Hace tiempo que he dejado de hacer referencia a mi edad, al paso de los años, al otoño de la vida, ... son varios los que me han afeado la conducta, y he llegado a la conclusión de la razón que tienen. No obstante, y pidiendo disculpas de antemano, tengo que decir que venía notando cierta tendencia a consolidar algo de distancia generacional con los jóvenes. Ya tengo claro que es un error.
Hoy he cambiado mi ruta habitual para ir al trabajo, pues debía pasar antes por el banco. Por esta razón he coincidido, después de años, con la llegada a clases de los alumnos del Instituto "Ramón y Cajal" de Huesca, todo un ejemplo de variedad y mestizaje. Me he cruzado con peinados de lo más originales, vestimentas variadas, tejanos rotos -de éstos muchos, muchísimos-, mochilas, deportivas, caras de sueño, conversaciones animadas, ... Y con tal visión, he notado como una transformación interior; he visto miradas sinceras, actitudes optimistas, aires poco viciados, ... cierto soplo de aire fresco.
Así, ha surgido el propósito de rechazar prejuicios, de alejar visiones prefabricadas, de aspirar al rejuvenecimiento del espíritu, de fortalecer la capacidad de asimilar y aprender. Por eso hoy confío más, y comprendo que siempre queda abierta la puerta a la esperanza.
4 comentarios:
BELLO...!!!
Q placer leerlo!
Gracias por valorar ... y gracias por la empatía, a ambas¡¡¡
Ya sabes, cada vez que quieras cruzarte con el optimismo de la juventud, que camino tomar.
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