24 de octubre de 2012

Cuando un billete era una fortuna


Cuando pateaba los pasillos del colegio, jugaba con cochecitos y hacía caso a la familia "Telerín" un billete de 1.000 pesetas era cosa muy importante, y, por supuesto , inalcanzable para un niño, para un joven ... y para bastantes mayores. En la cara principal aparecían los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, dos personajes a quienes en aquellos años nadie discutía y a los que atribuíamos importancia principal en la historia de España. El dorso traía el escudo de España, que en aquellos tiempos  incluía ese águila imperial que ahora anda proscrito. Hoy en día semejante papelillo equivaldría a un miserable billetico de 5 € más  una moneda de uno. Me temo que desde que hace ya más de diez años desapareció la peseta y nos zambullimos en el euro, ya no se si para bien o para mal, hemos perdido el sentido de lo que valen las cosas. Frecuentemente caemos en la trampa de despreciar gastos de 3, 4 o 5 €, tal vez todavía enganchados a los viejos criterios y sin darnos cuenta de que el desembolso resulta en realidad  bastante más oneroso de lo que parece. Es como si hubieramos caido todos en un sorprendente fenómeno de pérdida de criterio que condujera a un gasto errático y desordenado, concluido en bancarrota y nos hubiera sin capacidad de reaccionar e imposibilitados para recuperar antiguas actitudes más sobrias y sensatas.

Recuerdo una ocasión en la que salí de casa con un billete de 100 pesetas, de esas en las que aparecía el busto de Manuel de Falla, enjuto, pelado y con gafas. No recuerdo qué gasto tenía que realizar con aquel billete que por aquel entonces no dejaba de ser una fortuna. Al salir del portal el billete  se me cayó al suelo y el habitual cierzo provoco un peligroso vuelo deĺ dinrro a ras del suelo de la acera, lo que me obligó a iniciar una desesperada carrera para recuperarlo, lo que sólo conseguí tras varios intentos, pues el papelito parecía tener vida propia y reanudaba la marcha cuando parecía que ya era de nuevo mío. No se me olvidará la socarrona sonrisa de un señor que pasaba por ahí y  se dirigió a mí comentando algo así como que menudo tesoro se me escapaba. Aún eran más valiosos, por anteriores en el tiempo, los billetes de Julio Romero de Torres, con la mujer morena al dorso, y los de Gustavo Adolfo Becquer.

También los había de 500 pesetas, en los que primero aparecía el rostro de Ignacio Zuloaga y posteriormente los de Rosalía de Castro y Mosen Jacint Verdaguer. Incluso en las últimas décadas del siglo aparecieron billetes de 2.000, 5.000 y hasta 10.000, aunque  ninguno consiguió ofrecer la apariencia de los billetes verdes. A los Reyes Católicos sucedieron San Isidoro de Sevilla y Benito Pérez Galdós. En los años 60 y 70 un billete de esos era signo de solvencia y poderío. Aún recuerdo una canción, cursi como pocas, que hablaba de los "billetitos verdes", asegurando que si poseías uno podías hacer prácticamente lo que quisieras. Hoy en día, con mil pesetas, desde luego, nadie sale de pobre.

20 comentarios:

Susana dijo...

Yo también lo pienso a veces, lo que cundía un billete de mil pesetas, y ahora con seis euros no haces nada. Un beso.

Modestino dijo...

... "Antes con un duro eras el amo,
podías a la novia convidar,
vivir en el Palace una semana ...
y ahora te cuesta un duro ...
respirar"...

Toma chotis.

Tommy dijo...

Oye, la canción no sería aquella de "y si tienes mil pesetas cómprate mil piruletas". Hoy estamos de rapsodas.

Modestino dijo...

Jajajaja, ... no, ahí la tienes:

http://www.emilioelmoro.es/1_billetes_verdes.html

Modestino dijo...

Billetes, billetes verdes,

pero qué bonitos son,

esos billetitos verdes

siempre dan la salvación.



A todo el mundo, señores,

quiero darles mi consejo,

si tienen billetes verdes

de nada sientan complejo.



Y si quieres ir al fútbol

y se agotan las entradas,

enseña billetes verdes

y tendrás amontonadas.



Billetes, billetes verdes,

pero qué bonitos son,

esos billetitos verdes

siempre dan la salvación.



Si una muchacha te agrada

y eres feo y desgarbado,

enseña billetes verdes

y te vuelves de su agrado.



Y si tu novia te deja

porque no quieres casarte,

enseña billetes verdes

y otra vez vuelve a arrimarse.



Billetes, billetes verdes,

pero qué bonitos son,

esos billetitos verdes

siempre dan la salvación.



Si te cansas de ir andando,

en autobús o tranvía,

enseña billetes verdes

y en coche irás cada día.



Y si tu radio se para

y no tienes distracción,

enseña billetes verdes

y tendrás televisión.



Billetes, billetes verdes,

pero qué bonitos son,

esos billetitos verdes

siempre dan la salvación.



