28 de abril de 2017

Tres cuestiones taurinas



En los últimos siete días se han acumulado motivos para que yo hable de toros. La llamada fiesta nacional es hoy cuestionada por bastantes, pero sigue produciendo afición y noticias.

La primera es el fallecimiento de Sebastián Palomo Linares, el torero jienense que falleció en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid el pasado 24 de abril tras no poder superar una delicadísima operación de corazón. La prensa da muchas vueltas estos días a su situación sentimental, a las relaciones con sus hijos, al problema de su herencia, ... Para mí, fundamentalmente,  la figura de Palomo Linares me trae recuerdos infantiles, pues fue él uno de los grandes matadores que surgieron en la generación posterior a figuras de la categoría de Antonio Ordóñez, Diego Puerta, Paco Camino, "El Viti" o "El Cordobés". Recuerdo haberle visto siendo yo un niño en la Plaza de Zaragoza en su época de novillero, cuando junto a él sonaban nombres de jóvenes en alza como "Paquirri", Miguel Marquez o Angel Teruel. Palomo Linares fue un torero podroso que anduvo por las alturas del escalafón taurino mientras estuvo en activo y pasó a la historia por dos motivos: en la Feria de San Isidro de 1972 cortó un rabo en Las Ventas tras 37 años sin que nadie lo hiciera y mantuvo junto al "Cordobés" una particular batalla con los empresarios que les valió el nombre de "guerrilleros". Descanse en paz.

La segunda cuestión taurina que me llamó la atención durante estos días tiene que ver con Curro Díaz, matador de toros en activo, de raza gitana y paisano de Palomo. Se trata del típico torero con duende, con veinte años de alternativa, que fue cogido al entrar a matar a su segundo toro el pasado día de San Jorge en la Plaza de la Misericordia de Zaragoza. Díaz había realizado una gran faena y con la espada se jugaba cerrarla con corte de orejas. El torero lo dio todo en la estocada, tanto que resultó cogido en una pierna con una herida de 15 cm. En un gesto torero de pundonor y valentía espero, aguantando el dolor, a que el toro doblara y recogió dos merecidas orejas que paseó por el ruedo entre el clamor de un público admirado. Tras la vuelta al ruedo, pasó a la enfermería, donde hubo de ser operado. Toda una demostración de pundonor y torería.

La tercera referencia es menos llamativa. Durante mi infancia mi afición a los toros superaba a cualquier otra. De esta manera, no solamente me fijaba en las grandes figuras de la época, como la anteriormente mencionadas y algunas más: "El Litri", "Mondeño", Gregorio Sánchez, Jaime Ostos, Andrés Vázquez, Antonio Bienvenida, ..., sino también en toreros modestos, de esos que toreaban poco, en plazas de segunda o tercera y, frecuentemente, a toros difíciles, de esos de los que renegaban las figuras. Uno de esos toreros era Enrique Patón, un hombre nacido en Figueras, que desarrolló buena parte de su carrera en Cataluña, donde ahora han cerrado la puerta a los toros. De hecho tomó la alternativa en Barcelona en septiembre de 1967, siendo apadrinado por un torero que triunfó en la capital condal, "Chamaco" y en presencia del malogrado "Paquirri". El pasado día de San Jorge, finalizada la corrida en la que fue herido Curro Díaz, tuve la ocasión de saludar a Enrique Patón, en la actualidad empresario taurino con personalidad y prestigio, que me pareció un hombre cordial, inteligente y de cierta bonhomía.

