Ayer comenzaron los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro; aunque no ando muy al día del evento, tengo la impresión de que lo hacen bajo el miedo tanto a incidentes como a defectos de organización. Ya son muchos los juegos que he seguido: todavía recuerdo los pequeños cromos que acompañaban a las chocolatinas de Nestlé que mi madre me compraba antes de entrar en el colegio, así como el paso por Zaragoza de la antorcha olímpica camino de México. De la misma forma que quedan en mi memoria y en mi retina las hazañas de hombres y mujeres como Bob Beamon, Fósbury, Mark Spitz, Nadia Comaneci, ... o nuestros paisanos José Manuel Abascal, Fermín Cacho o Mireia Belmonte.
El único de porte que sigo con verdadera constancia e interés durante la competición es el atletismo, verdadero deporte rey del certamen, y de manera muy especial las carreras de medio fondo: 800 y 1500 metros. Ayer en Facebook un periodista inquieto y sensible recordaba como su "momentazo" personal de los juegos la mítica final de los 1500 metros masculinos en Los Ángeles, cuando el español José Manuel Abascal se enfrentó al trío de oro británico que formaban Sebastian Coe, Steve Cramm y Steve Ovett. Fue sin duda una carrera espectacular, presidida por la emoción y el fair play y donde comprobamos esa elegancia indiscutible de los citados atletas, que desplegaban su esfuerzo sobre la pista con un estilo que cabe considerar como verdadero aire fresco, con un ritmo acompasado, unos cambios de velocidad perfectamente estudiados. Así la belleza de las imágenes, la plasticidad del momento convirtieron la carrera en un evento inolvidable.
Al final se impuso Coe, un hombre que sin desmerecer a sus compañeros, era el "maximum" de elegancia, de equilibrio, de dominio de la técnica. Coe fue siempre un caballero sobre la pista, y cuando se retiró comenzó una brillante carrera política, accediendo a la Cámara de los Comunes y llegando a ser el Presidente del Comité Organizador d elas Olimpiadas de Londres de 2012 y, en la actualidad, Presidnete de la Federación Internacional de Atletismo. queda claro que aún podemos encontrar deportistas ejemplares.
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