2 de marzo de 2011

La Plaza de Santa Ana



Soy una persona poco viajada, y por lo tanto tengo pocos puntos de comparación a la hora de valorar el encanto de un lugar determinado; todavía recuerdo el impacto que causó en mí a los 15 años la Piazza Navona de Italia cuando la visité durante mi viaje de estudios de bachiller; y no sólo por el "tartufo" que me comí -todo un descubrimiento en aquel momento-, sino por el ambiente cosmopolita, el entorno vitalista y la belleza del lugar. Un efecto parecido me produce la Plaza de Santa Ana de Madrid, ubicada en el llamado Barrio de las Letras, en el centro de la villa, junto a calles tan castizas como la del Prado y la de Huertas.

He estado por allí tanto de noche, cenando unas tapitas, como de día; el pasado viernes sin ir más lejos me tomé un café sentado en uno de esos veladores que le dan colorido. Uno se mueve en un ambiente vibrante, lleno de sabor y variedad. Cuando estás sentado te sientes rodeado de la historia, pues a un lado se encuentra el Teatro Español, un edificio emblemático y un lugar significativo en el mundo del escenario, que no es poco si de Madrid hablamos, un teatro que se construyó en el siglo XVI y fue primeramente llamado "El Corral de la Pacheca"; al otro lado está el Hotel "Midnight Rose by Meliá", que ha renacido sobre el viejo Hotel "Reina Victoria", un edificio espectacular y llamativo.

Las estatuas de Calderón de la Barca y García Lorca aportan el toque de cultura y significación al lugar, en medio de los árboles, el sonido de los pájaros y el ambiente de tascas donde se sirven las cañas como Dios manda y las tapas son genuinas, bares de música en directo, generalmente jazz y pubs donde tomarte una copa tranquilamente sin que te importe que se te hagan las tantas.

Este lugar emblemático del centro de MAdrid forma parte de esos rincones a los que uno puede recurrir cuando necesita paz y descanso; siempre es bueno saber de sitios en los que disfrutar de lo sencillo, de lo de siempre.




11 comentarios:

que dificil la vida sin ti dijo...

¡Hola Modestino!
Una vex más ese tono tranquilo y cotidiano que imprimes a tus entradas me ha dado mucha paz.
Y tu descripción ha despertado en mí grandes deseos de volver a Madrid después de tantos años.
¡A ver si pudiera hacer una escapada!
Me tomaría una manzanilla a tu salud.
Muchas gracias.
Asun

Modestino dijo...

Una manzanilla ... ¿infusión o vinito?; porque me acuerdo que yo siempre había pensado que una manzanilla era una infusión que te tomabas para hacer bien la digestión, hasta que leyendo "La piel del tambor" de Perez Reverte, una novela ambientada en Sevilla en la que me llamó la atención que cada dos por tres los personajes se iban a tomar una manzanilla ... ¡vaya costumbre!, pensaba yo, hasta que me enteré que por allí una manzanilla es otra cosa ...;)

veronicia dijo...

Lo bueno de las plazas en las ciudades es que casi siempre tienen un bar con una terraza donde sentarte a observar el trasiego de la gente.

Modestino dijo...

La Plaza Santa Ana, Verónicia, tiene un montón.

paterfamilias dijo...

Veo que ya tienes preparada la entrada de mañana (que no nos prohíban los churros). Y yo que pensaba que seguirías con tu apartado de "Lugares" hablando de Sevilla ...

Modestino dijo...

Sevilla tiene un sabor especial, algo habrá que decir, pero eso será a partir del domingo. El móvil no me permite más...

sunsi dijo...

Otra poco viajada, Modestino. Quizá por eso saboreas tanto los rincones que describes. Los has "rumiado".

Por fin vi "El Discurso del Rey". Me parece que te va a gustar. Sobre todo el personaje "especialista" en enseñar a hablar...
Un saludo, jurisconsulto.

ana dijo...

Preciosa! Estuve el año pasado pateando ese Madrid, y a mí también me tiene enganchadita.

Y me río un montón, porque yo de primeras con las manzanillas en La piel del tambir estaba cuasi perpleja, me decía... qué poco le pegan las manzanillas a la trama... hasta que ya con mucha mosca detrás de la oreja le pregunté a mi padre (leí la novela en el hospital mientras acompañaba a mi padre que estaba convaleciente de una intervención quirúrgica) que qué rea la manzanilla en el sur. A él le salió una carcajada sonora con mi tremendo poco mundo... jajajajaja y desde entonces me dice, lee menos y viaja más. Y razón tiene.

Un abrazo.

Modestino dijo...

Conozco a unos cuántos que tendrían que viajar más.

Anónimo dijo...

Me encanta la plaza de Santa Ana, Modestino. Una tarde-noche de verano, en una de sus terrazas, en buena compañía, es mi concepto de felicidad. Precioso gesto dedicarle un post, que creo te define bien..(uno siempre alaba el gusto ajeno cuando coincide con el propio..) y has descrito fenomenal ese encanto tan especial que tiene.

Y no es pasión lugareña, los extranjeros también lo captan. Recuerdo un americano que ensalzaba hace poco la ciudad de Madrid centrándose en dos conceptos principales: Plaza de Santa de Ana, y Jamón Ibérico de Bellota. Fue graciosísimo oirle por el acento y la pasión que pone al recordarlos..Pero una no puede sino alabarle el gusto..

Modestino dijo...

Creo que el jamón serrano se empieza a merecer una entrada.