5 de marzo de 2015

El Ebro,un padre enérgico


En muchas ocasiones, ya desde pequeño, he escuchado hablar del padre Ebro; efectivamente el río que atraviesa poderoso las orillas del Pilar no deja de mostrar esos aires paternales ante los que se mantiene una mezcla de temor, confianza y respeto. Pero hay ocasiones en las que ese padre se enoja, pierde la calma y es capaz de arrasar con todo lo que se le pone por delante.

Una vez consumada la riada y asolados campos, tierras, animales y hasta parte de zonas urbanas, es tiempo de analizar causas, atenuar daños y promover ayudas, y expertos hay para buscar cuando menos mínimas soluciones. También parece ser tiempo de oportunismos y tentaciones de sacar réditos del tema, pero me faltan conocimientos y datos para opinar. Lo que no quiero dejar de hacer es mostrar mi solidaridad por quienes han sufrido en sus carnes el drama de perder propiedades, bienes y frutos del trabajo que tanto esfuerzo han costado. Cuando ocurren estas cosas -y demos gracias de la ausencia de pérdidas humanas- no podemos andar ni despistados ni fríos; me da mucho miedo pensar que ante la tragedia ajena pudiera caer en el error de la indiferencia.

La naturaleza se muestra a veces cruel y contundente, y cuando se desboca los hombres podemos tener bastantes pocas posibilidades de defendernos contra ella. Tal vez nos venga bien comprobar que no podemos tener todo controlado, que todo lo que el hombre hace puede ser insuficiente frente al poder imparable de las fuerzas naturales.



Las fotos están descargadas del Blog fotográfico "Primo".

1 comentario:

Brunetti dijo...

El Ebro guarda silencio
al pasar por El Pilar,
la Virgen, que está dormida,
no la quiere despertar.

Me encanta esta Jota.

Buen fin de semana.