 12 de octubre; opinaba que la tradicional colocación de la Virgen y de las flores en la Plaza no era la mejor y se podía aprovechar mucho mejor el espacio, así que diseñó una nueva distribución, que acabó siendo un éxito.
Imagino que sí pensamos en lo celoso que suele ser el personal con las tradiciones y el inmovilismo que suele abundar en estos casos al hombre le debió costar sangre, sudor y lágrimas convencer a quién correspondiera, y ya no digo sí consideramos la tradicional tozudez maña. Pero se salió con la suya y lo hizo muy bien.
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