17 de noviembre de 2008

Miguel Delibes



Hace mucho tiempo que quería escribir de Delibes; la narrativa española posterior a la Guerra Civil ha dado grandes escritores: Ignacio Aldecoa, Fernández Santos, Cela, Ana María Matute, Carmen Martín Gaite, Martín Santos, ... peropienso que ninguno como el vallisoletano.

Me da mucho respeto hablar de Delibes, entre otras razones porque entre los habituales comentadores de este blog hay dos auténticas expertas que saben mucho más que yo de libros y escritores, pero también porque en este caso me gustaría afinar tanto que cualquier resultado me va a parecer insatisfactorio. Pero un mi blog quedaría incompleto si no hablara de quien tal vez sea el gran escritor español de nuestra época.

Miguel Delibes, ante todo,domina el castellano, leer sus novelas es sencillamente una delicia, un auténtico gozo; cuando acabas un libro de Delibes quedas extasiado por la riqueza de sus descripciones, a la vez que notas cierta insatisfacción por no haberlo aprovechado suficientemente. El meditabundo jubilado de "La hoja roja" o el tierno muchacho que acompaña al cazador de "las ratas" se han convertido en creaciones magistrales que permanecerán vivos en la memoria de quienes disfrutando leyendo dichas novelas.

El primer libro publicado por Delibes se convirtió en el primer premio literario obtenido y el primer record de ventas: en 1947 obtenía el Premio Nadal con "La sombra del ciprés es alargada"; en el servicio militar coincidí con un auténtico experto en el tema que me contó como Delibes había afirmado en una ocasión que si pudiera destruiría todos los ejemplares de esta novela, no se si es verdad, aunque muchos afirman que tiene un estilo muy distinto al resto.A mí me pareció magistral, aunque he de reconocer que cuando emprendí su lectura,tuve que interrumpirla por lo triste que me ponía; lógicamente la acabé. Es la historia de una persona a quien la muerte interrumpe su lucha por la felicidad.

Si tuviera que elegir algún libro me quedaría con dos: "La hoja roja" y "Cinco horas con Mario". El primero es una novela deliciosa, narra la historia de Eloy un jubilado reciente a quien "ha salido ya la hoja roja en el librillo de papel de fumar", junto a él unos personajes entrañables: su criada Desi, el novio de ésta, el "Picaza", su amigo Isaías ... toda una parábola de bondad, ingenuidad y rudeza; "Cinco horas con Mario" puede ser una de sus obras cumbres y cuenta el monólogo de Carmen, una viuda ante el cadáver de su marido prematuramente fallecido, por boca de Carmen, el autor desahoga su indignación contra el clasismo, la envidia y otras formas de necedad que acaso componen lo peor de la vieja herencia ibérica; magistral la interpretación de la versión teatral por Lola Herrera.

Al tiempo de hacer las oposiciones leí dos libros que me parecieron excelentes: "Aun es de día", que con un aire de sainete narra la historia de un joven jorobado que malvive con su madre alcoholizada y su hermana menor, mientras trabaja en una tienda de ultramarinos; la escena en la que esconde el guante de una cliente de la que se encuentra platónicamente enamorado es tan tragicómica como antológica; la segunda fue "Mi idolatrado hijo Sissi", toda una ácida crítica al egoísmo y la autocomplacencia.

Los libros del escritor y académico de la lengua suelen tener también un marcado tono de crítica social; esta crítica se dirige a veces al sistema, al funcionamiento de las instituciones públicas o privadas ("Parábola del naúfrago" y "El disputado voto del señor Cayo"), en otras ocasiones a las debilidades de las personas ("El príncipe destronado" o "Las guerras de nuestros antepasados") y en ocasiones a la España profunda, con su miseria y sus desigualdades ("Las ratas" y "Los Santos inocentes"). Precisamente "Los Santos Inocentes" se ha convertido en un cuadro magistral de esa España injusta y casi feudal y en ella vuelven a aparecer unos personajes imborrables como el Azarías y Paco el Bajo, de quienes hicieron una interpretación antológica Paco Rabal y Alfredo Landa.

