14 de abril de 2012

Adios a una de esas presentadoras de continuidad

El pasado miércoles falleció Marisa Medina, tenía 69 años y padecía desde hace dos un cáncer de colon y estómago. Aunque en su currículum figura también como actriz y escritora, la actividad por la que la conocí casi exclusivamente es la de locutora de televisión. Marisa Medina fue una de esas locutoras de continuidad que en la vieja televisión de los principios anunciaban la programación, salvaban interrupciones y se dirigían en general a los telespectadores con una sonrisa de oreja a oreja; junto a ella recuerdo a Pilar Cañada, Marisol González, Isabel Bauzá, Clara Isabel Francia, Adela Cantalapiedra e Irene Mir, esta última de los estudios de Miramar en Barcelona. Todas ellas, muy especialmente las tres primeras, tenían una soltura notable, si bien la Medina destacaba por encima de todas por leer sin chuleta, por una especial capacidad para llegar a la gente. De hecho, además de estas funciones, pronto pasó a presentar diversos programas, así como algún que otro Festival de la Canción, de esos que proliferaban por la España del Turismo y el folclore. Tenía Marisa una personalidad llamativa y siempre mostró ambiciones de llegar más allá de su papel de "busto parlante".

En el cine hizo unos cuantos trabajos, incluso fue considerada por algunos un icono del destape; sus películas entran dentro del tono comercial, habiendo debutado con la versión cinematográfica de "La casa de los Martínez" (1971), tras la que trabajó, el mismo año, con Mariano Ozores en "Si fulano fuese mengano" junto a Peret, Antonio Ozores, Saza, Gracita Morales, Pepe Rubio y Florinda Chico, con Fernando García de la Vega en "En un mundo nuevo" (1972), con Nieves Conde en "Las señoritas de mala compañía" (1973), con Ramón Torrado en "Los caballeros del botón de ancla" (1974), con Fernando Merino en "El padrino y sus ahijadas" (1974), con el italiano Franco Ciferri en "¡Caray que palizas!" (1974), con Javier Aguirre en "Vida íntima de un seductor cínico" (1975), con José Truchado en "Eva, limpia como los chorros del oro" (1977) y de nuevo con Mariano Ozores en "La loca historia de los tres mosqueteros" (1983). En Televisión la recuerdo del programa de los sábados llamado "Fin de semana", donde debutó Félix Rodríguez de la Fuente, en "Manos al volante", con Rafael Escamilla, "Nivel de vida", "Todo es posible en domingo" y "625 líneas". Incluso recuerdo una ocasión en la que Marisa Medina interpretó unas canciones, entre otras una titulada "Cuando vuelvas a Corino", aunque me dio la impresión de que no era precisamente lo que mejor hacía.

Marisa Medina escribió además varios libros como 'Tiempo de despertar' (1969), 'La raza maldita' (1980), 'Muñequita linda' (1981), 'Rosas negras" (1995), "Prohibido para maridos" (2005). Fue autora del libro de poemas "Quien espera ...", mientras a principios de 1977 debutó como autora en una obra para café-teatro titulada "La noche de los maridos infieles", que permaneció en escena durante un año y medio e interpretó Rosa Valenti, y en 1980 dirigió por primera vez su propia obra, "Burguesa de día, burguesa de noche". La vida de Marisa Medina fue muy azarosa, habiéndose casado con el músico Alfonso Santisteban, todo un personaje del mundo de la farándula, con sus características gafas oscuras y largas melenas rizadas, con el que tuvo tres hijos y del que se divorciaría trece años después. Ella misma reconoció su grave adicción al alcohol y a las drogas, así como su ludopatía, un vicio que la llevó a la ruina. Escribió unas valientes memorias contándolo todo que tituló "Canalla de mis noches" (2003), así como el poemario "La droga solitaria" (2008). Marisa Medina se sometió a una intervención por un cáncer de colon en abril de 2009 y hace unos meses habló de su enfermedad en una entrevista en Telecinco en la que confirmaba que el tumor se había extendido y que los médicos le daban sólo unos meses más de vida; una mujer valiente, descanse en paz.

2 comentarios:

veronicia dijo...

Me quedo sorprendida por lo polifacetica que era.
Su nombre me resulta familiar pero no hubiera podido concretar de que me sonaba realmente.
Siento gran admiración por quien tiene soltura y capacidad de improvisación.
No he leido nada de ella, no recuerdo haber visto estas películas, desde luego una vida azarosa que debió dar mucho de si para unas memorias.

Modestino dijo...

Cuando alguien la entrevistaba, a mí me daba la impresión de persona descarada.

Ah ... y aupa el Zaragoza¡¡¡¡