Manda flores a mi entierro
Ricardo Bosque
Editorial Mira Zaragoza (2007)
214 pags.
Entretenida novela que se desarrolla entre Zaragoza y Tarragona; es posible que el conocer bien ambas capitales e identificar cada uno de los lugares y calles donde suceden los hechos haya influido en que su lectura la haya seguido con interés y agrado especiales.
El escritor zaragozano Ricardo Bosque es todo un experto en novela negra, editor de "La Balacera" (http://balacera.blogia.com/) y colaborador habitual de la revista "La Gangsterera" y demuestra conocer perfectamente el arte de la narración en este tipo de literatura. Centra su relato en torno a dos personajes principales: el inspector de policía Arturo Sanromán y Cayetana Marqués, propietaria de una floristería. Ambos protagonizan una intriga en torno a las pésimas relaciones entre Cayetana y su madre.
Pero Bosque no limita su narración al relativo interés del argumento central, pues se extiende en describir, con gracia y elegancia, el ordinario existir de Sanromán y Marqués; el primero, un hombre de clase media que ha trasladado su residencia, junto a su mujer y sus dos hijos, a un chalet de las afueras, con los consiguientes problemas económicos, a los que cabe añadir los conflictos familiares que surgen al trasladarse el abuelo paterno a vivir con ellos tras enviudar. Cayetana, Tana para los amigos, ocupa una posición socialmente más elevada, pues su marido es un exitoso abogado y a ella el negocio le va bien; Bosque ha tenido la ocurrencia de incluir en el negocio de flores una trastienda donde Cayetana se dedica clandestinamente a ayudar a morir a quienes desean suicidarse, detalle macabro y surrealista que añade un matiz morboso y absurdo al libro y le reviste de cierta irrealidad.
El libro se lee deprisa y con agrado, y permite esperar que la figura de Arturo Sanromán regrese en próximos libros.
2 comentarios:
No sé si te has apercibido de que en la reseña de la novela, al principio del artículo, has puesto Tomás Bosque en vez de Ricardo. ¿Nostalgia de los tiempos de La Bullonera y compañía, quizás?
Me pasa constantemente, en tiempos me ocuirría con Santiago Segura;)
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