El primer libro de este autor que pasó por mis manos fue "El camino", que me recomendó un profesor de lengua que también era periodista y que relata el proceso que sufre un niño en el descubrimiento de la vida y de la experiencia ante la amenaza de dejar el campo y marchar a la ciudad. Excelentes los dos diarios: "De un cazador" y "De un emigrante" y una auténtica joya "El hereje", todo un recreo de delibes por la historia de España. Formidable también "Señora de rojo sobre fondo gris", el último que ha pasado por mis manos del autor castellano.

También tiene algunos libros de viajes redactados con la perfección que le caracteriza, es el caso de "Usa y yo", un libro bastante poco conocido que leí hace años y que relata un viaje a Nueva York del escritor; en esta misma dirección se encuentran "La primavera de Praga" y "Europa, parada y fonda".

Miguel Delibes es, además, un hombre de una personalidad acusada; sus artículos en la prensa, publicados casi siempre en "El Norte de Castilla" son de una agudeza y un interés especiales, además de estar, como no podía ser de otra forma, maravillosamente escritos.

La producción de Delibes es enorme y de una calidad inimitable; he traído aquí los libros que he leído, aunque por suerte para mí, aún me quedan bastantes por leer y estamos ante un autor del que merece la pena leer todos.


17 comentarios:

sunsi dijo...

Delibes, Modestino. Gracias por refrescarme la memoria.

Yo me quedo, sin ninguna duda, con "Cinco horas con Mario". No sé cuántas veces la he leído. Impresionante cómo puedes llegar a conocer a Mario sin que Mario pueda decir nada ... porque está muerto. Y al final puedes hacer un retrato perfecto del personaje principal, que no es Carmen sino Mario.
No sé si sabías que Delibes escribió esta novela tres veces. A la tercera, la vencida. Primero en tercera persona, después no lo recuerdo, y finalmente el monólogo para evitar la censura de la época. Mario es el disidente. Si no habla no hay nada censurable. Aquí sí que los silencios valen más que mil palabras.

Magnífico post. Y gracias de nuevo.

Máster en nubes dijo...

Hola, buena entrada, Modestino, me encanta Delibes aunque me parece algo triste a veces, gran escritor en cualquier caso.

¿Alguien ve alguna conexión entre la mujer de 5 horas con Mario y l de Señora de rojo en fondo gris? ...

Anónimo dijo...

¡Toma castaña!. ¡Menudo repaso!. ¡¿Y lo has escrito tú solo?!

Lumroc dijo...

Creo que he leído casi todo lo que ha escrito Delibes.

A mí, que recuerde, la novela que más me impresionó fue El Camino. La descripción anecdótica del proceso de aprendizaje vital y rural del preadolescente, Daniel, “El mochuelo”, es magistral. La galería de personajes de la obra, levemente introducidos (el “moñigo”, las hermanas “guindillas”, el “manco”, etc), todos ellos macerados por un cierto misterio, es deliciosa, única.

Me parece que he de volver a leer esa novela.

Modestino dijo...

A mí también me pasa eso de plantearme releer novelas. En concreto de Delibes las reelería casi todas.

Anónimo dijo...

Modestino... me gustan tus gustos. Mira que me gusta más la caña que el jabón, pero me ha encantado tu entrada de hoy.

Me descuelgo a estas horas, sin prisa alguna (no como al mediodía, que estoy acelerada con preparar la comida, las clases, etc), para dejarte un comentario como Dios manda o, por lo menos, como a mí me gusta.

Miguel Delibes es un escritor complicado, sobre todo para los jóvenes de ciudad. Por tres razones: primero, porque somos jóvenes y nos cuesta entender a un hombre que, ya en sus veinte, era mucho más maduro que un octogenario; segundo: léxico "rural" y construcciones sintácticas complicadas; tercero: sus personajes nos son lejanos, pertenecen a una España que no hemos conocido (aunque sí hemos oído hablar de ella).

