16 de febrero de 2009

No perder la ilusión



















"Hay algo que da esplendor a cuanto existe, y es la ilusión de encontrar algo a la vuelta de la esquina."

G. K. Chesterton

Gilber Keith Chesterton nació en Londres a finales del siglo XIX y en el primer tercio del XX desarrolló una prolífica labor literaria, cultivando entre otros géneros el ensayo, la narración, la biografía, la lírica, el periodismo y los libros de viajes. Su estilo, fundado en la paradoja y la parábola o relato simbólico, lo acerca según Jorge Luis Borges, un profundo admirador suyo, a uno de sus contemporáneos: Franz Kafka.

Por eso me he zambullido en muchas de sus frases con la intención de encontrar alguna que me dijera algo, que me sirviera para comentar alguna cosa interesante en mi rincón de internet. Tal vez el comentario finalmente elegido pueda sonar a reiterativo, pues en cierta manera puede relacionarse con la frase de Cicerón que incluí hace unos días. No obstante, no pretendo en esta ocasión de hablar de ideales, de convicciones, sino de la capacidad de ilusionarse ante lo ordinario, ante lo sencillo, ante las cosas de cada día.

Posiblemente el mantener el espíritu joven, el ser capaz de dar importancia a lo simple, de valorar lo ordinario, de ser feliz con cualquier cosa sea uno de los secretos de la felicidad. Entre otras razones, porque se es feliz cuando se ama y solamente por ese camino se puede encontrar el amor; no hay enemigos mayores del amor que la frialdad ante la vida, la cerrazón interior y el sometimiento a la rutina.

La frase del gran escritor ingles habla de esperanza, de mirar de frente, de optimismo, algo que no siempre es fácil cultivar ni conservar, porque la soledad, las decepciones, el polvo del camino,... se pueden convertir en carga excesiva. Pero hay que sobreponerse, y esforzarse por encontrar tanto de grande que hay en la vida, comenzando por muchas de las personas que nos rodean.

Tenemos que ser capaces de robar esos instantes gozosos que nos ofrece la vida; con los años corremos el peligro de instalarnos en el sillón del escepticismo, en la postura de quien está de vuelta de todo. La sonrisa de un niño, dos novios que se quieren y lo demuestran, las bodas de oro matrimoniales de alguien, un reencuentro inesperado, un hallazgo deseado, la felicidad ajena, ... hay muchas cosas que pueden revertir la melancolía en paz interior, el insomnio en sueño placentero.

Y esa capacidad de ilusionarse, ese buscar algo nuevo a la vuelta de la esquina tiene bastante que ver con saber adaptarse, aceptar los cambios, incluso aquellos que no nos acaban de convencer. La sociedad, la mentalidad de la gente evoluciona, y no siempre y necesariamente a peor .... posiblemente tan sólo a "distinto", y hay que mantener una disposición abierta al progreso, a la evolución, a las nuevas costumbres. Sin renunciar a las propias convicciones por supuesto, pero dándole a nuestros planteamientos un baño de comprensión y tolerancia.

Esplendor, no está mal la palabra; y es que en nuestra vida tiene que existir ese esplendor que en ocasiones da la impresión que nosotros mismos pretendemos excluir, quizá porque no hemos acabado de descubrir dónde radica lo importante, tal vez porque seguimos esperando "nuestro momento", sin darnos cuenta que siempre estamos en ese momento.

Fotos: www.jointhey.com


10 comentarios:

Máster en nubes dijo...

Muchísimas gracias, Modestino.
De verdad.

Aurora

sunsi dijo...

Dos posts. Uno detrás de otro, a cual más ... me cuesta esribir un calificativo. Lo que sí veo es que empujan. Con realismo... ya no tenemos edad de perseguir utopías que sabes que lo son... pero a la vez te dejan un sabor positivo. Gracias. Porque se nota una sinceridad, un tocar de pies en el suelo intentando no renunciar a tirar para alante. A según qué edades te puede dar un síndrome de melancolía, de creer que ya no hay nada nuevo bajo el sol... Ya nos lo conocemos casi todo demasiado. Lo que escribes supongo que nos pasa a todos alguna vez. Y llevas razón en lo que comentas sobre el escepticismo.
Y me vienen a la memoria personas que ya no están y que cada día se levantaban silbando, con ganas de empezar el día. Un día nuevo con lo que conlleva. Vete a saber lo que nos reserva. Seguro que algo que desconocemos. Si no, estaríamos muertos.

Un saludo y gracias por el post. Me gustan más que los de fútbol....

Modestino dijo...

A mí también me gustan más que los de fútbol, pero por un lado la cabeza no me da para ir de profundo todos los días, y por otro lo del fútbol no deja de ser una debilidad.

Tu opinión debe de ser generalizada, además, pues casi nunca nadie apostilla nada a mis comentarios del Zaragoza. Incluso he pensado crear un blog exclusivo, pero no tengo tiempo para tanto.

Anónimo dijo...

Bien está cuanto dices y aconsejas en tu post, querido amigo. Sin embargo, cuánto cuesta ilusionarse y buscar alicientes algunos días. Por ejemplo, en este lunes/lunero de este triste, apagado e insípido mes de febrero. A lo máximo que se puede aspirar es a que pase rápido. En fin.

¡Salud!

Modestino dijo...

Yo ánimo a mantener el espíritu joven y a ser capaz de ilusionarse con las pequeñas cosas, pero no puedo impedir que haya lunes, que nos duelan las muelas o que tengamos temporadas insoportables de trabajo.
Todos tenemos nuestras "cuestas arriba" que procuramos subir con la mayor dignidad posible.

annemarie dijo...

La dignidad (en tu ultimo comentario) es una cosa tan complicada, y está en el centro de tantas otras cosas. Chesterton tenía un sentido del humor muy contra si mismo, que funciona maravillosamente aqui. Muy buena la foto de la esquina: da ganas de correr, sin dignidad alguna, hacia el esplendor de aquella luz. :))

Modestino dijo...

Me parece que la dignidad es algo que en ocasiones resulta bastante subjetivo. Es importante -mucho¡- respetar la dignidad de las personas, aunque a veces las personas interpretamos de manera peculiar esa dignidad.

¿Cuándo se pìerde la dignidad?; he visto a señores respetabilísimos haciendo auténticas payasadas para divertir a sus niños pequeños; quien esté bañado de espíritu crítico y engreimiento, tal vez piense que hace el ridículo, que pierde su dignidad, .... pero posiblemente sea el momento en que más dignamente actúa, porque cuando te mueve el amor ni hay ridículos ni hay indignidades.

En cuanto a lo que dices de Chesterton, me parece un logro aprender a reirse de uno mismo.

Un abrazo, Annemarie¡¡¡

annemarie dijo...

Sí, es verdad. Y esplendor es una palabra con mucha gracia.

Modestino dijo...

Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, esplendor tiene varios significados:

1.- Cualidad de espléndido.

2.- Auge o apogeo.

3.- Brillo.

4.- Resplandor.

Todos ellos son bonitos y sugerentes, todos utilizables poéticamente, aunque yo me quedo con el segundo.

Que nuestra vida siempre esté en pleno esplendor¡¡¡.

annemarie dijo...

Siempre! :))