7 de febrero de 2009

Un juego que aporta más esperanza que el punto conseguido













Real Sociedad 1 Real Zaragoza 1



La afición zaragocista esperaba el partido de Anoeta con temor, desazón y escepticismo; temor porque el rival estaba en fase ascendente, desazón porque una derrota nos podía alejar demasiado de los tres puestos de cabeza, algo que a estas alturas y con una plantilla tocada podía ser fatal y esceptisimo porque los malos partidos que acostumbra a realizar el equipo blanquillo fuera de casa no podían hacer presumir otra cosa que la derrota. Por eso da gozo comentar que hoy por la tarde el Real Zaragoza ha jugado su mejor partido fuera La Romareda en esta triste campaña en el purgatorio.

El empate, que en opinión de muchos mereció ser victoria, no fue nada fácil y a punto estuvo de no producirse, pues el pichichi Ewerthon empato de penalti en el minuto 89. El Zaragoza ha jugado con mucho orden, ha dominado a una excesivamente prudente Real Sociedad y ha mantenido, por vez primera en mucho tiempo, un mismo ritmo y rendimiento a lo largo de los 90 minutos. A pesar de ello, el habitual fallo tonto de la defensa -¡ay Chus Herrero!- propició que la Real se adelantara a la media hora de partido con un gol del Loco Abreu, un jugador esperpéntico que confirmó una vez más uno de los males que históricamente afectan al Zaragoza: hay delanteros que solamente son capaces de marcar frente al equipo blanquillo.

El Zaragoza no se amilanó y siguió intentándolo; la buena actuación del actual Zamora de la categoría, el meta donostiarra Bravo, la falta de tino de los delanteros y la mala suerte que no abandona este año a nuestro equipo impidieron que el tanto de la igualada llegara antes, haciéndolo con un penalti bastante dudoso al delantero Braulio.

En el encuentro de hoy caben destacar diversas decisiones de Marcelino: dos de ellas antes de comenzar el partido y otras en el transcurso del mismo. En la alineación destacaron, además del regreso de Chus Herrero que devolvió a Zapater al doble pivote por la obligada ausencia de Gabi, dos novedades llamativas: el regreso de Pulido al centro de la defensa en lugar de Ayala, bastante desacertado en los últimos partidos y la titularidad de Songo'o, que ocupó el puesto de Caffa, un hombre cuyo buen rendimiento inicial se ha ido deshaciendo como un azucarillo.

A lo largo del partido el mister zaragocista ha sido valiente; en primer lugar se ha atrevido a sacar a Ander Herrera al poco de iniciarse la segunda parte, quitando a Chus Herrero, bajando a Zapater al lateral y a Jorge López al pivote, en una demostración de que tiene flexibilidad y de que la apuesta por la nueva joya de la cantera va má allá del mero detalle para la galería. Por otra parte y a la vista de que el empate no llegaba, Marcelino se ha jugado el todo por el todo y ha sacado del campo a un lateral, Javier Paredes, para meter un nuevo atacante: Caffa. Pienso que el asturiano necesitaba una demostración de clarividencia de esta naturaleza para reforzar una autoestima que en las últimas semanas parecía resquebrajarse.

Hay que destacar hoy, por encima de todos, a dos hombres: el primero de ellos Frank Songo'o, un camerunés que llegó al club al final del verano ante la indiferencia de todos, que apenas contó en la primera vuelta y que poco a poco ha ido cogiendo protagonismo; hoy el chaval ha realizado un partido completísimo, mostrando una velocidad endiablada y ganándose un puesto fijo en el once titular. El otro, por segunda semana consecutiva, ha sido Ander Herrrera, el novel jugador ha vuelto a demostrar un desparpajo de veterano, una rapidez de jugador inteligente y unas formas de auténtico crack; suya ha sido la asistencia a Braulio en la jugada del penalti, dando con su juego razones a los aficionados para recobrar la esperanza. Buena nota también para López Vallejo, Goni, Zapater y Ewerthon.

El empate es muy importante, en primer lugar porque impide que un rival inmediato nos supere y nos gane en el goal average, en segundo lugar porque e suna inyección de moral y, finalmente, porque la derrota del Hércules en Vallecas nos permite regresar a la posición de ascenso, un lugar del que no deberíamos desaparecer ya más. La victoria del Xerez en Albacete aleja en exceso a los de Esteban Vigo, mientras que el Rayo Vallecano nos empata en la tabla -esperemos que no acabemos lamentando el estúpido desastre de hace quince días-, pero si seguimos jugando como hoy no tengo duda de que no tardaremos en consolidarnos arriba.

El sábado próximo llega el Las Palmas, un equipo irregular y frágil que no debería ser obstáculo para seguir progresando, pero el partido hay que jugarlo y el Zaragoza ya acumula demasiadas malas experiencias como para fiarse y bajar el pie del acelerador.





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