Personalmente, me encantó "Cinco horas con Mario" en boca de Lola Herrera, una de las pocas damas que todavía queda en nuestro tan maltratado teatro español. "Los Santos Inocentes" me impactó, me dió mucho que pensar, pensar en los Inocentes y en los culpables, en la maldad y en el origen de la misma.

Bueno, ya paro, que menudo rollo que te he soltado. Lo siento, que los filólogos somos así y, si yo hablara de Derecho, tú también te emocionarías, ¿a qué si?

Modestino dijo...

Aunque no te lo creas me emociona más hablar de literatura que de Derecho:).

Gracias por tu post, todo lo que escribas sobre estos autores que me encantan será poco.

Es bueno tratar de entender a un autor y a su época. Y, efectivamente, "Los Santos inocentes " dicen mucho de bondades y maldades.

Anónimo dijo...

Aquí has dado en la diana, Modestino.
En España se publican muchos libros, pero no todos son literatura.
Con todo respeto,la vida es muy corta, y no puede perderse el tiempo leyendo complejas tramas templarias que se desarrollan no sé donde ni cuando. Basta ya de panfletos de segunda fila, y dediquemos el tiempo a invertir en el gran patrimonio cultural que suponen Baroja,Delibes,Cela y tantos otros.
Perdonad el tono melodramático, pero me preocupa ver los stands de los best sellers..............

Anónimo dijo...

Bueno, tampoco nos vamos a poner elitistas, que no somos nadie para decir lo que tiene que leer la gente. Y si les gustan las novelas de trama templaria, etc... Pues para gustos los colores.

Anónimo dijo...

No pretendo ser elitista ni decir a nadie lo que tiene que leer, pero no me resisto a considerar que, por ejemplo, Dan Brown, "cuna del esoterismo pueblerino" ( en palabras de Eduardo Mendoza ) es mucho peor que Miguel Delibes.
Siguiendo a Mendoza en su crítica a esta literatura, transcribo su artículo publicado en El País en el año 2006:

"Ante un tribunal inglés se dirime una demanda por apropiación indebida contra Dan Brown, el autor de El código da Vinci, novela de éxito mundial y cima del esoterismo pueblerino. Los demandantes alegan que hace años ellos ya habían lanzado la especie de que Jesucristo y María Magdalena eran pareja de hecho y con prole, teoría que ahora constituye el meollo argumental de la obra en litigio.

Al parecer, los demandantes no acusan a Dan Brown de plagio, ya que plagio, en rigor, no existe. Y no creo que basen su reclamación en el aspecto teológico del asunto, porque a estas alturas Jesucristo y María Magdalena están libres de derechos. Sobre él se ha escrito una barbaridad; sobre María Magdalena no tanto, pero también mucho, porque en los evangelios hace una aparición breve, pero tan sugerente que ha provocado infinidad de especulaciones desde los mismos albores del cristianismo. El encuentro matutino y post mortem de los dos en un jardín solitario es un episodio de exacerbado romanticismo que, por añadidura, plantea insondables enigmas religiosos, en la medida en que sugiere una relación profunda que no tiene que ser forzosamente matrimonial, aunque está cargada de erotismo o, al menos, de emoción y afecto.

De modo que en estos dos terrenos los demandantes llevan las de perder. Ahora bien, en el terreno de las chorradas no hay duda de que les asiste la razón, y eso es, en definitiva, lo que el libro ofrece. Bien es verdad que corresponde al demandado el mérito de haber construido, con la presunta apropiación, un libro entero sobre la base de presuponer al lector un nivel de simpleza e ignorancia abismal, y un deseo genuino de asimilar tópicos y necedades sobre la Iglesia, el arte y la historia, explicados a bebés. Por supuesto, hacer accesibles a los tontos los misterios de la religión y la cultura es un insulto a la religión, a la cultura y a los tontos, pero por lo visto vende bien. Y ahí si que hay apropiación. Claro que a esto se puede responder citando otro best-seller: al principio de Ana Karénina, Tolstói dice que todas las familias felices son iguales y cada familia infeliz lo es a su modo; con las novelas ocurre lo contrario: todas las buenas son distintas entre sí, pero las malas se parecen muchísimo"

Modestino dijo...

