1 de mayo de 2012

Libros en abril

El mes de abril abarca este año la Semana Santa, época que al menos en principio te permite dedicar más tiempo a la lectura; así tuve la ocasión de terminar una serie de novelas que se habían atascado algo, e incluso concluir algún libro comenzado a leer ya iniciado el mes. Como se verá, he seguido cayendo en el vicio del género policíaco, con inevitable toque nórdico incluido, además de reiniciar la lectura de Galdós, tal como me comprometí en su día, así como algún que otro libro-reportaje de cierto interés. Como siempre, son muchos más los deseados y pendientes que los terminados, pero uno ha de conformarse con lo que las limitaciones de tiempo y de persona traen consigo. De cualquier manera, creo que puedo decir que todos los libros concluidos en este mes que abre paso a la primavera los considero recomendables, a lo que cabe añadir que están perfectamente encaminados unos cuantos más de los que espero dar cuenta de aquí a unos treinta días. El mes de abril es, además, un mes propicio para los libros, no en vano se celebra por todo el país el día del libro, además de andar en preparación de esas interesantes Ferias del Libro que suelen aparecer en tiempo paralelo a las flores de mayo.

Ya comenté en su día que reinicié la lectura de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós, y así terminé la séptima entrega de los mismos, "Gerona". En este episodio la presencia del protagonista habitual, Gabriel de Araceli, es meramente circunstancial, pues tan sólo aparece al principio y al final del relato, que en esta ocasión protagoniza Andrés Marijuán, un personaje secundario de anteriores entregas. Al leer "Gerona" me vino a la cabeza una de esas célebres "Novela" de TVE con el mismo título que protagonizaban, entre otros, Luis Prendes, Roberto Martín y Angeles Moll. Se trata de una narración muy en la línea de Galdós, con presencia de múltiples personajes de ficción que acompañan a los históricos, en este caso el gobernador Álvarez de Castro, líder de una heroica y tozuda resistencia. La novela de Galdós relata unos hechos realmente dramáticos, aunque sabe darles un tono costumbrista y en algunos momentos hasta cómico. No está exento el relato de ciertos tonos críticos y hasta amargos en relación a una resistencia al invasor francés que en un momento dado parece llegó a ser ciega y excesiva.

Encontré por casa una novela cuya portada y cuyo tema me llamaron enseguida la atención: "Paradero desconocido", de Kressmann Taylor, un brevísimo libro -no llega a 70 páginas- que habla sobre el drama social que supuso la llegada al poder en Alemania de Adolf Hitler en 1932. La novela, escrita con seudónimo -el nombre real de su autora es Katherine Kressmann-, fue publicada en 1938, lo que añade singularidad y credibilidad al testimonio y en ella se relata la correspondencia entre dos amigos que comparten un negocio de venta de arte en Nueva York, Martin Schulse alemán y Max Eisenstein judío norteamericano, cuando el primero vuelve a Alemania junto con su mujer y sus hijos. Con la simple lectura de las cartas te vas haciendo a la idea de forma estremecedora, cómo el nazismo transformó a las personas y terminó siendo un drama mundial de proporciones enormes. El libro es muy breve y cualquier otro comentario corre el peligro de dar demasiadas pistas y estropear una posible lectura, solo queda añadir que es una novela brillante y que tiene un final sorprendente y muy duro.

Hace ya unos años que leí los tres primeros libros de la serie del Inspector Simon Serrailler que escribió Susan Hill, el primero de ellos, "Las distintas guaridas de los hombres", me pareció excelente, de lo mejor que había leído en novela de intriga, los dos siguientes -"Los puros de corazón" y "El peligro de la oscuridad"- también me gustaron, aunque en algún momento me resultaron algo farragosos. "Voto de silencio" es la cuarta entrega de la serie y me ha vuelto a maravillar; como decía alguien en la contraportada del libro, no es sólo una gran novela de intriga, sino una excelente novela en toda su extensión. Como en las anteriores ocasiones, el libro de la autora británica destaca por la riqueza de sus personajes, la escritora es audaz al plantear varias historias paralelas en las que profundiza sobre los dramas personales de los distintos protagonistas, consiguiendo que la novela además de la trama principal de intriga -un francotirador que va sembrando de mujeres muertas la imaginaria localidad de Lafferton- contenga unas cuantos argumentos colaterales igual o más interesantes que aquélla. Para leer este libro es imprescindible haber leído los anteriores, pues las historias vienen de lejos; y también hay que resaltar que Susan Hill no es precisamente una escritora de relatos idílicos, azucarados ... nos cuenta las historias con crudeza, y, con una indudable visión trascendente que aporta un rayo de esperanza, siempre están presentes el dolor, la enfermedad y la muerte.

