23 de febrero de 2009

Aquel 23 de febrero




"España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político."

Todos los españoles que teníamos uso de razón aquél día guardamos nuestro particular recuerdo de unos momentos que desde el primer momento nos dimos cuenta de que eran históricos. Pero para algunos el evento tuvo aún más significado, pues fuimos involuntarios protagonistas del mismo. Aquél frío día de 1981 me encontraba prestando mi servicio a la Patria en Valencia, sede de la III Región Militar, cuyo Capitán General, Jaime Milans del Bosch, sacó sus tanques a la calle y se constituyó en ariete y protagonista de un golpe de Estado que pretendió deshacer todo lo alcanzado en una ejemplar transición y cortar de raíz el régimen de libertades que comenzaba entonces a dar sus pasos en España.

Recuerdo que era lunes y a las seis de la tarde había salido del Parque de Artillería para dar mi paseo por las calles de Valencia; siempre me ha gustado callejear en solitario y mi tendencia a la "empanada" hizo que no me diera cuenta de ningún hecho anormal y hasta las 8 de la tarde, casi dos horas después de la entrada de Tejero en el Congreso no fui advertido por un amable paisano de que había habido un golpe de Estado y todo soldadito era de presumir debía regresar al Cuartel. Es lo que hice y a partir de ese momento mis sensaciones fueron especiales y me sentí protagonista de una aventura que ni deseaba ni me parecía acertada.

Al llegar al Parque el ambiente era de confusión; nadie daba explicación alguna y los mandos que allí estaban aseguraban no saber lo que estaba pasando y se limitaban a afirmar que debían tomar las medidas oportunas .... no se para qué, aunque imagino que en previsión de que "viniera el enemigo"; me dio la impresión que estuvieran o no en el ajo notaban cierto "gustirrinín" sintiéndose protagonistas y dedicándose a jugar a "guerritas" de soldado. Nos cargaron de munición y nos repartieron en refuerzo de la guardia por todo el cuartel. A mí me toco pasear con el CETME por una de las azoteas, con una estado personal que mezclaba temores evidentes, incertidumbre absoluta y cierta sensación ´de estar haciendo el "papelón".

Recuerdo que cuando habló el Rey hubo orden general de irse todos a la cama, acabando el acontecimiento como todos sabemos que acabó. De cualquier manera, aún queda vivo en mi interior el recuerdo del alivio que sentí cuando, tras saber lo que había dicho el Rey, tuve claro que el esperpento iniciado en Madrid por un señor con tricornio iba a quedar en agua de borrajas. No se si ésto puede sonar a exageración, a "boutade", pero en mi historia personal esta experiencia supuso una especie de camino de Damasco en mi visión de la realidad política.

En el Congreso unos cuantos diputados -Suárez, Gutiérrez Mellado, Carrillo- dieron una lección de valentía y en todo el país se produjo una reacción de apoyo al orden constituido. Se produjo una vuelta a la normalidad, se purgaron responsabilidades en un proceso penal del que se ha escrito mucho, el país fue madurando y no se volvió a poner en cuarentena el sistema. A partir de entonces muchas cosas se tomaron de otra manera; han pasado muchos años y tal vez cada cual habría cambiado alguna de las cosas que han ido ocurriendo, pero me parece que todos tenemos claro lo que no queremos.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que verdaderamente quita el hipo es que hayan pasado 28 años..... y los años de 365 días y los días de 24 horas y éstas de 60 minutos, y ....
No puedo evitar pensar en donde estaba yo entonces y en que he hecho en este tiempo....

Perdona, volviendo a tu post, me ha gustado mucho tu descripción del Modestino soldado, despistado y asustadillo con lo que veía, y como algunos militares se sientieron importantes por un día.

Modestino dijo...

Son efectivamente una pila de años, pero parece que fuera ayer: se han pasado en un periquete. En ocasiones uno echa la vista atrás y se siente con las manos vacías, pero no hay que hacerse mucho caso, porque siempre llevas a la espalda un cargamento de bondades, tal vez inconscientes.
Yo veo a los golpistas como un ejemplo palpable de vanidad, de creerse indispensables sin serlo y de interpretar equivocadamente la palabra patriotismo. Que tremendo error, que gran torpeza.

sunsi dijo...

Una pila de años pero yo lo tengo muy vivo en el recuerdo. Supongo que nadie olvidará qué hacía ese día a ciertas horas.
Yo era universitaria.Estudiaba filología en la central de Barcelosna. Una ventaja porque el Paraninfo se encontraba en el mismo edificio. Allí se reunieron muchísimos alumnos de varias facultades.

Mi impulsividad me hizo levantar la mano para tomar la palabra. Cuando me acuerdo de lo que dije se me congela la sangre. Me temblaban las piernas... todo el personal del Paraninfo mirándome y yo suelto que ellos , los golpistas, también tienen derecho a expresarse. Un compañero, Xavier, se me acercó y me dijo muy enfadado: "Estás loca. Aquí el único juego posible es entre la izquierda y la izquierda radical."

Luego supe que me defendió como pudo; tenía peso entre la militancia de PSUC. Bueno... y mi padre me amenazó con un cambio de facultad si no era capaz de callarme...

Menudo peñazo. Perdonad. Pero es que no se me olvidará mientras viva. Luego me llegaron anónimos....

Un saludo y ¡viva la democracia!

Modestino dijo...

A veces parece que la izquierda pretende atribuirse la exclusiva de las convicciones democráticas, y no ne parece justo.
Además parece que han olvidado a Stalin, Fidel, Mao o Cháves.