17 de mayo de 2009

Una victoria tranquila














Real Zaragoza 3 Real Club Celta de Vigo 0




Existía cierto temor a la visita del Celta de Vigo, no sabemos si por el temor al despertar de un equipo como el vigués, cercano a las posiciones del descenso y en clara descomposición, pero que tiene historia de primera o por la costumbre del equipo zaragozano de hacer sufrir todas y cada una de las últimamente muchas victorias. A la hora de la verdad parece -no vi el partido- que los gallegos fueron una perita en dulce y el público de La Romareda pudo disfrutar por fin de una tarde tranquila.

Cuando se acercaba el ecuador de la primera parte, dos jugadas excelentes del ataque aragonés, con decisiva intervención en ambas de Ander Herrera sirvió para que el Zaragoza marcara por medio de su goleador Ewerthon y de su estilista Jorge López y dejara el partido visto para sentencia. Saltaba a la vista que el Celta no tenía capacidad de reacción y el equipo se pudo dedicar a controlar la pelota y el partido. Hablan los expertos de un juego más bien aburrido, pero también de un equipo blanquillo serio, conjuntado y que no dejó resquicio a su rival.

En el segundo tiempo hubo una tímida reacción viguesa, con una ocasión bien resuelta por Doblas y una serie de oportunidades malogradas por los aragoneses, con mención especial a las oportunidades fallidas de Leo Ponzio y Jorge López. Finalmente fue el canterano Vicente Pascual el que dio rendimiento a los diez minutos que jugó y marcó un gol al contrataque que supuso todo un homenaje a un prometedor delantero que, tras triunfar en su cesión al Huesca en edad juvenil, tuvo que ser operado en dos ocasiones por sendas roturas de ligamentos en la rodilla y ha pasado por un auténtico calvario antes de poder debutar con el primer equipo. Se trata de un jugador rápido y luchador que puede ser muy útil, aunque tenga ese aspecto tan lejano a un ídolo del deporte rey.



A pesar de la pobre imagen de un Celta venido a menos, hay que reconocer el mérito de una victoria que demuestra que el equipo está preparado para dar el do de pecho en esta fase decisiva de la liga. En el capítulo individual las crónicas destacan al poker de héroes de la segunda vuelta: el meta Doblas, que solventó el poquísimo trabajo que tuvo, el novel Ander Herrera, que cada vez se atreve a más cosas y ayer aguantó por vez primera 90 minutos sobre el terreno de juego, Leo Ponzio, que se cansó de cortar balones y un Arizmendi que se retiró ovacionado del campo, en curioso contraste con los pitos que se le prodigaban hace escasos meses. Pulido, que reaparecía, Jorge López y Paredes también han sido destacados, e insistir en que Ewerthon, aunque a veces toque pocos balones, es un peligro en sí mismo y aunque parece que aún no ha recuperado la chispa que tenía antes de su lesión, es pieza indispensable en estos momentos decisivos.

Los perseguidores Hércules y Rayo también vencieron; los alicantinos se impusieron 3-1 al Tenerife, mientras los madrileños endosaban una manita al Córdoba -y bien que lo siento especialmente en este caso-, demostrando que son unos rivales de cuidado. La ventaja de estos resultados es que el Tenerife cae en la lucha por subir, pues queda a un sólo punto del Zaragoza. La verdad es que los cinco partidos que quedan van a ser de infarto y todo hace presumir que se decidirá cuando menos una plaza de ascenso el último partido. De cualquier manera, el Zaragoza depende de sí mismo y muestra actualmente un poderío que mueve a la confianza.

El próximo sábado el equipo juega en Alicante; el rival es el antepenúltimo, pero tiene que apurar las últimas posibilidades de salvarse de la quema; ayer ganó en Las Palmas y es un equipo peligroso, a lo que hay que añadir el morbo de que juega en el Rico Pérez; no obstante, el Zaragoza es muy superior y debería imponerse, aunque me temo que lo va tener que luchar mucho. Y si hablamos de morbo, el Hércules visita Huesca, lo que no deja de tener su "aquél" ... ¿podrán ayudarnos nuestros vecinos?.





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