Jo Nesbo es un autor noruego que tiene una serie protagonizada por el inspector Harry Hole; hace un tiempo leí "Petirrojo", la novela que la iniciaba y "Némesis" es la segunda. Tras leerla puedo confirmar que Nesbo está a la altura de los suecos Mankell y Larsson y el islandés Indridasson, desde mi punto de vista los mejores autores nórdicos del género, siempre salvando el gusto de cada cual y los bastantes diferentes estilos de cada uno. Harry Hole es "todo un personaje", un hombre conflictivo y con una historia personal difícil tras de sí, pero a la vez un policía con un claro sentido de la justicia. Las novelas de Nesbo son complicadas, con una trama que siempre es enrevesada, continuos giros en la acción y facilidad para las historias paralelas, pero son dificultades que se superan porque la literatura es de calidad y el interés nunca decae. En "Némesis" siguen apareciendo los personajes del libro anterior, algunos de ellos notoriamente pérfidos y malvados, pues la existencia de corrupción policial es una constante en los argumentos de este autor noruego. RBA ha publicado la tercera y cuarta entrega de la serie, y sin ninguna duda hay que leerlas cuanto antes.

Hacía tiempo que venía oyendo hablar de Ernesto Mallo, un autor argentino de novela negra cuyas obras habían comenzado a publicarse en la Editorial Siruela, lo que no deja de ser ya una garantía; me habían prestado las dos primeras entregas de la serie protagonizada por el inspector Lascano y en una semana devoré la primera de ellas, "Crimen en el barrio del Once". me costó coger el ritmo de la lectura, pues el modo de escribir de los argentinos suele estar lleno de giros particulares, además de la peculiariedad que ofrece este autor de colocar los diálogos en cursiva y seguidos, sin puntos y aparte; eso sí, una vez hecho al modo de escribir de Mallo la novela me ha resultado interesante y he comprobado que la acción está magníficamente conseguida y el autor no deja cabo suelto. Se trata de una novela dura, ambientada en plena dictadura militar de Argentina que toma partido y tiene una notable crítica social; Lascano, el personaje principal a quien apodan "el perro" tiene mucha fuerza y el ambiente está bastante conseguido, por mucho de que alguna vez a uno no le cuadren los hechos y las épocas.

Ya he dicho por estos pagos que Rosa Ribas es una de las autoras de novela policíaca de la nueva ola española que más me gustan, la serie sobre la inspectora alemana de origen español Cornelia Weber Tejedor me parece excelente; el año pasado publicó una novelita ajena a dicha serie, "La detective miope", que alguien me prestó hace ya varios meses y que he aprovechado un fin de semana con tiempo para leerla: no llega a doscientas páginas. Se trata de un libro entretenido, aunque sin más pretensiones y claramente por debajo de los que le había leído a esta autora con la protagonista mencionada; a favor de la novela está el que se lee bien, te hace mantener el interés de principio a final y se trata de la típica lectura adecuada para esos momentos en los que uno necesita evasión, por el contrario pienso que Ribas elabora un argumento poco creíble y nos va presentando una serie de personajes inconcretos y más bien deslavazados. Eso sí, es de agradecer el cierto toque de humor negro que contiene el relato y cierto toque de originalidad a la hora de contarnos la historia.

4 comentarios:

veronicia dijo...

Tomo nota del autor de Petirrojo( me pasa que al final no recuerdo los títulos de lo que leo y va siendo un lio) sigo con mi gusto por las sagas de aventuras de novelas de intriga.

(Los escritores argentinos para mi son para leerlos descansada; pensar en releer Sobre heroes y tumbas de Ernesto Sabato se me hace imposible, y Borges mejor pero sólo porque tiene relatos que no exigen tanta concentración)

Modestino dijo...

He de confesar que de Borges no he leído nada.

Borges dijo...

te perdono Modestino.

Modestino dijo...

No sabes lo que me tranquiliza ...