25 de abril de 2017

El día de la Ronda


Asistí, como vengo haciendo cada año desde el 2002, a la celebración del Día de Aragón en el Palacio de la Aljafería, sede de nuestras Cortes . Este año había novedades, como el que se abrieran las puertas a trescientos ciudadanos de "a pié", con el loable fin de acercar las instituciones al pueblo. No obstante, para mí el gran acontecimiento de la jornada fue la entrega de la medalla de las Cortes de Aragón a la Ronda de Boltaña. Este grupo del Sobrarbe, que cumple 25 años con lozanía y permanente vocación de crecer, lo descubrí cuando llegué a Huesca en 2001 y me ha hecho disfrutar con una música y un mensaje muy especiales, a la vez que en ocasiones me ha servido como calmante de tensiones y remedio para elevar los ánimos. De  la Ronda forman parte mis amigos Ignacio, todo un ejemplo de optimismo y bonhomía y Montse, el corazón de oro de la abogacía de toda la provincia.

Magnífico el discurso de Manuel Domínguez, y, por encima de todo, deslumbrante y ejemplar la alegría que desbordaban todos y cada uno de sus miembros y familares, demostrando que también saben estar a la altura en eso de compartir y ser agradecidos. Cuando actúa la Ronda de Boltaña arrastra un algo especial, crea un ambiente que te envuelve en cercanía y emociones. Enhorabuena, rondadores!!!.

21 de abril de 2017

Adios a un veterano cantante argentino

El pasado lunes, 17 de abril, falleció en Madrid Eduardo Rodrigo. El cantante contaba 73 años y padecía una afección pulmonar que al agravarse le ocasionó la muerte. Había nacido en la provincia argentina de San Juan, aunque llevaba más de 40 años afincado en España. Estaba casado con  Teresa Rabal, hija de Paco Rabal y Asunción Balaguer, quien pasó de ser una prometedora actriz a cantar junto a su marido y desenvolverse como pez en el agua, también con Eduardo, en programas infantiles en televisión. Eduardo Rodrigo fue en su época el típico solista argentino de voz sólida y canciones en tono poético, como Alberto Cortez, Jairo, o el mismisimo Jorge Cafrune. Recuerdo que oí hablar por vez primera de este artista a principios de los años 60, cuando la prensa reflejó que volvía a España después de varios años en su tierra. Eduardo Rodrigo era un asiduo de esos festivales que se celebraban a lo largo del verano en localidades costeras como Alicante, Málaga o Palma de Mallorca. Su primer éxito en estos certámenes lo obtuvo en el Festival de Almería de 1971. aunque su gran éxito lo obtendría un año después en el Festival de Benidorm, el mismo que había consagrado en su día a Raphael y Julio Iglesias. La canción que interpretó y le llevó a la fama definitivamente se titulaba "A María yo encontré", la había compuesto Alfredo Alpín y fue muy vendida en su día.

Recuerdo perfectamente la edición del festival en la que ganó el cantante hoy fallecido. Era una de esas noches de julio, calurosas y largas, cuando las vaciones escolares  permitían trasnochar y acostarse tarde. En mi casa eramos, además, bastante aficionados a estos certámenes musicales. Ese año, 1972, habían llegado a la final algunos cantantes jóvenes que originaban el fervor de las jovencitas y se presentaban como favoritos. Los más destacados eran Daniel Velázquez, un madrileño de 26 años que en realidad se llamaba Ceferino Feito -parece comprensible la adopción de un nombre artístico- e  interpretaba "Tema de amor" y Federico Cabo, que había nacido en Badajoz, ya había vencido en el festival siere años antes con "Tu loca juventud" y presentaba el tema "Las enamoradas". A la final, además de Rodrigo, también  llegaron otros cantantes con nombre como Betty Missiego, Tito Mora y el grupo "Continuados". De hecho, "Las enamoradas" -o tal vez su atractivo intérprete- eran los favoritos del público, pero el jurado prefirió a un cantante más talludito -no demasiado, pues Eduardo Rodrigo contaba 28 años- y le dio la gloria al argentino, no sin alguna protesta de los asistentes.

