19 de abril de 2012

Un partido legendario


Alemania siempre ha estado en la vanguardia del fútbol mundial; durante mucho tiempo se dijo que las finales de las grandes competiciones futbolísticas las jugaban la selección germana y otro equipo. Cualquiera que hayamos seguido minimamente los avatares del "universo fútbol" en las últimas décadas podemos confirmar que ésto es así, aunque posiblemente fue al principio de los años 70 cuando los teutones tuvieron su época más brillante. El seleccionador Helmut Schoen supo conjuntar a un grupo de jugadores excepcionales y formó un equipo de ensueño. Posiblemente el principio de esta historia de éxitos tuvo lugar en el Estadio de Wembley, corría el 29 de abril de 1972 y Alemania se enfrentaba a los ingleses precisamente en el estadio donde habían perdido la final del Mundial de 1986 contra los anfitriones. Recuerdo que era sábado por la tarde y pude ver en directo cómo los panzers alemanes pasaban por encima de toda una generación de brillantes futbolistas británicos.

Inglaterra había perdido algo de su brillantez anterior; ya no jugaba Bobby Charlton, pero seguían formando en el equipo titular unos cuantos campeones del mundo: Gordon Banks, Bobby Moore, Alan Ball, Geoff Hurst, Martin Peters o Alan Hunter, además de la nueva ola que representaban hombres como Martín Chivers, Colin Bell o Francis Lee. Pero frente a ellos formaba un equipo temible: ya se habían consolidado en Méjico hombres como el meta Sepp Maier y el goleador Gerd "Torpedo" Muller y de mucho antes venía el líder del equipo, el gran Kaiser Franz Beckenbauer; junto a él destacaban dos de las figuras de un emergente Borussia Moenchengladbach: el poderoso mediocampista Wimmer y, sobre todo, el imponente interior zurdo Gunther Netzer. Ese día debutaron además dos jugadores que acabarían siendo de lo mejor de Europa: el lateral zurdo Paul Breitner, un hombre completísimo, que tenía aspecto de gitano y acabaría jugando de medio en el Real Madrid y el interior ofensivo Uli Hoenness, todo un portento físico que comenzaba a destacar en su equipo de siempre, el Bayern de Múnich. El once inicial lo completaban el central del Bayern Schwazenberk, el lateral del Werder Bremen Hottges y los extremos del Sttutgart y Kickers Offenbach Grabowski y Held.

A priori, el partido se presentaba igualado, aunque a la hora de la verdad en el césped se produjo una auténtica exhibición de los germanos; el poderío físico, la potencia y el constante empuje de los teutones les convirtió en una auténtica apisonadora que se llevó por delante a unos jugadores de nivel tan alto como los ingleses. Ese día el equipo alemán tuvo una figura indiscutible: Gunther Netzer, un fino interior zurdo del Borussia Moenchengladbach que tenía una planta impresionante; Netzer había estado siempre a la sombra de Wolfgang Overath, un formidable interior del Colonia que siempre fue indiscutible en su selección. Netzer aprovechó su ocasión y dio una auténtica lección de liderazgo, precisión y control del juego; dicho jugador era capaz de dar pases a doscientos metros con una precisión de tiralíneas y poseía un disparo durísimo. Al año siguiente Netzer se convertiría en el fichaje estrella del Real Madrid cuando, tras unos años de cierre, se volvieron a abrir las puertas del fútbol español a los extranjeros; al teutón le costó coger la onda, según dicen algunos porque Santiago Bernabeu le obligó a mandar para su país a una tal Guirrulat, que era su compañera sentimental.

Pero el encuentro sirvió también para que se dieran a conocer, como ya hemos dicho, dos jugadores excepcionales: Paul Breitner, un jugador polivalente al que llamaban "el abisinio" por su aspecto externo y que era un hombre peculiar, culto y con inquietudes: se aseguraba que era maoísta; Breitner fichó también por el Madrid, un año después que Netzer y fue pìeza fundamental en el sólido equipo que construyó Miljanic y se convirtió en muro de contención del Barça de Johan Cruyff. El primer gol del encuentro lo marcó el otro descubrimiento del día: Uli Hoenness, que acababa de cumplir 20 años y era un interior muy ofensivo, y se consolidó con el tiempo como santo y seña del Bayern de Múnich y la selección alemana, debiendo retirarse a los 27 años por una grave lesión en la rodilla. Desde su retirada es director general del Bayern, donde se destapó como un directivo eficaz e innovador. Breitner y Hoennes, junto a la base existente de años anteriores -Beckenbauer, Maier, Muller, ...- dieron forma a una selección que dos años después obtendría el Campeonato Mundial de fútbol.

La Eurocopa acabó siendo un paseo triunfal para los germanos; en el encuentro de vuelta se limitaron a conservar la ventaja y terminó en un empate a cero, mientras en la fase final, celebrada en Bélgica, los alemanes se impusieron a los anfitriones en semifinales por 2-1 -ambos goles del "Torpedo" Muller-. El rival de la Final fue la URSS, un equipo que se había clasificado para todas las fases finales celebradas hasta entonces, venciendo en la primera y perdiendo ante España en el partido decisivo la segunda; Rusia destacaba por una defensa sólida, con el meta Rudakov, héroe frente a España en Sevilla, el lateral Dzodzuashvili y los centrales Khurtsilava y Kaplichny como figuras y con Kolotov y Onischenko como otros jugadores destacados. Pero los alemanes volvieron a dar la talla y barrieron a los rusos por un incontestable 3-0, marcando de nuevo Gerd Muller por partida doble y siendo Wimmer el autor del tercer gol. Netzer volvió a ser el cerebro del equipo y Schoen, respecto al equipo de Wembley, cambió a los extremos, dando la oportunidad a Jupp Heyckens, del Borussia Moenchedglabbach y a Erwin Kremers, del Schalke 04. Fue el inicio de la mejor época del fútbol alemán.


4 comentarios:

Driver dijo...

Recuerdo aquella definición del fútbol:
"Es un deporte donde juegan once contra once, y al final gana Alemania".

Modestino dijo...

Sí señor, ... y no te extrañe que al final la "Champions" sea para el Bayern.

De 12 Mundiales que he vivido, Alemania ha llegado 6 veces a la Final -con dos triunfos- y 3 a la semifinal.

Además, ha ganado 3 Eurocopas.

Brunetti dijo...

Y dime una cosa, amigo Modestino: ese partido disputado en el año 1972, ¿lo jugó por casualidad Fabio Coentrao?.

Modestino dijo...

Coentrao en aquella época era espermatozoide ;) si es que era algo.