De todos es sabido que en la década de los 50 el Real Madrid, con Alfredo di Estéfano a la cabeza, fue el indiscutible rey de la Copa de Europa de fútbol; cuando el argentino, Puskas, Rial, Santamaría, Marquitos y cía se hicieron mayores tan sólo Paco Gento, el rapidísimo extremo zurdo que respondía al pomposo apodo de "la galerna del Cantábrico", sobrevivió a tanta jubilación y los merengues hubieron de rejuvenecer el equipo formando el que se llamó, parafraseando las modas de la época, "Real Madrid ye-ye", un equipo demasiado novel y que con la prohibición de fichar extranjeros perdió jerarquía en el fútbol europeo. A pesar de ello, todavía fue capaz de ganar una sexta Copa de Europa en la recordada final celebrada en el "Heysel Stadium" de Bruselas cuando se impuso por 2-1 al Partizan de Belgrado. El equipo, entrenado por Miguel Muñoz, estuvo formado por Araguistain; Pachín, De Felipe, Sanchís; Pirri, Zoco; Serana, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento; junto a estos jugadores otros como Betancourt, Calpe, Miera, Veloso, Félix Ruiz y Manolín Bueno componían una plantilla poco "rimbombante" pero que en España no tenía demasiados rivales y en el continente aún fue capaz de lograr triunfos llamativos. La fuerza de Pirri, la seguridad y el trabajo de Zoco, la clase de Velázquez y la habilidad y dribling de Amancio convertían al Madrid "ye-ye" en un equipo sólido y solvente.
La final de Bruselas, a la que llegaron los merengues tras eliminar a Feyenoord de Rotterdam, Kimalnork de Escocia, Anderlecht e Inter de Milán, no fue fácil de ganar; el Partizan no parecía a priori un hueso demasiado duro, pero los yugoslavos nunca fueron rivales sencillos y tras una primera parte igualada los balcánicos se adelantaron inesperadamente con un tanto de Vásovic: quedaba poco más de media hora y parecía que el Partizan iba a dar la campanada. Pero los blancos reaccionaron y a falta de 20 minutos Amancio igualó la contienda, para seis minutos después ser el extremo Fernando Serena el que con un sensacional disparo limpió las telarañas de la escuadra rival y le dio el título a su equipo. Los jugadores del Madrid regresaron triunfalmente a España y un equipo joven y barato -solamente Amancio había costado una cantidad relevante de dinero- fue capaz de pasar a la historia grande del fútbol español.
Jugadores como Sanchís, Pirri, Zoco, Amancio, Grosso, Velázquez o Gento eran integrantes habituales de la selección española, pero el resto no eran más que buenos peones que completaban un equipo capaz de llegar tan lejos. El gol del triunfo fue logrado por Fernando Serena, un madrileño que contaba entonces 25 años cuyo nombre posiblemente hoy no le suene a casi nadie. Serena era el típico extremo menudo y rápido, con capacidad de desborde, buen dribling y facilidad para dar asistencias. Se había formado en el filial del Real Madrid que por aquellos años era conocido con el nombre de Plus Ultra; con 20 años fue cedido al Osasuna, equipo donde militó dos años, marcando nueve goles en 51 partidos, su buen rendimiento en Pamplona le llevó al primer equipo merengue en el que estuvo cinco temporadas con un bagaje de 54 encuentros de liga en los que logró once tantos, una trayectoria discreta pero suficiente para ser decisivo en el partido más importante de todos y debutar con la selección nacional. En el verano de 1968 Serena se fue al Elche, club entonces boyante en la máxima categoría y en el que militó dos años y logró 3 goles en 39 partidos, llegando el primer año a disputar la Final de la Copa frente al Athletic junto a los Vavá, Asensi, Canós, Araquistaín, Llompart, ... Los últimos años de su carrera los jugó en el Sant Andreu, equipo de Barcelona que militó unas cuantas temporadas en segunda.
La trayectoria de Serena fue similar a la de tantos jugadores que han sido capaces de aguantar unos cuantos años en equipos grandes como Madrid o Barça y luego han bajado su "caché" en equipos inferiores, pero que siempre mantuvieron un buen nivel futbolístico. Con el tiempo, mientras nombres como Amancio, Gento o Pirri siguen sonando por ahí, ahora como auténticas leyendas, muchos se han olvidado de otros como Serena que contribuyeron de forma decisiva a un éxito tan grande como una Copa de Europa que su equipo tardó más de treinta años en volver a conseguir.
4 comentarios:
Vaya título para el post. Creí que te referías a otra persona.
Hoy Riazor será el escenario de la resurrección del Zaragoza como el año pasado lo fue Molinón. Como suele decir un destacado miembro del gobierno autonómico, tengamos fe.
Ya me di cuenta lo equívoco del título: se lo advertí al interesado. Poca fe tengo en el equipo para esta tarde-noche.
Por supuesto que me sonaba el nombre de Santiago Serena, digo, de Fernando Serena. Aunque he de conocer que vagamente.
Sin embargo, en el aperitivo que acabo de hacer con mis hermanos (el mejor momento de la semana, por cierto), les he hablado de tu oost de hoy y ambos-dos recordaban perfectamente ese gol marcado en la final de Bruselas. Pero pensaban que Santiago Serena (perdón), Fernando Serena, era delantero centro y no extremo, como afirmas en tu comentario.
En fin, una pequeña discrepancia que no altera el curso del universo.
Saludos, Santiago, quiero decir, Modestino.
Serena era extremo nato, amigo, no te quepa duda.
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