Por no ser un calzonazos,

tu suegra ya no te quiere,

enseña billetes verdes

y suegra para rato tienes.



Porque esos billetes verdes

de todo es la solución,

si no fueran tan escasos

que bien estaría yo.



Billetes, billetes verdes,

pero qué bonitos son,

esos billetitos verdes

siempre dan la salvación,

siempre dan la salvación,

siempre dan la salvación.


Hortera es un rato: genuino casette de gasolinera¡¡¡¡

Tommy dijo...

Emilio el Moro... Los clásicos ya son palabras mayores. Me pregunto qué fue de este sujeto. ¿Lo sabes?

Modestino dijo...

La wikipedia informa que Emilio el Moro falleció en Alcoy (Alicante) en 1987 a la edad de 63 años.

Su nombre era Emilio Jiménez Gallego y había nacido en Melilla. Su muerte fue verdaderamente dramática, pues tuvo un accidente al encenderse un cigarrillo y explotar una bombona de gas.

Veronicia dijo...

Billetes volando los que se ven en atraco perfecto" de stanley kubrick

Modestino dijo...

Pedazo de escena y maldito caniche ...

Driver dijo...

Trabajo cerca de la "Casa de la Moneda", antigua fábrica donde se acuñaba la peseta y se imprimían los billetes de curso legal y los de lotería nacional.
Se trata de un edificio con mezcla de solemnidad estatal y nave industrial, donde el granito de la cercana Sierra de Guadarrama campa a sus anchas por fachadas, escalinatas y pavimentos.
Justo enfrente existe unas manzanas de modestas viviendas, donde vivían los trabajadores de la singular fábrica, en calle como "Ilustradores", "Grabadores", "Linotipistas", y un largo etcétera de sustantivos enraizados con el arte de imprimir y acuñar.
De entre todos destaca el artesano que ideó y llevó a cabo el billete de 100 ptas. de Manuel de Falla, todo un mito del barrio, que se recuerda todavía en cafetines y conversaciones de plazas.
Un mundo ya perdido, donde el reconocimiento a una labor artesanal se reconocía por la popularidad de sus creaciones.
Aforunadamente para los nostálgicos, los domingos en la Plaza Mayor se pueden adquirir o intercambiar, billetes, lotería, monedas, postales y demás trazas de un mundo pasado, donde la indiscutible verdad es...
que éramos más jóvenes.

Modestino dijo...

Nosotros éramos más jóvenes, y la vida más sencilla ... ¿o nos lo parece?

Brunetti dijo...

A pesar de lo espectaculares que resultan los billetes actuales de 500 €, lo cierto es que el color del dinero, no sé por qué, siempre ha sido verde.

Verde esperanza.

P.D. Tommy, también recuerdo, aunque muy vagamente, a Emilio el Moro, siempre tocado con un sombrero cónico (de ahí el apelativo de "Moro", supongo). Parece ser que era un tipo muy gracioso: cuando ponían una canción suya en la radio, mis padres nos hacían callar y se partían de la risa.

No creo que sus canciones fueran de crítica social.

dolega dijo...

Que razón tienes. Antes un billete de mil pesetas cundía para hacer mil cosas. Hoy un billete de 50€ en cuanto se cambia, voló.
Besazo

Tommy dijo...

Yo recuerdo, amigo Brunetti, que mis tíos tenían un disco de villancicos de Emilio el Moro y era descuajeringante. Y sí, no hacía crítica social, entre otras razones porque si lo hacía a lo mejor le formaban un consejo de guerra. Era un humor muy elemental basado, por lo que recuerdo, en anuncios y en personajes de series de TV de la época. Eso sí, yo me reía todas las navidades.

Así me gusta, Vero, que veas los clásicos. Como ya sabes lo que me gusta Kubrick, qué te voy a contar.

Modestino dijo...

CFreo que una canción era "Mi suegra me la robaron", toma ya ....

tomae dijo...

...yo recuerdo esos billetes que nos muestras. Y como a lo largo del tiempo iban menguando su tamaño (diría que el último de 1000 pts era más pequeño que el de 100 donde salía Manuel de Falla) ...ese fenómeno el de "el billete menguante" no es más que un síntoma inflacionario, del poco valor de la divisa que representa.

Fíjate en el US Dollar, todos han sido del mismo tamaño durante, incluso independientemente de su valor facial (desde el billete de 1 al de 100$) siempre han mantenido las mismas dimensiones; eso sin duda es un síntoma de fortaleza en su moneda ...y una cómoda forma de no hacer estragos a los fabricantes de billeteras.

Saludos¡¡¡

Modestino dijo...

Yo he llegado a ver los billetes de 1, 25 y 50 pesetas ... y eran bastante pequeños.

El dolar siempre ha sido más estable ...

tomae dijo...

¡cojoño Modestino! ¿billetes de 1 Peseta? ... no me digas que ahora vas de republicano ;)

Modestino dijo...

No, era en plena época franquista, y creo que también los había de 5 pelas.

tomae dijo...

La peseta ("piececita") fue la incorporación catalana a la nomenclatura de la divisa española...