14 de mayo de 2012

La nostalgia entre los escombros


Cuando en septiembre de 1977 abandoné Zaragoza dejé una ciudad bastante poco modernizada, con una estructura antigua y muchas cosas por hacer en materia urbanística; al cabo de los años, no muchos, descubrí, en mis no excesivamente frecuentes visitas a mi ciudad natal, cómo se habían producido muchísimos cambios, algo que era a todas luces necesario, pero que no deja de conllevar esos toques más bien tristes que deja en nuestro corazón la nostalgia, la realidad de lo que ya no está y no volverás a ver nunca más. He de confesar que no recuerdo exactamente el año en que se derribó la manzana que separaba las calles de Cerdán y Escuelas Pías para inaugurar la nueva vía de César Augusto, aunque aseguraría que el hecho ocurrió en los últimos años de la década de los 70. Eran dos calles llenas de comercios, edificios y vitalidad, y aunque su desaparición se debió a las necesidades de aligerar tráfico y permitir una mayor anchura en la circulación, la demolición supuso poner fin a unos lugares de una importancia histórica y emotiva notable.

La Calle Cerdán, que como Escuelas Pías, concluía en el Mercado Central, la recuerdo como un lugar donde proliferaban las zapaterías y diversos comercios tales como cordelerías, corseterías, alimentación y tiendas de granos y semillas; recuerdo pasear por unas calzadas en las que los comerciantes sacaban a la calle sus productos y podías ver en el exterior desde macetas, comestibles y cacharros para la casa hasta vestidos, pañuelos y alpargatas. En la actualidad aún subsisten algunos establecimientos que fueron testigos de los aconteceres diarios de la desaparecida calle, como "Calzados Callizo", totalmente remodelado, o una cordelería llamada "Sieso", donde aún se venden alpargatas, albardas, toneles, cántaros, azadas y demás útiles para el campo, o la corsetería "La Suprema", con un escaparate cargado de esas prendas que nos daban pudor a los niños de mi generación. Por la calle Cerdán llegó a circular el Tranvía de la línea 7, que iba del Ayuntamiento a la Plaza del Portillo. Recorriendo magníficos blogs como el de Rafael Castillejo, Pedro Jato o uno titulado "Lo que veo en Zaragoza" te encuentras con fotos y comentarios de enorme interés sobre estos lugares desaparecidos.

En la Calle Escuelas Pías adquirían especial relevancia los edificios del Colegio de los Escolapios y el de la iglesia del mismo nombre, que siguen vivos cada vez con una carga histórica y sentimental mayor; también recuerdo los "Calzados Siglo XX" -¿quién nos iba a decir entonces que llegaría a ser un siglo caducado?- y "Deportes Muñoz", una tienda célebre en la época y donde me compré más de uno y dos pares de botas de fútbol o la fábrica y tienda de boinas, sombreros y gorras de Don Ramón Tello, que al parecer no era el único establecimiento de la calle dedicado a estos menesteres, sino que había más. He encontrado un reportaje formidable en el siguiente enlace:http://dezaragozaalzierzo.blogspot.com.es /, esta página contiene comentarios nacidos de la nostalgia y de un profundo conocimiento de la vieja Zaragoza del que desgraciadamente carezco. Otro de los recuerdos que permanecen en mi memoria es el de la procesión del Santo Entierro del Viernes Santo, cuando todas la cofradías zaragozanas se unen para dar el último adiós a Jesucristo, procesión que presencié en varias ocasiones desde esta calle de Escuelas Pías, con la riqueza propia de estos eventos cuando los distintos pasos atraviesan las calles estrechas.

En definitiva, estas historias de calles, de lugares que dejan de existir no dejan de ser una muestra más de la fugacidad de la vida, de que aquí no hay nada para siempre. Cuando camino por Zaragoza hay ocasiones en las que sufro una especie de lapsus mental y pienso que los lugares, los establecimientos, los monumentos que hace tantos años que ya no existen, me los voy a encontrar de nuevo, pero, como las calles Cerdán y Escuelas Pías, hace tiempo que se han convertido en entes etéreos que solamente viven en el recuerdo, manifestación de otros tiempos que también quedaron con ellas entre los escombros.

8 comentarios:

Brunetti dijo...

No sé si hoy Zaragoza estará más hermosa que antaño.

Lo que sí puedo intuir es que este lunes habrá amanecido con una no disimulada sonrisa de satisfacción.

Ya me entiendes, amigo sufridor.

Modestino dijo...

Sí, seguro ... en Huesca algunos sienten que no haya derbi regional ;).

Éric Cantona dijo...

El CD Teruel también lamenta no tener derbi con el Huesca el año que viene, que estos también estuvieron tonteando con el descenso :-)

Modestino dijo...

El Huesca fichó bien en el mercado invernal y está haciendo una buena segunda vuelta. Además, el descenso del Villarreal conlleva el descenso a 2ª B del Villarreal B, lo que también beneficia al Huesca.

veronicia dijo...

De forma inconsciente regreso mentalmente a los caminos de mi infancia... sobre todo en sueños. Sueño y la "acción" transcurre en los pasajes que primero conocí, y tengo la sensación, no de regresar sino de que todo permanece igual.
Me sitúo frente a una ventana y cierro los ojos; entonces lo veo todo como quedó en mi mente.
Se que hay lugares a los que no quiero regresar porque me duele demasiado el contraste entre mis recuerdos y a lo que han quedado reducidos.

Modestino dijo...

A mi me pasa algo parecido, es como una especie de rebeldía contra el paso del tiempo que imagino será un error.

Anónimo dijo...

A mi amigo Modestino, que soy de Huesca y conocí Zaragoza en los años 55/60, me encanta la Zaragoza actual.
En cuanto al resultado de ayer, me alegré por Vd., porque ya ha dejado de sufrir; y por el Huesca, primero porque ya no veriamos al Huesca en TV y segundo porque la pasta se la llevaría el Zaragoza.
Y que el próximo año sea más tranquilo.....

Modestino dijo...

Gracias ... Para el 2013, derbi regional en Primera ;)