Eduardo Rodrigo tuvo otras facetas artísticas además de esas canciones comerciales propias de los festivales. Fue un intérprete aficionado a canciones propias del folklore de su tierra -su padre era un español que había emigrado y su madre, argentina-, con un toque propio de poetas y trovadores. Un reflejo de ésto son temas como "Indio", "Quisiera" o "canción para María". Una vez retirado de la canción, allá por la década de los 80, se dedicó  junto a su mujer al mundo de los niños con el espectáculo "Una cigarra llamada Teresa", o programas de televisión como "La factoría", "Mazapán" o "La casa de la guasa", además de un circo ambulante que hizo las delicias del público infantil durante años.

Descanse en paz.


19 de abril de 2017

Recordando a "99"


Sin duda alguna, una de las series que más captaron mi atención de las emitidas por televisión en los felices 60 fue "Superagente 86", una parodia desternillante de las películas de James Bond, el mítico Agente 007. El guión correspondía nada menos que a Mel Brooks y el papel protagonista, al actor neoyorquino Don Adams. La lucha entre la agencia "CONTROL" -equiparación cómica de la C.I.A.-  y los malos-malísimos de "KAOS" -representación "chusca" de la KGB-, el circunspecto jefe, el zapatófono, el largo pasillo de acceso lleno de puertas que se abren y cierran solas, ... son ahora recuerdos que hacen sonreir.

Pero quien a mis ojos de niño aparecía como una verdadera heroína era quien se convertía en "partenaire" habitual de Maxwell Smart, la llamada agente 99, quea diferencia de lo que sucedía en las películas de Bond no era una mujer despampanante y más bajita que Sean Connery o Roger Moore, sino que poseía un rostro aniñado y una estatura notoriamente superior a Don Adams. Imagino que era ésta una forma de remarcar el carácter de parodia de la serie. 99 -así la llamaba con la típica voz de los doblajes hispánicos de la época- su inseparable Max- era interpretada por Bárbara Feldon, una actriz nacida en Pensylvania que contaba por entonces poco más de 30 años. La agente 99 me resultaba especialmente simática, no se si por su carácter dulce -nada que ver, por ejemplo, con Ursula Andress-, por tener "carita de porcelana" o por intuir una simpatía, en los ingenuos pensamientos de un niño de entonces, ni se me ocurría pensar que lo que la pantalla plasmaba pudiera ser distinto de la realidad.

Bárbara Feldon tiene ahora 83 años y un amplio historial de intervenciones ens eries televisivas, unas como personaje fijo y otras como artista invitada. Su aspecto exterior supongo será muy distnto al de la simpática y pizpireta agente de "CONTROS", pero en mi recuerdo siempre quedará el flequillo y la mirada ingenua de la simpar  99.





17 de abril de 2017

Tiempo de Pascua, deseos de paz

 
"Que en los momentos más complejos y dramáticos de los pueblos, el Señor Resucitado guíe los pasos de quien busca la justicia y la paz; y done a los representantes de las Naciones el valor de evitar que se propaguen los conflictos y de acabar con el tráfico de las armas".

Esta frase forma parte del mensaje del Papa Francisco pronunciado ayer con ocasión de la Pascua de Resurrección. El Santo Padre realizó un largo repaso de los dramas que sacuden al mundo como las guerras, la inmigración o el desempleo; abogando con especial énfasis por Siria, Irak, África, Latinoamérica y Europa. El discurso no tiene desperdicio y vale la pena dedicar un rato de nuestro tiempo a leerlo y meditarlo un poco ... porque podemos pensar que poner los medios para mejorar la situación corresponde a otros, olvidando que todos podemos hacer algo para promover la paz, que las metas altas son cosa de todos.

La vida sigue y el mundo continúa su marcha. Cada cual tenemos nuestros quehaceres, nuestras preocupaciones y nuestros agobios, corriendo el riesgo de no ser conscientes de la importancia del momento, de los peligros que nos acechan. Podría parecer que los dramas lejanos -Irak, Siria, Sudán, Somalia, ...- nos pillan de lejos y, aunque tengamos sentimientos y haya noticias, escenas que nos duelan e impresionen, podemos seguir cayendo en ese egoismo de sentirlos como algo lejano que, además, nunca nos va a suceder a nosotros, tranquilos  modernos europeos. No es bueno vivir ajenos al dolor del prójimo ni andar confiados cuando la historia nos demuestra que es muy fina la línea que separa la tranquilidad más cotidiana del dolor y la destrucción.

