Los nuevos líderes del PNV y ERC, Iñigo Urkullu y Joan Puigcercós, así como sus respectivos correligionarios Josu Erkoreka y Joan Tardá manifestaron en las vísperas de las semifinales de la Eurocopa que no eran partidarios el triunfo de España, mostrando su deseo de una Final entre rusos y turcos; por lo visto los líderes nacionalistas vascos apostaban por los rusos, no sabemos si por el caviar, el vodka o cierta nostalgia bolchevique, mientras los políticos catalanes se inclinaban por Turquía, tal vez por encontrar relaciones entre el Ampurdá y el Bósphoro, entre Santa Sofía y Montserrat.
Todos ellos son, por supuesto, libres de manifestar sus opiniones y sus deseos, máxime en temas de tan poca gravedad como el fútbol, pero me parece que en esta ocasión se han limitado a ejercitar un provincianismo de lo más estrecho; sus comentarios suenan a pataleta infantil, a desprecio de colegiala envidiosa, a resabio de mente estrecha y retorcida.
Hace ya mucho tiempo que en España tenemos que convivir con los nacionalismos, una realidad que debemos no solamente aceptar, sino respetar, a pesar de los notables inconvenientes que, en mi modesta opinión, tienen estas ideologías para la convivencia, la amplitud de miras del personal en general y, con frecuencia, el imperio del sentido común. Añado que incluyo a los nacionalistas españoles, que también los hay.
Pero, ya adentrado el siglo XXI, resulta triste, además de ridículo, que personajes de una relevancia tan alta, tengan la ligereza de intentar frustrar el entusiasmo de la enorme mayoría de los ciudadanos, que incluso en esas comunidades históricas están muy por encima de tantas estupideces, con opiniones que nadie les había pedido.
Hace unos cuantos años un conocido de Tarragona nos invitó a un grupo de amigos a la Primera Comunión de su hijo mayor; entre todos le regalamos al niño una bicicleta magnífica: cuando se la entregamos, en plena fiesta, recuerdo como si fuera hoy lo que, nada más ver aparecer la bici, comentó uno de los amiguitos del receptor del obsequio: “es peor que la mía”. Así son también estos personajes: niños malcriados que necesitan decir la última palabra y llamar la atención, que no pueden vivir sin su minuto de gloria provocadora, sin dejar bien clara, "oportune e importune", su postura, esa obsesión reduccionista que han elevado a la categoría de dogma, ese empecinamiento que reduce cada vez más los horizontes, a veces pienso que hasta el cerebro, de las personas.
Yo mañana me sentaré ante la tele dispuesto a disfrutar; España ya ha triunfado en la Eurocopa, aunque ninguno nos conformemos con la segunda plaza. Pero si se da el caso, Dios lo quiera, de que Iker Casillas pasea la Copa por el cesped del "Ernst Happel" vienés, la enorme alegría vendrá empañada al recordar el gran disgusto que tendrán esos tipos ..... pobres, creo que gane quien gane, ellos ya han perdido.
Fotos: www.elpais.com/ increiblenews.blogspot.com / http://www.elmundo.es/ / http://www.nonbait.com/
2 comentarios:
Soy vasca, vasca,vasca, del mejor pueblo del mejor barrio. sin embargo enrojezco cuando recuerdo lo sucedido el domingo 22 de junio a las 21 horas en un "antro" del mejor pueblo del mejor barrio. Mi pequeña Mari Villa y yo, ante la contingencia de no tener tele en casa, nos dispusimos a encontrar un bar donde ver el transcendente pase de cuartos y después de sondear la zona y debido a mi preocupación porque a mi pequeña futbolera le entrara un apetito voraz me decidí por un pequeño garito del que no reparé que se llamaba "petit pais". Cuando nos asentamos me di cuenta del ambiente que allí se respiraba pués el "petit país" de marras era el catalán y la parroquía lugareña.
Al ser consciente de que nos la jugabamos a penaltis decidimos mi pequeña Mari Villa Y yo salir "de naja" pues el comentario más liviano fue el deseo de que España mascara el polvo aparte de estúpidos comentarios sobre impuestos y demás.
Al oir al "sr" Urcullu ( que se fastidie) y el Sr Eguibar sobre que su selección no era la española y que Rusia debia ganar sólo me dió la risa porque efectivamente era demostrativo de la pataleta y además ni vascos ni catalanes recordaban cuando la selección española estaba compuesta de Arconada Zamora Lopez Ufarte Satrústegui.
Que pena..
Sigo siendo vasca española del mejor pueblo del mejor barrio, pero lo que tenemos claro mi pequeña Mari Villa y yo es que somos de un pais grande y libre y no traspasaremos la puerta de ningún Petit país.
Formidable tu comentario Perlita. Conozco a muchos catalanes y vascos que son de otra manera, gracias a Dios. A lo mejor alguno no vibra con la roja, pero tienen la decencia de ser elegantes.
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