Hay lecturas para todos los momentos; no es lo mismo leer en la plaza o en el AVE, cuando uno busca algo ligero y entretenido, que hacerlo en casa tranquilamente.

No creo que sea elitismo buscar la calidad; porque hay una literatura de más calidad que otra. Al menos yo tengo bien claro que leer a los clásicos, a Shakespease, a los novelistas españoles de posguerra o a determinados autores contemporáneos (Auster, por ejemplo), entre otros- enriquece mucho más que darle al best seller.

Claro que a uno le puede gustar más la literatura templaria, como puede preferir un Panda a un Mercedes o un viaje a Badalona que uno a París -con todo mi cariño a la ciudad catalana-, pero también somos libres de pensar que tiene el gusto atrofiado.

Anónimo dijo...

Modestino, ya sabes q yo sigo enamorada de mi viejo Fiat.

Podemos leer, conducir, comer, viajar, vestir lo q queramos. Aunq los demás piensen q no es correcto o q tenemos el gusto atrofiado. Gusta comentar sobre coincidencias en gustos, también sobre discrepancias, ¿pero por qué imponer la belleza de París a la de Badalona?. Cada una en su estilo y en su tiempo, como los libros y los Doritos (aunque tú prefieras patatas fritas).

Modestino dijo...

Cada cosa tiene su momento, pero París -donde nunca he estado- es una ciudad bellísíma, mientras Badalona es tan respetable como París, pero mucho menos bella, lo que no quita que pueda tener sus encantos, incluso haya quién prefiera vivir allí.

Pero volviendo a la literatura, tú mejor que nadie sabes que hay una literatura de más calidad que otra.

Y por supuesto que tú puedes ser muy feliz con tú Fiat. Que incluso tendrá más ventajas que un Mercedes, Audi o BMW: hasta menos, se aparca mejor, ...pero objetivamente ¿Cual es mejor coche?.

Nueva discusión bizantina... Porque estábamos con Delibes y a todos nos gusta y tu, de largo eres la que más ha aportado de él.
A
Y vamos a dejar de pelearnos que hoy estoy contento pues ha venido la inspección y ha salido bien. Y hemos ido a comer, aunque me da vergüenza contar mañana la comida que últimamente hablo mucho de llenar el buche.

Anónimo dijo...

¿Pelearnos?. Creía que hablábamos... :(

Me alegro de lo de la inspección. ¡Felicidades!.

Yo hoy, sin embargo, estoy muy triste por problemas de una amiga, pero bueno, da igual.

Sí, hay literatura de mayor calidad estilística que otra, igual que la comida, pero... ¡me sigue gustando la pizza con Coca-cola!, aunque sea comida basura ;-)

Modestino dijo...

Hablaba de pelea en sentido metafórico, simple discusión. Además, a mi también me gustan las pizzas, la Coca-cola, las hamburguesas, los sandwich del VIPS y los bocatas del Pans & Company., aunque no me convengan.

Ya he leído en tu blog los problemas de tu amiga, no veo solución. Ánimo¡.

Anónimo dijo...

... sin embargo Delibes no es nada complicado para los jóvenes de pueblo. En sus historias leemos historias conocidas, hasta le podríamos poner rostro a sus personajes, y presentároslo.

Lo mismo me sucede cuando leo a José Jiménez Lozano.

Y bueno dicho esto estoy pensando... que a lo mejor una joven de 40... no es tan joven... y que lo único que me queda ya... es que soy de pueblo... uff...

Un saludo.

Ana.

Modestino, soy una de tus habituales lectoras... prometo intentar salir más veces a la palestra. Hoy con Delibes... como que me diste un empujón. Yo también me lo he leído casi todo.

Modestino dijo...

Tus comentarios siempre serán bien recibidos, Ana. La buena literatura empuja siempre.