Cuando das un garbeo por la prensa más reciente compruebas que hay un señor por el lejano oriente amenazando con guerras nucleares, mientras al otro extremo un nuevo mandatario con aires de sheriff del lejano Oeste evidecia pocos escrúpulos para atacar y usar bombas de gran potencia. Entre uno y otro tampoco asoman personas y situaciones que tranquilicen: yihadismo, terrorismos varios, ... por no hablar de quien anda por Rusia reeditando guerras frías. Da la impresión de que hay demasiados personajes estirando la cuerda, que pueden más ambiciones y afanes de dominio que deseos sinceros de  paz y prosperidad para todos.

Son tiempos convulsos, no nos deberían coger ni despistados ni con los brazos cruzados.



13 de abril de 2017

Un post de encargo


Un post me manda hacer Violante ... y es verdad, me pone en un aprieto. Los Jueves Santos tienen su afán por la tarde, pero por la mañana uno tiende a la relajación: lectura, música tranquila, descanso ... tal vez un paseito ligero. Pero tendré que hacer caso a mensajes que suenan a orden.

¿Y de que quiere Violante que hable?, ... ¿de gratitud por amistades desinteresadas, que lo dan todo sin esperar nada?, ¿de personas entregadas a los suyos, ... incluso a otros que no siempre son lo suficientemente sensibles para darse cuenta?, ¿de trabajos poco valorados en comparación con su exigencia? ... podría decir tantas cosas, pero ya las sabe todas.

Podría hablar de generosidad, de vitalidad, de corazón joven, de personas que necesitan vivir la vida compartiendo, ... de sonrisas que en ocasiones disimulan penas grandes, de capacidad de apoyar, de buscar poco para sí y mucho para el resto. Pero a algunos les parecería zalamería, a otros exageración, ... a alguien quizá se le subirían los colores a la cara ... a Violante hasta le puede poner nerviosa.

Cabría citar carreteras secundarias, barrotes con recuerdos agridulces,  apoyos, alientos a empresas maravillosas en lugares donde impera la pobreza -y también la alegría-, con tanto entusiasmo como discreción. Hablaría de visión amplia de la vida, de intuición larga, que ve más allá de palabras y gestos, de capacidad de querer.  También de consejos acertados, de esas veces en que te despiertan de una preocupación tonta, una pena injustificada, .... te alejan de la visión egoísta de la vida.

Hablaría de tantas cosas, pero tal vez lo que hiciera fuera molestar, ... no se si es mi post más bonito ... creo que no, pero me gustaría que lo fuera. Como lo son las amistades que llegan, ... que vuelven, ... para durar siempre.

12 de abril de 2017

Mentalidad de propietarios


Ocurre en diferentes ámbitos de la vida, en distintos lugares, en empresas, oficinas, asociaciones, grupos, instituciones, ... Con mucha frecuencia hay quien no solamente lo sabe todo, tiene respuesta para cada cuestión, ofrece la solución para todo problema, ... también parece poseer la exclusiva de la verdad y, sobre todo, tiende a asumir un protagonismo  especial, como si se considerara parte principal del juego de que se trate, oráculo imprescindible, portavoz indiscutible e indiscutido, propietario de tradiciones y esencias.

Y lo que sucede a veces es que estalla el drama, porque se ha hecho algo sin su permiso, sin su visto bueno. Alguien ha tomado una decisión, ha elegido otra opción, ha cambiado alguna regla, ... y surge la sorpresa, tiemblan las estructuras, incluso cunde la indignación. No debería ser malo abrir el abanico, ventilar la casa, dejar hacer, ..., pero hay ocasiones en que a alguien se le caen los "palos del sombrajo", comprueba que no todos piensan que es "la repanocha", ... que hay quien para vivir necesita algo más de aire libre.

