
Pero, y en lo que al melocotón hace referencia, uno echa de menos los que tomaba en su infancia, auténtica garantía de sabor excelente, de fruta en su punto. Desde hace ya bastantes años los melocotones se han convertido, la mayoría de las ocasiones, en un torpe producto congelado, en fruta vendida en fruterías de franquicia o grandes supermercados, donde prima la conservación por encima de la excelencia y ni siquiera recuerdo la última vez que tomé una pieza verdaderamente buena. La mayoría de las veces los melocotones me saben a nada, como esos polos de antaño en los que se exprimía el sabor a limón o naranja y acababan siendo un simple pedazo de hielo. Han convertido al melocotón en una "bolita" sosa e insípida incapaz de ofrecer ese sano y reconfortante placer de los melocotones de siempre.
Hoy día se afirma haber comido un melocotón con una frivolidad llamativa, cuando en realidad uno se ha comido otra cosa, algún tipo de variante, como la nectarina, esas piezas coloradotas a las que se quita la piel con una facilidad pasmosa, que suelen estar de miedo, pero que no son melocotones, o sencillamente lo que ha ocurrido es que nos hemos comido un sucedáneo, una fruta que deshonra el prestigio y el nombre de los melocotones.
Aragón es tierra de melocotones, en Calanda se cultivan las mejores especies del país, y hemos convertido al melocotón con vino en uno de nuestros platos regionales más famosos, pero aún así te acabas preguntando dónde se esconden los melocotones buenos, porque los mediocres son los que uno suele ver por ahí.

8 comentarios:
Los melocotones buenos... en esa tienda que me dijiste que era como el Loewe de las verduras.
En casa nos gustan cortados en pequeñas láminas( no de cualquier manera; me enseñó el padre del jefe)... con azúcar. Los dejas que se empapen... Luego los bañas con vino tinto. Bueno...Supongo que te suena porque es el postre típico que muchos comen el día de San Lorenzo.
Melocotones de verdad. No es fácil encontrarlos.
Un saludo, Modestino, y buen fin de semana.
Yo soy amante de las cerezas, para mi la mayor felicidad que recuerdo era levantarme cruzar los campos hasta la "cerecera" (en Aragón se dice así) de un vecino subir y comer todas las que quisiera... distingo una cerecera en cualquier parte.
El secreto de la fruta es que cuando se coge para "casa" sencillamente bajas al campo y coges unas cuantas piezas maduras... pero si tienes una plantación las tienes seleccionar un poco verdes porque pasarán días hasta ser consumidas. Irán madurando en camiones refrigeradores, estanterías, neveras, y como no han madurado en un arbol al sol no tendran el sabor dulce de la fruta.
Modestino cada vez falta menos para que haya melocotones de verdad:))))
Tendré que ir al "loewe", Sunsi; y la receta es la del melocotón con vino, propio de San Lorenzo y de Aragón en general.
Cerezas, las de Bolea: algún día hablaremos; y lo que dices del secreto, Veronicia, es bien cierto, es el problema de ser de piso.
¡Hola a todos, Buenos dias, Modestino!
Me ha gustado la entrada que además es rigurosamente cierta, pero casi me emociona el comentario de Sunsi acerca del tomarlos cortaditos con vino tinto y azúcar.
Así me los preparaba mi abuelita los veranos que pasaba con ella y estaban deliciosos.
¡Que impresionante el valor evocador de las palabras!
Gracias a los dos junto con un cordial abrazo
Asun
Y tu abuela, ¿era aragonesa?, ¿o tan universal que recogió lo bueno de cada sitio?
Me acuerdo de la jota."Tienes la cara mañica como los malacatones,colorada,recondica y llena de pelusica"ja ja ja.
¿Algún día escribirás sobre las tortetas, Modestino...? El día que me dijeron de qué estaban hechas tuve que hacer un esfuerzo. Recuerdo que todavía no estábamos casados. Yo pasaba unos días en Huesca. Y mis futuros suegros observando mi reacción... Qué mal rato. Pero están bien ricas.
Otro saludo
De tortetas, chiretas, morcillas y similares habrá que hablar algún día, aunque sea producto peculiar están de miedo.
Y en cuanto a la jota, existen otras versiones menos elegantes ...
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