27 de junio de 2008

Futbolísticamente en la gloria


Hacía muchísimos años que no disfrutaba de verdad con la selección española. Creo que la Eurocopa de Francia y el encuentro frente a Dinamarca del Mundial mejicano de 1986 (6-1 con cinco del Buitre) son los dos momentos equiparables al de anoche.

He de confesar que se me cayó la baba viendo como jugaban todos y cada uno de nuestros hombres; eso sí, ayer les doy mención especial a Marchena, Iniesta, David Silva y Cesc Fábregas: pienso que de este torneo salen aupados en el Olimpo de los dioses futboleros.

Habitualmente la selección, incluso cuando gana, suele acabar sacándome de mis casillas: parece que cada victoria tiene que sacarse adelante con sufrimiento, cada dos por tres rifan los balones, les suele faltar profundidad, la defensa se pone nerviosa .... ayer todo fue perfecto: un partido para enmarcar en nuestro corazón de aficionados.

Aprovecho para comentar tres cosas: la primera que no me acaba de convencer la forma de retransmitir de los de Cuatro: demasiado forofos; la segunda, que me encanta ver a los príncipes de Asturias mostrando su entusiasmo y su alegría, sobre todo porque lo hacen con naturalidad: vino a mi mente el entrañable recuerdo de Sandro Pertini en el Mundial de España. Y finalmente que es grato ver contentas a las ministras, Dª María Teresa y Dª Mercedes, felices ante el juego de "los jugadores y jugadoras", pero me llamó la atención que al ser entrevistadas por Juanma Castaño ninguna, a diferencia del Príncipe, usara la palabra España.



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