A un antiguo periodista aragonés, fallecido hace ya tiempo, le leí varias veces repetir el dicho de que "Don Preciso se murió". Pues eso.

10 de abril de 2017

En el prematuro e inesperado adios de Carme Chacón


Cuando ayer recibí vía washapp el enlace del diario "El Páis" digital con la noticia de la muerte repentina de Carme Chacón, mi primera reacción fue de incredulidad: me parecía imposible que de la noche a la mañana una persona joven, a la que siempre había visto en plenitud, con esos aires de mujer preparada y valiente, desapareciera de este mundo para siempre. A dicho sentimiento se unió inmediatamente la tremenda impresión que produce la muerte de alguien conocido, aunque lo sea vía medios de comunicación, sobre todo cuando es alguien a quien le quedaba tanto por dar.

Mi único encuentro con Carme Chacón tuvo lugar en un curso organizado por el Centro de Estudios Jurídicos. En esa ocasión ella dio una charla en materia de violencia de género. La vi como una mujer comprometida -¡mucho!- con la causa, y con llamativo afán por transmitir a su audiencia la fuerza y la necesidad de ese compromiso. Creo recordar que en un principio caí en el error de pensar que su discurso era poco jurídico, hasta que me di cuenta, como en otras ocasiones, que a los juristas nos hacen muchas más bien aquellos mensajes que nos apartan del "salón", del "laboratorio",  para ponernos directamente en contacto con la vida misma.

Carme Chacón fue Diputada, Ministra de Vivienda y de Defensa y no hace mucho disputó a Alfredo Pérez Rubalcaba el liderazgo del PSOE. Todo esto, su carrera política en su globalidad, me hace caer en la cuenta del valor de esta mujer, de su categoría humana. Padecía una grave enfermedad de corazón, al parecer congénita, algo que ignorábamos casi todos ... un mal que supo llevar con discreción, sin servirse de él de ninguna forma. Y sabiendo de su enfermedad y de su riesgo, quiso dedicarse a una tarea que supone esfuerzo, stress, preocupaciones, tensiones, ... tanto como para aceptar ser ministra, para pretender asumir el timón principal de uno de los dos partidos principales de España. Cada cual podrá interpretar el detalle como quiera, para mí supone una gran dosis de generosidad, de disposición de servicio, de asumir una vida posiblemente más corta -desgraciadamente, así ha sido- para cumplir sus anhelos y entregar a los demás sus talentos.

Descanse en paz Carme Chacón.

1 de abril de 2017

Lecturas en medio del traslado

El nivel e interés de mis lecturas de marzo ha ido de menos a más. Tras cuatro libros que, sin dejar de tener su interés, no me han parecido nada del otro mundo, he terminado el mes en el que he cambiado de ciudad con tres lecturas a las que pongo la mejor nota. Por encima de todo lo leido, destaco "Vacíar los armarios", una novela que me lleva a esperar ilusionado la siguiente de Rodolfo Notivol, un paisano mío al que, casualmente, tuve la suerte de conocer personalmente dos días después de concluir la lectura de su libro.

De vez en cuando apeteceleer  un thriller aditivo. Por esta razón busqué entre las recomendaciones literarias que incluían el género y opté por una nocedad: "Al cerrar la puerta", una novela de planteamiento atractivo escrita por B.A. Paris, una madura escritora nacida en Inglaterra y residente en Francia. El planteamiento argumental no es muy novedoso: una joven pareja que parece perfecta, aunque en la intimidad de su casa la realidad es otra bien distinta. Como se trataba de conseguir una lectura entretenida, que "cogiera", el libro ha respondido a la perfección a lo que pedía. La tensión es intensa, la lectura amena, de las que captan la atención y la extensión no excesivamente larga (288 páginas). Igual de cierto es que a la vista de los comentarios laudatorios de la contraportada, de algunas críticas de interés e incluso de quien me lo vendió ... la cosa no es para tanto. Y que nadie espere excesivas sorpresas en el desenlace.

