Hay grandes expertos en cine, y por esta casa pasa alguno, que son capaces de ver una película, profundizar en su contenido y mensaje, fijarse hasta el último detalle y valorar aquellas cosas que el resto de los mortales no somos capaces de ver; estos tipos disfrutan de manera especial con el cine, aunque bien es cierto que entre ellos hay algún que otro "snob" que se viste de entendido y es capaz de tragarse auténticos "morteros". Yo crecí acostumbrado a las películas donde había "buenos y malos", e incluso cuando la virtud y el pecado no aparecían delimitados del todo, uno se las terminaba arreglando para encajar a algunos de los protagonistas en los "imprescindibles" papeles de héroes y villanos. Fueron muchas las mañanas del domingo en el cine Victoria y en el Palacio, alguna tarde de también dominical en el colegio de la Enseñanza, más de una sesión en el Mola, el Dorado o el Gran Vía, por citar algunos de los más habituales, y allí me imbuía de ficción con John Wayne o Gary Cooper en esos viejos westerns tan maniqueos, sin olvidar las películas de romanos, esas de las que hablaba Sabina, casi siempre con decorados de cartón piedra y a base de co-producciones hispano-italianas. En esos films nuestras mentes infantiles necesitaban su héroe, generalmente acompañado de una gentil dama cuyo amor no era fácil de conseguir, enfrentado a un "malo-malísimo que por perverso y sádico que fuera uno tenía la certeza de que al final terminaría hincando la rodilla y casi siempre perdiendo la vida. Y aquí pretendía llegar a parar: porque no nos conformábamos con que el "pérfido" de turno fuera castigado por sus fechorías, sino que deseábamos su muerte, que me temo nos satisfacía más cuanto más truculenta fuera.
Pocos podrán negar la saña con la que desearon la muerte de Comodo en "Gladiator", o cómo no se podían conformar en "Mentiras arriesgadas" con que Salim Abu Aziz muriera de un sólo tiro, o con qué fervor se deleitaron con las muertes cada vez más inverosímiles con las que se defendía Stallone en "Máximo riesgo". Al cabo de 50 años viendo cine he recapacitado acerca de en qué medida durante las películas se agudizaba el aspecto más vengativo y sangriento de mi carácter ... siempre podremos decir que en el fondo lo que nos excitaba a desear la muerte del malvado era un afán de justicia, pero no podemos negar que si los "buenos" se limitaban a apresarlo y entregarlo a la Justicia nos solía parecer insuficiente. Son innegables los méritos de Edward G. Robinson en "Cayo Largo", los de Billy Drago -Frank Nitti- en "Los intocables de Elliot Ness" o los de Basil Rathbone -Sir Guy de Gisbourne- en "Robin de los Bosques", pero no debe de ser muy virtuoso disfrutar con castigos tan sangrientos por mucho que sean ejemplares. Incluso en los dibujos de Walt Disney no sentiríamos lo mismo sin que personajes tan "odiados" como la madre de "Blancanieves", el Scar del "Rey león" o el Gastón de "La bella y la bestia" no pagaran con su vida sus maldades. Pero la naturaleza es así, y salta a la vista lo descafeinadas que quedarían las "pelis" de siempre sin que pudiéramos contemplar el "discreto encanto" de la venganza.
10 comentarios:
Recuerdo los dibujos animados de el coyote y el correcaminos... el coyote es el malo pero nos identificamos con él y con sus inútiles esfuerzos por cazar el correcaminos con artilugios que compra a la marca ACME y que fallan sistematicamente
Claro!, cómo se me podía olvidar el Correcaminos que sometía al Coyote a una permanente y perpetua humillación, ... y la marca ACME que aparecía también en otros dibujos de la WB: el gallo Claudio, el pato Lucas, el gato Silvestre, Porky Pig, Buggs Bunnie, Piolín, ... Porque este con el "lindo gatito", tela! ...
No se me había ocurrido pensarlo, pero es cierto que a veces deseamos la muerte del malo. Un beso.
Está entrada no pretende ir más allá de una consideración en tono jocoso, pero queda claro que no podemos evitar una natural inclinación vindicativa.
...A mí esta entrada me ha recordado a los "Hermanos Malasombra" de los Chiripitiflauticos, a mi hermano y a mi nos encantaba cantar esa canción. Siempre los vi desde el "lado tierno de mi infancia"...
http://www.youtube.com/watch?v=yB_7g7_gsqk
Veronicia: Creo recordar que el lema de A.C.M.E (Américan Corporation Makes Everithyng) era: "Si funciona, seguro que no es ACME".
Como tú das la venia al hablar de "tono jocoso", me atrevo a hacer una confesión de algo que me tortura desde mi niñez.
Cuando vi, por primera vez pues en aquella España las películas se estrenaban o reponían con muchísimo retraso - baste decir que "Lo que el viento de llevó" es de 1939 y aquí la censura no la autorizó ¡hasta veinte años después, 1959 y fue la apoteósis, solo superada por "Gilda"- a lo que iba, contemplé maravillada en "Cinerama", Ben Hur y horrorizada, tras la escena cumbre de las carrera de cuádrigas, comprendí que lamentaba más la muerte del pérfido Messala.
¿Por qué? ¡Pues a Stephen Boyd, le creía más guapo, poderosa razón!
Y es que, amigo, a Charlton Heston lo identificaba tanto con Moisés, que hasta un amor platónico me parecía blasfemo...
¡Una entrada excelente, gracias, me lo he pasado muy bien!
Perdona el papiro que he escrito.
Un abrazo
Asun
Inolvidables Hermanos Malasombra, amigo Tomae.
Stephen Boyd era más apuesto que Charlton Heston, y como actor, bastante flojo. Tiene un papel bastante más bondadoso en "La caída del imperio romano" en el que el del pérfido Comodo le corresponde a Christopher Plummer, aunque ambos quedan oscurecidos por la gran Sofía Loren.
En cuanto a "Ben-hur", no queda clara la.muerte de Mesala, aunque evidentemente queda muy "magullado".
Encotré en internet la "demanda" que interpuso el coyote contra ACME es desternillante... pego un trozo ( lo se... tengo mucho tiempo libre para perder jajaja!!! )
"El señor Coyote declara que en ochenta y cinco ocasiones, ha comprado a la Compañía Acme (en adelante, "demandado"), a través de del departamento de pedido por correo de la empresa ACME, algunos productos que le causan daño físico debido a defectos de fabricación o etiquetado de advertencia incorrecto. Las ventas son a nombre de Sr. Coyote como prueba de compra en la actualidad en poder de la Corte, señalamos las lesiones en el Anexo A. Dichas lesiones sufridas por el señor Coyote han restringido temporalmente su capacidad para ganarse la vida en su profesión de depredador. Sr. Coyote trabaja por cuenta propia y por lo tanto no tienen derecho a remuneración de los trabajadores.... "
:):):)
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