François D'Epenoux es un joven escritor francés que incluso ha visto cómo se llevaban al cine dos de sus novelas. "El despertar del corazón" es el primero de sus relatos que se traduce al español y con él obtuvo en 2014 el premio "Maisson de la Presse" que conceden los libreros franceses, manteniéndose durante cierto tiempo a la cabeza de las listas de ventas. El argumento gira en torno a la relación entre un viejo cascarrabias francés y su nieto de 5 años, que viene aparentemente a invadir su intimidad en las vacaciones de verano. D'Epenoux lo divide en tres partes: una primera relatada por el padre del niño, que opera a modo de larga introducción, otra central que cuenta el abuelo y  justifica sin duda el título de la novela y un corto epílogo final. Se trata de un libro irregular, con un primer tercio más bien aburrido, un núcleo central sencillamente delicioso y un final que no me ha convencido del todo. Las relaciones entre el chaval, de nombre Malo, y su abuelo suponen un maravilloso canto a la vida sencilla y al cariño verdadero. Esta parte tiene un aire a "La sonrisa etrusca" de José Luis Sampedro, aunque no llega a su notable calidad.

José María Zavala es un periodista y escritor madrileño. Ha escrito muchos libros sobre historia, mucho más cercanos a la divulgación que a cualquier pretensión científica. Al parecer su especialidad se centra en la guerra civil y de entre sus textos dedicados a este importante momento de la reciente historia española me llamó la atención "En busca de Andreu Nin", ya que la figura del anarquista catalán, quien llegó a ser consejero de la Generalitat, me parecía interesante, amen de que no sabía demasiado de él. Se trata de un volumen extenso, de más de 600 páginas, si bien a partir de la 412 el autor incluye anexos documentales y de otro tipo. Zavala se explica bien, pero se extiende demasiado, fundamentalmente porque aprovecha la historia de Andreu Nin para hablarnos de otros temas que van más allá: la revolución soviética, las purgas de Stalin, el envío a Moscú de buena parte del oro del Banco de España, ...  De cualquier manera el libro es un documento importante sobre una etapa importantísima de nuestra historia, sobre un personaje francamente interesante y sobre la persecución y dinamitación del POUM por parte de del PCE en el año 1937.

Hace tiempo que tenía en la cabeza la lectura de "Una trampa para cuervos", una novela policíaca de la escritora británica Ann Cleeves, aunque con tanta acumulación de libros "apetecibles" no encontraba la ocasión de hincarle el diente. La espoleta que rompió la inercia fue uno de esos correos que aún envía de vez en cuando Paco Camarasa, el viejo co-propietario de "Negra y Criminal" y auténtico gurú del género. Camarasa, poco aficionado a este tipo de intrigas más bien "convencionales", dijo que era una historia que "se leía bien", lo que a la vista de lo dicho no deja de ser, viniendo de quien viene, toda una loa, calificando al estilo de Cleeves como "Rural british", términos que ofrecen bastantes pistas del estilo del libro. La novela me ha gustado: creo que la intriga está bien montada, que tiene la habilidad de ir metiéndote poco a poco "en harina" y los personajes poseen vida propia. Eso sí, en mi opinión "estira" en exceso la extensión del relato -488 páginas me parecen demasiadas para una novela policíaca sin muchas pretensiones- y corre el peligro de cansar. El tema central es interesante: empresa que pretende construir una cantera en zona ecológicamente importante ... toda una fuente de posibles intereses contrapuestos, especulaciones y malas tentaciones. Cleeves tiene personaje fijo: la policía Vera Stanhope, una mujer peculiar, desaliñada y audaz, aunque su papel no invade toda la trama, ... de hecho no aparece hasta próximo el ecuador del libro.

Para que nadie tenga dudas de mi opinión, comenzaré diciendo que "Vaciar los armarios", el primer relato largo del zaragozano Rodolfo Notivol, me ha pareciedo una novela excelente: he disfrutado de su lectura desde la primera página y ha sido de esos libros que uno coge con gusto y que cuesta interrumpirlos. Se trata de una saga familiar  que va de la guerra civil a nuestros días. Sin duda, mi valoración positiva viene favorecida por mi gusto por este tipo de retratos de familia y por su ambientación en Zaragoza, con calles, lugares, edificios, ... que conozco perfectamente. Notivol nos ofrece un testimonio magnífico de la evolución de una familia de clase humilde en la Zaragoza de tiempos tan difíciles como la guerra, la posguerra o la transición. Está narrada en primera persona por una de las hijas mayores, en forma de carta dirigida a una sobrina que ha triunfado en la vida y se ha convertido en una escritora de fama. El autor narra temporalmente los hechos, aunque utiliza giros concretos en los que el tiempo avanza y retrocede a impulsos de lo que les va sucediendo a los personajes protagonistas, un ritmo que no altera en absoluto la lectura. Amores y desamores, rencores familiares, tragedias personales, éxitos y fracasos, ... forman una historia en la que quien relata hace precisamente los que el título advierte: vaciar los viejos armarios de una familia y desnudar las grandezas y miserias de quienes la forman.

El islandés Arnaldur Indridasson es uno de los grandes de la novela de intriga escandinava, lo que a la vista de la competencia existente no es precisamente cualquier cosa. Hasta ahora se habían publicado en España las historias protagonizadas por el detective Erlundur, amen de "Pasaje de las sombras", con la que ganó el premio RBA de Novela Negra en 2013. En estos meses se está vendiendo, al parecer como rosquillas, "Betty", un relato de estilo completamente distinto a los citados, que aunque se haya publicado ahora, fue escrito en 2003. Como dice un amigo que también nos cuenta sus lecturas en un blog, es muy difícil hablar de esta novela sin destriparla. Por eso, me limitaré a decir que tiene unos aires propios del "noir" más legendario -Hammet, Chandler, ...-, que se trata de una historia que produce cierta desazón, que el argumento, intriga concreta incluida, me ha parecido muy bien configurado y que, por encima de todo, es en mi opinión, una novela negra francamente buena. La extensión es corta -231 páginas con espacios y letra grande-, lo que facilita una lectura ágil y rápida. En definitiva, que Indridasson sigue respondiendo a las expectativas.

El escritor aragonés Manuel Vilas publicó recientemente "América", un relato de viajes en el que nos ofrece su peculiar visión de la realidad actual de los Estados Unidos. Vilas, barbastrense de nacimiento, nos va hablando en capítulos diferentes de diferentes ciudades norteamericanas -Nueva York, Washington, Missouri, Sant Louis, Atlanta, ...- desde una perspectiva muy propia, con un claro tono crítico y una buena prosa. El autor  mantiene un tono claramente transgresor, aunque a la vez amable y divertido, mostrándonos un pais que él piensa carece de algunos de los atributos de los que sus políticos y habitantes han hecho hasta ahora gala. En ocasiones, esa voluntad transgresora la convierte en un intencionado estilo irreverente que, personalmente, me gusta menos. Su visión de los Estados Unidos va acompañada de continuas referencias a todo tipo de personajes, desde músicos como Lou Reed y David Bowie hasta políticos como Obama y el recién elegido presidente Donald Trump, cuya figura aparece como trasfondo de la visión pesimista de Vilas, sin olvidar un hilarante capítulo donde pone en parangón a Martin Luther King nada menos que con Homer Simpson. De cualquier manera, un libro entretenido y bien escrito.